Carlos A. Trevisi
Los acuerdos que aspiran a lograr los partidos entre sí
para conseguir un sillón aquí y otro allá muestran a las claras que a los
políticos les importa muy poco la ciudadanía. Cuando PODEMOS le planteó al PSOE el “sillón” de la
vicepresidencia lo hizo con un fundamento cierto: el número de votos que las
estadísticas le asignaban.
Fue un escándalo.
El PP acuerda con los
independentistas catalanes a los que nunca prestó atención como no fuera para
denostarlos, y resulta que es el acuerdo
imprescindible –ese y otros- para salvar a una España cuyo gobierno “en
funciones” está atado de pies y manos, según y conforme, para abordar las
graves derivaciones que devendrían para seguir adelante con un país que marcha
hacia el pleno empleo, que es la 4ª economía
de Europa (ahora que se fue Gran Bretaña, dicen nque es la tercera) y no
cuántas cosas más.
Si hay que tener coraje!, con lo simple que sería todo si
Rajoy renunciara a la candidatura y el PP pusiera en su lugar a otro personaje
que tuviera más crédito. ¿Será porque, como dijo el pequeño Nicolás, Rajoy es
tonto y hace falta una persona así para satisfacer las condiciones que nos
imponen?
¿Cuál sería el problema para llamar a nuevas
elecciones? Si el pueblo al que tanto se apela en nombre de la democracia
votara nuevamente tal vez –solo “tal vez”, lo tengo clarísimo, y eso lo saben
los políticos- se podrían resolver estos agobiantes enjuagues que no hacen sino
sepultar a nuestro país en las miserias de la partidocracia.
Que sea la gente la que resuelva el problema y delegue
en sus mandados el poder que entienden deben ejercer para cumplir con su
voluntad. Claro que pasado el verano y
con la que se viene encima en Europa la ficción del pleno empleo y del
crecimiento económico se habrá esfumado aunque acaso ya no sea necesario
esperar: los mil millones que el gobierno sacó de la caja de los pensionados y
los 7000 millones “invertidos” –agregaron 1000 millones más últimamemte por las
grandes empresas (cerca de 4500 de ellas)
hablan a las claras de que la senda por la que discurre el gobierno comienza a obstaculizarse. Algo estará
pasando para tanta generosidad por parte de los empresarios, que echan a los
empleados por la puerta del frente y los vuelven a tomar en negro por la puerta
trasera.
Qué quieren que les diga...
Amigos, la escasez devendrá
en miseria y llegará el momento en que el enfrentamiento será inevitable. ¿Por
qué, entonces, no dejamos que la gente asuma su responsabilidad y se quite de
encima este “teatrillo” de reencuentros amorosos que viene poniendo en escena el PP para conseguir “sillones”?
Si no les parece un atrevimiento les diré la razón: a
la Merkel no le interesa, y menos desde hoy -23 de julio- que ha recibido el
apoyo incondicional de Obama, una cometa con mucha cola.
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