Por qué el psicoanálisis es una pseudociencia
Veamos a continuación la valoración de por qué lo es.
Mario Bunge*
Según explica M. Bunge en su tratado de La Investigación Científica:
"El psicoanálisis no debe confundirse con la psicología ni con la
psiquiatría.
psiquiatría.
El psicoanálisis pretende ser una teoría y una técnica terapéutica. Como
teoría sería aceptable si se mostrara que es suficientemente verdadero;
como técnica, si se mostrara que es suficientemente eficaz. Pero para
poder sostener la pretensión de verdad o la pretensión de eficiencia,
un cuerpo de ideas y practicas tiene que someterse el mismo a los
cánones de desarrollo de la ciencia pura y aplicada, por
lo menos si desea ser tomado por una ciencia. Ahora bien,
el psicoanálisis no consigue pasar las pruebas de cientificidad.
y la biología, y a menudo incompatibles con ellas. Por ejemplo el
psicoanálisis es ajeno a la teoría del aprendizaje, el capitulo más
adelantado de la psicología. La hipótesis de una memoria racial
inconsciente no tiene apoyo alguno en genética; la afirmación de que
la agresividad es instintiva y universal se contradice con la etnología y
la antropología; la hipótesis de que todo hombre acarrea un complejo
de Edipo esta en contradicción con los datos de la antropología.
Esto no sería grave si se tratara de puntos secundarios de la doctrina;
pero son puntos importantes y, sobre todo, el psicoanálisis no puede
apelar a la ciencia para eliminar esas partes de su doctrina, porque se
presenta como una ciencia rival e independiente.
2. Algunas hipótesis psicoanalíticas son incontrastables; por ejemplo
las de la sexualidad infantil, la existencia de entidades desencarnadas
dentro de la personalidad (el id, el ego, el super ego), y del sueño
como significativo de la vuelta al seno materno.
3. Las tesis psicoanalíticas que son contrastables han sido ilustradas,
pero nunca realmente contrastadas por los psicoanalistas con la ayuda
de técnicas corrientes de contrastación; en particular, la estadística no
desempeña papel alguno en el psicoanálisis. Y cuando han sido
psicólogos científicos los que han sometido esas tesis a contrastación,
el resultado ha sido un fracaso.
Ejemplos:
a) la conjetura de que todo sueño es la satisfacción de un deseo
ha sido contrastada preguntando a sujetos con necesidades urgentes
y objetivamente conocidas, como la sed, el contenido de los
sueños; resultado: hay muy escasa correlación entre las necesidades
y los sueños.
b) Según la hipótesis de la catarsis, la contemplación de films que
exponen comportamientos violentos debería tener como resultado
una descarga de agresividad; la experimentación científica ha mostrado
el resultado contrario (R. H. Walters y otros científicos, 1962).
c) Estudios muy sistemáticos y tenaces (W. H. Sewell, 1952, y M. A.
Strauss, 1957) han destruido la tesis psicoanalítica de que existe una
correlación relevante entre las primeras costumbres de alimentación
y excreción, por un lado, y rasgos de la personalidad por otros.
d) Formando grupos para estimar la influencia de la terapéutica
psicoanalítica en la neurosis, no se ha encontrado influencia favorable
alguna, pues el porcentaje de curaciones estaba algo por debajo del
porcentaje de curaciones espontaneas (resultados de H. H. W. Miles y
otros experimentadores, 1951, de H. J. Eysenck, 1952, y de E. E.
Levitt, 1957); en cambio, la técnica científica de recondicionamiento
tiene éxito en la mayoría de los casos (J. Wolpe, 1958).
4. Aunque algunas conjeturas psicoanalíticas son, tomadas aisladamente,
contrastables, y lo han sido, como acabamos de ver, en cambio no
son contrastables tomadas como un cuerpo total. Por ejemplo: si el
análisis del contenido de un sueño no muestra que ese sueño es la
satisfacción imaginaria de un deseo, el psicoanalista sostendrá que
eso solo prueba que el sujeto ha reprimido enérgicamente su deseo, el
cual está por tanto más allá del control del terapeuta; análogamente,
ante una persona que no presente complejo de Edipo, el psicoanalista
dirá que lo tiene muy reprimido, tal vez por temor a la castración.
Y de esta manera las diversas tesis, los diversos miembros de la banda,
se protegen los unos a los otros, y la doctrina en su conjunto resulta
inatacable por la experiencia.
5. El psicoanálisis, además de eliminar por absorción indiscriminada
toda evidencia que normalmente (en la ciencia) seria considerada
desfavorable, se resiste a la crítica. Y hasta la elimina mediante el
argumento ad hominen según el cual el crítico está manifestando el
fenómeno de resistencia, y confirmando así la hipótesis psicoanalítica
sobre ese fenómeno.
Ahora bien: si ni la argumentación ni la experiencia pueden
resquebrajar una doctrina, entonces esa doctrina es un dogma,
no una ciencia. Las teorías científicas, lejos de ser perfectas, son,
o bien fracasos que se olvidan, o bien construcciones perfectibles,
y por tanto corregidas en el curso del tiempo".
En conferencia ofrecida el 10 de noviembre de 1989, M. Bunge
plantea acerca del psicoanálisis:
"El psicoanálisis esta en el mismo bote que la parapsicología,
con el agravante de que los psicoanalistas no hacen experimentos
y cobran consulta. En primer lugar el psicoanálisis, al igual
que la parapsicología, involucra el dualismo psiconeural, es decir,
la tesis de que la psique es inmateria l y, más aún, puede actuar
sobre el cuerpo, por ejemplo, causando dolencias psicosomáticas.
Semejante dualismo choca con la psicología fisiológica y mantiene a la
medicina psicosomática en una etapa precientifica. La medicina
psicosomática científica noes sino psiconeuroendocrinoinmunologia:
explica las llamadas "somatizaciones" como efectos de procesos
cerebrales que interactúan con procesos musculares, endocrinos o
inmunes.
En segundo lugar, las hipótesis psicoanalíticas son de dos clases:
contrastables e incontrastables por medios empíricos. Por ejemplo,
la hipótesis de la represión es incontrastable, porque algo reprimido,
tal como un trauma infantil o el complejo de Edipo, no se distingue
empíricamente de algo que no existe. Ahora bien, por definición de
"ciencia" las hipótesis incontrastables no son científicas. Ergo, la parte
incontrastable del psicoanálisis no es científica.
En cuanto a las hipótesis psicoanalíticas contrastables, a la vez se
agrupan en dos clases: las que han sido puestas a prueba y las que
aun no han sido contrastadas. Por ejemplo, las estadísticas existentes
muestran que el tratamiento psicoanalítico es ineficaz en el mejor de
los casos; en cambio, los tratamientos científicos de los mismos
trastornos, por ejemplo, mediante terapia de la conducta, drogas o
cirugía, son eficaces en un alto porcentaje.
Otro ejemplo es la hipótesis psicoanalítica de que la personalidad
adulta está determinada únicamente por el tipo de entrenamiento
precoz del control de los esfínteres: el entrenamiento severo
produciría individuos de carácter "anal", y el permisivo, individuos
de carácter "oral".
Estudios cuidadosos han mostrado que no hay correlación entre las
dos variables. Mas aún, desde el punto de vista conceptual la partición
de las personalidades entre anales y orales es burda y deja de lado
rasgos importantes tales como la prosocialidad y la antisocialidad, la
introversión y la extroversión, la laboriosidad y la facilidad de
aprendizaje. La propiedad misma de ser "anal" u "oral" es imaginaria.
No ha habido muchos experimentos para poner a prueba las fantasías
psicoanalíticas, y los pocos que hay han sido diseñados y ejecutados
por no psicoanalistas. Que yo sepa, ninguna de las hipótesis
contrastables del psicoanálisis ha sido confirmada. Sin embargo,
también en este caso debemos ir al encuentro del empirista ingenuo,
que pide una postergación de la condena definitiva del psicoanálisis
hasta tanto no aparezcan datos empíricos favorables al mismo. En
mi opinión esta eventualidad no puede ocurrir porque el psicoanálisis
comete el pecado filosófico original de sostener el dualismo
psiconeural, así como el pecado metodológico de aislarse de las
demás disciplinas y exigir que se lo juzgue con su propia vara.
La hipótesis del alma inmaterial (dividida en yo, superyo y ello) es
incontrastable en el mejor de los casos, y en el peor, choca con el
monismo psiconeural inherente a la psicología fisiológica.
Y la exigencia de gozar del privilegio de no ser sometido a los
mismos controles experimentales que se emplean en la psicología
colocan al psicoanálisis automáticamente al margen de la ciencia.
En resolución, el psicoanálisis es tan pseudocientífico como la
parapsicología. El único modo que tienen los psicoanalistas de
evitar este estigma es adquiriendo otro: sosteniendo, como lo
hacen Lacan y sus discípulos, que el psicoanálisis no tiene
pretensiones científicas, pues pertenece a la psicología "humanista"
o incluso a la retorica. No veo inconvenientes en concederles esta
retirada, siempre que se abstengan de tratar enfermos mentales".
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* Mario Bunge, Físico
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http://cultura.elpais.com/cultura/2015/01/15/babelia/1421325878_600598.html
- Mario Augusto Bunge es un físico, filósofo, epistemólogo y
- humanista argentino.
- Por encima de todo es un filósofo realista, cientificista, materialista
- y sistemista; defensor del
- realismo científico y de la filosofía exacta.
- Fecha de nacimiento: 21 de septiembre de 1919 (edad 95), Buenos Aires, Argentina
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