attac Madrid
El
Confidencial ha publicado una encuesta (otra más) sobre resultados electorales
si hubiera elecciones generales. Dejando de lado que las próximas elecciones no
están a la vuelta de la esquina y que de aquí a entonces podría haber hechos
nuevos que alteren las predicciones, cabe reflexionar sobre alguna constante
electoral desde hace un año, más o menos. Que el Partido Popular, pese a la que
le cae juicio tras otro por delitos de corrupción, parece no pagar precio alguno
y consigue el 31% de votantes. Una lectura más esperanzadora indica que la
anterior intención de voto en octubre del año pasado era del 36%, luego han
perdido cinco puntos.
Pero
no ha de sorprender que el PP continúe siendo el partido más votado y no se
hunda. No solo por la corrupción que le salpica desde todos los puntos
cardinales, sino porque desde que gobierna, la vida en este Reino es cada vez
más difícil para demasiada gente. Como tampoco debería sorprender que Donald
Trump fuera elegido en EEUU con el voto de trabajadores blancos. Ni que el
fascista Partido de la Libertad (¡que osadía!) en Holanda suba a segunda
posición con 20 diputados en el Parlamento y un 13% del voto.
No
ha de sorprender porque los cambios, la voluntad de cambiar las cosas para
mejorarlas y hacerlas más justas, se basa en principios, en valores muy claros.
Cooperación por encima de competitividad. Igualdad de las mujeres contra la
discriminación que no desaparece. Justicia por encima de las cuentas de
resultados. Solidaridad con quienes huyen de violencia y sufrimiento contra una
cobarde visión de la seguridad. Respeto y protección de la naturaleza por encima
de los beneficios de unos pocos...
No
puede pretenderse que un partido muy conservador, con principios muy
rechazables, como es el Partido Popular, pierda elecciones cuando una parte de
la población votante tiene los mismos principios. Éxito económico como única
meta, austeridad para una buena economía, ser tachado de 'radical' cuando se
busca justicia. Y concluir que este sistema, montado a beneficio de unos pocos,
no tiene alternativa.
Para
ganar elecciones hay que dar la batalla por los principios. Principios
necesariamente asentados en los valores de la democracia de verdad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario