Carlos A.
Trevisi
Coordinador
FUNDACIÓN EMILIA MARÍA TREVISI
Y GUADARRAMA EN MARCHA
www.guadarramaenmarcha.blogspot.com
Guadarrama, Madrid
Noviembre de 2016
Introducción
Solemos abordar los problemas que
nos aquejan sin tener en cuenta las causas que los provocan. Si se planteara el
desaguisado que vive España haciendo referencia a las causas que empujaran al
desastre a la Argentina (que fue tomada como modelo de un proyecto que la desgastarla al extremo de empujarla al
incierto futuro que vive su gente hoy en día), se nos diría que poco tiene que
ver un país con el otro.
Craso error.
Mientras España gozaba del boom de
una merecida reconstrucción, Argentina, que pocos años antes le había prestado
ayuda, caía en uno de los peores momentos de su historia: la inmisericordia de
los militares que se habían hecho con el poder total del país. Las razones que
actuaron en su contra para ser elegida como país piloto para estudiar la
reacción de su población ante lo que pintaba como un cambio radical en todo el
mundo no eran otras que se trataba de un país que tenía poco que envidiarle a
cualquier otro del Primer Mundo: su clase media, su cultura, sus recursos
–petróleo, proteínas, e insumos básicos que atendían sobradamente no solo los
intereses de sus habitantes sino de otros países que apelaron a su ayuda, eran
razón suficiente para que se estudiara la reacción que tendría ante lo que ya
para entonces comenzaba a llamarse neocapitalismo o neoliberalismo.
En España, tan ocupados estábamos
mirándonos crecer y disfrutar lo que durante años se nos había negado, que no
percibimos que aquello era solo el comienzo de lo que padeceríamos más adelante,
es decir, hoy día.
El modelo de desastre vino
aparejado con un proyecto que terminaría
destruyendo los estados-nación en beneficio de una globalización que solo
atendería intereses económico-financieros. La prueba que se llevó a cabo en
Latinoamérica al cabo de pocos años
terminó con las dictaduras militares para instalar gobiernos que en algunos
casos habían perdido el norte o, en otros, adhirieron definitivamente al
proyecto globalizador. El caso de un sinvergüenza como el presidente Menem de
Argentina es paradigmático; sirvió más a
los intereses de los grupos financieros que impulsaban la globalización que los
mismos militares que lo habían precedido en el gobierno.
Los artículos que siguen hacen
referencia a las razones que han impulsado a la inestabilidad y pobreza de la
gente y al estrangulamiento y la quiebra de los estados-naciones.
Es importante que asumamos que es
menester algo más que la protesta, que sí, pero fundamentada en principios de
los que tenemos que tomar conocimiento, entre otras cosas, para ver a quién nos
enfrentamos.
Carlos A. Trevisi
LA COMISIÓN TRILATERAL
Tras año y medio de intensos tanteos y reuniones
preparatorias auspiciadas por el Chase Manhattan Bank, en julio de 1973 hacía su presentación oficial
la Comisión Trilateral, un organismo de
carácter privado que su más destacado ideólogo, Zbigniew Brzezinski, iba
a definir como "el conjunto de
potencias financieras e intelectuales mayor que el mundo haya conocido
nunca".
Después de varias reuniones del Comité Ejecutivo, en
las que se estableció una declaración de principios y se trazaron las líneas
maestras de la organización, en mayo de 1975 tuvo lugar en la localidad japonesa de
Kyoto la primera sesión plenaria de la Trilateral. Los delegados asistentes a
la misma representaban en su conjunto alrededor del 65% de las firmas
bancarias, comerciales e industriales más poderosas del planeta.
Figuraban entre ellos los máximos dirigentes de las bancas Rothschild y
Lehmann, del Chase Manhattan Bank, de las multinacionales Unilever, Shell,
Exon, Fiat, Caterpillar, Coca Cola, Saint-Gobain, Gibbs, Hewlett-Packard,
Cummins, Bechtel, Mitsubishi, Sumitono, Sony, Nippon Steel, etc., así como los
mandatarios de varias Compañías públicas nacionalizadas de proyección
multinacional. En
definitiva, los mayores productores mundiales de petróleo, de acero, de
automóviles y de radiotelevisión, y los principales grupos financieros del
planeta estaban en manos de miembros activos de la recién creada Comisión
Trilateral. Con el transcurso del tiempo y las sucesivas
incorporaciones, la concentración de grandes firmas en el seno de la Comisión
iría a más. Los dos temas que
constituyeron el objeto central de aquel encuentro no podían llevar títulos más
expresivos: "La distribución global del Poder" y
"Perspectivas
y asuntos claves de la Comisión Trilateral".
El organigrama de la Comisión se
articula atendiendo a las tres regiones híper desarrolladas del globo para las
que fue concebida, esto es, América del Norte (EEUU y Canadá), Europa y Japón. Cada una de estas tres zonas
dispone de un Comité Ejecutivo que, entre otras cosas, se encarga de elaborar
la relación de empresarios, políticos, sindicalistas, académicos y dirigentes
de medios de comunicación considerados idóneos para su incorporación a la
entidad; todos ellos constituyen la base sobre la que se levanta la estructura
piramidal de la Comisión. El órgano supremo trilateralista es el Comité
Directivo Mundial, presidido por David Rockefeller e integrado por los
presidentes, los diputados presidentes y los directores de cada una de las tres
grandes zonas en que está implantada la organización. Dado que la extensa
nómina de miembros de la Comisión Trilateral ya fue expuesta en un trabajo
precedente, no parece oportuno reproducirla nuevamente. Aquí bastará con significar que entre sus integrantes se encuentran
indistintamente individuos adscritos tanto a la derecha como a la izquierda
política, por emplear una terminología que, si bien carece de significado en lo
esencial de los planteamientos de unos y otros y en la práctica de los hechos,
resulta de uso obligado en el terreno de lo convencional.
Tampoco estará de más referirse a las inclinaciones
pseudo esotéricas manifestadas por los promotores de esta organización,
inclinaciones que han incorporado a la simbología de la misma. En efecto, el
emblema de la Comisión consiste en un círculo periférico dividido en tres
trazos de los que parten otras tantas flechas que convergen en un círculo
interior. Se pretende con ello reflejar el clásico arcano de la Unidad que se
despliega en el dos y en el tres, y a la que, a su vez, se llega por medio de
éstos; simbología que, en este caso, no es más que una siniestra parodia tras
la que nada se encuentra que no sea el culto al demiurgo inspirador de la
religión "humanista" del poder y del dinero, que es el culto que se
oficia en los aeró pagos del Nuevo Orden Mundial.
En cuanto a los objetivos de la Comisión, éstos se componen
de una amalgama de enunciados teóricos y de planteamientos prácticos sin
ninguna relación entre sí. Se trata, pues, de separar la retórica de la
realidad, cosa que tampoco reviste excesiva dificultad.
Entre los primeros figuran los consabidos estereotipos
característicos de la demagogia oficial. La
declaración trilateralista enunciada en el World
Affairs Council de Filadelfia (24-10-1975) ofrece una buena muestra de lo dicho: "Todos los pueblos forman parte de una comunidad
mundial, dependiendo de un conjunto de recursos. Están unidos por los lazos de
una sola humanidad y se encuentran asociados en la aventura común del planeta
tierra....La remodelación de la economía mundial exige nuevas formas de
cooperación internacional para la gestión de los recursos mundiales en
beneficio tanto de los países desarrollados como de los que están en vías de
desarrollo"
Efectivamente, desde
que fuera creada la Comisión Trilateral, y después de veinte años de
"distribución" de los recursos mundiales, éstos son acaparados en más
de un 80% por los países pertenecientes a la órbita de la Comisión, países que
apenas representan en su conjunto el 10% de la población mundial.
Prescindiendo de las declamaciones
altisonantes y de los efectismos hipócritas, lo cierto es que uno de los
objetivos para los que fue creada la Comisión se basa justamente en lo
contrario, esto es, en consolidar la hegemonía del bloque desarrollado sobre los
países del Tercer Mundo y en impedir que éstos puedan obstaculizar el futuro de
ese predominio. De ahí que una de las primeras propuestas del ideólogo
trilateralista Brzezinski,
consistiese en "el establecimientos de un
sistema internacional que no pueda verse afectado por los "chantajes"
del Tercer Mundo". En ese mismo sentido se manifestaría durante
la cumbre de Kyoto de 1975, donde señaló explícitamente que "el eje esencial de los conflictos ya no se sitúa entre el
mundo occidental y el mundo comunista, sino entre los países desarrollados y
los que aún no lo están", una
declaración que reflejaba adicionalmente la doctrina desarrollada por la
Comisión Trilateral en sus relaciones con el bloque marxista.
En efecto, las reuniones plenarias de la Trilateral
contaron desde el principio con la asistencia de una delegación soviética,
habida cuenta que los analistas de la Comisión estimaban que, en su conjunto,
la situación reinante en la URSS no suponía el menor impedimento para una mutua
comprensión. Muy al contrario, los expertos trilateralistas calificaron como
"óptimo" para los objetivos de la Comisión "el gran conjunto
económico soviético, donde se afirma la concentración de fuertes unidades de
producción que, aunque todavía nacionales, operan con fundamentos y capacidad
de acción multinacional".
Ignorando, pues, la situación interna de la Unión Soviética y sus
violaciones sistemáticas de los cacareados derechos humanos, ya que lo
contrario, según Brzezinski, no haría sino obstaculizar una futura y más
estrecha colaboración, y bajo el eslógan "el comercio es la paz",
los diversos trusts económicos integrados en la Trilateral mantuvieron un
lucrativo negocio con la extinta URSS y sus satélites, procurándoles todo tipo
de equipamientos industriales, sistemas electrónicos, productos petroquímicos,
cereales, etc. La magnitud de esas operaciones crediticias y comerciales
implicaba, como consecuencia adicional, una dependencia casi absoluta del
régimen soviético respecto del área de implantación de la Comisión Trilateral,
sumamente interesada, a su vez, en no malograr con humanitarismos extemporáneos
tan importante mercado.
Por otro lado, la situación hacía perfectamente tolerable el enfrentamiento
indirecto entre ambos bloques y sus guerras en el Tercer Mundo, siempre y
cuando se mantuviesen en un nivel que no perturbara los intereses de las
grandes potencias en el plano internacional. Una confrontación, por lo demás,
que nunca fue más allá de las habituales pugnas limítrofes entre ambos bandos
en sus respectivas zonas de influencia, y que resultaba necesaria, además, para
dar salida a sus excedentes armamentísticos y para justificar su industria
militar.
Pero el caballo de
batalla de la Comisión Trilateral, y aquí ya entramos de lleno en sus
motivaciones esenciales, es la interdependencia, un concepto que, en la
práctica, no es sino el elemento básico en torno al cual se articula la tesis y
el propósito fundamental de la organización, a saber, el Gobierno Mundial.
La idea según la cual los Estados nacionales deben
renunciar a su soberanía en aras de un proyecto supranacional, controlado e
instrumentalizado, naturalmente, por los cónclaves plutocrático-tecnocráticos,
aparecía ya esbozada en un comunicado emitido por el Comité
Directivo de la Trilateral a raíz de la cumbre de 1975: "La
comisión Trilateral espera que, como feliz resultado de la Conferencia, todos los gobiernos
participantes pondrán las necesidades de interdependencia por encima de los
mezquinos intereses nacionales o regionales". Posteriormente, las manifestaciones en ese mismo
sentido, pero expresadas ya de forma más explícita, se han venido sucediendo
como algo habitual. A título de muestra,
bastará con citar algunas de ellas.
Así, en una entrevista publicada por el New
York Times (1-8-76), el inefable Brzezinski afirmaba que "en nuestros días, el
Estado-Nación ha dejado de jugar su papel". En términos parecidos
se expresaba el financiero Edmond de Rothschild en la revista Enterprise. "La estructura que debe desaparecer
es la nación". Otro
destacado trilateralista, R Gardner, significaba en el Foreign
Affairs (revista del Consejo de Relaciones Exteriores) "los
diversos fracasos internacionalistas acaecidos desde 1945, a pesar de los
esfuerzos por evitarlos llevados a cabo por las distintas instituciones de
reclutamiento mundial", proponiendo como refuerzo alternativo a esa situación "la
creación de instituciones adaptadas a cada asunto y de reclutamiento muy
seleccionado, al objeto de tratar caso por caso los problemas específicos y
corroer así, trozo a trozo, las soberanías nacionales".
Declaraciones similares a las citadas, pero más contundentes aún, ya fueron
reproducidas al principio del este capítulo, por lo que bastará con remitirse a
ellas.
Todos estos planteamientos, que conforman el eje de la
actuación de la Trilateral, constituyeron el leiv motiv de su nacimiento,
justificado en razón de la necesidad de que los problemas de Norteamérica,
Europa y Japón se resolviesen en común a través de su interdependencia
económica y tecnológica. Planteamientos que, como será fácil advertir, son los
mismos que han inspirado el alumbramiento de otros foros de ámbito
multinacional (Fondo Monetario Internacional, GATT, Maastricht, etc.) dominados
por los poderes económicos y gestionados por sus peones político-burocráticos.
El principio básico, que es el mismo en todos los casos, sería perfectamente
enunciado por David Rockefeller
con estas palabras: "De lo que se trata es de sustituir la
autodeterminación nacional que se ha practicado durante siglos en el pasado por
la soberanía de una élite de técnicos y de financieros mundiales".
Para conocer el exacto significado de esa
interdependencia, perfectamente claro por otra parte, basta con prescindir de
la retórica practicada por dichos foros supranacionales y acudir a las
conclusiones que adoptan en sus cumbres periódicas. La Conferencia
de Davos de 1971 ofrece una buena muestra al respecto: "En los próximos treinta años, alrededor de
trescientas multinacionales geocéntricas regularán a nivel mundial el mercado
de los productos de consumo, y no subsistirán más que algunas pequeñas firmas
para abastecer mercados marginales. El objetivo deberá alcanzarse en dos
etapas: primeramente, diversas firmas y entidades bancarias se reagruparán en
el marco multinacional; después, hacia finales de la década, esas
multinacionales se acoplarán al objeto de controlar, cada una en su
especialidad, el mercado mundial". Si nos situamos en la
más inmediata actualidad, la última
reunión de Davos tenía lugar entre el 26 y el 31 de enero de 1995, con la
asistencia de los dirigentes de las más poderosas Multinacionales del planeta y
de un nutrido elenco de tecnócratas y líderes políticos. En el curso de dicho
encuentro, uno de los principales animadores del Foro Económico Mundial, el
trilateralista y ex-ministro francés Raimond Barre, se dirigió a los asistentes lamentando el hecho de que,
pese al indudable avance experimentado en los últimos años por el proceso de
globalización de la economía mundial, éste no progrese al ritmo adecuado,
añadiendo como colofón que "tal vez sea
necesaria la experiencia de un crack económico para que queden definidas las
nuevas reglas de juego".
A la vista de todo esto, no resulta complicado conocer
las claves de esa "benéfica" interdependencia. Traducida a la
práctica, y a medida que avanza el proceso de cesión de las soberanías nacionales a los
organismos supranacionales, no significa otra cosa que la sumisión progresiva a
las directrices de estos últimos, o lo que es lo mismo, a los dictados de la
Alta Finanza. La globalización de la economía bajo la férula del Gran Capital
supone igualmente la garantía más eficaz para que ningún país se salga del
redil, so pena de verse abocado a una debacle económica. Todo lo
cual no impide que las tesis mundialistas vayan acompañadas de progresismo (aunque gozan del beneplácito
general, nadie las propaga con más ahínco que los medios de izquierdas), ni que
cualquier tentativa por desenmascarar su trasfondo totalitario sea tachada de
reaccionaria.
En
el ámbito europeo, la instancia oficial que mejor encarna todo lo apuntado es
el Tratado de Maastricht. Tratado que no es producto de la improvisación sino que obedece a los
designios trazados desde tiempo atrás por los núcleos oligárquicos de poder.
Con arreglo a tales directrices, esbozadas públicamente en más de una ocasión
(ver El País de 19-11-89) por el ex-presidente de la Unión
Europea, Jacques Delors, el
territorio europeo habrá de ajustarse a un modelo supranacional basado en la
delegación progresiva de las soberanías estatales a través de acuerdos
comunitarios cada vez más estrechos; un modelo en cuyo núcleo se situaría una
red de empresas multinacionales conectadas entre sí a nivel mundial. Otro de
los elementos tácticos de ese diseño ha sido el fomento de las aspiraciones
regionalistas, algo que en no pocos casos constituye un factor más de
desestabilización y debilitamiento de las estructuras estatales, y que no
responde sino al viejo aforismo del "divide y vencerás". No se necesitan grandes dosis de perspicacia para
constatar que los fenómenos independentistas debilitan la estructura de los
Estados europeos donde se manifiestan, lo que redunda en beneficio de las
superestructuras de alcance multinacional.
Si, a título de
ejemplo, nos detenemos en el caso español, tampoco resultará difícil reparar en
la actitud de los nacionalismos más recalcitrantes (vasco y catalán), cuyos
líderes políticos se muestran tan contrariados por la falacia del yugo
españolista como entusiastas del dogal europeísta. Y no deja de ser
significativo que los mismos sujetos que abominan del pretendido centralismo de
Madrid sean fervientes partidarios del centralismo plutocrático-tecnocrático
consagrado por los acuerdos de Maastricht.
Por lo demás, ese mecanismo soterrado de disolución
tampoco ha sido ajeno al desencadenamiento del conflicto yugoslavo, en cuyos
inicios jugaría un papel crucial el reconocimiento de las repúblicas secesionistas
por parte de varias cancillerías occidentales.
Por lo que se refiere
al ámbito político, las intervenciones directas en el mismo por parte de la
Comisión Trilateral comenzaron a producirse al poco de su creación, al punto
que ya en 1977, con motivo de las elecciones que llevaron a Jimmy Carter a la presidencia de los Estados
Unidos, salió a la luz una de sus muestras más flagrantes. En efecto, una vez
constituida la Administración Carter pudo comprobarse que, además del
presidente, varios de los altos cargos del nuevo gobierno estaban vinculados a
la Comisión. Figuraban entre ellos Walter Mondale, vicepresidente del gabinete, Cyrus Vance, titular de la secretaría de
Estado, Harold Brown, secretario
de Defensa, y Zbigniew Brzezinski,
en la jefatura del Consejo Nacional de Seguridad.
El rotativo francés Le Monde Diplomatique se haría eco de esa situación,
describiéndola en los siguientes términos: "La
candidatura del Sr.Carter ha estado preparada desde lejos y sostenida hasta la
victoria por un grupo de hombres que representan el más alto nivel del poder.
Figuran entre ellos los presidentes del Chase Manhattan Bank, del Bank of
America, de Coca Cola, Caterpillar, Bendix, Lehman Brothers, Hewlett-Packard,
CBS, etc. Estos hombres, junto con varios tecnócratas, algunos sindicalistas y
unos cuantos políticos constituyen la rama americana de la Comisión
Trilateral".
Simultáneamente, un destacado dirigente
trilateralista, George Franklin, se pronunciaba sobre el particular con
estas palabras. "En el caso Carter creo que hemos jugado un papel
considerable; él, por su parte, merece la confianza de la Comisión por su
educación en política extranjera".
Más rotundas serían aún las observaciones vertidas en
la revista Penthouse por el analista Graig Harpel, quien escribió: "
La presidencia de los Estados Unidos y los ministerios clave del gobierno
federal han sido acaparados por una organización privada consagrada a lograr la
subordinación de los intereses intrínsecos de los Estados Unidos a los de los
bancos y empresas multinacionales. El dominio de los intereses privados sobre el poder
público es el mayor escándalo político de la historia de América. El asunto
Watergate fue un robo con fractura cometido durante la noche por un tal
Martínez en las oficinas del comité nacional demócrata. El Cartergate, en
cambio, es la irrupción de David Rockefeller en el despacho oval en plena luz
del día. Sería inexacto decir que la Comisión Trilateral manda en la
Administración Carter. La Trilateral es la Administración Carter".
Con todo, tales comentarios no ofrecían sino una
visión incompleta, diríase incluso que intencionadamente equívoca, de la
realidad, toda vez que la intervención de los círculos plutocráticos en la
política norteamericana no era nada nuevo, sino algo que se venía produciendo
con mucha anterioridad desde instancias bastante más discretas y poderosas que
la Comisión Trilateral, que en último extremo no representa sino la parte
visible del iceberg. Todo lo cual tiene su explicación si se considera que los
medios citados, pese a sus denuncias ocasionales y siempre calculadas, son
devotos partidarios del modelo establecido, cuya validez global no cuestionan,
aunque puedan manifestar sus discrepancias con ciertas anomalías. Anomalías que
los medios pseudocríticos imputan en todo caso a determinadas conductas
aisladas, pero nunca al Sistema en su conjunto, que está diseñado precisamente
para que esas "anomalías" sean la norma.
Entre las actividades internas de la Comisión
Trilateral merece citarse la elaboración de informes redactados por equipos de
expertos de la organización, y a través de los cuales se analizan los asuntos
más relevantes del mundo actual, siempre enfocados desde la perspectiva de los
intereses trilateralistas. Dado su número (hasta el momento más de 40), sería
imposible ocuparse aquí, siquiera brevemente, de todos ellos. Pero hay uno
sobre el que merece la pena detenerse. Se trata del informe nº 8, de 211
páginas de extensión, que lleva por título "La Crisis de
la Democracia". Este
trabajo, elaborado por los trilateralistas Michel Crozier, sociólogo, Samel Huntington, profesor de Harvard e ideólogo del plan de devastación
de las aldeas vietnamitas, y Joji Watanuki, profesor de sociología
en la Universidad Sophia de Tokyo, contiene análisis y recomendaciones tan
sugestivas como éstas:
"En el curso de los últimos
años el funcionamiento de la democracia parece haber provocado un
desmoronamiento de los medios clásicos de control social, una desligitimación
de la autoridad política y una sobrecarga de exigencias a los gobiernos.....De igual modo que existen unos límites potencialmente
deseables de crecimiento económico, también hay unos límites deseables de
extensión democrática. Y una extensión indefinida de la democracia no es deseable (1. ver nota al pie).....Un desafío importante ha sido
lanzado por ciertos intelectuales y por grupos próximos a ellos, que afirman su
disgusto por la corrupción, el materialismo y la ineficacia del sistema, al
mismo tiempo que ponen de manifiesto la subordinación de los gobiernos democráticos
al capitalismo monopolístico. Los contestatarios que manifiestan
su desagrado ante la sumisión de los gobiernos democráticos al capitalismo
monopolístico constituyen hoy un serio peligro. Se hace preciso reservar al
gobierno el derecho y la posibilidad de retener toda información en su
fuente".
Tampoco nada de esto representaba ninguna novedad,
habida cuenta que los análisis vertidos en ese informe se ajustaban
rigurosamente al esquema de la pseudodemocracia oligárquica implantado por las
revoluciones burguesas y perfeccionado después por las "democracias
populares" marxistas.
Ese fue el concepto
que compartieron también los padres fundadores de la República norteamericana,
como tendremos ocasión de ver más adelante, y el mismo que ha inspirado las
actividades de diversas sociedades clandestinas, entre las que figuraría la logia
Propaganda-Dos, una entidad íntimamente vinculada a la Trilateral, según se
desprende de un informe elaborado en 1984 por una Comisión del Parlamento
italiano. Informe que, asimismo, identificó a la Trilateral como una emanación
de la masonería internacional. Cabe recordar que, entre las actividades de
dicha logia, célebre después por sus prácticas delictivas, figura la creación
(en comandita con la CIA y la francmasonería americana) de la sociedad secreta
Gladio, constituida para "velar" por el correcto funcionamiento de
las "democracias" occidentales e integrada por altos mandos de la
OTAN. En consonancia con todo lo apuntado, el propio Gran Maestre de la
logia Propaganda-Dos, Licio Gelli
(antiguo SS y ex-agente del KGB y de la CIA), se declaró en varias ocasiones un
férvido "demócrata" y, como tal, firme partidario de "una
democracia limitada y dirigida oligárquicamente para así poder gobernar con
eficacia y sin contratiempos". (2)
Dicho esto, bueno será dedicar ahora unas palabras a
los dos principales estrategas e ideólogos de la Comisión Trilateral, Zbigniew
Brzezinski y Henry Kissinger, cuyos valiosos servicios a la misma son
merecedores de alguna atención.
Zbigniew Brzezinski, modelo de tecnócratas,
nació el año 1928 en Varsovia, ciudad desde su familia se trasladó a Canadá a
raíz de la implantación en territorio polaco del régimen comunista. Poco antes
de afincarse en los Estados Unidos, Zbigniew contrajo matrimonio con una sobrina
del que fuera Presidente de la República Checoslovaca y gran maestre de la
masonería de aquel país, Eduard Benes, un personaje cuya entrada
triunfal en Praga al término de la 2ª Guerra Mundial constituye un episodio
digno de mención: con motivo del recibimiento dispensado por sus acólitos a tan
ilustre filántropo el 13 de mayo de 1945, centenares de alemanes, adultos y
niños, ardieron a modo de antorchas humanas, rociados de gasolina y colgados
boca abajo de los árboles de la Avenida de San Wenceslao.
Una vez instalado en los Estados
Unidos, Z.Brzezinski se matriculó en
Harvard, donde obtuvo el doctorado en Ciencias Políticas con una tesis sobre
las purgas estalinistas. Fue en los inicios de los años cincuenta, con la
nacionalidad norteamericana ya conseguida, cuando Brzezinski comenzó a destacar
en los círculos académicos y políticos estadounidenses por sus trabajos sobre
los regímenes marxistas, no tardando en labrarse una gran reputación como
experto en asuntos soviéticos. Esto posibilitaría su salto definitivo a las altas
esferas del Poder a comienzos de la década de los setenta.
En diciembre de 1971, Zbigniew organizó un seminario
para el estudio de los problemas comunes a las tres grandes zonas desarrolladas
del planeta. Aquel foro, convocado para becarios de la Brookings Institution,
reputado feudo de la izquierda liberal norteamericana, suscitó la atención de
David Rockefeller, quien a la vista de las especiales aptitudes del
tecnócrata polaco se apresuró a reclutarlo para su causa. De tal modo que,
cuando en julio de 1972 tuvo lugar en Pocantico Hills (residencia familiar de
los Rockefeller) el encuentro tripartito en el que se ultimó la creación de la
Comisión Trilateral, Z.Brzezinski se hallaba ya entre los miembros de la
delegación americana destacada en dicha reunión, al lado del propio David
Rockefeller, George Franklin, Fred Bergsten y George Bundy. Como colofón,
en el otoño de ese mismo año fueron designados los tres presidentes
territoriales de la recién nacida Trilateral, recayendo en Brzezinski el
nombramiento de Director Coordinador. Poco después pasó a desempeñar la
dirección de la sección norteamericana de dicha entidad, cargo en el que
permanecería hasta su designación por Jimmy Carter para la presidencia
del Consejo Nacional de Seguridad.
En su calidad de iniciado en las altas esferas del
Poder, Z.Brzezinski es colaborador habitual de las publicaciones oficiales
editadas por diversas organizaciones de corte mundialista: Trialogue (órgano de
la comisión Trilateral), Foreign Affairs (revista del Consejo de Relaciones
Exteriores), International Affairs y The World Today (publicaciones del Real
Instituto de Asuntos Internacionales, homólogo británico del CFR), etc.
Prescindiendo de sus colaboraciones puntuales en los
citados medios de expresión, el grueso de la doctrina de Brzezinski puede
encontrarse en "La
Era Tecnotrónica" y en "Entre dos
Eras: el papel de América en la Era Tecnotrónica", dos obras a través de las cuales
el tecnócrata polaco expone sus análisis y "previsiones" de futuro.
El núcleo de las tesis
sustentadas en dichas obras gira en torno a unos cuantos conceptos básicos.
Algunos estaban concebidos para el período de la guerra fría, como es el que
preconizaba la necesidad de avanzar hacia un sistema mundial que se extendiese
a la zona donde el poder permanecía en manos de gobiernos marxistas. Para
alcanzar ese objetivo, Brzezinski abogó repetidamente por la comprensión y la
transigencia con los regímenes comunistas en todo lo relativo a la violación de
los derechos humanos, ya que de lo contrario se pondría en peligro la
colaboración entre ambos bloques (es decir, los pingües negocios de las
multinacionales) y la futura integración de la URSS en el Nuevo Orden Mundial.
Nótese que ésta es la línea de actuación que sigue practicándose hoy con la
China Continental, un mercado demasiado apetecible como para supeditarlo a los
hipócritas cacareos humanitaristas característicos de la retórica oficial.
Entre los
planteamientos básicos de las susodichas obras figura igualmente la supresión
progresiva de las soberanías nacionales, que en aras de un nuevo orden de "paz
y progreso" deberán ser transferidas a instituciones supranacionales
dirigidas por una "élite" científica y financiera mundial. Brzezinski preconiza asimismo "el
ocaso de las ideologías y de las creencias religiosas tradicionales, pues sólo
los elementos suministrados por la tecnología y la electrónica podrán permitir
a las sociedades humanas avanzar hacia el bienestar y el progreso",
los dos grandes pilares de la Era Tecnotrónica.
Otra de las más significativas "previsiones"
de futuro del tecnotrónico Brzezinski reza textualmente así: "La Era tecnotrónica va diseñando
paulatinamente una sociedad cada vez más controlada. Esa sociedad será dominada
por una élite de personas que no dudarán en realizar sus objetivos mediante
técnicas depuradas con las que influirán en el comportamiento del pueblo y
controlarán con todo detalle a la sociedad, hasta el punto que llegará a ser
posible ejercer una vigilancia casi permanente sobre cada uno de los ciudadanos
del planeta".
Y no hay duda de que los
"pronósticos" que hiciera Brzezinski son una realidad cada día más
consolidada gracias al desarrollo progresivo de las técnicas de control social
desarrollados por los modernos regímenes policíacos de "derecho". A este respecto conviene destacar el papel crucial
desempeñado por el terrorismo, cuyas acciones le han servido al Sistema de
inmejorable pretexto para ampliar y reforzar sus mecanismos de dominio.
En todo este asunto no puede pasarse
por alto la labor desarrollada por la socialdemocracia alemana, a la que muy
bien podría considerarse como pionera en el desarrollo del proceso en curso. Fue precisamente bajo uno de sus
períodos de gobierno cuando Alemania se convirtió en una especie de campo de
pruebas para el ensayo y puesta en práctica de los más sofisticados métodos de
control social, métodos que posteriormente se irían extendiendo a todo el
ámbito occidental de la mano de los foros de reflexión patrocinados por la
fundación Ebert, una poderosa herramienta del socialismo germano dotada de
proyección internacional. La razón esgrimida para el desarrollo de dichos
métodos fueron las andanzas de la banda Baader-Meinhoff, un grupúsculo
subversivo que nunca contó con más de doce miembros y que carecía de la menor
implantación social, circunstancias que explican su escasa consistencia y el
tratamiento expeditivo que les fue aplicado a sus integrantes (varios de ellos
se "suicidaron" en prisión). Una vez zanjado aquel insignificante
escollo, Klaus Croissant, el abogado sobre quien recayera en su día la
defensa de los miembros de la banda, explicaría la situación con estas
palabras: "La
socialdemocracia alemana garantiza la existencia de la sociedad capitalista y
camufla sus contradicciones; la socialdemocracia alemana juega un papel de suma
importancia en el escenario internacional, y a través de ella se coordina e
integra la represión en toda Europa".
El repertorio de los
mecanismos de control social que se han ido implantando es amplio, y comprende,
desde la adopción de disposiciones legales que introducen una suerte de estado
de excepción permanente, hasta el uso de técnicas diversas. Entre estas últimas figuran los documentos de identificación provistos de
una banda magnética donde consta una completa ficha de su titular, las cámaras
de vídeo instaladas ya en la vía pública de numerosas urbes, y las grandes
computadoras centralizadas donde se archivan los datos personales de toda la
población. Aunque tales técnicas podrían hasta calificarse de rudimentarias si
se comparan con otras más sofisticadas que sólo están a la espera de la
oportuna razón "democrática" que aconseje su implantación. Así, la
compañía estadounidense Nielsen Media Research, en colaboración con el Centro
de Investigación David Sarnoff (organismo controlado por el CFR y la Pilgrims
Society), ha desarrollado desde hace tiempo un dispositivo que, una vez
instalado en el televisor, permite observar e identificar desde una estación de
seguimiento a los espectadores sentados frente a la pequeña pantalla. No menos
digno de mención es el necio alborozo con el que los medios occidentales
celebraron durante la Guerra del Golfo el hecho de que los satélites
norteamericanos filmasen y transmitiesen con detalle todo lo que ocurría en
cada palmo del territorio iraquí; un "adelanto" técnico que, conociendo la
catadura de quienes lo manejan, sólo puede constituir motivo de alegría para
los desalmados y los imbéciles.
Las iniciativas en pro de la seguridad "democrática"
desarrolladas por la socialdemocracia alemana no tardaron en hacerse extensivas
a otros países europeos, entre los que España no iba a ser una excepción. En nuestro país, esa gran
computadora central mencionada líneas atrás está ubicada en El Escorial , y su
planificación contó con el asesoramiento de un grupo de expertos del
Departamento Informativo de la policía federal alemana. El banco de datos
de dicho ordenador dispone de doscientas terminales distribuidas por toda la
geografía española, y el personal que lo atiende está integrado en su totalidad
por funcionarios policiales. Todos y cada uno de los ciudadanos españoles
tienen allí su correspondiente ficha magnética, en la que figura un amplio
historial elaborado a partir de la información suministrada por múltiples
fuentes fragmentarias; un historial compuesto por innumerables datos, muchos de
ellos ya olvidados e incluso desconocidos por los propios afectados. (El bunker al que se alude es algo más que lo que piensa el
común de la gente; es un archivo general donde constan cada paso de todos los
habitantes de España. Está ubicado en plena Sierra de Madrid, en la carretera
que comunica Guadarrama con San Lorenzo de El Escorial).
A la vista de la concatenación sistemática que se
lleva a cabo desde las altas instancias políticas, utilizando la lucha
antiterrorista como medio para la adopción de medidas excepcionales de
aplicación global y discrecional, nada
tiene de sorprendente el hecho de que detrás de no pocas acciones terroristas
haya algo más que un atajo de violentos y de oligofrénicos, dos
especímenes, por lo demás, nada difíciles de reclutar y menos aún de manipular.
Después, sus matanzas indiscriminadas las sufrirá la población y las
rentabilizará el Poder.
Acerca de las turbias tramas que se mueven en el
submundo del terrorismo, existen trabajos rigurosos y harto ilustrativos de los
sórdidos manejos y de los intereses supuestamente antagónicos que aparecen
entrecruzados en algunas de ellas. Un asunto, éste, que volverá a suscitarse
más adelante, aunque no estará de más citar ahora una muestra bien conocida.
Durante la década de los ochenta operó en Italia, Francia y Portugal un grupo
terrorista que reivindicaba sus acciones bajo el nombre de La Llamada de Jesucristo
(nótese el nombrecito que se le puso al engendro), y cuyos atentados se
dirigieron siempre contra intereses norteamericanos y judíos en los países
citados. Tanto los medios policiales
como los informativos señalaron al régimen libio del coronel Gadafi (ogro de moda por entonces)
como el instigador y patrocinador de dicho grupo, que en realidad no era sino
un dispositivo organizado por los servicios secretos españoles y franceses, e
integrado en su mayoría por confidentes policiales.
Por lo que se refiere al otro gran estratega de la
Trilateral, Abraham ben Elazar, más conocido como Henry Kissinger,
nació el año 1923 en la localidad alemana de Fürth (Baviera), desde donde
emigró en 1939, junto con su familia, a los Estados Unidos según se ha dicho.
Su participación en la vida pública estadounidense
comenzó a principios de los años sesenta, desempeñando desde entonces e
ininterrumpidamente a lo largo del mandato de cuatro presidentes
norteamericanos diversos cometidos políticos de alto nivel. Fue asesor de la
Oficina de Coordinación Gubernamental, del Consejo Nacional de Seguridad, de la
Agencia de Control de Armamento y del Departamento de Estado, todo ello durante
las Administraciones Kennedy y Johnson, hasta que en 1969 Richard Nixon
le nombró su consejero personal, empleo que simultaneó con la presidencia del
Consejo Nacional de Seguridad. Cuatro años después fue designado por Nixon
Secretario de Estado, cargo en el que sería ratificado por el siguiente
inquilino de la Casa Blanca, Gerald Ford.
Pese a la enorme relevancia de sus cometidos
políticos, éstos no constituyeron más que una parte de la dilatada trayectoria
de nuestro protagonista, cuyos episodios más enjundiosos habría que buscarlos
en otros ámbitos.
Experto, como Brzezinski, en política internacional y
en asuntos soviéticos, el profesor Kissinger no tardó en concitar el interés
del Consejo de Relaciones Exteriores, que ya en 1955 le encomendó la dirección
de una investigación para el análisis de las posibles respuestas a la amenaza
soviética. Este poderoso club, a cuya presidencia accedería Kissinger años
después, fue una de sus catapultas políticas. La Fundación Rockefeller Brothers
habría de ser la otra. En efecto, la dirección del Programa Especial de
Estudios de dicha entidad, que le fuera confiada en 1956, no constituyó más que
el primer episodio de una estrecha e ininterrumpida colaboración entre Henry
Kissinger y el clan Rockefeller. Desde finales de los años cincuenta, el
profesor Kissinger se convirtió en el principal asesor de las campañas
políticas de Nelson Rockefeller, puesto que ocuparía hasta el momento mismo en
que ambos se incorporaron a la Administración Ford, el primero como
Secretario de Estado y el segundo en calidad de Vicepresidente de los Estados
Unidos. Paralelamente a todo ello discurrieron las actividades compartidas por
Kissinger y David Rockefeller en el seno del Consejo de Relaciones
Exteriores, colaboración que se estrecharía todavía más cuando el plutócrata
fichó al tecnócrata para la Comisión Trilateral.
No será necesario exponer las tesis de Henry Kissinger
en materia de política internacional y en asuntos soviéticos, toda vez que, en
lo esencial, son las mismas que ya viéramos al hablar de Brzezinski. Lo que sí
es digno de reseñarse son las actividades que desarrolló nuestro protagonista
en aplicación de tales planteamientos, así como las controversias que suscitó
como consecuencia de todo ello. Y no solamente fue la curiosa política de
distensión aplicada por Kissinger lo que provocó la perplejidad de los más diversos
círculos políticos, sino también los nombramientos que efectuara desde su
puesto como secretario personal de Nixon y, posteriormente, desde la
jefatura del Consejo Nacional de Seguridad y la dirección del Departamento de
Estado. Nombramientos entre los que figuraron varios personajes conocidos por
su filiación pro-marxista, como sería el caso de Helmuth Sonnenfeld, James
Sutterlin, Boris Closson, William Hall y Arnold Wiesner.
La perplejidad de los primeros momentos acabó dando
paso a la sospecha abierta, que terminaría concretándose en una serie de
informes, tanto privados como oficiales, que iban a desvelar con pruebas
contundentes el origen de tan extraños hechos.
El primero de ellos fue elaborado por Frank Capell,
experto en cuestiones de espionaje y analista de varias revistas políticas
estadounidenses, una de las cuales, The Herald of
Freedom, lo publicó
íntegramente en octubre de 1971. Dicho informe fue posteriormente leído en el
Congreso por el diputado John Rarick, y recogido en el tomo 117 de los Informes
Oficiales de Sesiones Congressional Records de 28-10-71. Con arreglo al mismo, las relaciones de Henry Kissinger con varios
de sus colaboradores y subordinados en el Consejo Nacional de Seguridad y en el
Departamento de Estado se remontaban al período 1943-1946, durante el cual
Kissinger permaneció en Alemania como integrante de las fuerzas de ocupación
norteamericanas, que le nombraron, pese a su escasa graduación militar
(sargento), administrador de la ciudad de Bensheim. Fue en ese período cuando
Kissinger entró en contacto con sus correligionarios Helmuth Sonnenfeld,
Gunter Guillaume, agente de los servicios secretos de la Alemania del Este
y más tarde secretario de Willy Brandt, y Egon Bahr, colaborador
de la inteligencia soviética y futuro artífice de la Ostpolitik. Todos ellos se
integrarían en una célula de espionaje en favor de la URSS, en la que el sargento
Kissinger operaba bajo el seudónimo de Bor.
Tales imputaciones, que la Administración
norteamericana se limitó a negar sin más, fueron posteriormente confirmadas por
dos ex-oficiales del KGB, Golitsin y Goleniewski, así como por un
completo dossier elaborado por un equipo de agentes de la CIA, en el que se
revelaban todos los lazos existentes entre Kissinger y la Inteligencia
soviética. El contenido de dicho dossier, archivado en su día por Stansfield Turner,
director de la Agencia norteamericana y miembro del Consejo de Relaciones
Exteriores, ha visto la luz recientemente gracias a un trabajo publicado por
tres expertos en asuntos de espionaje, William Corson y los esposos John
y Susan Trenton ("Four american Spies, the wives they deft behind
and the KGB's crippling of American Intelligence").
Este tipo de hechos, que tampoco suponían ninguna
novedad, eran habitualmente interpretados por la ultraderecha conservadora,
siempre tan perspicaz, como parte de un plan dirigido a colocar a Occidente
bajo las garras del Imperio Soviético, cuando lo que realmente significaban es
que se estaba operando la deseada simbiosis entre el capitalismo expansivo y
los estereotipos humanistas propios de la demagogia marxista, para dar paso así
al capitalismo multinacional y progresista vigente en la actualidad.
Por lo demás, el contenido de los informes mencionados
no empañó en lo más mínimo la carrera política de Henry Kissinger, que
sólo se vio momentáneamente truncada cuando la Suprema Corte Rabínica de
Estados Unidos decretó en 1976 su excomunión, a raíz de las maniobras
desplegadas por el entonces Secretario de Estado para maquillar las conquistas
de Israel durante la Guerra del Yon Kippur. Un conflicto a cuyo
desencadenamiento "preventivo" no fue ajeno el propio Kissinger, y
que reportó a las arcas de sus patrocinadores, los Rockefeller, y a las
multinacionales petrolíferas en general, enormes beneficios.
Con todo, el ostracismo de Kissinger, aunque severo
mientras pesó sobre él la excomunión, se iba a prolongar durante poco tiempo,
ya que la Corte Rabínica no tardaría en rehabilitarle en atención a las nuevas
contribuciones del penado a la causa sionista. La doctrina sugerida por Kissinger,
consistente en la fragmentación del Líbano en varios compartimentos
político-confesionales como la mejor fórmula para garantizar la seguridad de
Israel, se resumiría en su célebre sentencia: "Si queréis la paz en
Oriente Medio, entregad el Líbano a Siria".
Desde que abandonara la política activa, al menos de
forma oficial, la actividad de Kissinger se ha desplegado a través de sus
continuos desplazamientos de un extremo a otro del planeta, como comisionado y
embajador de proyectos e intereses equivalentes a los que ya representó en su
época anterior. Tal actividad no se reduce al terreno de lo político, aunque
frecuentemente ejerza labores de emisario especial de la Administración
norteamericana, sino que, de acuerdo con su posición en la Comisión Trilateral,
se desarrolla fundamentalmente en el ámbito económico, que es el esencial y el que
determina el curso de todos los demás. Ése es el terreno en el que se
desenvuelve actualmente Henry Kissinger, a quien la Alta Finanza suele
encomendar diversos asuntos relacionados con la deuda pública, asuntos que el
eficiente tecnócrata solventa sin estridencias públicas y con pingües
beneficios para sus arcas a través de su compañía de consultores Kissinger
Associates, cuyos clientes son, lógicamente, los Estados deudores y las
Multinacionales acreedoras.
Como será fácil suponer, el plantel de los asociados
de dicha compañía está compuesto por elementos bien introducidos en las altas
esferas financieras y políticas. Figuran entre ellos Lawrence Eagleburger
(ex-subsecretario de Estado y director del LBS Bank), Brent Scowcroft
(ex-asesor presidencial de Seguridad y director del National Bank de
Washington), lord Carrington (ex-secretario general de la OTAN y
directivo del Barclays Bank y del Hambros Bank), lord Eric Roll
(director del Banco de Inglaterra), Per Gyllemhammer (directivo de Volvo
y del Banco Sueco de Crédito Naval; miembro de la junta de asesores del Chase
Manhattan Bank), Saburo Okita (ex-ministro de Asuntos Exteriores,
miembro del Club de Roma y de la Comisión Trilateral), William Simon
(ex-secretario de Hacienda y directivo de la firma bancaria Salomon Brothers),
y sir Y.Kahn (directivo del grupo financiero S.G. Warburg y de la China
International Finance Company).
Quienes estén interesados en solicitar los servicios
de Kissinger Associates deben saber que la tarifa anual por el solo hecho de
figurar en su cartera de clientes ronda los treinta millones de pesetas.
En la órbita de la Comisión Trilateral e íntimamente
vinculada a la misma, compartiendo programas y proyectos, se desenvuelven una
serie de entidades entre los que sobresalen dos: el Instituto Aspen y el Club
de Roma.
El Instituto Aspen de Estudios Humanísticos fue
fundado en 1949 por iniciativa de varios miembros del Real Instituto de Asuntos
Internacionales británico y de su equivalente norteamericano, el omnipresente
Consejo de Relaciones Exteriores. El objetivo de este organismo se centra en
llevar a cabo un vasto análisis de los elementos que han configurado el curso
de las sociedades humanas, para poder así, una vez conocidos éstos y sometidos
al oportuno control, planificar el venturoso futuro de la humanidad. Y todo
ello, claro está, bajo la inspiración de los consabidos estereotipos
"humanistas", cuya verdadera significación no se le escapará a ningún
observador medianamente imparcial de la moderna sociedad occidental.
A tal efecto, el benemérito Instituto no sólo explora
el pensamiento de los grandes maestros y pensadores del pasado, sino que
también promueve foros de reflexión en los que reúne a los grandes maestros
tecnocráticos del presente: ejecutivos de empresas multinacionales, políticos,
académicos, científicos, líderes sindicales, etc. El propósito fundamental de
dichas reuniones, en las que oligarcas y pseudocontestatarios de izquierdas
confraternizan y hacen causa común, se centra en lograr que aquellas posiciones
que en principio pudieran ser divergentes confluyan finalmente en un punto
básico de entendimiento común, cosa, por lo demás, nada difícil de conseguir
entre individuos que, en lo esencial, comparten una misma mentalidad.
Por
derroteros similares se desenvuelve el Club de Roma, nacido en abril de
1968 a instancias de Aurelio Peccei,
miembro destacado del Bilderberg Group del comité directivo de la empresa FIAT y del consejo de administración del Chase Manhattan Bank; el perfil característico, como se podrá comprobar, del filántropo benefactor.(EL PODER EN EL MUNDO, FUNDACIÓN
EMILIA MARÍA TREVISI
A.http://www.fundacionemiliamariatrevisi.com/bilderger.htm B.www.fundacionemiliamariatrevisi.com/BILDERBERGcat.htm
Desde que fuera creado, este organismo se ha
distinguido por sus informes apocalípticos sobre el crecimiento demográfico,
informes elaborados en la línea del más puro fabianismo malthusiano y en los
que se aboga por un drástico control de la natalidad, en estrecha conexión con
las campañas proabortistas promovidas por las Fundaciones Ford y Rockefeller.
Lo malo es que los artificiosos planteamientos y los errores de bulto del
programa elaborado por el Club en "Los Límites
al Crecimiento", han sido
contundentemente refutados por varios especialistas (Alfred Sauvy entre
ellos) ajenos a los abrevaderos oficiales. Después, varios de esos errores de
bulto han sido reconocidos por el propio Club de Roma, aduciendo que tan solo
se trataba de elementos de provocación.
En 1981 el Club de Roma auspició la creación de un
organismo apéndice cuyo cometido sería proyectar "una nueva
humanidad". Tras varios días de debates en la Universidad Gregoriana
de Roma, un feudo de la Orden jesuita propuesto por ésta como marco del encuentro,
nació el Forum Humanum, cuyo principal patrocinador económico ha venido siendo
desde sus inicios la multinacional FIAT.
Entre los postulados
ideológicos sostenidos por el Club de Roma
para alumbrar esa "nueva sociedad" figura, cómo no, la necesidad de
implantar un Gobierno supranacional. En ese sentido se han manifestado
reiteradamente sus más destacados dirigentes, desde el ya fallecido Aurelio Peccei, quien en su momento significó
que "uno de los mayores obstáculos para el progreso de la humanidad
es el concepto de la soberanía de cada nación", hasta su discípulo y sucesor en la jefatura del Club, Alexander King, según el
cual "la sociedad mundial requiere una única dirección, un gran
capitán que guíe la tierra hacia un destino común". Ni el Gran Hermano de la pesadilla orwelliana se habría
expresado mejor.
Entre
los miembros más relevantes del Club figuran individuos como Daniel Jensen (Trilateral, Bilderberg), Sol Linowitz (Trilateral, CFR), Edgar Pisani (Instituto Aspen, Bilderberg),
Jimmy Carter (Trilateral, CFR) y
Kurt Rothschild. Por lo que se refiere a sus socios españoles cabe citar dentro
de los más conocidos a José Luis Cerón, Carlos Robles Piquer, Federico
Mayor Zaragoza, Joaquín Ruiz Jiménez Cortés, Fernando Morán, Javier Solana y
Mercedes Sala.
Otra de las lumbreras de este distinguido aerópago es
el ideólogo marxista Adam Schaff, cuyos vínculos con diversos foros
plutocrático-oligárquicos le hacen acreedor a una mención especial. Las razones
de su pertenencia al Club de Roma las ha expuesto él mismo con afirmaciones
como éstas: "Me gusta tratar con los capitalistas del Club de Roma; son
los únicos que se atreven a hablar abiertamente del futuro de la humanidad; son
tan poderosos que no tienen nada que temer".
Al igual que ocurre con otras entidades afines de
carácter mundialista, la Comisión Trilateral cuenta con una serie de émulos
surgidos en diversos países a modo de prolongación o réplica a escala regional
del modelo trilateralista. Uno de tales organismos, con sede en Francia, ya fue
citado por el rotativo L'Humanité en 1977, aunque hubo que esperar hasta 1991
para que la indiscreción de una colaboradora del mismo permitiera conocer su
relación de integrantes. El grupo en cuestión se denomina Le Siècle, y
en su seno confraternizan y hacen proyectos de futuro la oligarquía
plutocrática y la vanguardia "proletaria".
En la nómina de esta conmovedora hermandad aparecen
personajes como (la relación no es exhaustiva) Jean Louis Beffa,
director de la multinacional Saint-Gobain, J.H.David, presidente de la
Banca Stern, Guy Delorme, director de la Banca Monod, Vincent Bollard,
presidente de la Compañía Financiera Privada, Raimond Lévy, director de
Renault, Chistian Maurin, director de la Banca Sofinco, Jacques Mayoux,
vicepresidente de la Banca Goldman Sachs Europa, André Wormser,
presidente de Sovac, filial de la Banca Lazard. Por parte "obrera"
cabe significar la presencia, entre otros, de Jacques Attali,
ex-consejero de Mitterrand, Maurice Faure, ex-ministro radical
socialista, Pierre Joxe, ministro en los gobiernos socialistas Rocard,
Cresson y Bérégovoy, Jacques Julliard, director de redacción del diario
socialista Le Nouvel Observateur, Anicet le Pors, ex-senador comunista y
ministro del gobierno Mauroy, Roger G. Schwartzemberg, diputado radical
de izquierda, Gilles Menage, ex-director del gabinete presidencial de
Mitterrand y por último, para que no falte de nada, René Remond,
director de la Revista Histórica y destacado representante del llamado
"cristianismo" de izquierdas.
(1)
Si hubo algo que me llamó la
atención no bien instalado en España fue que la gente no tuvieran idea de lo
que era la COMISIÓN TRILATERAL NI BILDERBERG, mucho menos de la P. DUE”
(Propaganda Due) que manejaba Lucio Gelli. La década del 60 precipitó las
democracias de Latinoamérica. De buenas a primeras entre la segunda mitad de la
década del 60 e inicios de los 70 casi todos los países latinoamericanos
perdieron sus incipientes democracias para caer en manos de los militares: Los
Pinochets, VIDELAS y demás –en la Argentina se sumaron otros: Massera (miembro
de la P Due), la Iglesia, y quién no- no solo amasijaron las instituciones sino
que hicieron desaparecer y asesinar a miles de personas. Me llamó la atención
por entonces que la atropellada fuera
casi simultánea en todos los países, especialmente en los que tenían un enorme
potencial de riqueza y a la vez una posición geopolítica de privilegio (tal el
caso de Argentina y Chile).
Por entonces y ante una situación que
muy pocos podían explicar y los atropellos que se venían llevando a cabo –la
caída de Perón, Perón echando de la Plaza de Mayo a los paladines que lo habían
defendido y hasta luchado por su
retorno. La caída de Frondizi, el golpe económico que se le asestó a Alfonsín-
ante tales hechos decidí consultar a un
político que había dado pruebas de ser un verdadero estadista. Me invitó a su
casa un viernes cualquiera . Estuvimos reunidos más de dos horas. Sucesivamente
durante algo más de dos años, vienes tras viernes, lo visitaba en su casa.
Fue entonces que comprendí lo que
estaba sucediendo. Decidí investigar a los Brezinski, Kissienger, Gardner,
Rockeffller. Saqué conclusiones que plasmé en varios artículos entre los que
figuran españoles que mientras miraban a Europa se distraían de lo que pasaba
en Latinoamérica.
(2)
Donde está hoy el poder en el
mundo
4 noviembre 2016
Leonardo Boff, Ecoportal
Hay un hecho que debe preocupar a todos los
ciudadanos del mundo: el desplazamiento del poder de los estados-nación
hacia el de unos pocos conglomerados financieros que operan a nivel global,
cuyo poder es mayor que el de cualquiera de los Estados tomados
individualmente. (*) Estos realmente detentan el poder real en todas sus ramas: financiera,
política, tecnológica, comercial, medios de comunicación y militar.
Este hecho ha sido estudiado y seguido por
uno de nuestros mejores economistas, profesor del posgrado de la PUC-SP con
amplia experiencia internacional: Ladislau Dowbor. Dos estudios de su autoría
resumen la vasta literatura sobre el tema: “La red de poder corporativo mundial” del 04.01.2012 (http://www.dowbor.org/wp)
y la más reciente de septiembre de 2016: http://dowbor.org/2016/09/ladislau-dowbor-o-caótico-poder-dos-gigantes-financeiros-novembro-2015-16p.html//: “gobierno corporativo: el poder caótico de los gigantes financieros.”
Es difícil condensar el cúmulo de
informaciones que parece aterrador. Dowbor sintetiza:
“El poder mundial realmente existente está en
gran parte en manos de gigantes que nadie eligió, y sobre los cuales cada vez
hay menos control. Son billones de dólares en manos de grupos privados cuyo
campo de acción es el planeta, mientras que las capacidades de regulación
global van a gatas. Investigaciones recientes muestran que 147 grupos controlan
el 40% del sistema corporativo mundial, siendo el 75% de ellos, bancos. Cada
uno de los 29 gigantes financieros genera un promedio de 1,8 billones de
dólares, más que el PIB de Brasil, octava potencia económica mundial. El poder
ahora se ha desplazado radicalmente” (cf. Gobernanza corporativa, op.cit).
Además de la literatura específica, Dowbor
refiere los datos de dos grandes instituciones que sistemáticamente a lo largo
de los años se ocupan de los mecanismos de los gigantes corporativos: el
Instituto Federal Suizo de Investigación Tecnológica (rivaliza con el famoso
MIT de EE.UU.) y el Credit Suisse, el banco que dirige las grandes fortunas del
mundo y, por lo tanto, sabe de estas cosas.
Los datos presentados por estas fuentes son
sorprendentes: el 1% más rico controla
más de la mitad de la riqueza del mundo. 62 familias tienen un patrimonio igual
a de la mitad más pobre de la población de la Tierra. 16 grupos controlan casi
todo el comercio de productos básicos (cereales, minerales, energía, tierra y
agua). Debido a que toda la comida obedece las leyes del mercado, sus precios
suben y bajan a merced de la especulación, quitando a vastas poblaciones pobres
el derecho a tener acceso a una alimentación suficiente y saludable.
Los 29 gigantes
planetarios, de los cuales el 75% son bancos, empezando por el Bank of America
y terminando con el Deutsche Bank, son considerados “sistémicamente
importantes”, pues su eventual quiebra (no olvidemos que el más grande, los
Lehamn Brothers de América del Norte, se declaró en quiebra) llevaría a todo el
sistema al abismo o muy cerca, con consecuencias nefastas para toda la humanidad. Lo más grave es
que no hay regulación para su funcionamiento, ni puede haberla, porque las
regulaciones son siempre nacionales y ellos actúan planetariamente. No hay
todavía una gobernanza mundial que cuide no sólo de las finanzas sino del
destino social y ecológico de la vida y del propio sistema-Tierra.
Nuestros conceptos se evaporan cuando, nos
recuerda Dowbor, se lee en la portada de The Economist que la facturación de la
empresa Black Rock es de 14 billones de dólares, mientras que el PIB de los
EE.UU. es de 15 billones de dólares y el del pobre Brasil escasamente llega a
1,6 billones de dólares. Estos gigantes planetarios manejan alrededor de 50
billones de dólares, el equivalente a la deuda pública total del planeta.
Lo importante es
conocer su propósito y su lógica: buscan simplemente ganancias ilimitadas. Una
compañía de alimentos compra una mina sin ningún tipo de experiencia en el
ramo, sólo porque da beneficios. No hay ningún sentido humanitario, como por
ejemplo, tomar una pequeña porción de las ganancias para un fondo contra el
hambre o para disminuir la mortalidad infantil. Para ellos, eso es tarea del
estado y no para los accionistas que sólo quieren ganancias y más ganancias.
Por estas razones
entendemos la iracundia sagrada del Papa Francisco contra un sistema que sólo
quiere acumular a costa de la pobreza de las grandes mayorías y de la
degradación de la naturaleza. Una economía, dice, “que está centrada en el dios
dinero y no en la persona: este es el terrorismo fundamental contra toda
la humanidad” (en el avión de
regreso de Polonia en septiembre). En su encíclica ecológica lo llama un sistema
anti-vida y con tendencia suicida (n.55).
Ese sistema es homicida, biocida, ecocida y
geocida. ¿Cómo puede
prosperar tal inhumanidad en la faz de la tierra y todavía decir que no hay
alternativa (TINA = There Is No Alternative)? La vida es sagrada. Y cuando es
sistemáticamente agredida, llegará el día en que puede tomar represalias
destruyendo a quien la quiere destruir. Este sistema está buscando su propio
fin trágico. Ojalá la especie humana sobreviva.
Leonardo Boff escribió
Cuidar la Tierra – proteger la vida: cómo escapar del fin del mundo, Record
2010.
Traducción de Mª José
Gavito Milano
Notas a
Dónde está hoy el
poder en el mundo
*
Comentario de Carlos A.
Trevisi
He comentado reiteradamente que lo que
vamos descubriendo en España, como algo que la mayoría de la gente desconoce,
tiene sus raíces en la creación de un poder supranacional que nace allá por la
década del 50 y se institucionaliza en los 70 cuando se establece la TRILATERAL
como organismo rector del mundo. He iniciado incidentalmente alguna que
otra charla con amigos que no tenían idea de su existencia ni de cómo,
paulatinamente, las premisas que impulsaron sus principales ejecutores
-Kissinger, Rockefeller, Gardner, Brzezinski y otros pocos más- echaron
por tierra los afanes de países que vivían en democracia derrocando, militares
nativos mediante, sus gobiernos e instaurando dictaduras por doquier. El
caso más paradigmático fue el de Chile donde Kissinger actuó personalmente en
porte de armas para terminar con Allende. Fue solo un ensayo de lo que
sobrevendría en el mundo y padecemos actualmente. Mientras el oligofrénico de
Videla masacraba gente, la España post franquista nos hacía creer que España
se transformaba en un paraíso. Si al día de hoy los españoles no conocen los
sucesos que acabo de relatar es natural que no tengan idea en que podía
terminar el supra poder económico que nos haría padecer, apenas dos ó tres
décadas más tarde, la calamidad que estamos viviendo.
Propaganda Dos (P DUE) en Argentina
En
Argentina Videla asume el poder en 1976. El triunvirato que pasa a gobernar
incluye al Almirante Massera,
conspicuo agente de la P Due conectado a
Gelli. El ministro de economía del triunvirato es Martínez de Hoz, que actúa en
respuesta a la grandes directrices que va marcando la Trilateral. En el
Ejército asumen cargos verdaderamente relevantes siniestros personajes como el
General Galtieri, un mastodonte descerebrado a quien conocí personalmente en el
Colegio Militar. Es durante la gestión de Videla que se desata un
enfrentamiento con Chile, el segundo país mejor ubicado estratégicamente para
acceder a la Antártida, fuente de riquezas incalculables: petróleo. Kril,
agua… Mientras tanto España, en plena
reconstrucción después de la dictadura franquista, Felipe González a la cabeza,
comienza su marcha hacia los designios de la Trilateral. No es de extrañar que
30 años después nos encontremos con el verdadero Felipe González: el íntimo de
Slim, el millonario al que se le descubre que su mujer tiene “inversiones” en
el Paraíso fiscal de Panamá y ahora ha empujado al PSOE a favorecer al PP de
Rajoy para que se hiciera con la presidencia por segunda vez.
COMENTARIOS Y
REFERENCIAS DE CARLOS ÁNGEL TREVISI que amplían lo dicho
Echemos una ojeada al “Barón”
Felipe alabando a Farshad Massoud Zandi,
empresario iraní, su amigo (y de Cebrián, el de PRISA claro)
3. http://www.eldiario.es/economia/Massoud-Zandi-Juan-Cebrian_0_509899580.html
4. http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/08/el-gran-negocio-de.html
5. HAY ALERNATIVAS AL
DETERMINISMO ECONÓMICO Y/O TECNOLÓGICO Vicenç Navarro
http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/08/hay-alernativas-al-determinismo.html
6. ¿QUIÉN DOMINA EL MUNDO? PISTA: NO SON LOS ESTADOS
Este ensayo es un adelanto del nuevo libro de Noam Chomsky, Who Rules the
World? (Metropolitan Books, the American Empire Project, 2016). Ediciones B
publicará la obra en español el 1 de octubre, bajo el título ¿Quién domina el
mundo? La versión original fue publicada en Tomdispatch.com.
http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/06/quien-domina-el-mundo-pista-no-son-los.html
7. EL GRAN DOLOR CAUSADO POR EL
NEOLIBERALISMO http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/06/el-gran-dolor-causado-por-el.html
Nunca he leído nada tan claro. Poco
habría que agregar –ni siquiera me animaría a hacerlo dada la envergadura de su
autor. Se me ocurre, sin embargo, que es hora de que la ciudadanía avive el
seso y despierte.
Dado una cultura ancestral que hemos ido
perdiendo, para recuperarla tendríamos que participar, luchar, preguntar,
asumir responsabilidades como ciudadanos de un acerbo que, aunque no lo
sepamos, tendría que volver a ser el ombligo del mundo y no un mero tracto
intestinal del poder.
8. A PROPÓSITO DEL PSOE Y DE SUS BARONES
http://guadarramaenmarcha.blogspot.com.es/2016/04/proposito-del-psoe-y-sus-barones.html
Felipe
González y Alfonso Guerra pasarán a la historia como infames, corruptos y
ambiciosos políticos que no tuvieron el más mínimo problema
en apuñalar a la democracia con su connivencia golpista, como el Rey y
gran parte de la sociedad, y menos aún en dejarla desangrar en las manos
de una banda criminal que despellejaba y arrancaba las uñas a sus víctimas.
Con semejante historial, dado que han tenido la fortuna de
esquivar la cárcel (digo fortuna por decir algo), lo mejor sería que
alimentasen sus vidas con el silencio y no nos recordasen cada cierto tiempo
que nada es lo que nos han dicho que fue.
9. ¿QUIÉN ES CEBRIÁN?
ES EL DE “PRISA”, EL DE "LA SER", EL QUE NO ES.
¿El amigo de Felipe González?
11. La Comisión Trilateral domina el gobierno de Obama
Referencias a LA TRILATERAL EN EL GOBIERNO DE OBAMA
August Review
En sus primeros diez días, Barack Obama designó en la Comisión
Trilateral a once altos miembros clave de su administración. Así introdujo una
potente fuerza exterior en el liderazgo de su gobierno, pero con una agenda
básica que más bien perjudica a los ciudadanos de EEUU.
Además de estos nombramientos, Obama llevó a la Casa Blanca a
miembros relevantes de la Trilateral, como su principal consejero en política
exterior Zbigniew Brzezinski, cofundador de la Comisión junto con David
Rockefeller en 1973.
La Comisión Trilateral tiene gran responsabilidad en el estado
actual del mundo. Se constituyó en 1973 como un centro mundial de supuestos
pensadores que diseñaron el giro multinacional del capitalismo hacia el llamado
neoliberalismo, que ha sido una radicalización a la derecha -neo conservadora-
de la concepción keynesiana más clásica de la economía, del rol del Estado, la
intensificación de la explotación mundial del trabajo y la hegemonía militar
mundial de los países más ricos del planeta y sus corporaciones
transnacionales.
La Trilateral es una suerte de gran partido político mundial de
derecha. Según su sitio web, fue formada por ciudadanos particulares de Japón,
Europa (países de la Unión Europea) y Norteamérica (Estados Unidos y Canadá)
para fomentar una colaboración más estrecha entre las áreas industrializadas
democráticas relevantes del mundo [en oposición al campo socialista de
entonces] para compartir responsabilidades en la dirección en un sistema
internacional más amplio.
Según la lista oficial, la Comisión Trilateral posee 424 miembros, pero sólo 87 pertenecen a EEUU y otros 337 provienen de otros países. Así, en sus primeras dos semanas, Obama nombró la cuota de representantes gubernamentales, que constituyen el 12% de la representación de EEUU en la Comisión, aunque conserva muchos otros vínculos con la Trilateral, por ejemplo la membresía permanente de William Jefferson Clinton, el marido de la secretaria de Estado Hillary Clinton. Las once designaciones de Obama recayeron en los siguientes personajes:
Según la lista oficial, la Comisión Trilateral posee 424 miembros, pero sólo 87 pertenecen a EEUU y otros 337 provienen de otros países. Así, en sus primeras dos semanas, Obama nombró la cuota de representantes gubernamentales, que constituyen el 12% de la representación de EEUU en la Comisión, aunque conserva muchos otros vínculos con la Trilateral, por ejemplo la membresía permanente de William Jefferson Clinton, el marido de la secretaria de Estado Hillary Clinton. Las once designaciones de Obama recayeron en los siguientes personajes:
– Tim Geithner, Secretario de Hacienda
– Susan Rice, Embajadora en Naciones Unidas
– General James L. Jones, Consejero de Seguridad Nacional
– Thomas Donilon, Consejero Comisionado de Seguridad Nacional
– Paul Volker, Presidente del Comité de Recuperación Económica
– Almirante Dennis C. Blair, Director de Inteligencia Nacional
– Kurt M. Campbell, Secretario de Estado Auxiliar - Asia y Pacífico
– James Steinberg, Comisionado de la Secretaria de Estado
– Richard Haass, Enviado Especial del Departamento de Estado
– Dennis Ross, Enviado Especial del Departamento de Estado
– Richard Holbrooke, Enviado Especial del Departamento de Estado
La administración Obama y la Comisión Trilateral tienen muchos
otros vínculos. A manera de ejemplo, el grupo informal de consejeros del
secretario de Hacienda Tim Geithner incluye a los miembros de la Comisión E.
Gerald Corrigan, banquero, ex presidente de la Reserva Federal (RF); Paul
Volker, ahora cabeza de la recuperación económica de Obama; Alan Greenspan, el
anterior jefe de la RF y Peter G. Peterson, prominente banquero e
inversionista.
El primer empleo de Geithner después de salir de la universidad
fue al servicio del trilateralista Henry Kissinger en la oficina Kissinger y
Asociados. El trilateralista Brent Scowcroft, que de tendero se convirtió en
banquero, ha sido consejero oficioso de Obama y fue mentor del actual
secretario de Defensa Robert Gates (Ver Tema Nº 07). Y también es miembro de la
Comisión Robert Zoelick, ex secretario de Comercio y presidente actual del
Banco Mundial designado por la administración G.W. Bush.
El sitio web afirma: “La membresía de la Comisión Trilateral está
compuesta por cerca de 400 líderes distinguidos en los negocios, medios de
información, academia, servicio público (excluyendo ministros de gabinetes
nacionales actuales), sindicatos y otras organizaciones no gubernamentales de
las tres regiones. Los presidentes regionales, vicepresidente y directores
constituyen la dirección de la Comisión Trilateral, junto con un Comité
Ejecutivo que incluye cerca de otros 40 miembros”.
Desde 1973, la Comisión Trilateral se reúne regularmente en
sesiones plenarias para discutir manifiestos políticos desarrollados por sus
miembros. Las políticas se debaten hasta alcanzar consensos. Los miembros
respectivos regresan a sus propios países a instrumentar consistentemente las
políticas acordadas en esos consensos. El propósito original de la Comisión
Trilateral fue la creación de un “Nuevo Orden Económica Internacional” [es decir,
la llamada globalización]. Su declaración actual fortalece incentivar una
“colaboración más estrecha entre éstas áreas industrializadas democráticas
dominantes del mundo con responsabilidades compartidas en la dirección de un
sistema internacional más amplio”.
Desde la administración Carter, los trilateralistas ha llevado a
cabo estas influyentes posiciones desde cargos clave controlados por el
gobierno de EEUU: seis de los ocho últimos presidentes del Banco Mundial; los
presidentes y los vicepresidentes de Estados Unidos (a excepción de Obama y
Biden); más de la mitad de todos los secretarios de Estado de EEUU; y tres
cuartos de los secretarios de Defensa.
Durante el trienio 2009-2012, la agenda de la Comisión será guiada
por dos grandes convicciones. Primero, la Comisión Trilateral seguirá siendo
más importante que nunca para preservar la dirección compartida de los países
ricos en un sistema internacional más amplio. Segundo, la Comisión “ensanchará
su marco para reflejar cambios más amplios en el mundo”. De esta manera, el
Grupo Japonés devino en Grupo Asia Pacífico, que incluye a miembros de China e
India, y añadieron a miembros mexicanos al Grupo Norteamérica (Canadá y EEUU).
El Grupo Europeo continúa ensanchándose conforme a la ampliación de la Unión
Europea.
Actualización de Patrick Wood (de “August eview.com”)
El concepto “influencia indebida” se nos presenta al considerar el número de miembros de la Comisión Trilateral en [altos cargos de] la administración Obama. Tienen el control de las áreas de nuestras necesidades nacionales más urgentes: crisis financiera y económica, seguridad nacional y política exterior.
Actualización de Patrick Wood (de “August eview.com”)
El concepto “influencia indebida” se nos presenta al considerar el número de miembros de la Comisión Trilateral en [altos cargos de] la administración Obama. Tienen el control de las áreas de nuestras necesidades nacionales más urgentes: crisis financiera y económica, seguridad nacional y política exterior.
El conflicto de intereses resulta patente. Con el 75% de membresía
de individualidades no estadounidense en la Trilateral ¿qué influencia sigue
teniendo esta contundente mayoría sobre el 25% restante?
Por ejemplo, cuando Chrysler sometió su quiebra bajo la protección
y control de la administración Obama, rápidamente se decidió que el fabricante
italiano de automóviles FIAT asumiría el control de esa compañía. La persona
designada para el trato fue el secretario del Tesoro, o ministro de Hacienda,
Timothy Geithner, miembro de la Comisión Trilateral. ¿Les sorprendería saber
que el presidente de FIAT, Luca di Montezemolo, también es un camarada miembro?
El Congreso debió detener este trato en el momento en que fue sugerido.
Muchos miembros europeos de la Comisión Trilateral son también jefes máximos de la Unión Europea. ¿Qué oscilación política y económica tienen a través de sus contrapartes estadounidenses?
Si se lo preguntaran en alguna encuesta, la gran mayoría de los estadounidenses diría que los negocios de EEUU son suyos propio, y deben mantenerse cerrados a la interferencia de extranjeros con agendas no-estadounidenses. Pero la inmensa mayoría de los estadounidenses no tiene ninguna idea sobre qué es la Comisión Trilateral, mucho menos del enorme poder que ha usurpado desde que en 1976 Jimmy Carter fue el primer miembro trilateral que resultó elegido presidente.
Muchos miembros europeos de la Comisión Trilateral son también jefes máximos de la Unión Europea. ¿Qué oscilación política y económica tienen a través de sus contrapartes estadounidenses?
Si se lo preguntaran en alguna encuesta, la gran mayoría de los estadounidenses diría que los negocios de EEUU son suyos propio, y deben mantenerse cerrados a la interferencia de extranjeros con agendas no-estadounidenses. Pero la inmensa mayoría de los estadounidenses no tiene ninguna idea sobre qué es la Comisión Trilateral, mucho menos del enorme poder que ha usurpado desde que en 1976 Jimmy Carter fue el primer miembro trilateral que resultó elegido presidente.
A la luz de la crisis financiera sin precedente de hoy, los
trilateralistas serían aborrecidos si realmente leyeran la declaración de
Zbigniew Brzezinski (cofundador de la Comisión con David Rockefeller) estampada
en su libro de 1971 “Entre dos edades: El papel de EEUU en la era
tecnotrónica”, que dice así:
“La nación-estado como unidad fundamental de la vida organizada
del hombre ha dejado de ser la principal fuerza creativa: Los bancos
internacionales y las corporaciones transnacionales son [ahora] actores y
planificadores en los términos que antiguamente se atribuían los conceptos
políticos de nación-estado”. [Es decir, envió al cuarto de los juguetes en
desuso los conceptos básicos de estado-nación, soberanía de las naciones y rol
del Estado en la sociedad, para promover un mundo gobernado por los bancos y
las corporaciones transnacionales].
Con todo, esto es exactamente lo qué está sucediendo. Los bancos y
las corporaciones globales son círculos que aprietan alrededor de la
nación-estado, incluyendo a Estados Unidos. No tienen ningún respeto por el
debido proceso, el Congreso o la voluntad de los pueblos.
¿Por qué han mantenido a la gente estadounidense en la oscuridad
respecto a un tema tan grande que sacude nuestro país en su misma base? La
Trilateral controla los grandes medios
La respuesta es simple: El liderazgo principal de los grandes
medios de información también está saturado de miembros de la Comisión
Trilateral, quienes pueden suprimir selectivamente las noticias que deberían
cubrirse, por ejemplo:
• David Bradley,
presidente de Atlantic Media Company
• Karen Elliot House, ex vicepresidente senior de Dow Jones & Company, y editora del “The Wall Street Journal”, propiedad de Rupert Murdoch
• Richard Plepler, copresidente de HBO
• Charlie Rose, de PBS, Servicio Público de Radio y TV de EEUU
• Fareed Zakaria, redactor de “Newsweek”
• Mortimer Zuckerman, presidente de “U.S.News & World Reports”
• Karen Elliot House, ex vicepresidente senior de Dow Jones & Company, y editora del “The Wall Street Journal”, propiedad de Rupert Murdoch
• Richard Plepler, copresidente de HBO
• Charlie Rose, de PBS, Servicio Público de Radio y TV de EEUU
• Fareed Zakaria, redactor de “Newsweek”
• Mortimer Zuckerman, presidente de “U.S.News & World Reports”
Existen muchas otras conexiones con el nivel superior de los
medios de información originadas por la membrecía o participación en las
direcciones corporativas y la propiedad accionaria común. Para más información,
consultar el libro publicado originalmente en 1978 por este escritor,
“Trilaterals Over Washington”, que está disponible [en inglés] en formato
electrónico y sin ningún costo en www.AugustReview.com. Este sitio también
tiene muchos trabajos que analizan diversos aspectos de la hegemonía de la
Comisión Trilateral en Estados Unidos y en otras partes del mundo, puesto que
fue fundada en 1973.
Fuentes: ”August Review.com”, 30 de enero de 2009, “Obama:
Trilateral Commission Endgame”, por Patrick Wood Estudiante investigador: Sarah
Maddox Evaluador académico: Peter Phillips, Sonoma State University
Traducción: Ernesto Carmona (especial para ARGENPRESS.info)
Fuente original:
Fuente original:
El gobierno del mundo; las instancias
ejecutivas
La OCDE , es la organización iniciadora del AMI, concibe las reglas del comercio mundial e influye de muy cerca
la política económica de los países occidentales. Reagrupa 30 países
desarrollados que « comparten los principios de la economía de mercado"
"
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial diseñan la económica y el medioambiente del planeta por intermedio de préstamos y créditos otorgados a los estados del Tercer Mundo bajo la condición que estas apliquen una política económica de inspiración ultraliberal, con desprecio de las realidades humanas y ecológicas.
El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial diseñan la económica y el medioambiente del planeta por intermedio de préstamos y créditos otorgados a los estados del Tercer Mundo bajo la condición que estas apliquen una política económica de inspiración ultraliberal, con desprecio de las realidades humanas y ecológicas.
La Organización Mundial del Comercio (OMC, o WTO en ingles) fija las reglas del
comercio mundial, reduciendo considerablemente el margen de decisión de los
estados en el área de la economía o del medioambiente.
La Comisión Europea (o "Comisión de Bruselas") es el gobierno de la Unión Europea. Sus miembros no son elegidos directamente, y el publico nunca está realmente informado de sus decisiones. Gran parte del poder de los estados es transferido a esta Comisión que no está sometida a un control democrático. (La legislación europea representa ya 80% de las leyes aplicadas por los estados de la Unión.)
La Comisión Europea (o "Comisión de Bruselas") es el gobierno de la Unión Europea. Sus miembros no son elegidos directamente, y el publico nunca está realmente informado de sus decisiones. Gran parte del poder de los estados es transferido a esta Comisión que no está sometida a un control democrático. (La legislación europea representa ya 80% de las leyes aplicadas por los estados de la Unión.)
Estas
transferencias de soberanía han sido realizados por los políticos tanto de
derecha como de izquierda, con el objetivo de hacer
escapar del debate publico lo
esencial de las decisiones económicas, sociales, y medioambientales.
Asimismo, la
Comisión Europea está íntegramente bajo la influencia de lobbies industriales
quienes son los grandes inspiradores de la reglamentación europea. La mayoría
de los Comisarios europeos están estrechamente ligados a las multinacionales o
a redes de influencia favorables al liberalismo y a la mundialización.
LOS PAÍSES MEDITERRÁNEOS Y LOS DEL NORTE DE EUROPA
Los países mediterráneos de
Europa somos herederos de la cultura grecorromana. Se podrá decir que toda
Europa es heredera de esa cultura, y es acertado el juicio. Las diferencias que
hay entre unos y otros -los mediterráneos y los del norte de Europa- radican en
el hecho de que el norte se configuró socialmente a partir de comunidades que
se consolidaron, desde la Reforma, como fraternidades que cementaban las
instituciones de aquellos países a partir de una sólida comunión de sus gentes
con el cristianismo. De ahí la solidez institucional que las ha asistido desde
siempre.
El hombre despertó a su individualidad con el Renacimiento,
descubrió su intimidad. Hasta ese momento su conciencia se estructuraba a
partir de patrones en los que reinaba el absoluto de la Iglesia, ya para
entonces más preocupada por sus quehaceres de estado que por transmitir el
mensaje de Cristo.
Los países mediterráneos no alcanzaron a constituirse en
comunidades porque la Iglesia, tan connivente con la política -todo lo
contrario del cristianismo que surgió con la Reforma- , se constituyó en una
institución más y su prodigalidad fue en orden al ejercicio del poder antes
bien que al de la organización comunitaria. La Iglesia no supo, no pudo alentar
comunidades con vocación fraterna porque su objetivo fue institucional:
uniformar las conciencias a partir del templo.
La organicidad del norte de Europa primó sobre el sometimiento al
que la Iglesia, aliada del poder, sometió la voluntad, la libertad y hasta la
inteligencia de la gente en nuestros países. Iberoamérica fue también presa de
las mismas circunstancias. El florecimiento de las ciencias, del comercio, de
los saberes distinguidos, y hasta de los recursos para la guerra han
pertenecido desde siempre a las corrientes que se alineaban detrás de los
grandes pensadores del norte.
Así, sucedió lo que tenía que suceder. Impusieron lo suyo.
Floreció una civilización que nos es ajena. Una civilización en las que
nuestros excepcionales valores son una curiosidad. El mundo marcha por otro
camino. No tenemos fuerza ni para imponer las grandes virtudes que alientan la
vida y la hacen digna de ser vivida. Nos hemos dejado aplastar. La Iglesia
Vaticana, cuyos rezagadas legiones están al mando de una jerarquía atrasada,
imprudente y jactanciosa, también cayó ante la fuerza de una civilización que
no nos pertenece.*
Tenemos que asumirnos responsables del descalabro. Hay que poner
en acto algo más que ácidas críticas. Si no lo hacemos tendremos un destino
incierto, a la deriva.
*Es de decirse que con el Papa Francisco la Iglesia está dado un
giro de 180 grados
Carlos A. Trevisi
LA LEY Y
LA PIEDAD
Carlos A. Trevisi
Recordaréis, seguramente, el argumento de “El mercader de
Venecia”, impío éste que, distante del dolor ajeno, en el tribunal de justicia
pretende hacer imperar la ley por sobre la piedad, exigiendo a su deudor
a que se someta a los términos del contrato oportunamente acordado: entregar
una libra de su propia carne en caso de incumplimiento de pago.
Comentábamos en un artículo anterior
acerca del poder de la ley por sobre la libertad, a la que reducía sólo a sus
designios, que no malignos, aunque sí ímplenos. También habéis leído aquel artículo en el que decíamos que había
quienes sostenían que la salud no era un derecho y que debía prevalecer, por
encima de todo, el derecho de propiedad de los titulares de las patentes (la
ley), de modo que aquellos que no dispusieran de medicinas por su incapacidad
cierta de no poder crearlas, o aquella otra no menos cierta de no tener
recursos para adquirirlas, no podían, no les asistía el derecho de apelar
en donación a quienes sí se habían empeñado en su creación y elaboración (1).
En su argumentación ante el tribunal, Shylock, que, como recordaréis, así se llama el mercader, dice: “Exigiré lo que se me debe y la pena estipulada en el convenio. Si me lo negáis, ¡desgraciadas sean vuestra Constitución y las libertades de vuestra República! […] ¿Qué fallo puedo tener si no he hecho mal alguno? […] Esa libra de carne que os pido me pertenece, la he comprado a buen precio y la quiero. ¡Caiga el baldón sobre vuestras leyes! […] espero que se me hará justicia. […] ¿Quién me obligaría a ser clemente?
El abogado le contesta:[…] la clemencia ha de ser espontánea y debe caer como el suave rocío del cielo cae sobre las plantas. Doblemente benéfica: hace bien al que la da y a quien la recibe. […] Así, pues, aunque la justicia sea el argumento del que te vales, recuerda que si sólo alcanzásemos justicia en la vida no habría salvación para ninguno de nosotros. […] Todo lo que digo es para inducirte a moderar la justicia rigurosa de tus pretensiones.
Analicemos ahora nuestra realidad. ¿Con quién se identifica usted, con Shylock o con el abogado? Piense en los inmigrantes, los ancianos abandonados, los niños que mueren a diario en el mundo, las guerras, las torturas... ¿No siente un desgarro ?
Pues, yo sí, y sería estupendo que fuéramos capaces de poner ese
dolor en común.
Nota BENE
El giro que va tomando el mundo queda en evidencia ante lo que se
lee a continuación.
(1) La salud no es un derecho, por Armando P. Ribas*
Comentarios en MINÚSCULAS por Carlos A. Trevisi (C) (2006)
Texto en MAYÚSCULAS (RIBAS)
"CADA VEZ MÁS LOS PROGRESOS HUMANOS SE TORNAN EN DERECHOS DE LA
HUMANIDAD EN TANTO QUE SE IGNORAN LOS FACTORES DETERMINANTES DE LOS MISMOS. LA
MAYOR IGNORANCIA QUE PERSISTE, EVIDENTEMENTE, ES RESPECTO A LA NATURALEZA DEL
HOMBRE. FUE EN ESE SENTIDO QUE SE PRONUNCIÓ DAVID HUME CUANDO DIJO EN SU
TRATADO SOBRE LA NATURALEZA HUMANA: “TODO ESTUDIO DEBE COMENZAR POR EL
CONOCIMIENTO SOBRE LA NATURALEZA HUMANA Y ÉSTE ES EL QUE HA SIDO MÁS IGNORADO”.
Comentario
(C)
El hombre es un profundo misterio interpretable de mil maneras, pero tiene una indiscutible categoría más allá de las interpretaciones que sucesivos pensadores puedan sostener; de hecho, este hombre, el que me toca de compañero en el metro, mi vecino, mi prójimo en fin, me obliga a satisfacer su potencial, a proyectarlo en toda su plenitud a colaborar con su crecimiento. Cuando el P. Vitoria hace 500 años sostuvo la “humanidad” de los Indios y se abocó a hablar de los derechos de todos los hombres sin distinción, creo que dejó en claro cuál era la naturaleza de su identidad. Hume, uno de los principales representantes del empirismo sostiene que el conocimiento se reduce a las percepciones y sus relaciones entre sí. En pocas palabras, no parte del hombre sino de lo que los demás perciben que es. Así, descartada su “humanidad”, se lo trata como un objeto. De hecho el hombre es el resultado de la educación que ha pesado y pesa permanentemente sobre él. El proceso educativo –que es precisamente lo que nutre sus potencialidades- es lo que autoriza a pensar que cada ser humano, cada comunidad es lo que se ha hecho con ella a lo largo del tiempo. Y eso, claro está es algo más que buenas maneras o buenos colegios: incluye el padecimiento de guerras, intereses económicos despiadados, colonizaciones criminales y mil “detalles” más, como por ejemplo políticos corruptos, ignorancia (y no precisamente la de saber dónde queda Cachemira, sino la otra, la de la penetración de textos por el análisis, de la comprensión de los símbolos; esa ignorancia que obliga a la gente a que el mensaje que recibe se base en lemas, y eslogans porque no pueden participar de otro modo en la relación simbólica de los demás; esa ignorancia que empuja a las personas a dejarse llevar por el demagogo, por las promesas imposibles de cumplir, por una visión del mundo simplificada... por la búsqueda de chivos expiatorios).
El hombre es un profundo misterio interpretable de mil maneras, pero tiene una indiscutible categoría más allá de las interpretaciones que sucesivos pensadores puedan sostener; de hecho, este hombre, el que me toca de compañero en el metro, mi vecino, mi prójimo en fin, me obliga a satisfacer su potencial, a proyectarlo en toda su plenitud a colaborar con su crecimiento. Cuando el P. Vitoria hace 500 años sostuvo la “humanidad” de los Indios y se abocó a hablar de los derechos de todos los hombres sin distinción, creo que dejó en claro cuál era la naturaleza de su identidad. Hume, uno de los principales representantes del empirismo sostiene que el conocimiento se reduce a las percepciones y sus relaciones entre sí. En pocas palabras, no parte del hombre sino de lo que los demás perciben que es. Así, descartada su “humanidad”, se lo trata como un objeto. De hecho el hombre es el resultado de la educación que ha pesado y pesa permanentemente sobre él. El proceso educativo –que es precisamente lo que nutre sus potencialidades- es lo que autoriza a pensar que cada ser humano, cada comunidad es lo que se ha hecho con ella a lo largo del tiempo. Y eso, claro está es algo más que buenas maneras o buenos colegios: incluye el padecimiento de guerras, intereses económicos despiadados, colonizaciones criminales y mil “detalles” más, como por ejemplo políticos corruptos, ignorancia (y no precisamente la de saber dónde queda Cachemira, sino la otra, la de la penetración de textos por el análisis, de la comprensión de los símbolos; esa ignorancia que obliga a la gente a que el mensaje que recibe se base en lemas, y eslogans porque no pueden participar de otro modo en la relación simbólica de los demás; esa ignorancia que empuja a las personas a dejarse llevar por el demagogo, por las promesas imposibles de cumplir, por una visión del mundo simplificada... por la búsqueda de chivos expiatorios).
NO OBSTANTE HEMOS LLEGADO AL TERCER MILENIO Y MIENTRAS PROGRESA LA CIENCIA
Y LA TÉCNICA, TODAVÍA NOS ENCONTRAMOS ANTE UN DEBATE ÉTICO, QUE SE MANIFIESTA
DE MANERA POLÍTICA Y QUE TIENE EFECTOS ECONÓMICOS PROFUNDOS, POR SUPUESTO
BASADO EN UNA ÉTICA SUPERIOR. ESA ÉTICA SUPERIOR SE SUSTENTA FALAZMENTE EN EL
ANTAGONISMO ENTRE EL INTERÉS GENERAL (BIEN COMÚN O, MÁS RECIENTEMENTE, JUSTICIA
SOCIAL) Y EL INTERÉS PRIVADO.
(C)
Por supuesto que no es así. El interés general o el bien común NUNCA DEBE postergar ningún interés personal. La única falacia es presentar un debate entre la ética y el progreso de la ciencia y la técnica. No hay debate posible, al menos en los términos que los presenta Ribas. Marchan por caminos separados. En todo caso la ética alertará sobre los males que produce el “techne“ si el interés privado afecta al interés común.
No existe tal ética superior, por lo menos en lo que se refiere a un supuesto antagonismo entre el interés general y el privado. Nadie habla de tal antagonismo salvo los neoliberales, que se han olvidado del hombre.
Por supuesto que no es así. El interés general o el bien común NUNCA DEBE postergar ningún interés personal. La única falacia es presentar un debate entre la ética y el progreso de la ciencia y la técnica. No hay debate posible, al menos en los términos que los presenta Ribas. Marchan por caminos separados. En todo caso la ética alertará sobre los males que produce el “techne“ si el interés privado afecta al interés común.
No existe tal ética superior, por lo menos en lo que se refiere a un supuesto antagonismo entre el interés general y el privado. Nadie habla de tal antagonismo salvo los neoliberales, que se han olvidado del hombre.
ES EN ESA CONCEPCIÓN SUBLIME QUE EL PLANTEO ÉTICO DE LA PROPIEDAD DE
ROUSSEAU, SEGÚN EL CUAL “LA TIERRA NO ERA DE NADIE, Y LOS FRUTOS ERAN DE TODOS”,
VUELVE AUN CUANDO SE OLVIDA QUE MIENTRAS SE APLICÓ ESE CRITERIO LAS TRIBUS ERAN
NÓMADAS. LA AGRICULTURA COMENZÓ CUANDO SE RESPETARON LOS DERECHOS DE PROPIEDAD.
LA REALIDAD ES QUE EL CRECIMIENTO ECONÓMICO ASÍ COMO EL CRECIMIENTO POBLACIONAL
SE INICIÓ HACE RELATIVAMENTE POCO TIEMPO, UNOS 300 AÑOS. FUE EL PROPIO KARL
MARX QUIEN RECONOCIÓ QUE SU “ODIADA” BURGUESÍA EN SÓLO 100 AÑOS DE DOMINIO
POLÍTICO HABÍA CREADO MÁS FUERZAS PRODUCTIVAS QUE TODAS LAS ANTERIORES
GENERACIONES JUNTAS. PERO AL MISMO TIEMPO, IGNORÓ LA RAZÓN DE SER DE LA MISMA Y
CREYÓ QUE ERA EL PRODUCTO DE LA RAZÓN EN LA HISTORIA. O SEA, HA SIDO LA
ACEPTACIÓN ÉTICA DE LOS INTERESES PARTICULARES Y ASÍ COMO DE LA FALIBILIDAD
HUMANA LA QUE DIO LUGAR A LA SOCIEDAD ABIERTA, DESMINTIENDO LAS PREDICCIONES
APOCALÍPTICAS DE MALTHUS
(C)
Hace décadas que no oigo hablar de Malthus. Sería como discutir acerca de las virtudes (o vicios) de Felipe II. En eso, y en muchas otras cosas, los ingleses son admirables. No hay un solo inglés a quien se le ocurra discutir si Enrique VIII fue bueno o malo. En España todavía no hemos superado las discusiones que suscitan, por ejemplo, los Reyes Católicos (o Felipe II).
Hace décadas que no oigo hablar de Malthus. Sería como discutir acerca de las virtudes (o vicios) de Felipe II. En eso, y en muchas otras cosas, los ingleses son admirables. No hay un solo inglés a quien se le ocurra discutir si Enrique VIII fue bueno o malo. En España todavía no hemos superado las discusiones que suscitan, por ejemplo, los Reyes Católicos (o Felipe II).
NO OBSTANTE SE INSISTE EN ESA NOCIÓN ÉTICA QUE HA DETERMINADO LA POBREZA DE
LOS PAÍSES EN DESARROLLO, AMÉN DE LOS TOTALITARISMOS QUE HAN AZOTADO A EUROPA
EN EL SIGLO XX.
(C)
Tampoco es de coincidirse con este argumento; es falaz. No ha sido “esa noción ética” la que ha determinado la pobreza de los países en desarrollo. Y es precisamente en este punto en el que la divergencia es total. No se trata de que la natural tendencia del hombre a “acogerse a los beneficios del derecho a que se lo atienda y ayude”) ha terminado con los países que pudiendo haber sido ricos son sólo una miseria. Cuando hablamos “ut supra” de las colonizaciones, es innegable que –y pongo dos casos a modo de ejemplo- la pobreza del Perú se debió a que los ingleses se llevaron todo el guano que se amontonaba en sus costas. Ese guano era el principio de la riqueza a la que no pudo acceder Perú porque le arrancaron la infraestructura que lo habría llevado a un eventual desarrollo posterior. La Argentina es un caso mucho más patético. El reino Unido se llevó en el siglo IXX y hasta casi mediados del XX toda la lana, los cueros y la carne que procesaba en Inglaterra para luego vender , ya manufacturada, entre otros mercados, al Argentino (con lo cual daba trabajo y alimentaba a sus obreros en detrimento de los obreros argentinos , cuya dirigencia política, dicho sea de paso, abrazaba los intereses de los usurpadores) Más tarde , ya entrada la década del 90, el neoliberalismo menemista desmanteló sus industrias (el canciller argentino, Ditella decía que había que terminar con el cuento del petróleo y de las industrias básicas y aceptar que lo nuestro eran las vacas y el trigo; que lo demás se compraría afuera) El resultado del neoliberalismo en Argentina fue tan catastrófico que el mismo FMI llegó a decir que se les había ido la mano.
Tampoco es de coincidirse con este argumento; es falaz. No ha sido “esa noción ética” la que ha determinado la pobreza de los países en desarrollo. Y es precisamente en este punto en el que la divergencia es total. No se trata de que la natural tendencia del hombre a “acogerse a los beneficios del derecho a que se lo atienda y ayude”) ha terminado con los países que pudiendo haber sido ricos son sólo una miseria. Cuando hablamos “ut supra” de las colonizaciones, es innegable que –y pongo dos casos a modo de ejemplo- la pobreza del Perú se debió a que los ingleses se llevaron todo el guano que se amontonaba en sus costas. Ese guano era el principio de la riqueza a la que no pudo acceder Perú porque le arrancaron la infraestructura que lo habría llevado a un eventual desarrollo posterior. La Argentina es un caso mucho más patético. El reino Unido se llevó en el siglo IXX y hasta casi mediados del XX toda la lana, los cueros y la carne que procesaba en Inglaterra para luego vender , ya manufacturada, entre otros mercados, al Argentino (con lo cual daba trabajo y alimentaba a sus obreros en detrimento de los obreros argentinos , cuya dirigencia política, dicho sea de paso, abrazaba los intereses de los usurpadores) Más tarde , ya entrada la década del 90, el neoliberalismo menemista desmanteló sus industrias (el canciller argentino, Ditella decía que había que terminar con el cuento del petróleo y de las industrias básicas y aceptar que lo nuestro eran las vacas y el trigo; que lo demás se compraría afuera) El resultado del neoliberalismo en Argentina fue tan catastrófico que el mismo FMI llegó a decir que se les había ido la mano.
Esto no sería nada si no fuera que la pobreza de la Argentina que antes era sólo coyuntural y, en consecuencia, escasa, ahora ya es estructural: la Argentina no tiene dónde apoyarse para salir adelante. Y está clarísimo que con el trigo y con la carne no va a ningún lado: En Europa la producción está subvencionada al extremo de que hay excedentes cerealeros que se donan al África ¿Quién compraría trigo a la Argentina? El problema es especialmente grave si tenemos en cuenta que la pobreza estructural impide el crecimiento de la población. La universidad argentina, de las más prestigiosas hacia la década del sesenta, está vedada a la gran mayoría de la población, aunque sea gratuita y no tenga examen de ingreso. La educación, totalmente bastardeada, ha ido cediendo terreno descomponiéndose como el resto del país. ¿De dónde han de salir los profesionales que reencaminen al país? Ni hablar desnivel de catástrofe de sus politicos: ignotos de barrio bajo.
La respuesta a tantos males también la tiene el neoliberalismo: si esos países no supieron enfrentar sus dificultades, pues nada distinto puede haberles pasado; su pecado ha sido el proteccionismo y el estatismo. Si hubiera habido libertad no habría pasado eso
LA CONTRADICCIÓN A PRIORI ENTRE EL INTERÉS GENERAL FRENTE A LOS INTERESES
PARTICULARES ES EL FUNDAMENTO ÉTICO DEL PODER POLÍTICO ABSOLUTO Y, POR
CONSIGUIENTE, DE LA CORRUPCIÓN Y LA POBREZA. ES LA SEUDO ÉTICA DE QUE LA
NECESIDAD GENERA DERECHOS, QUE EN LA PRÁCTICA SON PRIVILEGIOS OTORGADOS POR EL
PODER POLÍTICO, AL TIEMPO QUE SE VIOLAN LOS DERECHOS INDIVIDUALES Y
PARTICULARMENTE EL DERECHO DE PROPIEDAD.
(C)
La necesidad no genera derechos. Genera obligaciones en todos aquellos que la reconocemos, más allá de la imputabilidad que merezca el necesitado. Dicho esto analicemos el texto.
La necesidad no genera derechos. Genera obligaciones en todos aquellos que la reconocemos, más allá de la imputabilidad que merezca el necesitado. Dicho esto analicemos el texto.
Es curioso que los neoliberales se digan democráticos y procedan como verdaderos totalitarios. El poder político absoluto lo ejercieron los liberales cuando gestaron y amañaron los golpes militares que los instalaban en primera fila en la exacción. La historia del liberalismo en Argentina es patética. Cuando hacia mediados de la década del 50 derrocan a Perón, comienza la carrera hacia la destrucción. No es que Perón hubiera salvado a la Argentina. Es uno de los principales responsables de su desgracia. Pero fue, sí, la excusa para que los militares se hicieran con el gobierno y comenzara la carrera por el liberalismo económico. La siguiente posta fue con el golpe de un militar devoto de la virgen de Luján, un tal Onganía, que puso de ministro de economía a Krieger Vasena, que comenzó con el remate del país (con la anuencia de los liberales argentinos que no podían creer que les fuera tan bien). Más tarde, otro golpe militar, ahora el de Videla, un oligofrénico sin remedio, puso a Martínez de Hoz, el segundo de un tríptico que jugó la “plata –léase dinero- dulce”, endeudando al país hasta límites insospechados para entonces (1978). El tercero fue un tal Cavallo, que le puso el sello a la entrega definitiva. Esto sucedió en la década del 90, durante la presidencia de Menem.
No es extraño que la Argentina en este momento, octubre del 2005 esté en
manos de una turba que corta los caminos; de unos políticos –peronistas, ellos-
que negocian con la turba y con el FMI, que se mueran alrededor de 60 niños
desnutridos por día por enfermedades no letales , que los tribunales de
justicia lleven 100 días continuados de huelga sin aparente solución; que los
hospitales estén en la ruina, que la educación sea una calamidad, que la
seguridad esté en manos de bandidos y que el otrora “Ejército de los Andes” sea
una panda sin destino.
ESTA FALACIA ÉTICA ES RECOGIDA EN EL ARTÍCULO 25 DE LA DECLARACIÓN
UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS, QUE DICE: “TODA PERSONA TIENE DERECHO A UN
NIVEL DE VIDA ADECUADO QUE LE ASEGURE, ASÍ COMO A SU FAMILIA, LA SALUD Y EL
BIENESTAR, Y EN ESPECIAL LA ALIMENTACIÓN, EL VESTIDO, LA VIVIENDA, Y LA
ASISTENCIA MÉDICA Y LOS SERVICIOS SOCIALES NECESARIOS...”.
(C)
Acaso el artículo de marras tendría que haber sido redactado de otra manera, a saber.
Acaso el artículo de marras tendría que haber sido redactado de otra manera, a saber.
"Toda persona tiene obligación de prestar apoyo al que necesita, favoreciendo en él un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, y la asistencia médica y los servicios sociales necesarios...”.
AHORA LA SALUD SE PRETENDE INCORPORAR
COMO UN DERECHO HUMANO, CUANDO ÉSTA HA SIDO EN REALIDAD EL PRODUCTO DE LA
RIQUEZA.
(C)
Es de justicia y de nobleza que todos
los hombres lleguemos a un estado de salud que nos permita acompañar a nuestros
hijos en su crecimiento, a nuestros viejos en su bienestar y a nosotros mismos
en el goce de nuestra obra.
EN LOS ÚLTIMOS 200 AÑOS, LA
POBLACIÓN SE HA MULTIPLICADO POR SEIS, EN TANTO QUE LA EXPECTATIVA DE VIDA EN
LOS PAÍSES DESARROLLADOS SUPERA HOY LOS 80 AÑOS. ES EVIDENTE QUE LA SALUD ES UN
SUBPRODUCTO DE LA RIQUEZA, Y ÉSTA, DE LA SEGURIDAD JURÍDICA DE LOS DERECHOS DE
PROPIEDAD. Y PARTICULARMENTE DE LOS DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL, QUE
SERÍA LA PROPIEDAD POR ANTONOMASIA, PUES DE ELLA RESULTA UN BIEN QUE NO EXISTÍA
EN LA NATURALEZA.
(C)
Me hace sentir muy mal leer que la
propiedad pueda más que mi vocación por ayudar al que necesita. Y que se diga
impunemente, peor.
AHORA LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA
SALUD (OMS) VUELVE SOBRE LA SEUDO ÉTICA DEL DERECHO A LA SALUD. ASÍ LA
RESPONSABILIDAD DE LOS PAÍSES RICOS SERÍA LA DE FACILITARLA A LOS POBRES, Y TAL
OBLIGACIÓN SE SUSTENTA EN DESMEDRO PRECISAMENTE DE LOS DERECHOS DE PATENTE DE
LOS MEDICAMENTOS, QUE HAN SIDO DE MANERA INDUDABLE LOS DETERMINANTES DEL
EVIDENTE PROGRESO DE LA SALUD EN EL MUNDO.
(C)
Entiendo que se pueda pensar a sí. Seguramente se trata de un pensamiento que brota de un afecto enfermizo. Pero lo que no entiendo es que el pudor no frene su exteriorización.
Entiendo que se pueda pensar a sí. Seguramente se trata de un pensamiento que brota de un afecto enfermizo. Pero lo que no entiendo es que el pudor no frene su exteriorización.
LA RECIENTE CUMBRE DE LA OMS EN
MÉXICO PROPUSO ALTERNATIVAS A LOS DERECHOS DE PROPIEDAD PARA DIRIGIR LA
INNOVACIÓN Y LA INVESTIGACIÓN HACIA LAS ENFERMEDADES TROPICALES. MÁS ALLÁ DE SI
EN LA ACTUALIDAD ESTÁN DISPONIBLES REMEDIOS PARA LAS MISMAS, QUE PRECISAMENTE
NO ESTÁN AL ALCANCE DE LOS PAÍSES EN DESARROLLO, LA SUSTITUCIÓN DE LA PROPIEDAD
PRIVADA POR LA BUROCRACIA HA SIDO LA MAYOR CAUSA DE LA POBREZA Y ÉSTA DE LAS
ENFERMEDADES.
(C)
Pretender que la burocracia ha sido la mayor causa de la pobreza y ésta de las enfermedades es, cuanto menos, mirar para otro lado.
Pretender que la burocracia ha sido la mayor causa de la pobreza y ésta de las enfermedades es, cuanto menos, mirar para otro lado.
Referencias
Lista
de autores y artículos neoliberales
Busque
RIBAS, Armando
y seleccione “La salud no es un derecho”; artículo completo
Busque
AZNAR, José María y
seleccione “A los amigos de la libertad”; artículo completo
Fundación Emilia María Trevisi
La Fundación Emilia
María Trevisi nació con el propósito de poner en acto el hecho
educativo en un afán por instalar en la sociedad personas plenamente vitales,
afectivamente entregadas a los demás, dueñas de su voluntad, de sus afectos,
de su libertad y de su inteligencia.
Nos avalan muchos años de trabajo, durante los cuales hemos unido voluntades,
establecido relaciones con lo más granado de la intelectualidad de varios
países de Europa y Sudamérica y preparado material educativo sustentado en las
nuevas tecnologías.
Somos conscientes de que nuestra pretensión no
es baladí, pues contamos con la inestimable ayuda de personas y entidades
relacionadas con el mundo educativo y el de la cultura que nos apoyan.
ctrevisi@fundacionemiliamariatrevisi.com
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