Desde el Altiplano del Lago Titicaca: Experiencia educativa para enfrentar las exigencias de la aldea global
Julio Eduardo Torres Pallara (Desde Perú. Especial para ARGENPRESS CULTURAL)
COMENTARIO de Carlos A. Trevisi al pie
Son varias las evidencias que ponen de manifiesto las deficiencias de la educación en nuestra región y en el país. Las más difundidas son los resultados de la evaluación censal y la prueba internacional PISA. Sin embargo la evidencia más incuestionable y pocas veces abordada es la frustración que sufren nuestros jóvenes que concluyen no sólo la educación básica, sino sus estudios superiores y universitarios, incluido los que obtienen grados de magister y doctorado, cuando las instituciones educativas de nivel básico y las de formación profesional no los han preparado para el trabajo y poder insertarse al cambiante contexto laboral prospectivamente y ejercer su ciudadanía con autenticidad y responsabilidad, realidad que de manera global se percibe en los problemas que día tras día se agudizan y en la dependencia a la que venimos sometiéndonos, sin que existan alternativas endógenas para revertirla.
En ese contexto, los problemas cotidianamente noticiados con exacerbación como: el alcoholismo, la drogadicción, la ludopatía, la inestabilidad y violencia familiar, la delincuencia en todas sus modalidades y niveles, entre otros; así como la dependencia de alimentos, medicinas, ropa, utensilios, electrodomésticos, conocimiento tecnológico y científico, hasta de pensamiento, no son casuales, sino resultado de la imposición institucionalizada y mediática de paradigmas culturales que propician y enaltecen, el individualismo y la competencia, el productivismo y el consumismo, la inacción y el entretenimiento, la indiferencia y el conformismo, la ignorancia y la mezquindad, convirtiendo a la persona humana en seres sumisos que se auto culpan de sus desgracias a la espera de milagros y redentores que los salven.
Entonces podemos decir, que en esta era de la información y el conocimiento, aquel propósito civilizatorio de la educación formal y no formal heredado de la época colonial, está siendo sustituido por un propósito mucho más letal, la de formar personas simplonas y enajenadas, no auténticas y sin pensamiento propio, para mantener la gobernabilidad y el orden imperante según los designios de las élites intelectuales que mercantilizan sus conocimientos a los intereses de las minorías que controlan la economía mundial, cuyas recomendaciones son implementadas dogmáticamente en nuestro país, región y localidad.
Un modelo educativo sea formal o informal implementado con ese propósito, no es el más indicado para nuestra niñez y juventud, por lo que no sólo debe ser cuestionado, sino debe obligarnos a plantear alternativas.
En ese escenario, si al margen de las conceptualizaciones conocidas, mínimamente entendiéramos por educación, como la vinculación que establecemos de manera reflexiva con la experiencia histórica de nuestros antepasados y de manera vivencial con los integrantes de la comunidad humana y los demás seres de la madre tierra, generando saberes para vivir complementaria y armónicamente, el proceso educativo debería estar orientado a activar equilibradamente los sentidos y el pensamiento de los niños y jóvenes, mediante actividades vivenciales de crianza, descripción, descubrimiento, identificación y solución de problemas, rompiendo las murallas que separan a la escuela de la vida real.
En el caso nuestro de los habitantes del altiplano del lago Titicaca, teniendo en cuenta que somos los descendientes de los sobrevivientes de una patria invadida violentamente y una cultura que por casi cinco siglos resiste a un proceso de exterminio impuesto desde occidente, pasa por primeramente reconocer nuestra ascendencia cultural andina Pukara - Tiwanacu (Puquina) - Inka, para luego conocer las características del ecosistema, interpretar y plantear soluciones a los diversos problemas en el contexto de la complejidad e incertidumbre del mundo globalizado y pluricultural.
En esa perspectiva en la ciudad de Juliaca, en el Colegio de Ciencias Aplicadas Nuestra Señora del Carmen, en contracorriente a las tendencias educativas mercantilistas y catequizadoras imperantes, se viene forjando un proyecto educativo transformador.
Esta institución educativa visionando ser una organización paritaria, inteligente, acreditada y al servicio de la comunidad, se ha planteado simplemente dos objetivos:
Con la finalidad de hacer realidad dichos objetivos, viene estableciendo de manera progresiva las siguientes estrategias.
3. La implementación del principio de la concepción paritaria, complementaria y vital del cosmos para forjar el buen vivir.
Por su parte estas estrategias deben implementarse a través de diversos programas educativos. Los propuestos para el presente año son:
1. Aprendizaje científico Yachay Ciencia; para que los estudiantes aprendan a pensar y plantear soluciones a sus problemas personales, de su familia y de su comunidad.
2. Afirmación Cultural Taky Onqoy; para que los estudiantes aprendan a filosofar y entendiendo que son ciudadanos de la aldea global se afirmen en nuestra cultura andina y protagonicen con identidad propia en el mundo globalizado.
3. Sostenibilidad de la Pacha Mama; para que los estudiantes conozcan y aprendan a querer a la Madre Tierra y estén preparados para enfrentar al cambio climático.
8. Alimentación saludable; para que los estudiantes aprendan a alimentarse según los requerimientos nutritivos y funcionales de su organismo, prevenirse de las enfermedades y tener buena salud, que les permita hacer bien su trabajo.
9. Trabajo productivo y de negocios; para que los estudiantes aprendan a trabajar y gestionar la producción de bienes y servicios, desempeñándose de manera exitosa utilizando la nuevas herramientas tecnológicas en el contexto de las relaciones de intercambio comercial a nivel internacional.
Los estudiantes que han vivido las primeras experiencias del proyecto educativo y que durante su vida escolar han tenido un buen desempeño académico con logros que han trascendido incluso a nivel nacional e internacional, están ingresando sin mayores dificultades a la universidad, soportan sobresalientemente las exigencias de los estudios universitarios y lo más importante se están insertando con mucha facilidad al contexto laboral asumiendo incluso roles de liderazgo según testimonio de los mismos protagonistas.
Estos primeros resultados, nos permiten aseverar la validez que tiene esta nueva experiencia educativa para el éxito de nuestros niños y jóvenes, frente a las exigencias y retos de la aldea global de este siglo XXI.
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