lunes, 24 de octubre de 2016

LA VERDADERA MADRE

En estos días los socialistas nos debatimos entre una abstención que posibilite un Gobierno en España y unas terceras elecciones generales. Sin duda el amable lector o lectora podrá argüir que la alternativa no es tan neutra como se presenta aquí. Porque no se trata de cualquier gobierno, sino de un Gobierno del Partido Popular presidido por el señor Mariano Rajoy. A lo que cabría responder, que tampoco nos encontramos ante unas elecciones sin más.
Si vamos a elecciones nos encaminaríamos a uno de tres escenarios posibles: a) mayoría absoluta de derechas; b) una situación de bloqueo a semejanza de la producida en la dos últimas convocatorias electorales; y c) una mayoría absoluta de izquierdas. No parece que, aunque posibles, los tres escenarios sean igualmente probables, aunque solo sea porque, ahora mismo, las derechas están a seis escaños de la mayoría absoluta y las izquierdas a veinte. Y, a tenor de las encuestas conocidas, no parece que la izquierda vaya a dar un vuelco de la magnitud necesaria para alcanzar una victoria, sino más bien al contrario. De modo que quienes dicen que la abstención «facilita» el Gobierno a Rajoy, deberían reflexionar sobre si lo que, de verdad, «facilita» el gobierno a Rajoy son unas nuevas elecciones en las que consiguiera, con la ayuda de Ciudadanos, los seis escaños que le faltan para lograr sumar mayoría absoluta. El 'no' a Rajoy no sirve para alejar a Rajoy del poder, sino para calmar la mala conciencia de quien no tiene el coraje de plantar cara a las críticas de una incierta izquierda, pura y estéril, que nunca hizo nada más que gritar y llorar por las injusticias del mundo.
El otro resultado más probable de unas terceras elecciones es que se produjeran, de nuevo, mayorías del bloqueo más amplias que las mayorías de gobierno, entonces, por coherencia, deberíamos ir a cuartas elecciones, y así sucesivamente a unas quintas o sextas elecciones hasta que se produjera en algún momento una mayoría absoluta. Esa ha sido la actitud del Partido Popular y Podemos tras las elecciones del pasado diciembre. Incapaces de presentar un gobierno, bloquearon el que propusieron PSOE y Ciudadanos. ¿Si los socialistas nos subimos a ese carro, cuándo nos podremos bajar con dignidad?
En el juicio salomónico la verdadera madre es la que renuncia al hijo para evitar que lo partan por la mitad. El sistema político del 78 es, en gran medida, hijo del PSOE. No cabe duda de que el señor Rajoy, manteniendo su candidatura después de dos elecciones generales en las que no ha conseguido los escaños suficientes y después de no haber comparecido en una sesión de investidura y de haber sido derrotado en otra, está dispuesto a tensionar el sistema hasta su ruptura. Una ruptura que es, por cierto, el objetivo manifiesto de Podemos y los independentistas. ¿Quién, sino los socialistas, tendrá el coraje cívico de parar esta espiral de bloqueo y elecciones?
Guadarrama en Marcha no necesariamente coincide con la apreciación del autor. 

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