Por Carlos María Trevisi, Buenos Aires
EL TEMA DE LAS TARIFAS.
LUZ-GAS-AGUA.
Durante los doce años de
gobiernos K -y como ha quedado demostrado- los precios de los servicios fueron
extremadamente bajos, solo en busca de votos. Se ha regalado la energía
eléctrica, el gas y el agua, con el único fin de acumular poder y obtener votos
y, según se va descubriendo, fue, además, un armado de corrupción ENORME,
enlazado con la obra pública, para robar dinero del Estado. (Denuncia de
Mariana Zuvic, legisladora por Santa Cruz)
En ese contexto de “regalar
servicios” desde hace unos cuatro años, el gobierno de Macri decidió hacer un
ajuste. Como las cuentas ya no cerraban, se propuso eliminar los subsidios a
quienes “no los necesitaban”; se comenzó por quitar ese beneficio a
determinados barrios “aristocráticos” de la Ciudad de Buenos Aires, y a todos
los countries y barrios privados. Fue tal el descalabro, que la medida quedó a
medio camino. Es de destacar que el actual Embajador en EEUU, Martin Lusteau,
renunció como Ministro de Economía en la primera presidencia de Cristina K, por
este mismo motivo.
La mayoría de la población
Argentina pagaba por los servicios, sumas infimas, hasta que al asumir el nuevo
gobierno la realidad se hizo presente. El traspaso no ha sido prolijo. Los
actuales gobernantes no han sabido contemplar las necesidades de una población
acostumbrada al subsidio, en muchos casos innecesario, pero no por ello
cuestionado.
A comienzos de este año 2016, las
portadas de los diarios ya hablaban de TARIFAZO. Ajuste “necesario” para poder
recibir un servicio medianamente aceptable. Así, una familia que pagaba $50
bimestrales por el servicio de energía eléctrica, pasó a pagar $500. No hechos
a tales costos los usuarios esgrimieron que
un aumento del 1000%, era una barbaridad para sus bolsillos.
Las facturas del GAS y el AGUA
sufrieron ajustes de lo más variados, evidenciándose una falta absoluta de
criterio a la hora de ser aplicados los aumentos que las empresas pedían para
poder continuar prestando el servicio. Tamaña desprolijidad llevó a que muchísimas familias
recibieran facturas de servicios de GAS, por $4.000, $10.000 y hasta $24.000.
Nótese que, en la mayoría de los
casos, los usuarios que ya no gozaban de los subsidios, recibieron aumentos más
moderados y cercanos a los valores reales de los servicios que se les pretaban.
Asi, una familia que pagaba $700 por bimestre por el servicio de LUZ, pasó a
pagar $800.
Como no podía ser de otra manera,
los usuarios recurrieron a la justicia y mediante amparos solicitaron la
suspensión de los aumentos.
La Corte Suprema de la Nación
tiene que expedirse al respecto –lo haría la semana que viene, a partir del día
16 de julio, enfrentando la encrucijada que, si mantiene los valores del año
pasado, las empresas proveedoras quebrarían, tal cual ya lo anunciaron, con lo
que esto conllevaría; pero si se otorgaran los aumentos, los nuevos costos no
podrían ser asumidos por una población empobrecida, desactualizada y con alta
desocupación.
Como alternativa a esto, se habla
de llamar a “audiencias públicas”, para organizar los aumentos y evaluar
quienes pueden pagar y quienes necesitan una tarifa social, medida que el
actual Gobierno debería haber tomado ANTES del descalabro que ha originado este
tarifazo-ajuste “necesario”.
Argentina sigue desperdiciando
oportunidades en un contexto mundial complicado. Hubo al menos una década de
bonanza, malgastada por políticos corruptos e ignorantes que han causado un
daño irreparable a la sociedad. El proceso criminal al que han sido sometidos
no resolverá el daño causado
En Bs As a los 10 días del mes de
agosto de 2016.
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