Disciplina positiva o cómo educar desde la firmeza y no desde el castigo
La disciplina positiva es una manera de educar que podría definirse bajo el siguiente lema: Firm & Kind (Firme y Amable).
Un lema que le debe mucho a Jane Nelsen y Lynn Lott y su archiconocido manual al que titularon Positive discipline y que se ha convertido en el libro de cabecera para todos aquellos padres y educadores que creen en una educación democrática y no punitiva.
El artículo de hoy quiere ser una aproximación al concepto de disciplina positiva. Una expresión que como educadores creo que merece la pena conocer y, por qué no, tratar de llevar a la práctica y siempre buscando el desarrollo integral de los más jóvenes.
¿Quieres saber algo más sobre la expresión disciplina positiva? ¿Te interesa la educación que se centra en la responsabilidad y no en el castigo?
Si es así, estaré encantado de que me acompañes en la lectura de este artículo. Así que, sin más demora, zarpamos…
Disciplina positiva. De la educación punitiva a la educación democrática.
Otra forma de educar es posible. Al menos esto es lo que creyeron en su momento Jane Nelsen y Lynn Lott cuando se dieron cuenta de que el modelo tradicional de educación tanto en la escuela como en los hogares era un tipo de educación muy enfocada en el castigo, es decir, en lo punitivo.
Y a esta educación punitiva había que añadirle la inevitable relación que ha existido entre el comportamiento y la recompensa a ese comportamiento.
¿Y cuál fue la respuesta de Jane Nelsen y Lynn Lott a esta educación basada en el castigo y esquema comportamiento-recompensa? La respuesta fue la creación de una educación centrada en lo democrático y que pone su acento en competencias emocionales tan fundamentales como:
- la empatía
- la asertividad
- la comprensión
- el amor
Competencias emocionales que no renuncian a la importancia de poner límites, pero siempre apelando a la responsabilidad y no al castigo.
La disciplina positiva busca de alguna manera superar el concepto de autoritarismo por el de firmeza. De ahí el término firm (firme) en su lema. Una firmeza que no se alimenta del miedo a una autoridad, sino que bebe de la empatía y la asertividad, una asertividad que, desde el rigor, no excluye el ser kind (amable), la otra palabra que constituye el lema de la educación positiva.
3 Claves para enseñar disciplina positiva.
A continuación, quiero compartir contigo algunas de las claves que este tipo de educación en la que la inmediatez del castigo se sustituye por la dedicación y el tiempo que pasamos con aquellos a quienes educamos todos los días.
Porque la disciplina positiva requiere tiempo, requiere firmeza y amabilidad, pero también una comunicación franca y sincera con aquellos a quien tanto queremos, con aquellos que tanto nos importan. Por tanto, la disciplina positiva esta:
1. Centrada en el diálogo empático. Así como el castigo y el comportamiento-recompensa suelen ser inmediatos, la disciplina positiva busca en la comunicación, en la empatía, en el comentario empático la fórmula que permita conectar con los más jóvenes. Porque la educación empieza por ponerse en la piel del otro, pero para ponerse en la piel del otro es necesario hacer a ese otro las mejores preguntas para obtener las respuestas que permitan un transformación apelando a la responsabilidad.
2. Centrada en la acción y no en la persona. ¿Qué significa esto? Pues que, cuando se da más importancia a la persona que a la acción, se corre el riesgo de que acabe convirtiéndise uno en lo que se dice que es. Por ejemplo, si a un niño le digo: ‘¡Qué malo!‘ estoy incidiendo en su persona. En cambio, si digo: ‘Devuelve ese juguete a tu hermano porque él está ahora jugando con él‘, me estoy centrando en la acción, sin renunciar a ser firme, a ser asertivo.
3. Centrada en lo beneficios. Cuando debemos enseñar normas a los más jóvenes, uno de los aspectos más importantes es ser capaces de enfocar esas normas no desde el castigo, sino desde los beneficios que supone cumplir dicha norma en beneficio de todos. Así, no es lo mismo decir: ‘No hables en clase‘ que ‘Mantener el silencio en el aula mejorará tu atención y te permitirá entender mejor lo que se te está enseñando a ti y al resto de compañeros de clase‘.
Disciplina positiva, firm & kind. A modo de conclusión.
De las muchas ideas que he recogido de la disciplina positiva, de la educación democrátiva, me gustaría compartir una frase que creo que resume a la perfección la idea de este artículo.
Un artículo en el que he intentado esbozar algunas de las claves de una manera de enseñar que si bien requiere más tiempo que el castigo, a medio y a largo plazo debe servir para que los más jóvenes se eduquen no desde el miedo o el castigo, sino desde la responsabilidad.
Pues bien, la frase que quiero compartir contigo y que cierra esta entrada es la siguiente:
Para hacerlo mejor no hay que hacer sentirse peor
Fuente del artículo: Disciplina positiva, de Jane Nelsen y Lynn Lott.
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