CÓMO NOS DISTRAE EL GOBIERNO DEL PP.

Carlos A. Trevisi

De entre todas las novedades que surgen del nuevo gobierno de Rajoy hay una que responde exactamente a la gran variedad de distractores que comienzan a aparecer en el escenario de una España que sigue el modelo de lo que venía siendo desde la legislatura anterior. 

El cambio de horario es  el gran distractor del momento (¿ o el aumento de las bebidas azucaradas sin alcohol, el de los los cigarrillos, o las "disputas" que hacen públicas en Podemos -y de las que se entera  todo el mundo como hacía el PP cuando escondía a sus ladrones?). La opinión pública se ha visto involucrada en un tema que ha desatado todo tipo de comentarios derivados de la incertidumbre que conllevará la novedad.  Pero lo que es peor es que los políticos participan del desencuentro como si no tuviean cosas más serias que abordar.

Hoy mismo (13-12-16) ha trascendido que el FMI ha respaldado la gestión económica de Rajoy proclamando su éxito aunque no sin advertir que pese a los logros obtenidos por su gobierno tiene que subir el IVA, contradiciendo al gobierno y a  Montoro que,  en  recientes declaraiones,  manifestó que la subida de impuestos que se va a llevar a cabo no afectará a la gente de menores recursos. Acostumbrados como estamos a que se nos mienta debemos asumir que nadie entiende lo que significa el IVA o que no hay población de "menores recursos".

Es obvio que si bien el aumento del IVA que propone el FMI tarde o temprano se aplicará, no menos cierto es que el comentario de la calle respecto del cambio de huso horario ha "escondido/posterado" la "orden" del  FMI: lo cotidiano pesa más que lo político y las familias tienen que orientar sus vidas hacia un nuevo modelo horario que va desde la escolaridad de los hijos hasta las tareas ocupacionales  de los mayores -incluida la siesta de los abuelos y tenderos. 

Una vez más se argumenta que de este modo no se hace más que seguir las costumbres de otros países de Europa, la mayoría de los cuales  hace años que  aplican horarios más "adecuados" a la realidad, como tantas otras cosas que no podemos  imitar porque lo único que tenemos en común con ellos es lo que nos dice la Sra. Merkel que tenemos que hacer. 

Tendríamos que preguntarnos quién de los nuestros (¿de los nuestros?) oficia de "espía" en el FMI como para neutralizar sus "sugerencias" (¿Cebrián?, ¿Felipe González? ¿el nuevo ministro de Educación que aplaude PISA?...) 

Las maravillas que "canta" el FMI  no se corresponden con un PIB superado por los gastos de un país que se contenta con destacar los beneficios que deja el turismo, algo tan errático como que depende de que se le ocurra a algún yihadista ya sabemos qué (preguntemos a Francia, si no).