MADRID.- Es uno de los enigmas más conocidos de la cultura popular. El misterio que esconde la sonrisa de La Gioconda de Leonardo Da Vinci ha sido resuelto. Expertos de dos universidades británicas han desvelado lo que hay detrás de tal amable gesto.

Los investigadores de las universidades de Sunderlanr y Sheffield Hallam han realizado un nuevo estudio sobre la Mona Lisa basándose en un retrato anterior del pintor. La famosa Gioconda fue pintada entre 1503 y 1519. Para ello, han estudiado las similitudes con La Bella Principessa, que el artista creó entre 1495 y 1496.
Efecto óptico En dicho retrato, aparece una joven pintada de perfil y con una sonrisa semejante a la que tiene la Gioconda. Los expertos han concluido que en ambos casos, Da Vinci utilizó una técnica a la que califican de "Sonrisa inalcanzable".

El doctor Alessandro Soranzo, de la Universidad de Sheffield Hallam comentó en una entrevista a Vision Research estas conclusiones: "Como la sonrisa desaparece tan pronto como el espectador trata de atraparla, hemos llamado a esta ilusión óptica Sonrisa inalcanzable".

Los expertos también compararon ambas pinturas de Da Vinci con Retrato de una niña de Piero del Pollaiuolo
Ese efecto permite que dé la sensación de que el rostro parezca que cambia de expresión. Soranzo vio que ese tipo de efecto ya estaba en La Bella Principessa. Con lo cual, los investigadores han llegado a la conclusión de que "la sonrisa inalcanzable" podría haber sido una creación intencionada de Da Vinci, aunque tampoco descartan que haya sido casual.

Los investigadores también apuntan a que Da Vinci habría intentado este efecto en un cuadro anterior a los nombres. Se trata de La Virgen de las Rocas, hecho en 1483.