Carlos Ángel Trevisi
¿QUÉ ES LA PATRIA?
Carlos A. Trevisi 17 de octubre e 2016
Según
fui viviendo descubrí que mi entendimiento no alcanzaba para que la idea de
PATRIA, tal cual se planteó desde mediados del siglo IXX en Argentina, pudiera
plasmar en mi.
Motivos
sobraban para que fuera así. Todo lo que se proclamaba en las conmemoraciones
argentinas estaba teñido de ideología. Daba la casualidad –si se puede llamar
casualidad- que la idea de PATRIA giraba en torno de instituciones que
coincidían plenamente en sus estrategias para mantener el poder: la Iglesia,
Las Fuerzas Armadas y los grandes terratenientes agro-exportadores que
festejaban entusiastas el Día de la Patria desde La Rural.
Acaso mi escasa comprensión de PATRIA se debía a que me tocó vivir una de las tantas épocas aciagas de un país que pudiendo haber sido, apenas debatía su accionar en las instituciones que, a puerta cerrada, lo manejaban todo.
Tendría
yo unos 9 o 10 años cuando una revuelta militar –de la que me enteré porque una
vecina angustiada se lo comentó a mi padre en mi presencia- , podría desatar
una guerra civil.
Unos
pocos años más tarde, en 1955, los tres poderes a los que me refiero ´ut
supra´aplaudieron el bombardeo de Buenos Aires un 16 de junio, hecho que viví
muy de cerca: estudiaba por entonces a escasos 200 metros de la Plaza de Mayo,
blanco del ataque de la Fuerza Aérea de la Marina de Guerra. Eran la 12 y 50
aproximadamente cuando cayeron las primeras bombas; estaba en clase de
geografía.
Todo en nombre de la PATRIA. Me pregunté entonces por qué en lugar de matar a
Perón –el causante de tanto mal según sus derrocadores- se había decidido matar
a la gente.
Apenas
5 o 6 años más tarde me enrolé en la Policía Federal para hacer la
conscripción. Mi abominable experiencia como miembro de la Guardia de
Infantería me permitió no solo ver los adentros de la Federal sino padecer en
carne propia un enfrentamiento entre dos facciones del Ejército: Azules vs.
Colorados. Plaza Constitución fue el escenario de una lucha de tanques contra
tanques: La comisaría 16, mi destino de entonces, fue amenazada por una de las
facciones; el comisario me autorizó a que abandonara la comisaría ante el
peligro inminente de que fuera tomada por los insurrectos que apuntaban sus
armas en dirección del edificio. No bien lo abandoné si no me echo cuerpo a
tierra y atravieso la calle arrastrándome sobre los codos, los disparos que
volaban por encima de mi cabeza habrían dado cuenta de mi corta existencia.
La lucha era en nombre de la PATRIA. Me pregunté entonces si en su nombre se podía asesinar a la gente.
Me
aboqué a la enseñanza y pronto descubrí que también ese ámbito reflejaba la
parodia de “patria”. Trabajé en colegios religiosos, en el Colegio Militar de
la Nación y en colegios públicos del estado.
Fue
entonces cuando dejé de ser un espectador-aprendiz de un sistema que me impulsaba
solo a dar testimonio intentando quebrantar mi voluntad de participar. La
Guerra nunca desatada con Chile y el monumental fracaso de la Guerra de Las
Malvinas dieron por tierra con lo poco que aún conservaba de esperanza.
Un
grupo de amigos lanzamos la asociación “SUR”, que se propuso poner en
conocimiento de la ciudadanía lo que estaba pasando más allá de lo que nos
contaban; imprimimos un periódico, convocamos a los políticos más relevantes
del momento apoyados por el cura Párroco de una iglesia de Lomas de Zamora que
cedió las instalaciones del templo para celebrar las reuniones. Disertaron
políticos de primera línea en el orden nacional y pensadores libertarios –el
Premio Nobel Pérez Esquivel entre otros- acerca de la brutal realidad a la que
la dictadura seguía impulsando al país.
El Ejército grabó a los disertantes clandestinamente, yo incluido. El párroco, Agustín, fue “devuelto” a España por el obispo de la diócesis de Lomas, Monseñor Colino, el mismo que más tarde bendeciría las armas de los soldados que combatieron y murieron inútilmente en Malvinas en nombre de la patria, (y de la Iglesia, socia de las Fuerzas Armadas). Así como el cura fue deportado, si no hubiera sido por el Coronel Barbosa, ya fallecido, que me advirtió que me habían puesto en la mira, no sé qué habría sido de mi.
Me
pregunté entonces, una vez más, si la solución para salvar a la PATRIA PASABA
SOLO POR MATAR A LA GENTE; SUR lanzó PERIODISMO PURO, en una radio clandestina
(SENSACIONES) que llegaba a los cuarteles más pobres del sur del Gran Buenos
Aires, en el partido de Lomas de Zamora. El temor del propietario de la
radioemisora ante los mensajes que enviábamos nos obligó a buscar otras cuatro
radioemisoras donde tampoco duramos mucho tiempo.
Un
asentamiento –una villa miseria- del cuartel Noveno de Lomas de Zamora adhirió a
nuestra causa y terminamos instalando nuestro programa, “Periodismo Puro”, en
una radioemisora que habían montado los vecinos en plena villa. Muchos de los
que me habían acompañado en la creación de un frente que serviría para dejar en
blanco sobre negro lo que acontecía en el orden nacional, abandonaron el
proyecto.**
Hacia
la década del setenta la Trilateral ya imponía las condiciones. Toda Sudamérica
cayó en manos de dictaduras militares inclementes que seguían hablando de
patria mientras Kissinger prestaba apoyo a un sinvergüenza incalificable como
Pinochet y la oligarquía argentina aplaudía a Videla y a un político como Di
Tella que manifestaba su convicción de que había que terminar con ese “delirio”
del petróleo para asumir un retorno a las exportaciones tradicionales.
La
Trilateral –insólitamente desconocida en España hoy día- cumplía acabadamente
con su objetivo: terminar con los estados-nación para imponer la globalización
tal cual la vivimos actualmente. Tanto fue así que una vez cumplida la etapa de
los gobiernos militares aparecieron falsas democracias como la que lideró en
Argentina un gran sinverguenza, socio de cuanta inmundicia uno podía
imaginarse: Carlos Saul Menem.
El
secreto bien guardado del Ejército fue que, acaso por toda la porquería que
encerraba, no dejaba trascender que se estuviera haciendo desaparecer gente. Lo
deduje cuando se llevaron al hermano de un profesor del Colegio Militar y a un
conocido de Lomas de Zamora al que se llevaron de madrugada, junto con su
esposa, sin preocuparse por dejar abandonados a su suerte a dos criaturas, sus
hijos.
Es tanto lo que se ha dicho de canallas como Galtieri, el general que lanzó la Guerra de las Malvinas o de dos enfermos oligofrénicos. Coroneles ellos, (Seineldín el más enfermizo) que visitaban periódicamente las clases de los cursos más avanzados del Colegio Militar para promover su accionar contra la subversión; bastaría con recordar que, en una ocasión, un a cadete de 4º año, luego de una “visita” que les hiciera uno de ellos, en mi clase comentara “este tipo está loco”.
Dado
lo expresado y la abundancia de datos que pueblan los libros a los que me
refiero podría decirse que PATRIA es apenas un toque afectivo que envuelve al
barrio, allí donde nacimos, fuimos al colegio, tuvimos nuestros primeros amigos
y poco más. De pequeño asociaba la idea de PATRIA con los desfiles
conmemorativos en la plaza del pueblo. Se formalizaba el evento con alumnos de
colegios que acudían en formación, con los bomberos voluntarios del lugar, el
cura párroco, el intendente, los concejales, la banda municipal que ejecutaba
el Himno Nacional (que todos coreábamos) y alguno que otro discurso
conmemorativo del 25 de Mayo o del 9 de Julio. Eso era lo que autorizaba el
poder, el resto de la NACIÓN – es decir, LA QUE TENDRÍA QUE HABER DECIDIDO EL
FUTURO DE LA ARGENTINA estaba en sus manos y nadie tenía porqué exceder el
plano puramente local, el de las andanzas por el “barrio”.
Lo demás es lo que nos han vendido y casi nadie ha comprado.
la PATRIA es algo más: ES UN ESPACIO Y UN TIEMPO DE NUESTRAS HISTORIAS PERSONALES Y COLECTIVAS EN EL MARCO DE UN ESTADO-NACIÓN DONDE PREDOMINA UNA LENGUA COMÚN que nos autorizan a crecer sin más condicionamientos que los que emanan de nuestras abundancias o escaseces, de nuestros aciertos y errores; el lugar donde plantamos un árbol y lo cuidamos para que con su sombra cobije a las siguientes generaciones y no para hacerlo nuestro; es el lugar que alimenta nuestra voluntad, el afecto que abre nuestras vidas para PONERNOS EN COMÚN y aprender a ser en los demás y con los demás, para vivir en ellos.
La Patria no es producto de una batalla ganada, ni de un guerra perdida; tampoco de la institucionalización del poder, cualquiera sea; ni de la ley, ni de la razón pura, ni de un derrame de amor descontrolado; ni de la libertad inducida que se nos enseña en detrimento de la verdadera libertad: la libertad de conciencia.
¿Es que acaso se ha hecho usted, amigo, a la idea de que soy un apátrida porque emigré? No piense así. La Argentina ha alimentado mi existencia y le debo todo lo que soy, acaso no mucho, pero lo suficiente para haberme dado cuenta de que los poderes que la rigieron la neutralizaron empañando con mentiras todo aquello que nunca llegó a la mayoría de la gente: el crecimiento individual y colectivo en pos de una verdadera comunidad: LA NACIÓN ARGENTINA.
La heroicidad de la población en las calles combatiendo a los ingleses cuando nos atacaron en sucesivas invasiones en 1806/7 se desluce no mucho después cuando San Martín aborda la flota inglesa en Chile para liberar al Perú ***; la gesta de la Revolución de Mayo, que termina con el Virreinato del Río de la Plata, un espacio geopolítico que España no supo conducir, es el punto culminante de un proceso que predecía lo mejor para Hispanoamérica. Lamentablemente los poderes fácticos echaron por tierra con las posibilidades de un futuro acorde con el empeño puesto por sus habitantes.
Llevo
conmigo por el mundo el idioma castellano, su rico legado intelectual y las
particularidades del habla del Río de la Plata. Me emociona y me hace sentir
argentino que la gente se asombre de que después de 20 años de radicado en
España siga hablando MI LENGUA, que no use en el coloquio los giros ni los
modismos del vocabulario, de lo que aquí, en Madrid, se denomina la “lengua
española”. Entienden que así sea porque MI LENGUA tiene la fuerza que le han
otorgado las muchas vertientes que la han enriquecido.
Me
he preguntado muchas veces por qué siendo bilingüe castellano-inglés no siento
por la lengua sajona más que agradecimiento por la utilidad que me presta para
manejarme por el mundo; por bueno que sea mi inglés , NO ES MI LENGUA, no deja
de ser algo utilitario que tuve que abordar para manejarme por el mundo; no
disfruta de mi afecto, no me pertenece, me sirve, me acompaña pero no toca mis
adentros.
Así llegué a la conclusión de que MI PATRIA es MI LENGUA, UNA LENGUA QUE ME HACE SENTIR AFECTIVA E INTELECTUALMENTE ARGENTINO EN CUALQUIER LUGAR DEL MUNDO.
LLAMADAS
* Entrevistas
radiofónicas
El eje de nuestras entrevistas era buscar salida a una Argentina que ya parecía
exhausta. Todas ellas se corresponden con el interés que suscita el tema
central: “Argentina, ¿hasta cuándo?” y, cómo veremos, nuestro compromiso ha
sido en vano a la luz de lo que hoy día sigue sucediendo: si se hubieran
implementado más de una de las soluciones que se dieron entonces, muchas de las
cuales están inscriptas en la palabra de nuestros entrevistados, otro sería el
cantar.
19
de junio de 1.988.
Dr.
Eduardo Calamaro
Eduardo
Calamaro: Abogado, ensayista. Es autor de “Caramillo”, poesía, (Tiempo
nuestro, 1938), “La comunidad argentina“, Premio Municipal de Ensayo, ( Losada
1963); “La cultura nacional, examen crítico”, ensayo, (Hachette, 1985).
10
de julio de 1.988.
Prof.
Carlos Pesado Palmieri.
Carlos
Pesado Palmieri: Profesor del Colegio Militar de la Nación ; rector del
Instituto del Profesorado Antonio Sáenz. Ensayista.
24
de julio de 1.988.
Sr.
Carlos Pizzo. Estudiante.
Carlos
Pizzo: Conocí a este joven prometedor hacia 1987, cuando formábamos parte del
elenco de un grupo de teatro vocacional que dirigía Alberto Conosciutto.
Nuestra relación se transformó en un plácido encuentro hacia 1990 cuando la
política argentina hacía entrar al país en su fase final.
31
de julio de 1.988.
Prof.
Carlos Berbeglia. Escritor. Dr. en filosofía y antropología.
Carlos
Enrique Berbeglia: Villa Mercedes, San Luis (Argentina), 1944. Doctor en
Filosofía y Letras. Profesor universitario de Antropología. Escribe narrativa,
ensayo y teatro; varias distinciones. Poemarios publicados: "Ráfagas de
luna" (1983), "Tardes en el paisaje y hombre" (1985),
"Fuego sin dioses" (1987), "Tarde crepuscular posible"
(1990), "Correspondencia abierta" (1992), Las horas del himno"
(1996), "Revelaciones del tiempo" (1997), "Los terracota y
polen" (2001), "Pantomima y desierto" (2003).
14
de agosto de 1.988.
Editorial:
Carlos Trevisi
21
de agosto de 1.988.
Reinaldo
Bandini.
Reinaldo
Bandini: Periodista, abogado, docente; profesor titular de la cátedra de
Geopolítica y Economía en la Escuela de Defensa Nacional. Premio UE al
mejor periodista económico.
29
de agosto de 1.988.
Ingeniero
Rubén Navarro.
Rubén
Navarro: Investigador de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA).
Gerencia de Radio Protección Nuclear, Ezeiza, Buenos Aires
**Si
el lector amigo quiere abundar en detalles respecto de la Guerra de Malvinas y
demás aconteceres que acaba de leer, pueden solicitar a la Fundación Emilia Mª
Trevisi (ctrevisi@fundacionemiliamariatrevisi.com)
el disco del libro Disolución socio-económica de la Argentina (4 euros más
gastos de envío) que contiene cuatro publicaciones: ´CAUSALES DE LA
MARGINALIDAD EN ARGENTINA´, ´IN MEMORIAM EJÉRCITO ARGENTINO´,´LA ESCASEZ,
CAUSAL DE DISOLUCIÓN SOCIAL publicados por Biblos, Argentina, hacia fines de la
década del 80 Y ´BICENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO Y LA ARGENTINA 200 AÑOS
DESPUÉS´ publicado por Editorial LIBRORUM, Fundación Emilia Mª Trevisi, España.
***
Siento gran respeto por San Martín. Fue un hombre de la modernidad que luchó
acabadamente por su ideal libertario. Cumplió con su cometido pero rompiendo
con la esperanza de una Latinoamérica hermanada a España en un proyecto común
tal cual proponía Bolívar.
Publicado por Fundación Emilia Mª Trevisi
Las
entrevistas tuvieron lugar antes de la caída de la URSS, lo que provocó un
cambio radical en las relaciones de poder. No había aparecido aún el unicato en
el mundo y la bipolaridad mantenía un equilibrio que no autorizaba, gracias
al armamentismo, el avance de cualesquiera de los dos poderes en pugna sobre
el resto de la humanidad.
El
eje de nuestras entrevistas era buscar salida a una Argentina que ya parecía
exhausta. Todas ellas se corresponden con el interés que suscita el tema
central: “Argentina, ¿hasta cuándo?”
y, cómo veremos, nuestro compromiso no ha sido en vano a la luz de lo que hoy
día sigue sucediendo: si se hubieran implementado más de una de las soluciones
que se dieron entonces, muchas de las cuales están inscriptas en la palabra de
nuestros entrevistados, otro sería el cantar.
Hacia
1988/90 la Argentina, perdido el entusiasmo que desataron las fórmulas huecas
del radicalismo –“con democracia, se come, se educa y se cura”, paradigmática-
anda sin rumbo. Fue entonces cuando en un afán por que la gente retomara el
protagonismo, decidí salir al aire con un programa periodístico: “Periodismo
puro”. Le llamará la atención, como nos sucedió a nosotros
mismos, que buena parte de las denuncias que se hicieron en las
entrevistas cayeron en saco roto. La postración de la Argentina no se debió a
que no se viera con claridad qué debía hacerse; se debió a que la gente
ya no quería saber más nada. Le habían quebrado la ilusión.
Los
entrevistados y el cuerpo de periodistas que me acompañó en la tarea, como
podrán comprobar, son de primera línea: son todos hombres y mujeres del ámbito
de la cultura y de las especialidades más variadas. Los temas abordados eran
escogidos a partir de la importancia que les daba el nuevo mundo en el que
entrábamos: la globalización, la caída del muro, la disolución de la URSS, la
energía, la política, la economía, la identidad hispanoamericana…
Las
entrevistas fueron llevadas a cabo, por distintas emisoras de radio, entre
1.988 y 1.990. Si bien el programa que salía al aire lo hizo siempre bajo el
mismo nombre (“Periodismo puro”) los avatares de un país que no veía con
claridad que disentir no es desestabilizar nos llevó, cada tres o cuatro meses,
a una emisora distinta: sus propietarios no “ querían compromisos”.
Las
emisoras desde las que se transmitían los programas fueron,
sucesivamente, “Sensaciones”, “ Radio Lomense” y “Ciudades”, todas ellas del
partido de Lomas de Zamora y de gran alcance.
Me
acompañaron en esta “gesta” radiofónica mi mujer Patricia Lannoó, Víctor
Tellería, Francisco Bilardo y Reinaldo Bandini. Entrevistamos a personalidades
argentinas de excelente nivel, sin importar su ideología. En su momento suscitó
gran interés en Lomas y aledaños y era escuchado por gran cantidad de gente,
incluso políticos.
Tenía
una sección referida a cultura, especialmente música, que atendía un destacado
pianista argentino, desde la Capital Federal, Valentín Suriff, en un micro de
casi diez minutos donde detallaba la actividad musical de la semana que
comenzaba (el programa se irradiaba los domingos de 19:00 a 21:00). Teníamos,
igualmente una conexión con el diario local “La Unión”, desde donde leían
y comentaban los resultados de fútbol y la primera plana del día siguiente,
lunes.
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