martes, 26 de julio de 2016

¿POR QUÉ NO A UNA TERCERA LLAMADA A ELECCIONES?

Carlos A. Trevisi

Los acuerdos que aspiran a lograr los partidos entre sí para conseguir un sillón aquí y otro allá muestran a las claras que a los políticos les importa muy poco la ciudadanía. Cuando PODEMOS  le planteó al PSOE el “sillón” de la vicepresidencia lo hizo con un fundamento cierto: el número de votos que las estadísticas le asignaban. 

Fue un escándalo. 

El PP acuerda con los independentistas catalanes a los que nunca prestó atención como no fuera para denostarlos,  y resulta que es el acuerdo imprescindible –ese y otros- para salvar a una España cuyo gobierno “en funciones” está atado de pies y manos, según y conforme, para abordar las graves derivaciones que devendrían para seguir adelante con un país que marcha hacia el pleno empleo, que es la 4ª economía  de Europa (ahora que se fue Gran Bretaña, dicen nque es la tercera) y no cuántas cosas más.

Si hay que tener coraje!, con lo simple que sería todo si Rajoy renunciara a la candidatura y el PP pusiera en su lugar a otro personaje que tuviera más crédito. ¿Será porque, como dijo el pequeño Nicolás, Rajoy es tonto y hace falta una persona así para satisfacer las condiciones que nos imponen?

¿Cuál sería el problema para llamar a nuevas elecciones? Si el pueblo al que tanto se apela en nombre de la democracia votara nuevamente tal vez –solo “tal vez”, lo tengo clarísimo, y eso lo saben los políticos- se podrían resolver estos agobiantes enjuagues que no hacen sino sepultar a nuestro país en las miserias de la partidocracia.

Que sea la gente la que resuelva el problema y delegue en sus mandados el poder que entienden deben ejercer para cumplir con su voluntad.  Claro que pasado el verano y con la que se viene encima en Europa la ficción del pleno empleo y del crecimiento económico se habrá esfumado aunque acaso ya no sea necesario esperar: los mil millones que el gobierno sacó de la caja de los pensionados y los 7000 millones “invertidos” –agregaron 1000 millones más últimamemte por las grandes empresas (cerca de 4500  de ellas) hablan a las claras de que la senda por la que discurre el gobierno  comienza a obstaculizarse. Algo estará pasando para tanta generosidad por parte de los empresarios, que echan a los empleados por la puerta del frente y los vuelven a tomar en negro por la puerta trasera.

Qué quieren que les diga... 

Amigos, la escasez devendrá en miseria y llegará el momento en que el enfrentamiento será inevitable. ¿Por qué, entonces, no dejamos que la gente asuma su responsabilidad y se quite de encima  este “teatrillo” de reencuentros amorosos que viene poniendo en escena el PP para conseguir “sillones”?

Si no les parece un atrevimiento les diré la razón: a la Merkel no le interesa, y menos desde hoy -23 de julio- que ha recibido el apoyo incondicional de Obama, una cometa con mucha cola.

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