La corrupción que estamos
viviendo tendría que inhibir a muchos
españoles del desprecio que sienten por los diferentes: los sudacas, los
rumanos, los moros, los negros y todos aquellos que vienen a nuestro país buscando
lo que en sus países de origen se les niega. No quedan exentos aquellos que
siendo españoles, por su condición socio-económica, el desempleo, el coste de
la vivienda, y la subalimentación de sus hijos acuden a comedores de las ONGEs
para paliar sus brutales escaseces.
Ya radicado en España
tuvieron lugar algunos acontecimientos que me dejaron perplejo.
1. Una vecina, ante un
comentario mío respecto de la actitud que había asumido Aznar con motivo de un
atentado sufrido en Madrid me espetó un "tú ocúpate de tu país, que del
mío me ocupo yo". Mi respuesta en presencia de varios otros vecinos fue
cruel, tan cruel como para que todos los allí presentes asumieran que acababa
de marcar mi territorio y que sería yo quien autorizara a compartirlo.
2. Cuando llevé a mis hijas al
colegio (público) el primer día de clase -apenas a una semana de
habernos instalado en España, una madre se acercó a mi a charlar acerca
de la educación que se impartía alli. Su comentario final fue: "Usted no
va a tener ningún problema porque no tiene biotipo sudaca;
se ve de lejos que es europeo". Tomé nota sin comentarios. A punto de
terminar el curso ese mismo año, una de las autoridades del colegio me sugirió
que sacara a las chicas del colegio porque allí estaban perdiendo el
tiempo.
3. En ocasión en que una persona
muy mayor intentaba aparcar su coche arremetiendo contra los que ya lo habían
hecho dejando poco espacio para un tercero, salió una empleada del mercado al
que pertenecía el parking. Le habían avisado que le estaban machacando el auto.
Éstas fueron sus palabras: "Viejo de mierda, porqué no te vuelves a tu
puto pueblo".
4. Desde entonces estreché mi
espacio y limité las relaciones que me vinculaban a mucha gente. De ninguna
manera significó esto que no sostuviera amistades que mantengo, mantendré y
seguiré haciendo: solo se trata de aquellos con los que la puesta en común es
viable a partir de quienes que, al igual que yo, tenemos adentros
compatibles.
A partir de estas experiencias
y muchísimas otras por el estilo puse especial interés en penetrar la sociedad
española dado que éramos una familia entera, con hijos, hijas y nietos que
había optado por España.
Descubrí que la escasez,
la necesidad, la mentira y el
interés por el poder se daban cita en todos los partidos políticos.
Los
militantes de la derecha asumen actitudes que evocan un pasado que se les ha
hecho carne: sin manifestarse franquistas actúan según patrones de
conducta propios de aquellas épocas. Son
irreductibles con los que no comparten su forma de pensar, poco tolerantes, se
sienten dueños de la verdad, hostigan con epítetos lacerantes a los que
militan en la izquierda. No
encontré a nadie que entendiera la destrucción de las naciones – estado a las
que estaba condenando la globaliación, hija de los Gardner, Rockefeller,
Brrezinski, los Bush, y, entre varios más, los Kissinger.
Mi interés no era
político: solo aspiraba a ver como reaccionaba la sciedad. En lo personal no podía ver ni puedo, 20
años más tarde, a Felipe González un falsario como pocos; tampoco, al
secretario del PSOE de Guadarrama, hoy concejal, a quién el mismo día que
lo conocí, al escuchar sus primeros comentarios acerca del proyecto del partido
en el orden nacional y la necesidad de adherir a él LE PREGUNTÉ SI
ERA DEL OPUS DEI. No podía soportar tanta hipocresía.
Según pasaba el tiempo fui
conociendo gente de la derecha. No tenían proyecto politico como no fuera
a la plena adhesión que había instaurado la Trilateral allá por la
década del 70: terminar, como ha queado dicho, con las naciones-estado.
Reinaba (y reina) en la
derecha el caciquismo más ácido:se abrogan un poder prepotente que solo el
Partido Popular puede esgrimir con el apoyo de las muchedumbres que 50 años
atrás se morían de hambre, no tenían calles
asfaltadas ni coches, ni comida aunque sí un afán por emigrar en busca de una
vida mejor para ellos y sus familias. Mujeres y hombres cogían sus escasos
bártulos y abandonaban sus lugares de origen.Muchos se instalaron en América,
otros, los más dejados de la mano de dios, buscaron en España un destino que les
negaba Franco, hombre de hacerse ver bajo palio.
La Cifuentes -presidenta del la
Comunidad de Madrid- del PP, ha falseado un master, comprometiendo el prestigio
de una universidad pública del estado, ha cometido un hurto en un supermercado según
vimos en un video en el que se la sorprende metiendo los potes de crema en
su cartera y salir del mercado sin pagar.
El PP ha trastrocado los
valores que ponen a la gente en común, que hacen compatibles sus adentros, que
impulsan a la sociedad a ser apenas un amontonamiento de gente a la que
complacen con fútbol y mentiras.
El PSOE, por supuesto despierta
en poca gente el entusiamo que debería: sus
nuevos actores siguen atados a la vieja cúpula
donde sigue primando indeseables como Felipe González, muy alejado de la idiosincrasia
de una organización que se dice de izquierda.
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