"Hay preocupaciones más importantes"
¿A qué viene ahora la Instrucción sobre la cremación?
"Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo mata moscas"
José María Álvarez, 28 de octubre de 2016 a las 09:05
Que se dejen de entretener en "matar moscas" y que se ocupen de los verdaderos problemas que tiene la Iglesia y la gente de hoy
(José María Álvarez).- Hay algunos refranes que se dice de ellos que han caído en desuso, pero no están demás en nuestra memoria para echar mano de ellos. Así éste: "cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo mata moscas", que me vino al recuerdo cuando acabo de leer la Instrucción Ad resurgendum cum Christoque habla acerca de la sepultura de los difuntos y la conservación de las cenizas en caso de cremación. Es un texto firmado por el ya famoso, por su oposición al Papa Francisco, cardenal Müller, Prefecto de la Sagrada Congregación para la Fe.
En primer lugar me pregunto qué importancia puede tener para "la Iglesia" un tema tan personal como éste de qué hacer con el cadáver de nuestros difuntos. Me parece que ninguna. No sé si quienes lo elaboraron tienen algún tipo de obsesión que les condicionara y les impulsara a tratar un tema que más que a nadie ha de ser objeto de la voluntad de los difuntos y de sus familiares.
Que lo digan, y que hablen en nombre propio y no de "la Iglesia". La mayor parte de los fieles de la Iglesia tienen, ¡menos mal!, otras preocupaciones muchísimo más importantes concentradas sobre todo en hacer un mundo mejor, más justo, más equitativo, más solidario... Por otra parte para decir nada nuevo, como lo demuestran las citas con que quisieron avalar todo su escrito.
Así es que ninguna preocupación ni atención más a la referida Instrucción. Me imagino que todas las parroquias católicas seguirán con las prácticas que se están siguiendo pues el escrito no incorpora ninguna novedad doctrinal. Que se dejen de entretener en "matar moscas" y que se ocupen de los verdaderos problemas que tiene la Iglesia y la gente de hoy.
En segundo lugar he de decir que el escrito me ha servido para recordar el equivocado enfoque que algunos le dan tanto a la muerte como a la resurrección, basado en la interpretación dualista, que hoy no nos sirve para la comprensión del ser humano.
No es de recibo pensar que cuando nos morimos muere solo el cuerpo y el alma que vivió en ese cuerpo sigue viva. Sigue en la vida aquello vital de nosotros que hemos logrado integrar en el Dios-Siempre-Vivo.
El ser humano cuando muere, muere todo él. Si alguien sueña que su cuerpo volverá a vivir, debido ello a que su alma volverá a él para darle vida, será un sueño que nunca verá cumplido. Las leyes de la naturaleza nunca nadie podrá cambiarlas. Sería un cataclismo que sólo una de ellas lo hiciera. No se concibe que pueda haber un Dios Todopoderoso que pueda hacerlo. Esa idea de Dios hoy no se puede utilizar para explicar nada.
La resurrección de los muertos y la vida eterna, tal como se entendió siempre, para la gente "que piensa en moderno", que ya no está en el paradigma antiguo, pre-científico, son ideas que consideran descabelladas y no entienden cómo las pueden asumir hoy personas dotadas de razón.
Nadie va a volver a la vida con "los mismos cuerpos y almas(=mentes?) que tuvieron". No va a haber un Juicio Final de todos los muertos que resucitados, vueltos a la vida corporal, estarán ante Cristo-Juez. ¿Dónde podrán ser reunidos todos los seres humanos que existieron y existirán? Únicamente muchas irracionalidades serían posibles contando con un Dios absolutamente Todopoderoso que sólo puede existir en el ámbito de las creencias.
Seguramente que alguien estará pensando en la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Él puede ser el ejemplo de lo que nos sucederá. Sí que puede ser el ejemplo, pero es necesario precisar cómo habría que entenderlo hoy.
Podemos decir efectivamente que Jesús vive, pero no ya biológicamente sino existencialmente. Vive totalmente en el Amor Absoluto donde él, por el amor con que vivió, ha entrado. Y como él vive, también pueden vivir todos los muertos integrados en el Amor en la medida en que cada cual haya amado. Pero no pensemos que el cuerpo de Cristo vive en algún lugar misterioso del Cielo, como espacio que está más allá, arriba.
Así pues, ¿a qué viene ahora todo este discurso de la Instrucción del cardenal Müller sobre el enterramiento o cremación de los muertos? Esto es como estar hablando del sexo de los ángeles o estar matando moscas. Es un modo de entretenimiento de quienes no tienen nada que hacer.
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