Cómo marcarle un gol a Hacienda: así se
aprovecha el fútbol de los paraísos fiscales (el Confidencial)
Una
patada a un balón en Madrid puede provocar que se abra una sociedad en Islas
Vírgenes británicas. El efecto mariposa funciona también en el fútbol.
Explica cómo cada vez que 22 jugadores profesionales se enfrentan en el
campo siempre hay alguien en un segundo plano ganando dinero. Puede ser
una figura conocida, como Jorge Mendes, exitoso agente de Cristiano
Ronaldo, entre otros, o un ciudadano kazajo del que no ha
oído hablar casi nadie. Y la incidencia de estos actores en el fútbol moderno,
cada vez más decisiva, suele establecer inquietantes vínculos entre el césped
que pisan los jugadores y recónditos entramados societarios con origen en los
mayores paraísos fiscales del mundo.
En España,
la Agencia Tributaria lleva años intentando atajar algunos de los
problemas que se esconden tras la opacidad financiera del deporte más
practicado. La propiedad de los jugadores por parte de fondos de
inversión y empresas opacas, la tributación de los derechos de imagen de
los futbolistas y la relación entre clubes y agentes son los asuntos con los
que se han topado los inspectores en sus últimas investigaciones. La Agencia ha
encontrado relaciones con paraísos fiscales en tantas ocasiones que darían para
hacer un once ideal —más banquillo— de futbolistas con problemas fiscales.
Estos son solo algunos de ellos.
Doyen, la mano que mece
el balón
El 25 de enero de
2013, un notario de Madrid apreció algo extraño en un contrato que estaba
ratificando [pinche aquí para acceder al documento]. “Yo, el Notario,
advierto a los comparecientes la insuficiencia del mandato verbal alegado y la
necesidad de una prueba posterior”. El notario no se quedaba tranquilo con las
palabras del representante del fondo de inversión Doyen Sports, quien, a
la hora de indicar la procedencia del dinero gestionado por la firma,
solo aportaba su palabra. Aseguraba que un turco de 32 años, Malik
Ali, controlaba más del 25% del capital de la compañía.
El contrato se
estaba firmando entre Doyen Sports y el Sporting de Gijón. No era el
primero que firmaban. Un año antes, el nombre de Doyen había aparecido de forma
discreta en la parte trasera de la camiseta, como luego aparecería en las
de otros equipos de la Liga. Dos años después, gracias a la publicación
de Football Leaks, la filtración de documentos contractuales de
futbolistas que se hizo pública en 2015, se supo que la relación de
Sporting con el fondo iba más allá de la habitual con un anunciante. El club recibió
en total dos millones de euros de Doyen para hacer frente a pagos pendientes y
gastos ordinarios. A cambio, el club asumió una deuda con la firma de
inversión de 10 millones de euros, cinco veces el capital
obtenido. El dinero para devolverla debía salir del traspaso de sus
jugadores a otros equipos. Venderlos no era una opción para el Sporting, sino
una urgencia.
La relación con
Doyen tuvo un resultado ruinoso para el club, pero el fondo
logró entrar en el negocio de la Primera División. A día de hoy es
propietario de los derechos económicos de varios jugadores y también se dedica
a gestionar derechos de imagen con su división de ‘marketing’. Su cliente más
destacado es Diego Simeone,
entrenador del Atlético de Madrid. Doyen se lleva el 20% de cualquier
beneficio promocional que este obtenga y el 20% sobre su ampliación o
renovación [aquí el contrato], tal y como revelan los documentos de
Football Leaks.
Doyen, que surgió en
2011, no inventó nada. Se limitó a imitar un modelo que floreció en Sudamérica
en la década de los noventa con la compra de derechos de jóvenes jugadores con
la esperanza de que algún día dieran el salto a las grandes ligas europeas y
generar comisiones multimillonarias con sus traspasos. Esa es una de
las modalidades de inversión más frecuentes de estos fondos, llamadosTPO
(third-party ownership), pero también se dedican a facilitar
liquidez a clubes a cambio de los derechos económicos de su plantilla,
como en el caso del Sporting de Gijón, y a la financiación de fichajes
para abaratar su precio. El fondo facilita dinero a un club para conseguir la
incorporación de una estrella, pero a cambio, consigue una participación
sobre los derechos del deportista equivalente a la aportación que haya
realizado sobre el precio del fichaje. La firma recupera el dinero cuando la
estrella es transferida a un tercer equipo.
La relación entre el
Sporting de Gijón y Doyen tuvo un resultado ruinoso para el club, pero el fondo
logró entrar en el negocio de la Primera División. Doyen se ha convertido en
un especialista en la financiación de fichajes. Uno de los más conocidos
es el caso de Radamel Falcao,
el goleador colombiano que el Atlético de Madrid compró en 2011 al
Oporto La incorporación costó 40 millones de euros, pero el equipo del
Manzanares solo puso 20. El resto fue asumido por Doyen, a cambio de una
participación del 33% sobre los derechos del jugador. El fondo recibió la
parte que le correspondía cuando el futbolista fue vendido al Mónaco en
2013 por 45 millones de euros, con una plusvalía de 5 millones.
En Reino Unido, los
TPO están prohibidos porque se considera que tienen una incidencia
negativa sobre el fútbol, al provocar la venta continua de jugadores para
generar plusvalías y comisiones con los traspasos; porque detraen fondos de
este deporte para invertirlos en otras actividades; y porque
provocan conflictos de intereses que amenazan la integridad del
fútbol. Puede darse la paradoja de que los jugadores de dos equipos que
compitan en la misma liga pertenezcan a un mismo fondo, por ejemplo, o que
las alineaciones se hagan en función del interés de las firmas de
inversión para lograr la mayor rentabilidad. La FIFA se ha
sumado a la prohibición y mantiene una batalla legal para expulsar a los fondos
del fútbol, pero han encontrado resquicios con los que seguir exprimiendo este
deporte.
El entramado fiscal
A los efectos
perversos que pueden tener los fondos en el fútbol se suma la opacidad de sus
estructuras empresariales. ¿Quién está detrás de Doyen? Tirando del hilo en el
que se quedó el citado notario madrileño, se llega más allá del ciudadano turco
Malik Ali. Los documentos de Football Leaks demuestran que las fuentes de
financiación de la compañía son Bennington Group Assets Limited, de Malik
Ali, y sobre todo el kazajo Rafik Arif, empresario de éxito en el sector
extractivo de su país. Hizo un préstamo de 100 millones a siete años (y
con un interés del 4,5%) a la sociedad de Ali.
Los documentos de
otra filtración, la de ‘los papeles de
Panamá’, permiten trazar el entramado fiscal de Arif. Los archivos
del bufete caribeño Mossack Fonsecaindican que Arif es accionista
de Marlin Trading Assets Limited, en Islas Vírgenes británicas, y
de Acewood Global Limited, en Malta, con las que controla Castello
Global, otra sociedad radicada en el paraíso fiscal de las Islas Vírgenes. El
entramado fue registrado por Hamels, un despacho de abogados en Malta. El mismo
que registró en Islas Vírgenes también Bennington Group Assets Limited.
Doyen compró
derechos de jóvenes jugadores con la esperanza de que algún día dieran el salto
a las grandes ligas y generar comisiones multimillonarias.
También está en este
territorio de ultramar la sociedad de la que ‘cuelga’ el entramado de Refik
Arif, Rosetti Overseas Limited. Gracias a la filtración de
Football Leaks, también se puede saber que el beneficiario final de esta
red es Arif, como atestigua un documento redactado por un asesor fiscal y adjunto
a uno de los contratos de Doyen [acceda aquí al documento de Football Leaks].
El Sevilla y
el Getafe son otros de los clubes que han permitido a Doyen afianzarse
en España. El dinero que podía garantizar a los pequeños equipos a cambios de
los derechos sobre un jugador han significado una fuente de crédito con la
que los pequeños y medianos equipos no habrían podido contar, sobre todo en
tiempos de crisis.
Gana Jersey
El caso de la venta de Diego Costa al
Chelsea es una muestra de cómo se materializan las ganancias de
estos tipo de fondos. De los 38 millones que tuvo que abonar el club
inglés, al menos 7,6 fueron a Quality Sports Investments. En los
documentos de Football Leaks, esta sociedad con sede en Irlanda aparece
relacionada también con los traspasos de Saúl y Koke. En ambos casos, llega a
llevarse más de un 30% sobre diferentes ganancias que puedan dar los jugadores.
Queality Sports,
según consta del registro mercantil de Irlanda, se dedica simplemente a ser
la tenedora de los derechos de los futbolistas (o de un porcentaje de
los mismos). Sus dueños son Gestifute International, la empresa de Jorge Mendes, el famoso agente de futbolistas, y
Ventures Sports Limited, una sociedad que hace referencia a un despacho de
abogados en California y de la que no hay rastros en los registros
públicos de libre acceso.
Para llegar a Mendes
y el despacho, sin embargo, hay que pasar por el Canal de La Mancha. Los
activos obtenidos a través de los derechos de los jugadores se transferían,
hasta el año 2014, a Quality Sports Jersey GP Limited, radicada en el
paraíso fiscal de Jersey. Su accionista en el 50% es la Gestifute de Jorge
Mendes y es a través de esta compañía en el paraíso fiscal británico que
canaliza la liquidez necesaria para las inversiones de Quality Sports, como
atestiguan las cuentas anuales de la compañía analizadas por este diario.
Escapar de Hacienda
Pero utilizar los
paraísos fiscales para sacar provecho de los derechos de un futbolista no es
una práctica novedosa. Para demostrarlo, la plantilla de la Real Sociedad que
quedó subcampeona de Liga en 2002-2003. Los ‘papeles de Panamá’ demostraron
que se crearon estructuras fiscales para al menos siete jugadores, el
delantero Darko
Kovacevic entre ellos. Una vez montada la estructura bancaria,
se procedía a transferir los derechos del jugador a sociedades en paraísos
fiscales, primero a la compañía ‘offshore’ constituida por la Real Sociedad
para el jugador y, posteriormente, a la sociedad IMFC Licensing BV, registrada
en los Países Bajos. El club donostiarra realizaba el pago del salario del
jugador directamente a la compañía neerlandesa, que posteriormente transfería
los fondos a la cuenta bancaria abierta por las sociedades de Islas Vírgenes
británicas o Niue en bancos de Suiza o Jersey.
Donde vuelven con
frecuencia los paraísos fiscales es en el reparto de derechos de imagen, a raíz
de los cuales se gestó una huelga de futbolistas en verano de 2015. Con la
norma actual, si un futbolista ingresa 100 millones de euros y 85 salen de sus
contratos, los 15 restantes podrá pagarles un tipo del 28% y no del 47% que se
aplica a su sueldo. Lo que Hacienda deja claro es que lo que percibe el
futbolista por cesión derechos de imagen no puede superar un 15% del
total y que la sociedad que los gestiona tiene que radicar y tributar
legalmente.
Un detalle no menor
con el cual se pilló los dedos este verano Adriano, defensa del Besiktas y, antes, del Barcelona. El Juzgado
número 9 de la Ciudad Condal le acusó de delito fiscal por defraudar
supuestamente más de 600.000 euros a Hacienda a través de un entramado
empresarial en Madeira, fiscalmente una zona franca de Portugal en la que las
sociedades tributan al 4%. Aquí tributaba los beneficios derivados de sus
derechos de imagen.
En la misma línea se
movió Mascherano. El jugador del
Barcelona llegó a admitir su delito fiscal para los años 2011 y 2012.
Como publicó este diario, lo que Mascherano recibía de Nike lo
cobraba a través de la empresa de EEUU Lofer LLC, y además “simuló la cesión de
sus derechos de imagen a una sociedad puramente instrumental radicada
en la zona franca de Madeira (Portugal), Anadyr Overseas”, según se lee en la
sentencia del caso. El resultado es que “los ingresos derivados de la
explotación de los derechos de imagen del jugador no generaban obligación
tributaria alguna” en España.
Pero la práctica no
se limita a los grandes clubes de Primera. 19 personas fueron
imputadas a comienzos de 2014 por los delitos fiscales cometidos por
el Gimnàstic de Tarragona. La Fiscalía acreditó que los pagos derivados de
las retribuciones de los jugadores se canalizaban a través de sociedades en
Madeira y Suiza.
Las relaciones con
paraísos fiscales son solo una parte de los problemas que la Agencia Tributaria
achaca a la relación de los clubes con los jugadores y sus agentes. Este mismo
viernes, este diario adelantaba las conclusiones de la nueva
cruzada del titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, para conseguir que los
clubes abonen directamente los servicios de los representantes de los jugadores
que incorporan o forman parte de sus plantillas. Hacienda considera que esos
profesionales trabajan en realidad para los deportistas y, por tanto, deben ser
ellos quienes abonen la totalidad de sus servicios en lugar de sus clubes. El objetivo
es evitar que, si el fútbol son once contra once, al final gane siempre Jorge
Mendes.
ATTAC Madrid no
se identifica necesariamente con los contenidos publicados, excepto cuando son
firmados por la propia organización.
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