No han sido pocas las ocasiones en que hemos abordado
las diferencias entre el hombre individuo y el hombre persona.
Dijimos entonces que el individuo es idéntico a todos los demás en cuanto nace
con capacidades que son innatas a su condición de ser humano, y el hombre persona es aquel que ha logrado,
educación mediante, transformar esas potencias en actitudes.
En el ámbito de la política, los primeros, múltiples razones mediante, no han alcanzado un nivel de
politización que los enmarque más allá que lo meramente circunstancial. No tienen
cómo porque se los ha devorado su incapacidad para ponerse en común, fundamento
éste que prima como exigencia de la política para participar. No es
comunitario, se aferra al poder de las instituciones –todas ellas “respaldadas”
por La ley a la que consideran soporte indispensable de la moral. No entienden
que la moral es cambiante; no la asocian a la ética – fundamento indispensable
para acceder a la justicia, a la que le dan categoría de utopía. Su moral nace
de una premisa que lo ata a ideologías derivadas de la exteriorización de un
sistema que ajusta a la ciudadanía al avestrucismo social. De ahí su necesidad de depositar en los políticos
la responsabilidad de llevar adelante proyectos en los que la moral, en lo
cultural y en lo educativo se supedite a lo puramente económico.
Lo que viene llevando a cabo el gobierno de Rajoy es un caso típico: España está levantando cabeza porque los números hablan por sí mismos. Lo lamentable, en estos casos de mejorías “tan palpables” es que sigue habiendo más de 5 millones de desocupados, el aumento prometido de las pensiones es del 0,25 –mi pensión aumentará 1,50 euros y el sueldo de los funcionarios, un 1 por ciento: el que cobra 1500 euros tendrá un aumento de 15 euros. Lo increíble de esto –o no- es que el PP sigue contando con un 25 % de votos. Esto significa que los “individuos” siguen siendo muchos, muchísimos.
Lo que viene llevando a cabo el gobierno de Rajoy es un caso típico: España está levantando cabeza porque los números hablan por sí mismos. Lo lamentable, en estos casos de mejorías “tan palpables” es que sigue habiendo más de 5 millones de desocupados, el aumento prometido de las pensiones es del 0,25 –mi pensión aumentará 1,50 euros y el sueldo de los funcionarios, un 1 por ciento: el que cobra 1500 euros tendrá un aumento de 15 euros. Lo increíble de esto –o no- es que el PP sigue contando con un 25 % de votos. Esto significa que los “individuos” siguen siendo muchos, muchísimos.
Todos aquellos (las personas) que han superado su “individualismo”
y aspiran a ponerse en común en torno de otros valores” se politizan, participan de la política
intentando quebrar el autoritarismo que puede emanar de la ley. Y no son
precisamente los más estrangulados por la precariedad que impone el gobierno pues los
hay de toda categoría social y económica. Se trata de aquellos que ven la
realidad desde otro ángulo. Son personas sensibles que mirando la
realidad extraen de ella todo aquello que apunte a un proyecto político
comunitario cuyo eje será la gente y no lo puramente económico. Son aquéllos
que han entendido que España son los españoles, no el territorio que abarca el
diseño geográfico del Reino. Es gente que lucha en un afán por superar las
barreras que impone el poder económico. Entienden la moral y la ley como
esenciales para la convivencia, pues son los factores que nos permiten vivir con los
demás castigando sus excesos, pero entienden que poco tiene que ver con la ética, madre de la
justicia.
La lucha por la justicia excede el marco de la ley; está mucho más
allá y si bien puede no alcanzar para solucionar los problemas que aquélla resuelve,
exige a los que operan en su ámbito, los políticos, que tengan clara noción de
lo que significa adherir a principios que de ningún modo autoricen cualquier
tipo de excesos, por legales que sean: una moral de circunstancias puede llegar
a avalar cualquier atrocidad.
Echemos una ojeada por el mundo, si no.
Si, eres idiota (http://blogs.publico.es/dominiopublico/14323/si-eres-idiota/)
Las élites distraídas, LUIS SANCHEZ-MERLO
La única manera de evitar que se polarice la sociedad es amortiguar las diferencias de clases.
No hay comentarios:
Publicar un comentario