lunes, 10 de agosto de 2015

¿EL SICOANÁLISIS UNA PSEUDOCIENCIA?


Por qué el psicoanálisis es una pseudociencia


Veamos a continuación la valoración de por qué lo es.


Por qué el psicoanálisis es una pseudociencia  Mario Bunge*


Según explica M. Bunge en su tratado de La Investigación Científica:

"El psicoanálisis no debe confundirse con la psicología ni con la 
psiquiatría. 

El psicoanálisis pretende ser una teoría y una técnica terapéutica. Como  
teoría sería aceptable si se mostrara que es suficientemente verdadero; 
como técnica, si se mostrara que es suficientemente eficaz. Pero para
poder sostener la pretensión de verdad o la pretensión de eficiencia,
un cuerpo de ideas y practicas tiene que someterse el mismo a los
cánones de desarrollo de la ciencia pura y aplicada, por 
lo menos si desea ser tomado por una ciencia. Ahora bien, 
el psicoanálisis no consigue pasar las pruebas de cientificidad.


1. Las tesis del psicoanálisis son ajenas a la psicología, la antropología 
y la biología, y a menudo incompatibles con ellas. Por ejemplo el 
psicoanálisis es ajeno a la teoría del aprendizaje, el capitulo más 
adelantado de la psicología. La hipótesis de una memoria racial
inconsciente no tiene apoyo alguno en genética; la afirmación de que 
la agresividad es instintiva y universal se contradice con la etnología y 
la antropología; la hipótesis de que todo hombre acarrea un complejo 
de Edipo esta en contradicción con los datos de la antropología. 
Esto no sería grave si se tratara de puntos secundarios de la doctrina; 
pero son puntos importantes y, sobre todo, el psicoanálisis no puede
apelar a la ciencia para eliminar esas partes de su doctrina, porque se 
presenta como una ciencia rival e independiente.

2. Algunas hipótesis psicoanalíticas son incontrastables; por ejemplo 
las de la sexualidad infantil, la existencia de entidades desencarnadas 
dentro de la personalidad (el id, el ego, el super ego), y del sueño 
como significativo de la vuelta al seno materno.

3. Las tesis psicoanalíticas que son contrastables han sido ilustradas, 
pero nunca realmente contrastadas por los psicoanalistas con la ayuda 
de técnicas corrientes de contrastación; en particular, la estadística no
desempeña papel alguno en el psicoanálisis. Y cuando han sido
psicólogos científicos los que han sometido esas tesis a contrastación, 
el resultado ha sido un fracaso. 
Ejemplos:
a) la conjetura de que todo sueño es la satisfacción de un deseo
ha sido contrastada preguntando a sujetos con necesidades urgentes
y objetivamente conocidas, como la sed, el contenido de los 
sueños; resultado: hay muy escasa correlación entre las necesidades 
y los sueños.
b) Según la hipótesis de la catarsis, la contemplación de films que 
exponen comportamientos violentos debería tener como resultado 
una descarga de agresividad; la experimentación científica ha mostrado 
el resultado contrario (R. H. Walters y otros científicos, 1962).
c) Estudios muy sistemáticos y tenaces (W. H. Sewell, 1952, y M. A. 
Strauss, 1957) han destruido la tesis psicoanalítica de que existe una 
correlación relevante entre las primeras costumbres de alimentación
y excreción, por un lado, y rasgos de la personalidad por otros.
d) Formando grupos para estimar la influencia de la terapéutica 
psicoanalítica en la neurosis, no se ha encontrado influencia favorable
alguna, pues el porcentaje de curaciones estaba algo por debajo del 
porcentaje de curaciones espontaneas (resultados de H. H. W. Miles y 
otros experimentadores, 1951, de H. J. Eysenck, 1952, y de E. E. 
Levitt, 1957); en cambio, la técnica científica de recondicionamiento 
tiene éxito en la mayoría de los casos  (J. Wolpe, 1958).

4. Aunque algunas conjeturas psicoanalíticas son, tomadas aisladamente, 
contrastables, y lo han sido, como acabamos de ver, en cambio no 
son contrastables tomadas como un cuerpo total. Por ejemplo: si el 
análisis del contenido de un sueño no muestra que ese sueño es la
satisfacción imaginaria de un deseo, el psicoanalista sostendrá que 
eso solo prueba que el sujeto ha reprimido enérgicamente su deseo, el 
cual está por tanto más allá del control del terapeuta; análogamente,
 ante una persona que no presente complejo de Edipo, el psicoanalista 
dirá que lo tiene muy reprimido, tal vez por temor a la castración. 
Y de esta manera las diversas tesis, los diversos miembros de la banda, 
se protegen los unos a los otros, y la doctrina en su conjunto resulta 
inatacable por la experiencia.

5. El psicoanálisis, además de eliminar por absorción indiscriminada 
toda evidencia que normalmente (en la ciencia) seria considerada 
desfavorable, se resiste a la crítica. Y hasta la elimina mediante el 
argumento ad hominen según el cual el crítico está manifestando el 
fenómeno de resistencia, y confirmando así la hipótesis psicoanalítica 
sobre ese fenómeno. 
Ahora bien: si ni la argumentación ni la experiencia pueden 
resquebrajar una doctrina, entonces esa doctrina es un dogma, 
no una ciencia. Las teorías científicas, lejos de ser perfectas, son, 
o bien fracasos que se olvidan, o bien construcciones perfectibles,
y por tanto corregidas en el curso del tiempo".

En conferencia ofrecida el 10 de noviembre de 1989, M. Bunge 
plantea acerca del psicoanálisis:

"El psicoanálisis esta en el mismo bote que la parapsicología, 
con el agravante de que los  psicoanalistas no hacen experimentos 
y cobran consulta. En primer lugar el psicoanálisis, al igual 
que la parapsicología, involucra el dualismo psiconeural, es decir, 
la tesis de que la psique es inmateria l y, más aún, puede actuar 
sobre el cuerpo, por ejemplo, causando dolencias psicosomáticas. 
Semejante dualismo choca con la psicología fisiológica y mantiene a la 
medicina psicosomática en una etapa precientifica. La medicina 
psicosomática científica noes sino psiconeuroendocrinoinmunologia: 
explica las llamadas "somatizaciones" como efectos de procesos 
cerebrales que interactúan con procesos musculares, endocrinos o 
inmunes.

En segundo lugar, las hipótesis psicoanalíticas son de dos clases: 
contrastables e incontrastables por medios empíricos. Por ejemplo, 
la hipótesis de la represión es incontrastable, porque algo reprimido, 
tal como un trauma infantil o el complejo de Edipo, no se distingue 
empíricamente de algo que no existe. Ahora bien, por definición de 
"ciencia" las hipótesis incontrastables no son científicas. Ergo, la parte 
incontrastable del psicoanálisis no es científica.

En cuanto a las hipótesis psicoanalíticas contrastables, a la vez se 
agrupan en dos clases: las que han sido puestas a prueba y las que 
aun no han sido contrastadas. Por ejemplo, las estadísticas existentes 
muestran que el tratamiento psicoanalítico es ineficaz en el mejor de 
los casos; en cambio, los tratamientos científicos de los mismos 
trastornos, por ejemplo, mediante terapia de la conducta, drogas o 
cirugía, son eficaces en un alto porcentaje.

Otro ejemplo es la hipótesis psicoanalítica de que la personalidad 
adulta está determinada únicamente por el tipo de entrenamiento 
precoz del control de los esfínteres: el entrenamiento severo 
produciría individuos de carácter "anal", y el permisivo, individuos 
de carácter "oral".
Estudios cuidadosos han mostrado que no hay correlación entre las 
dos variables. Mas aún, desde el punto de vista conceptual la partición 
de las personalidades entre anales y orales es burda y deja de lado 
rasgos importantes tales como la prosocialidad y la antisocialidad, la 
introversión y la extroversión, la laboriosidad y la facilidad de 
aprendizaje. La propiedad misma de ser "anal" u "oral" es imaginaria.

No ha habido muchos experimentos para poner a prueba las fantasías 
psicoanalíticas, y los pocos que hay han sido diseñados y ejecutados 
por no psicoanalistas. Que yo sepa, ninguna de las hipótesis 
contrastables del psicoanálisis ha sido confirmada. Sin embargo, 
también en este caso debemos ir al encuentro del empirista ingenuo, 
que pide una postergación de la condena definitiva del psicoanálisis 
hasta tanto no aparezcan datos empíricos favorables al mismo. En 
mi opinión esta eventualidad no puede ocurrir porque el psicoanálisis 
comete el pecado filosófico original de sostener el dualismo 
psiconeural, así como el pecado metodológico de aislarse de las 
demás disciplinas y exigir que se lo juzgue con su propia vara. 
La hipótesis del alma inmaterial (dividida en yo, superyo y ello) es 
incontrastable en el mejor de los casos, y en el peor, choca con el 
monismo psiconeural inherente a la psicología fisiológica.
Y la exigencia de gozar del privilegio de no ser sometido a los 
mismos controles experimentales que se emplean en la psicología 
colocan al psicoanálisis automáticamente al margen de la ciencia.

En resolución, el psicoanálisis es tan pseudocientífico como la 
parapsicología. El único modo que tienen los psicoanalistas de 
evitar este estigma es adquiriendo otro: sosteniendo, como lo 
hacen Lacan y sus discípulos, que el psicoanálisis no tiene 
pretensiones científicas, pues pertenece  a la psicología "humanista"
 o incluso a la retorica. No veo inconvenientes en concederles esta 
retirada, siempre que se abstengan de tratar enfermos mentales".



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Mi Post más importante:


Mario Bunge, Físico
  1. Mario Augusto Bunge es un físico, filósofo, epistemólogo y
  2. humanista argentino. 
  3. Por  encima de todo es un filósofo realista, cientificista, materialista
  4. y sistemista; defensor del 
  5. realismo científico y de la filosofía exacta.

  6. Fecha de nacimiento21 de septiembre de 1919 (edad 95), Buenos Aires, Argentina

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