miércoles, 25 de marzo de 2015

EDUCACIÓN: BAJEMOS A LA TRINCHERA

por Carlos A Trevisi

Hacer hablar a los niños favorece la participación, el diálogo, el aprender a escuchar y permite al maestro tomar contacto con la realidad que anima sus vidas. Cualquier metodología holgaría si no lo entendiéramos así.  La relación enseñar-aprender debe contemplar, necesariamente,  las vivencias del grupo al frente del cual las circunstancias nos ponen. Así, en la impartición de los contenidos, el maestro pondrá en acto todo aquello que satisfaga las necesidades específicas de los chicos y su entorno. Para enseñar el contenido "la salud", que tomo tan al azar como más adelante el del aprendizaje de la historia, el maestro podrá sugerir a  sus alumnos que comenten  cómo es la casa donde viven, qué  alimentos ingieren, cómo los cocinan, si asisten al centro de salud regularmente, quién les aplica las vacunas, si practican deportes, cómo se llama su médico de cabecera, cómo son sus hábitos de higiene corporal,  etc.
La estrategia de hacerlos hablar favorece la participación y permite al maestro tomar contacto con su realidad.
El maestro registra los comentarios más enriquecedores y saca las conclusiones que sirven a su objetivo: comen casi únicamente hidratos de carbono, no tienen agua corriente, en lugar de cloacas hay pozos ciegos; algunos padres beben; ahora cocina el hombre porque se quedó sin trabajo y está en casa todo el día; las madres salen a trabajar en el servicio doméstico.
Entiende el maestro, entonces,  que debe desarrollar  el tema de la ingestión de proteínas, el de la falta de agua corriente y el de las cloacas. Lo demás lo excede. Él no puede conseguirle trabajo al padre ni evitar que beba. No obstante, lo registra como aporte esencial.

Organiza la clase en tres o cuatro  grupos. Uno de los grupos va al ambulatorio para investigar porqué tienen que comer proteínas. El segundo grupo sale en busca de  un vídeo  sobre la alimentación. El  tercer grupo va a un cibercafé a ver qué hay en Internet sobre la alimentación.
Dos o tres díoas después, en clase, los niños transmiten sus experiencias.
El primer grupo exhibe unos folletos que les dio el médico y explica a todos los demás chicos que les dijo que no sólo hay que comer hidratos de carbono y grasas sino también proteínas; que fue muy bueno con ellos y que les explicó qué eran estas últimas. El segundo grupo explica que no encontró el vídeo, pero que, averiguando en el barrio, un vecino les facilitó material sobre alimentación porque su hija es nutricionista. El tercer grupo no pudo entrar en Internet porque no habían llevado dinero y les cobraban 3 euros por  hora.

Detengámonos aquí.

Los chicos han penetrado varios planos de la realidad, no sólo el del conocimiento.
El relacional: han comprobado que tratándose de algo serio -su trabajo de investigación- el médico fue generoso y les salió al encuentro; lo mismo pasó con el vecino. No sucedió así con el del vídeo-club, al que ni siquiera  nombraron,  ni con el del cibercafé, que los  puso de patitas en la calle porque no tenían  los 3 euros para acceder a los ordenadores.


Estupenda ocasión para el maestro para adentrarse, incidentalmente, en el tema de los VALORES.  El médico se mostró DIALOGAL, suspendió su actividad para darse unos minutos de OCIO que compartió con los niños,  fue SOLIDARIO,  fue CONSECUENTE... , al igual que el vecino, que se mostró COMPRENSIVO. El del bar mostró ser AUTORITARIO, INFLEXIBLE,   y el del video-club  EGOISTA.
El maestro puede ampliar la enumeración de valores felicitando a los chicos por  su ESFUERZO,  su AMPLITUD y APERTURA para trabajar en equipo, su AUTONOMÍA, su COOPERACION,  su SOLIDARIDAD... y hacer extensivo el trabajo a un análisis de las personas con las que se vinculan
a diario - el distribuidor de prensa, la cajera del supermercado, el conserje del colegio-  y de ellos mismos o de algún prócer a partir de sus realizaciones ...  (Apéndice IV)

 El contenido "la salud"  no sólo se ha enfocado según lo que el medio reclamaba aquí y ahora -clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje-  sino que ha derivado naturalmente en una experiencia de vida en la que los chicos han reconocido actitudes y distinguido valores. Pero, además, se han transversalizado contenidos y aportado temas que, sugeridos por ellos mismos, llevan a una arborescencia impensada:  medicinas, nutricionistas, vídeos,  Internet, ordenadores, etc.

Por supuesto que esto que acabamos de ver podría haberse enseñado  explicando lo que es un hidrato de carbono o  una proteína y protestando ante el alcalde  para que ponga agua corriente y cloacas en el barrio.

El planteo es válido para cualquier nivel socio-económico. Seguramente en las escuelas con una población de mayores recursos se solucionaría la "búsqueda" de material con más facilidad y habría que orientar el trabajo de los niños en otro sentido.

¿No sería igualmente interesante estudiar historia de esta manera? ¿No sería para nuestros adolescentes más atractivo descubrir los "adentros" de un Felipe II *   partiendo de el “Cristo Blanco” ** de Cellini, o de  las taraceas con que se lo obsequiara? (¿Por qué una escultura o una taracea?) ¿O las crisis financieras que sobrevienen durante su reinado  explicando la usura a la que lo someten los Grimaldi ***, prestamistas  de aquel entonces ? (¿Por qué  acudir a un prestamista?) ¿O  leyendo alguna crónica  de su reinado en la que se habla de que en "la villa de El Escorial se confunden bestias con hombres", tal es la miseria? (¿Por qué no se ocupaba el rey renacentista de esos pobres infelices?)  ¿O la impresión ilegítima de los libros del nuevo rezado que se hacía en el Alto Perú, en América? ( ¿El inicio del robo de los "derechos de autor"?)
¿No incentivaría esta metodología a los jóvenes con mayor interés que enseñar quien era Cellini, las Guerras con Flandes, el brillo de la Corte o que los Jerónimos (http://www3.planalfa.es/msmparral/) imprimían los nuevos libros en el monasterio? ¿No los obligaría a un porqué que ellos mismos deberían contestar?

Así, habremos trabajado con   una integración de disciplinas -o de contenidos o temas- con un objetivo que las excede en lo particular: el descubrimiento, por parte de los alumnos, de una nueva y distinta perspectiva para aprehender la realidad; aquélla que resulta de la integración de los temas que ellos mismos eligieron para aprender los contenidos que se les imponen.

Un trabajo de estas características, al que denominaremos "proyecto integrado" será lo que resulta de una tarea mancomunada maestro-alumno con eje en el aula, en respuesta a objetivos generales -de la escuela- y particulares -de la unidad áulica- y en satisfacción de consignas que prioricen el aprender por sobre el enseñar. Será producto de conclusiones, de las que es menester dejar un registro, y síntesis de la tarea llevada a cabo; deberá ser amplio para abarcar; abierto para incluir;  flexible para facilitar la articulación de nuevos contenidos; heterogéneo en respuesta a los múltiples intereses de los alumnos; homogéneo en tanto resultante integradora de contenidos; estético en satisfacción de las formas; expandible en tanto autorice agregados a los contenidos ya existentes; e interrelacionado,  de   modo  que  subyazca   una   red   que vincule los contenidos entre sí.
Compete al maestro elaborar una estrategia de aprendizaje, elegir contenidos, destacar relaciones, establecer tiempos, orientar búsquedas y sugerir y administrar  recursos  y materiales.
Compete a los alumnos elegir temas, transformar las relaciones en encuentros, conseguir material y manejar los recursos.
Así impulsaremos al niño, guiado por su maestro,  a asumir la elaboración de estrategias  que le permitan organizar los datos según prioridades que él mismo irá descubriendo a partir de  los objetivos que se le tracen en pos de la meta: una síntesis dinámica, lógica, abierta, ampliable, perfectible en la que han concurrido el rigor que exige el conocimiento y el esfuerzo que demanda una férrea voluntad.

*Felipe II

**
Benvenuto Cellini

***
Grimaldi

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