sábado, 31 de octubre de 2015

ELECCIONES EN ARGENTINA

Elecciones: la voluntad colectiva en juego

por Vicente Espeche Gil (Revista CRITERIO, http://www.revistacriterio.com.ar/)

El resultado de las elecciones del 25 de octubre está siendo convenientemente explicado desde el lunes 26, cuando se ve todo con la claridad de lo que ha sido develado. Las señales estaban allí desde antes, pero no era fácil interpretarlas en medio de la nube hecha de intereses, distorsiones intencionadas y voluntarismos varios.

Muchos elementos definirán el resultado de la ronda electoral final del 22 de noviembre. Entre ellos, el papel que de ahora en más pongan en juego las distintas dirigencias y los efectos que la nueva situación creada genere en la economía, entre otros factores. Pero hay uno que es predominante: el de la misteriosa voluntad colectiva.

Cada elección manifiesta el verdadero acto de voluntad colectiva. Una voluntad que ha tratado de interpretarse previamente por medio de la intuición de los políticos y de los analistas, y el frecuente recurso a los sondeos de opinión, algunas veces elaborados como las estadísticas a medida.

Pero la voluntad política que se muestra en las urnas es lo definitivo. En el caso argentino, podría decirse que esa voluntad es un compuesto “PIP”, hecho de percepción, interés y paciencia que se va formando durante varios años en la cultura institucional de la ciudadanía. Esta cultura es, a su vez, consecuencia de la conducta de los ciudadanos en su demanda a las autoridades y su respuesta a los dictados, decisiones y expresiones de las autoridades.

Los resultados sorpresivos de las elecciones del domingo podrían entonces explicarse por una percepción de que el “modelo” ya no generaba las expectativas prometidas o esperadas; los intereses ya no parecían seguir siendo satisfechos y la paciencia había sido colmada por el abuso de la omnipresente figura presidencial.




¿Qué idea ganó?
por Diego Botana


El domingo pasado, 25 de octubre, una vez que el oficialismo se decidió a publicar los resultados, la ciudadanía vivió una sorpresa que nadie anticipó: la provincia de Buenos Aires cambió de signo político luego de 28 años ininterrumpidos de gobiernos peronistas (en sus distintas vertientes) y, por primera vez desde 1994, se pondrá en uso el mecanismo de la segunda vuelta electoral.
Quedan claros, en esta coyuntura, los ganadores y los perdedores. Basta ver sus rostros para sacar algunas conclusiones. Parece importante pensar, entonces, cuál es la idea que prevaleció el domingo 25.
El Frente Cambiemos, como su nombre lo indica, propugna el cambio. Sergio Massa se paró en una postura moderada, hablando del “cambio justo”. Finalmente, los votantes le restaron apoyo (tomando como referencia las PASO de agosto), a quien demostró ser la continuidad del modelo kirchnerista.
Con independencia del resultado de la segunda vuelta, un primer análisis muestra –claramente– un cambio en el rumbo. También se refleja una sociedad fracturada. El centro geográfico, liderado por Buenos Aires (capital y provincia), Córdoba, Santa Fe y Mendoza, motorizan esta idea de cambio. El norte y el sur, por el contrario, apuestan por la continuidad. La excepción a esta regla fue el holgado triunfo de Gerardo Morales en Jujuy.
¿Apunta la idea del “cambio” a una democracia más republicana? Si ese fuera el caso, los representantes de esta idea deberían acometer el déficit del que adolecieron los gobiernos de Alfonsín y De la Rúa: la eficacia. Vale decir, una democracia representativa, republicana, federal, y eficaz.
Cuando hablamos de eficacia, lo hacemos desde el prisma de los derechos fundamentales. No solamente desde lo económico, sino fundamentalmente desde lo estructural. La idea constitucional toma como base y fundamento la dignidad de la persona, sus derechos y sus obligaciones ciudadanas. La eficacia de la que hablamos requiere posar la mirada en los más desprotegidos.
El potencial de la Argentina, pues, habrá que liberarlo desde esta premisa. El lugar común que todos escuchamos sostiene que el peronismo es el único capacitado para gobernar este país, con todas sus defecciones. El “no peronismo”, por el contrario, fracasa en sus intentos.
En esta coyuntura, quienes se dicen republicanos, o que propugnan una manera distinta de manejar la cosa pública, hasta la fecha no han demostrado la capacidad de ser eficaces. Los “vientos de cambio”, entonces, para que sean tales, deberían soplar sobre la idea de república, de eficacia en la gestión y en la mirada hacia los más desprotegidos.
La carencia de bienes públicos básicos es patente. El Estado –en sus diversos estamentos– está infiltrado por la mafia y el narcotráfico. Basta hablar con cualquier cura párroco de los barrios humildes del Gran Buenos Aires para confirmarlo. Por su parte, la educación requiere un salto de calidad. Además, el ciudadano precisa contar con información veraz.
La lista es intensa, larga y compleja.
La clave del salto de calidad en la vida de los argentinos, entonces, estaría dado por una rara combinación política: la idea de república democrática, eficacia en la gestión, el Estado presente entre los más pobres, y criterios de verdad, honestidad y veracidad.
El desafío es gigantesco. La ciudadanía parece encaminarse a esta idea.
Comentario  de Carlos A. Trevisi
La lejanía que me separa de la Argentina ha ido echando en el olvido más de una cara que hoy día, casi 20 años después, se me presentan avejentadas; arrugas que zurcan facciones que otrora lucían lozanas y  cabezas que peinan canas hacen irreconocibles a sus portadores. 
Lo que no cambia es el discurso. Entiendo que habrá que esperar dos o tres décadas más para que el mundo decida qué hacer con un país que pintaba en el mejor nivel como para decir lo suyo. Lo lamentable es que el recorrido para tales logros no lo harán los argentinos: basta con ver Buenos Aires, su engañoso esplendor, para comprobar que ya se ha iniciado una marcha en la que van cayendo millones de personas ilusionadas con llegar a una meta que les será ajena, que estará en manos de los que les darán de comer a costa de arrebatarles una vida que lleva años de agobio y desesperanza, aunque ilusa.
Algo parecido sucede en España. Ya se han olvidado del Quijote y del panzón; los han reemplazado por la Merkel. 

viernes, 30 de octubre de 2015

¿QUÉ ES EL TTIP?


    El Tratado TTIP se está negociando con la mayor discreción y sin ninguna transparencia democrática entre la Unión Europea y Estados Unidos (EEUU). Su objetivo es crear una de las mayores zonas de libre comercio del planeta, con cerca de 800 millones de consumidores, y que representará casi la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) mundial y un tercio del comercio global. La UE es la... Seguir leyendo »








                       El TTIP se votó a principios de 2013 con el objetivo de relanzar elintercambio de bienes, servicios e inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea. El entonces comisario de Comercio de la UE, Karel de Gutch, enfatizó la ambición del empeño -"iremos más allá de lo que puede conseguir la Organización Mundial del Comercio"- y de la apuesta política, al aventurar que habría acuerdo a finales de 2014. Y todo eso quedó bautizado como Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, más conocida por sus siglas en inglés (Transatlantic Trade and Investment Partnership).
Tan claro ha quedado ya que la negociación es más lenta y compleja de lo anunciado, como que la UE y EE UU discuten mucho más que un tratado de libre comercio. El resto de objetivos -armonizar normas, controles y exigencias administrativas, coordinar las leyes que vayan a tener impacto comercial o facilitar las inversiones-, es lo que da una medida de su ambición. También, lo que ha llevado a una temprana división entre detractores y partidarios del proceso.

Un nuevo gigante comercial

Estados Unidos y la Unión Europea suman cerca del 60% del PIB mundial, un tercio del comercio internacional de bienes y servicios y 800 millones de consumidores. El TTIP llevaría a la "mayor zona de libre comercio del mundo", en palabras del expresidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso.También, según cálculos previos, contribuiría a elevar el PIB anual en ambos bloques un 0,5% del PIB a los diez años de ponerse en marcha o a generarhasta dos millones de empleos en los países industrializados. Voces críticas como la del grupo de Los Verdes en el Parlamento Europeo, recuerdan que este tipo de previsiones suelen pecar de optimismo, cuando no cambiar de signo. Otras, como las de la economista Susan George, relativizan el impacto: "El valor del que hablan [aumentar el PIB en 120.000 millones de euros] es equivalente a una taza de café semanal por ciudadano en 2027, en el mejor de los casos". 
Primero, los aranceles
Aunque haya sido considerado como "mucho más que un acuerdo de libre comercio", la primera piedra de toque del TTIP será comprobar si se llega al desarme arancelario total, que abanderó Obama en la última cumbre con la UE. El promedio de tarifas aplicadas es ya bajo: las que impone la UE a las mercancías es del 5,2%; en sentido contrario, es apenas un 3,5%. Pero las medias esconden aún algunas divergencias significativas: la UE carga mucho más la importación de vehículos de motor o alimentos elaborados; EE UU penaliza la adquisición de material ferroviario y llega al proteccionismo extremo en algunos productos agrícolas (el arancel al tabaco es del 350%).

Luego, las normas

Aquí es donde EE UU y la UE quieren forjar una nueva referencia. Porque donde uno ve leyes que le privan de competir (trayectos internos de compañías aérea en EE UU), el otro ve normas proteccionistas (las denominaciones de origen europeas para productos agrarios), y ambos ven subvenciones para tirar los precios (Airbus y Boeing) o reglas excluyentes (los requisitos para ejercer de abogado o arquitecto). La negociación pretende atacar estas restricciones por una doble vía: allá donde el nivel de protección es similar, aunque se alcance por vías administrativas distintas (ya sea exigencias de seguridad alimentaria, controles a los vehículos, niveles de experimentación de medicamentos o cuestiones de diseño), establecer el mutuo reconocimiento: la autorización en la UE, valdría en EE UU, y viceversa. Y allí donde las posiciones sean distinta, ir a una regulación cada vez más semejante.

¿Se rebajará la protección de derechos?

Esta es la pregunta inmediata que ha suscitado en numerosos y muy dispares colectivos la idea base del TTIP: la homologación de normas y exigencias administrativas. Las normas europeas son más restrictivas en cultivos transgénicos o ebn el uso de hormonas de crecimiento, los suplementos alimenticios o la aplicación masiva de antibióticos en el ganado, como también lo son en la privacidad de los datos, las explotaciones de hidrocarburos con la técnica delfracking o cuestiones laborales. La Comisión Europea insiste en que esa es una línea roja que no se va a traspasar, que ese es el mandato recibido por los Veintiocho de la UE. Pero solo los textos permitirán comprobarlo.

Antes incluso de que haya normas

Se pretende que la regulación común vaya más allá de identificar niveles de protección similares y evitar duplicidades, o de limar diferencias en normas ya existentes. El TTIP quiere ampliar ese objetivo a las leyes y reglamentos con impacto en el comercio y la inversión (o sea, casi cualquier norma), antes incluso de que nazcan. Se negocia que se obligue a informar a la otra parte de proyectos legales con una posible incidencia en las relaciones económicas transatlánticas y se plantea incluso la creación de un órgano (uncuerpo de cooperación regulatoria) para supervisar que la norma en discusión tenga en cuenta como está regulada la cuestión al otro lado del charco. El objetivo es homologar la regulación desde la cuna para evitar divergencias que restrinjan el comercio y la inversión. La crítica es que esta supervisión puede debilitar la iniciativa parlamentaria, y da acceso antes a los lobbies en el proceso legislativo.

Un tribunal para las empresas

La protección de la inversión extranjera es uno de los objetivos del TTIP. Y para ello plantea la creación de un tribunal de arbitraje que permita a las empresas obviar el sistema jurídico de cada país y recurrir directamente ante esta instancia cuando crea que un Estado se ha saltado lo convenido en el tratado, con la posibilidad de imponer multas multimillonarias. EE UU insiste en este punto, al recordar que una salvaguarda así es habitual en otros acuerdos bilaterales y sostener que tiene por objetivo penalizar expropiaciones o tratamientos discriminatorios a sus empresas. Pero ni más ni menos que Francia y Alemania han transmitido ya sus amplias reservas a la Comisión ante algunos precedentes en los que las multinacionales han impuesto sus criterios frente a los legisladores gracias a estos sistemas de resolución de conflicto inversor-Estado (en inglés, ISDS). Argumentan también que el nivel de protección de la inversión es equivalente a ambos lados del Atlántico, por lo que deberían usarse los sistemas jurídicos nacionales. Ante las críticas, la Comisión aboga por un sistema lo más transparente y limitado posible.

Secretismo

Los responsables de la negociación argumentan que se han visto sobrepasados por la atención pública a las conversaciones, una justificación débil habida cuenta del precedente del ACTA, la regulación antipiratería que descarriló en Washington y Estrasburgo, entre otras cosas, por la opacidad con la que se llevó a cabo. Lo cierto es que la Comisión Europea tardó más de un año en lograr que el Consejo de la UE le permitiera publicar el mandato negociador, cuando este ya había sido filtrado en Internet. Y lo mismo ocurrió con otros documentos intercambiados en la negociación. La nueva comisaria, Cecilia Malmström, trata de ponerse al día con lapublicación de los textos con la posición inicial europea en cada uno de los temas tratados, pero la transparencia volverá a ponerse a prueba conforme la negociación avance.

Las líneas rojas

La negociación se abrió con proclamas de que no habría líneas rojas en la discusión. Pero desde el principio se comprobó que habrá excepciones. La UE asegura que no reabrirá el debate sobre la regulación de transgénicos o el uso de hormonas de crecimiento y antibióticos en la alimentación del ganado, mucho más permisiva en Estados Unidos. Por su parte el Gobierno de Obama no está dispuesto a cambiar la Buy American Act, que permite primar a productos estadounidenses en contratos públicos, y solo aceptará excepciones. En el mandato negociador de la UE se excluye al sector audiovisual, aunque se deja la puerta abierta a incorporarlo después, y se blinda la excepción cultural, como reclamaba Francia. Y el Ejecutivo estadounidense se niega a debatir una armonización de lasnormas sobre la banca, al considerar que la regulación europea es demasiado laxa. 

martes, 27 de octubre de 2015

PLÁSTICA, CUENTOS, POESÍA, MÚSICA Y QUÉ NO. (III)

ARGENPRESS.info
Suplemento Cultural

Música: ¿Quién dijo que de la basura no podían salir cosas bonitas?

Ayotzinapa es el dolor globalizado: Homenaje a los 43 estudiantes normalistasy a todos los desaparecidos en México y en el mundo
Por: Franklin Ledezma Candanedo (Desde Panamá. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Ayotzinapa 43 veces… “Nunca Más” (Noviembre-2014. Oaxaca. Feria del Libro)
Por: Miguelángel Epeeyüi, Fredy Chikangana y Hugo Jamioy

El cazador de orquídeas
Por: Roberto Arlt

Pero entonces... ¿quién la tiene?
Por: Elizabeth Óliver (Desde Canelones, Uruguay. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Plástica. Desde España: Goyo Domínguez

Tengo un sueño
Por: Ariel Aloi (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Video: La naturaleza que habitualmente no vemos

El hombre de la ciudad vieja
Por: Reinaldo Spitaletta (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Yo tengo fe
Por: Gustavo E. Etkin (Desde Bahía de San Salvador, Brasil. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Música: Opera Evita, de Andrew Lloyd Webber y Tim Rice

El amor de la luna (Poema édito)
Por: Carla Hasparren (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Benito Mieses, poeta que sabe pintar
Por: Daniela Saidman (Desde Venezuela. Colaboración para ARGENPRESS CULTURAL)

Crítica literaria: Edgar Borges en la Feria del Libro de Quito
Por: Ahinoa García

El sembrador
Por: Aldo Luis Novelli (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Ricardo Silva Santisteban Ubillus, nuevo presidente: El manantial oculto de la academia de la lengua
Por: Jorge Zavaleta Alegre (Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Afuera del agua, la bestia
Por: Daniel de Cullá (Desde Burgos, España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

A mi hijo
Por: Miguel Ábalos (Desde Canelones, Uruguay. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Tinelli, un héroe de la cultura capitalista
Por: Juan Grinberg (BESTIA POP - AGENCIA WALSH)

La vida no vale nada, cuando otros se están muriendo y yo sigo aquí viviendo, cual si no pasara nada…
Por: Isabel Fagúndez Gedler (Desde Venezuela. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)


Así interpretan el "Aleluya" unos monjes silenciosos
Por: MDZOL

Fotografía. Desde Turquía: Bellas e insinuantes fotos de Kemal Kamil

La cultura del miedo
Por: Noam Chomsky

La nueva economía climática
Por: Jorge Zavaleta Alegre (Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Aquí y ahí
Por: Gustavo E. Etkin (Desde Bahía de San Salvador, Brasil. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Plástica. Desde Venezuela: Arturo Michelena

La oración del poeta
Por: Aldo Luis Novelli (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Lugares extraños

Bajo la noche estrellada
Por: Norton Robledo (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Torquemada en la hoguera
Por: Benito Pérez Galdós


PLÁSTICA, CUENTOS, POESÍA, MÚSICA Y QUÉ NO. (II)

ARGENPRESS.info
Suplemento Cultural

Música en la calle
Por: ARGENPRESS CULTURAL

El licenciado
Por: Marcelo Colussi

Un cuento color de rosa
Por: Laura M. López Murillo (Desde México D.F., México. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

La belleza de las montañas…
Por: ARGENPRESS CULTURAL

La violencia sin culpa
Por: Jorge Zavaleta Alegre (Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Cuando la verdad abofetea duro: Luciano Arruga
Por: Nechi Dorado (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Filosofía: ¿Qué hay entre Giordano Bruno, Carlos Marx y el chileno Gonzalo Toro?
Por: Andrés Figueroa Cornejo

Plástica: El fresco
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Crítica literaria: “Portugal Querido”, de Mario dos Santos Lopes
Por: Victor Lopes

Crítica literaria. Desde España: “La ciclista de las soluciones imaginarias”, del venezolano Edgar Borges
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Música: “La Campanella”, de Niccolò Paganini, en varias versiones
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Cuba: El tango y Nardo Faracas
Por: David G. Gross (Desde Cuba. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Humor: Uno de los vídeos más cortos que habrás visto...
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Los portones de Puebla
Por: Ernesto Martinchuk (Desde Puebla, México. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Prueba rápida sobre la geografía del Medio Oriente
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Cine clásico: “La leyenda del pianista en el océano”, de Giuseppe Tornatore (1998)
Por: Jesús María Dapena Botero (Desde Vilagarcía de Arousa, Galicia, España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Narrativa libertaria
Por: Eté Dazton (Desde Mérida, Venezuela. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)


Miniserie televisiva: “Una historia plástica”. Guión completo
Por: Marcelo Colussi

Entrevista al pintor argentino-mexicano Juan Gaudenzi
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Sueños
Por: Nechi Dorado (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

El fin del mundo
Por: Norton Robledo (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Auschwitz o el horror que no acaba
Por: Reinaldo Spitaletta (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

La envidia
Por: Alicia Susana Gómez

Bosquejo de un poema olvidado
Por: Aldo Luis Novelli (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Poema
Por: Guillermo Henao

Plástica: El arte cinético
Por: SABERIA

América Latina vive un cambio de época
Por: Jorge Zavaleta Alegre (Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Grasas
Por: Gustavo Etkin (Desde Bahía de San Salvador, Brasil. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Imágenes de 1944
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Música: La Fuga
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Poemario: El metal del ombligo y otros poemas
Por: Daniel Montoly

Trabajo de investigación histórica: Religión y la violencia en documentos de los años cincuenta en Colombia. Las cartas del Capitán Franco
Por: Gustavo Adolfo Mesa Hurtado

Y para terminar: Música tradicional de Burundi, el corazón del África Negra
Por: ARGENPRESS CULTURAL

PLÁSTICA, CUENTOS, POESÍA, MÚSICA Y QUÉ NO. (I)

ARGENPRESS.info
Suplemento Cultural

El camino a la lectura, como el camino a las profundidades, es un camino muy solo tanto de ida como de vuelta
Por: Guillermo Guzmán (Desde Barcelona, Venezuela. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Arte urbano
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Plástica. Desde París, Francia: el Museo D’Orsay
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Quise escribir un poema…
Por: Nechi Dorado (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Pablo de nadie, Pablo del silencio
Por: Nechi Dorado (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Entre nosotros
Por: Ariel Aloi (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Diferentes explosiones
Por: Gustavo E. Etkin (Desde Bahía de San Salvador, Brasil. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Crítica literaria: “Los dientes del dragón”, de Hubert Lanssiers
Por: Jorge Zavaleta Alegre (Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Dos poesías
Por: Macario Coarite Quispe (Desde Bolivia. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

El ojo izquierdo de la cabeza derecha
Por: Julio Herrera (Desde Montreal, Canadá. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Madres hay muchas
Por: Aldo Luis Novelli (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Carta a un amigo adversario
Por: Rodolfo Bassarsky (Desde Galicia, católico reino borbónico de España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Los colores metafísicos del barrio
Por: Reinaldo Spitaletta (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

El misterio de la belleza
Por: José Luis González (Desde Santiago de los Caballeros de La Antigua Guatemala, Guatemala. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Nuevo reino de La Tunia
Por: Daniel de Cullá (Desde Burgos, España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Bibliotecas en los monasterios
Por: ARGENPRESS CULTURAL

6 cuentos cortos (selección)
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Un poco de bel canto
Por: ARGENPRESS CULTURAL


Canción de amor
Por: Rainer Maria Rilke

Ébola, Creampie arzobispal
Por: Daniel de Cullá (Desde Burgos, España. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Plástica. Desde Cuba: Wilfredo Lam, un surrealista en Latinoamérica

20 frases del Subcomandante Marcos
Por: Paris Alejandro Salazar

Un aviso funerario
Por: Reinaldo Spitaletta (Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Joyas arquitectónicas del pasado y del presente

Milenio
Por: Gustavo Robles (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Grass
Por: Gustavo Etkin (Desde Bahía de San Salvador, Brasil. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

La altivez de los amantes
Por: Su Gea (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Música: Concierto Fantasía para dos Timbales y Orquesta, de Philip Glass
Por: ARGENPRESS CULTURAL

Sinfónicas, Tunas y Bibliotecas: La música en la educación
Por: Jorge Zavaleta Alegre (Desde Lima, Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

El concepto de libertad en la física teórica
Por: Ricardo San Esteban (Desde Buenos Aires, Argentina. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Cuatro poesías de un ruso inmortal
Por: Vladimir Maiacovski

Poema
Por: Guillermo Henao (Desde Medellín, Colombia. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)

Bellos jardines hogareños

La bruja de abril
Por: Ray Bradbury

Un clásico de The Beatles: Lucy in the Sky with Diamods (LSD) (“Lucy en el cielo con diamantes”)
Por: ARGENPRESS CULTURAL

miércoles, 21 de octubre de 2015

EL ORO DE NASI

Por Caros María Trevisi
El oro de NASI
En una antigua torre de la ciudad de Estambul, una antena necesita reparación.
El trabajo parece sencillo, no lo es tanto, sin embargo, pues la construcción del siglo XIV, esta protegida por leyes urbanas patrimoniales de estricto cumplimiento. Si bien las tareas de mantenimiento pueden ser realizadas por agentes locales, reparar la antena y controlar su correcto funcionamiento es una tarea destinada a especialistas italianos, que poseen las habilitaciones otorgadas por el ayuntamiento local.
-Pronto ¿chi parla?- responde un italiano desde sus oficinas de Milano, al llamado que llega desde la antigua Ciudad. 
-Una vez más requerimos de vuestros servicios, contestan desde una oficina de mantenimiento Estatal Turca; pues la antena se ha vuelto inestable con la última tormenta, y puede venirse abajo.
-En 72 horas llegan nuestros técnicos, y solucionan su problema. No se preocupe. Gracias, una vez más, muchas gracias.
Lo curioso es que en la antena -que había recibido mantenimiento hacia apenas unos meses-, los técnicos locales habían encontrado desconectada una de sus terminales -intencionalmente y por circunstancias no muy claras- motivo por el cual desde Italia habían enviado –en su momento- un servicio para su reparación y control.
Durante la temporada de verano, la enigmática ciudad de Estambul recibía una colección de arte impresionista organizada por la Fundación Vehbi Koç (VKF), en su primer museo de arte moderno conocido como el "Istanbul Modern", haciendo alusión a su homólogo londinense, el Tate Modern. El museo se encuentra a orillas del Bósforo, en un antiguo almacén, que es invadido por todo tipo de visitantes, entre compradores, inversores y turistas. Si bien los críticos encontraban que la locación y las obras eran acordes a lo esperado, hubo algunos personajes "ajenos a ese mundo" que también estuvieron visitando la ciudad.
La torre GÁLATA (Megalos Pyrgos), tal es su nombre, fue construída por los Genoveces en el año 1348. Ubicada en la orilla norte del cuerno de Oro, había servido en la antigüedad como punto más alto para el avistamiento de posibles invasores, tan comunes en aquellas épocas. Actualmente, transmitía una señal de radio y otra de telefonía celular, controlada por el gobierno.
En aquella oportunidad, por culpa del nido de unas cigüeñas blancas, los técnicos locales habían tenido que adelantar las obras de mantenimiento de la antena GÁLATA, constatando -para su sorpresa- que efectivamente estaba desconectada intencionalmente una terminal de onda corta.
Según algunos testigos, en esa misma época alguien con aspecto de italiano y de mediana edad, ataviado con ropas de trabajo y portando una maleta metálica  había sido visto merodeando la torre.
De todas las leyendas urbanas modernas, la que más sonaba en MILANO era una historia que detallaba la asombrosa ubicación del tesoro fabuloso originado por los saqueos a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, conocido como el oro nazi.
Dentro de los círculos más prestigiosos de la ciudad, conspicuos intelectuales delineaban estrategias de búsqueda, para hacerse del fabuloso tesoro, teñido de sangre, pero igualmente valioso.
Según la novedosa leyenda que se hacía oír por la ciudad italiana, una comunicación perdida desde 1952 y captada con un receptor de radio de onda corta, utilizado por los técnicos, hablaba que el oro nazi estaba enterrado bajo una catedral a las afueras de la ciudad turca de Estambul.
La descripción en idioma ingles, explicaba con exquisita sutileza la posible ubicación de un gran tesoro, coincidente al desaparecido en épocas nazis, y que hasta la actualidad nadie había podido encontrar.
Según algunos manuscritos hallados en la biblioteca Celsus en Éfeso. que fue creada -según los turcos más liberales- para redimir la masacre de Constantinopla, en la antigüedad se denominaba "catedral" a toda edificación de carácter gubernamental que estuviera afectada para refugio de los inválidos y desvalidos, razón está que transformaba la leyenda casi en un imposible de resolver. La guerra había destruido muchos de los edificios que podrían ser sindicados como catedral, y con ello las esperanzas de ubicar el fabuloso tesoro. No obstante ello, el afán por conseguirlo no dejaba de abrir esperanzas de hallarlo y lo que es peor aún, hasta de poner al descubierto una fabulosa trama de engaños y actividades delictivas.
NASI había nacido en Roma, y de pequeño -junto con su familia- se había mudado a Atenas, dado que su padre era el agregado cultural de la embajada Italiana en Grecia.
Como todo hijo de diplomático, su educación transcurría en colegios internacionales, donde compartía aulas con niños de igual condición, entre ellos HALIL, hijo del ministro plenipotenciario SATUR al PAN, de origen turco.
La amistad que ambos forjaron, trascendió a las ciudades que luego debieron habitar, conforme las profesiones de sus padres. Ambos son ingenieros en telecomunicaciones y comparten la propiedad de una empresa con sede en... MILANO.
En épocas de inestabilidad económica, la inversión en arte tiende a ser un buen refugio para aquellos que tienen la suerte de no saber qué destino darle a sus ahorros, sobretodo cuando estos son de origen incierto. Modernas inversiones se ocultan tras negociados -muchas veces diplomáticos- que sobreviven durante años, a la sombra de oscuras transacciones. 
Sin dudas, las intenciones de ambos socios, ocultaban -al igual que lo habían hecho sus padres- una trama de engaños y malversación de fondos, que podría salir a la luz, por la indiscreción de un simple empleado, devenido en supervisor de antenas.
Desde aquella vez en la que ese hombre “de aspecto italiano”, ataviado con ropas de trabajo y un maletín metálico, había visitado la torre GÁLATA, y habia captado una extraña comunicación en onda corta acerca de una increible historia, comenzaria a circular por ciertos circulos de Milano, lo que más tarde se transformaria en toda una leyenda.
En clave, habla HALIL. Cambio. Transfiero lo acordado. Oro protegido en catedral. Espero respuesta, NASI. Cambio...
La famosa torre GÁLATA tenía instalado el receptor, que ambos utilizaban sin levantar mayores sospechas. Una radio en línea con las telecomunicaciones de celular de Estambul, era el método utilizado por estos dos ingenieros, para intercambiar información confidencial.
Durante años habían utilizado este método, con el vendian todo tipo de informacion clasificada y hasta traficaban obras de arte.
Curiosamente estos dos amigos, denominaban “ORO” a una obra de arte robada de una colección privada que, durante más de 30 años, sus padres habían escondido celosamente.
Esta vez, la oportunidad estuvo en Estambul. Cientos de marchands de todo el mundo, se dieron cita en la ciudad que albergaba la fantástica exposición de arte impresionista.
“Oro”, se vendio a un comprador anonimo, en una cifra que ellos dos solo conocen.


La leyenda, sigue teniendo miles de interpretaciones y seguidores, esperanzados en hallar aquel tesoro, que por ahora se mantendrá oculto en los confines de la tierra.

BUTTERFLY

BUTTERFLY

María Angélica de Marco
Buenos Aires, oct. 2015

     El pasado verano cursé Escenografía e Iluminación artística en el teatro Colón. A mitad de clase, teníamos un descanso de veinte minutos, que yo utilizaba para curiosear todo lo que estaba a mi alcance. Bajaba la escalera hasta el primer piso y recorría cada uno de sus palcos, la alfombra roja y curva fue testigo de mis sigilosas visitas.  Así, abriendo y cerrando picaportes de bronce llegué al palco presidencial. Primer piso sobre la entrada principal, predominio total del recinto, vista perfecta. Me senté en todas sus butacas, acaricié sus molduras, el brocato de las paredes y debido al influjo de su historia, lo declaré, sin la menor vacilación, “mi palco”. Sentada en la semipenumbra presenciaba ensayos o recorría visualmente la solemnidad de la sala. La cúpula restaurada con los frescos del maestro Soldi, la araña con cientos de cristales, los apliques, sus pesados cortinados. La baja intensidad de las luces y el silencio predominante, me hacían entrar en un mundo de fantasía donde no era extraño ver pasar a Stravinsky, Toscanini, Caruso o la Callas paseando entre bambalinas como “Casta Diva” o la Caballé con su “Barcarola”. Una a una mis ojos recorrían las butacas imaginándolas a pleno en importantes estrenos. Entonces me preguntaba y lo sigo haciendo, si esos fervorosos concurrentes, tan elegantes y entusiastas, tendrían idea de  la magia que hay allí, cuando está desierto.
     Una tarde, mientras disfrutaba del ensayo de una pareja de bailarines guiados con rigor por su coreógrafa, encontré en el palco vecino a mi derecha, a la protagonista de Madame Butterfly que había elegido la tranquilidad del lugar para descansar.  Vestía un kimono blanco bordado en hilos de  oro y llevaba en sus manos un abanico granate con varillas de nácar. No dudé en saludarla, hablarle de mis cursos y contarle la admiración que sentía por la ópera que ella protagonizaba, especialmente por el aria “Un bel dí vedremo” y el sentimiento que despertaba en mí el escucharla. Ella dijo, con voz dulce, que en ese aria estaba depositada  toda la fuerza y esperanza de su amor.
- Piccina, moglietina, olezzo di verbena –murmuré…y me miró sin decir palabra.
    El siguiente tiempo lo ocupé con mi charla y debí retornar al curso poco menos que corriendo.
- Adiós, Cio Cio Sang, celebro haberte conocido –dije nombrando al personaje.
    Ella inclinó la cabeza en señal de saludo y yo sentí que estaba frente a la protagonista original.
     En el recreo del día siguiente, mientras bajaba las escaleras y recordaba por enésima vez, el encuentro pasado, las notas de Puccini me hicieron apurar el paso. Entré a “mi palco”.  Ella estaba allí, como el día anterior, sentada en el mismo sillón, con el kimono blanco bordado en oro y el abanico granate en sus manos y esa sonrisa enigmática y tierna a la vez.
   A partir de entonces nuestros encuentros se hicieron rutina, intercambiábamos opiniones acerca de los personajes, la creatividad del compositor,  las voces que  habían  llegado a inmortalizarse con su interpretación. Era evidente que mi admiración y conocimiento del tema la halagaba.
              Una tarde me invitó  al  ensayo general.  
             Me sentí orgullosa por la distinción.
- Te agradezco mucho. Por nada del mundo faltaré.
  El día fijado para acortar camino, entré por el pasaje Toscanini, el escaso movimiento me indicó que era temprano.  Después de un rato de espera me acerqué a Mesa de Entradas.
- Hoy no hay ensayo general. ¿De dónde lo sacaste? Para la semana próxima  tenemos ballet, pero ópera… por ahora no. 
- Entendí mal entonces –dije turbada al hombre que apoyado en el mostrador cuidaba celosamente la entrada.
 – ¿Puedo subir a buscar algo que olvidé ayer?  Es sólo un momento –aventuré.
- Hum… sabés que no se puede subir fuera de clase… andá pero bajás enseguida, no me comprometas.
     Juan era responsable pero comprensivo, si hubiera estado el más viejo, con la cara de perro que tenía, seguro me decía que no. Entré rápido en el ascensor, una fuerza desconocida me impulsaba  a estar en “mi lugar”.
   Cuando llegué, Cio Cio Sang  cantaba en el escenario  iluminado y como siempre que ella imagina y promete, contuve el aliento.
     En el sillón que ocupara siempre Madame, había algo que la oscuridad no me permitía distinguir, lo tomé y me acerqué a la puerta del palco en busca de luz. Era un programa de Madame Butterfly,  sin fecha de estreno y con dedicatoria. Las letras filigranadas decían: “La nave blanca algún día entrará en el puerto y será por mí. Gracias por tu admiración Cio Cio Sang”.  Entre las hojas de extraño papel descansaba su abanico granate con varillas de nácar. Volví a mi lugar. En el escenario había penumbra y silencio, el telón de terciopelo descansaba inmóvil.
     Butterfly ya  no estaba… había desaparecido. Imperceptiblemente. 
Como una mariposa.