Es la hora de los BRICS
Emir Sader
ALAI AMLATINA, 16/11/2016.- Cuando triunfó
en la guerra fría, el
bloque occidental, comandado por EEUU,
anunció que la historia llegaba a su puerto final. Habría acontecimientos, pero
nada fuera de la economía capitalista de mercado y de la democracia liberal.
Ese era el fin de la historia.
La globalización neoliberal se encargaba
de hacer universales esos
esquemas económicos y políticos. La Pax
americana se imponía. Pero el paso de un mundo bipolar a un mundo unipolar bajo
la hegemonía imperial norteamericana no trajo ni paz, ni desarrollo económico.
Al revés, se han multiplicado los focos de guerra y la recesión económica se ha
globalizado.
La crisis recesiva en el centro del
sistema, empezada en 2008, no tiene ni plazo, ni forma de terminar. Las
políticas de austeridad asumidas por todos los países europeos son máquinas de
generación de inestabilidad social y política, quitando legitimidad a los
sistemas políticos y a los partidos tradicionales.
El Brexit fue una expresión más evidente
del malestar provocado por la globalización, del que la elección de Donald
Trump es una confirmación.
Se generaliza el rechazo a los efectos de
la globalización neoliberal.
Los gobiernos y partidos que insisten en
esa dirección son sistemáticamente derrotados. La crisis de agotamiento de la
globalización lleva consigo también a la democracia liberal, que pierde
legitimidad al no expresar los sentimientos de la mayoría de la población.
La globalización se ha agotado sin lograr
que la economía mundial
volviera a crecer, al contrario,
naturalizando la recesión en escala
mundial. Tampoco logró disminuir los
conflictos en todo el mundo, al
contrario, los multiplicó.
El mundo que surge del Brexit, de la
elección de Trump, de la profunda crisis de la Unión Europea y, sobretodo, de
los Brics, es un mundo de transición entre el de la globalización comandada por
los EEUU y su modelo neoliberal, y el que apunta hacia mecanismos de
reactivación del desarrollo, de la resolución negociada de los conflictos
internacionales, de fortalecimiento de los Estados nacionales y de los procesos
de integración regional y de intercambio Sur-Sur.
En ese momento, América Latina tiene, más
que nunca, que profundizar sus procesos de integración y, sobretodo, acercarse
a los Brics, a su Banco de Desarrollo y su fondo de reservas. Buscar, al
contrario, retomar lazos privilegiados con EEUU es hacer el camino opuesto, es
condenarse a la recesión, alejarse de los focos dinámicos de la economía
mundial, volverse intranscendentes, como había ocurrido en los años 1990. Precisamente
en el momento de agotamiento de la globalización y del modelo neoliberal en
escala mundial, Argentina y Brasil reanudan ese modelo, después de su fracaso
en esos mismos países, en los años 1990. Una señal más de que se trata de
opciones contrarias a la dinámica del mundo en el siglo XXI.
- Emir Sader, sociólogo y científico
político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la
Universidad Estadual de Rio de Janeiro
(UERJ).
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