Análisis/Política y
sociedad latinoamericana
¿Quién teme a Mario
Vargas Llosa?
Por Carlos Malamud,
lunes, 01 de noviembre de 2010
La concesión del premio
Nobel de literatura a Mario Vargas Llosa ha desatado un alud de esperpénticas
reacciones, tanto desde la izquierda como de la derecha. En ambas se nota la
intolerancia frente a la disidencia, a pensar y ser de forma diferente, precisamente
uno de los valores que con más ahínco defiende el escritor galardonado. Los
adjetivos vertidos desde una cierta izquierda no tienen desperdicio, como
tampoco las descalificaciones contra toda la izquierda que surgen desde las
filas de algunos pensadores de derecha. La irracionalidad no es monopolio de
nadie y la descalificación del contrario, cada vez más el enemigo, está ganando
tales méritos que en poco tiempo puede ser declarada “patrimonio de la
humanidad”.
Escribe Germán
Sainz en Formaciones,
Ideas y reflexiones desde la derecha que “La reciente
entrega del Premio Nobel de Literatura al peruano Vargas Llosa ha generado más
de una polémica a nivel del círculo de los intelectuales y la academia. Pero
por sobre todo se ha visto notoriamente el rechazo unánime de la
intelectualidad de izquierdas respecto a un “inmerecido galardón” para alguien
que no pertenece al grupo de los “elegidos” del mundo cultural de la hegemonía.
No es sin embargo el interés de quien escribe, recaer sobre este episodio en
particular sino el haber constatado que LA IZQUIERDA (y las mayúsculas hacen al
eje vertebral del asunto), intenta por todos los medios mantener el halo de
pureza en torno a su propia esencia cuando de invocar su nombre se trata. Hemos
señalado en más de una ocasión que la conquista cultural de la izquierda tiene
uno de sus núcleos duros en la conquista previa del lenguaje, sin el cual no
puede lograrse una imposición posterior de los principios filosóficos y
valóricos que la definen. Pues la batalla lingüística ha marcado nuevamente la
agenda en el caso que nos compete”.
La verdad que
razonamientos de esta índole resultan esperpénticos y rozan la irracionalidad.
Es verdad que fueron muchos los que en nombre de la izquierda se alzaron contra
el premio concedido a Vargas Llosa, pero también los hubo quienes
se alegraron sinceramente por el galardón, por su significado y por la justicia
del mismo. Lo que ocurre es que quienes así se han expresado no pretenden
monopolizar ninguna escuela de pensamiento ni se atribuyen la propiedad de la
razón ni de la verdad revelada.
En la otra acera
encontramos sandeces semejantes a las deGermán Sainz. Jimmy
Joamer Querales, en Aporreaapuntó
que “Hoy el mundo de la derecha se regocija con la tan anhelada noticia de que
su más culto exponente y difusor de mentiras mediáticas de España para
Latinoamérica ha sido laureado con el Premio Nobel de Literatura, así es,
Vargas Llosa logra su cima ultraderechista y por su “excelente” forma de
escribir sus sádicas pasiones de una manera chip ha ganado el ya no tan
prestigioso premio que según mi óptica desde que se lo dieron a Obama para acá
debería tener el nombre del Jefe de la Propaganda nazi Joseph Goebbels, sí, ese
nombre le queda soñado como diría Nolia”.
Para destruir al
contrario no hacen falta más alforjas que la voluntad de hacerlo y aquí se
alistan, lamentablemente, una gran cantidad de voluntarios
Desde Gramma,
el periódico oficial cubano, en un artículo titulado “Nobel de la literatura,
Antinobel de la ética”, se señaló que “La Academia Sueca no sorprendió a nadie
al conceder… el Premio Nobel de Literatura 2010 al escritor ¿peruano, español?
Mario Vargas Llosa. Desde hace años su nombre sonaba en las cábalas, y el lobby
en torno a su candidatura crecía. Nadie duda de sus aportes innovadores a la
literatura universal desde las letras hispanoamericanas, desde sus textos
iniciales, Los cachorros y La ciudad y los perros,
hasta los más recientes. Pero lo que ha construido con la escritura lo ha ido
destruyendo con su catadura moral, los desplantes neoliberales, la negación de
sus orígenes y la obsecuencia ante los dictados del imperio. No hay causa
indigna en esta parte del mundo que M.V.Ll. deje de apoyar y aplaudir. Si los
pueblos votaran en Estocolmo, lo habrían hecho por el Antinobel”.
Para desacreditar más al
premiado se recuerda que en 2009 el Nobel de la paz fue a Barack Obama y
que en 2010 se le concedió al “disidente” chino Liu Xiaobo. Éste
fue el camino seguido por Tomás Borge, ex comandante sandinista y
actual embajador de Nicaragua en Perú, que manifestó: “Vargas se merece el
premio Nobel con creces. Desde hace tiempo le debieron dar este premio por su calidad
literaria, pero creo que desde el punto de vista ideológico, si hay algún
premio que darle sería el de Chespirito (cómico mexicano), por sus concepciones
atrasadas”.
Por estos derroteros
también incursionó el presidente boliviano,Evo Morales, quien no sólo
criticó la parcialidad del jurado y su sesgo pro imperialista, sino también que
había llegado a la conclusión de que a él jamás le darían el Nobel de la Paz,
un premio que nunca “va ser para movimientos sociales o personalidades
anticapitalistas y antiimperialistas” y que está convencido de que “a esta
altura son muy sospechosas estas premiaciones”. Es más, manifestó tener
información de que las Madres de la Plaza de Mayo estaban muy bien colocadas
para ser elegidas, dada su condición de “grandes defensoras de los derechos
humanos”. Pese a ello, insiste Morales, tampoco fueron elegidas.
Olvida el presidente boliviano, que en 1980, en plena dictadura militar
argentina, el Nobel de la paz fue a manos de Adolfo Pérez Esquivel,
un significado defensor de los derechos humanos.
Podría seguir buscando
testimonios a diestra y siniestra, ya que el territorio de la sinrazón es vasto
y extenso. Sin embargo, sería un viaje de escasa trayectoria dada la inanidad
de los testimonios, todos cíclicos y repetitivos. Unos y otros buscan
descalificar al de enfrente, no discutir con él. Uno puede coincidir con Vargas
Llosa en muchas cuestiones y disentir en tantas otras. Pero todo es posible en
el mundo de las ideas y los argumentos. Para destruir al contrario no hacen
falta más alforjas que la voluntad de hacerlo y aquí se alistan,
lamentablemente, una gran cantidad de voluntarios.
Comentario de Carlos A.
Trevisi
Al margen de su
ideología política, que es libre de sostener, apoyar y divulgar, Vargas Llosa
acaba de demostrar en Madrid un perfil que no halagaría a nadie, pero mucho
menos a un hombre de su prestigio como escritor y hombre sabido. A los 80 años
ha disipado cualquier duda respecto de sus actitudes dando margen a los
comentarios más adversos en los sectores que asumen que ha salido a
ventilarse por un mundo que nunca imaginé que nadie de su calibre podría
abordar. Su reciente matrimonio lo ha llevado a aparecer en revistas como HOLA,
propia de una clase social -toreros, jugadores de fútbol, actores y actrices y
marqueses y descendientes de personajes que la historia reciente ha promovido
con afán publicitario. Entre las vulgaridades que peor daño le han hecho figura
una en la que se presentó con su mujer en un concurso -y hasta subió al
escenario- cuyo presentador, al día siguiente de celebrado manifestó
textualmente que jamás volvería a hacerlo, tal la poca calidad que animó a sus
participantes. En uno de los últimos números de HOLA manifestó que este
último año había sido el más feliz de su vida.
Para destruir al
contrario no hacen falta más alforjas que la voluntad de hacerlo y aquí se
alistan, lamentablemente, una gran cantidad de voluntarios
Desde Gramma,
el periódico oficial cubano, en un artículo titulado “Nobel de la literatura,
Antinobel de la ética”, se señaló que “La Academia Sueca no sorprendió a nadie
al conceder… el Premio Nobel de Literatura 2010 al escritor ¿peruano, español?
Mario Vargas Llosa. Desde hace años su nombre sonaba en las cábalas, y el lobby
en torno a su candidatura crecía. Nadie duda de sus aportes innovadores a la
literatura universal desde las letras hispanoamericanas, desde sus textos
iniciales, Los cachorros y La ciudad y los perros,
hasta los más recientes. Pero lo que ha construido con la escritura lo ha ido
destruyendo con su catadura moral, los desplantes neoliberales, la negación de
sus orígenes y la obsecuencia ante los dictados del imperio. No hay causa
indigna en esta parte del mundo que M.V.Ll. deje de apoyar y aplaudir. Si los
pueblos votaran en Estocolmo, lo habrían hecho por el Antinobel”.
Para desacreditar más al
premiado se recuerda que en 2009 el Nobel de la paz fue a Barack Obama y
que en 2010 se le concedió al “disidente” chino Liu Xiaobo. Éste
fue el camino seguido por Tomás Borge, ex comandante sandinista y
actual embajador de Nicaragua en Perú, que manifestó: “Vargas se merece el
premio Nobel con creces. Desde hace tiempo le debieron dar este premio por su calidad
literaria, pero creo que desde el punto de vista ideológico, si hay algún
premio que darle sería el de Chespirito (cómico mexicano), por sus concepciones
atrasadas”.
Por estos derroteros
también incursionó el presidente boliviano,Evo Morales, quien no sólo
criticó la parcialidad del jurado y su sesgo pro imperialista, sino también que
había llegado a la conclusión de que a él jamás le darían el Nobel de la Paz,
un premio que nunca “va ser para movimientos sociales o personalidades
anticapitalistas y antiimperialistas” y que está convencido de que “a esta
altura son muy sospechosas estas premiaciones”. Es más, manifestó tener
información de que las Madres de la Plaza de Mayo estaban muy bien colocadas
para ser elegidas, dada su condición de “grandes defensoras de los derechos
humanos”. Pese a ello, insiste Morales, tampoco fueron elegidas.
Olvida el presidente boliviano, que en 1980, en plena dictadura militar
argentina, el Nobel de la paz fue a manos de Adolfo Pérez Esquivel,
un significado defensor de los derechos humanos.
Podría seguir buscando
testimonios a diestra y siniestra, ya que el territorio de la sinrazón es vasto
y extenso. Sin embargo, sería un viaje de escasa trayectoria dada la inanidad
de los testimonios, todos cíclicos y repetitivos. Unos y otros buscan
descalificar al de enfrente, no discutir con él. Uno puede coincidir con Vargas
Llosa en muchas cuestiones y disentir en tantas otras. Pero todo es posible en
el mundo de las ideas y los argumentos. Para destruir al contrario no hacen
falta más alforjas que la voluntad de hacerlo y aquí se alistan,
lamentablemente, una gran cantidad de voluntarios.
Comentario de Carlos A.
Trevisi
Al margen de su
ideología política, que es libre de sostener, apoyar y divulgar, Vargas Llosa
acaba de demostrar en Madrid un perfil que no halagaría a nadie, pero mucho
menos a un hombre de su prestigio como escritor y hombre sabido. A los 80 años
ha disipado cualquier duda respecto de sus actitudes dando margen a los
comentarios más adversos en los sectores que asumen que ha salido a
ventilarse por un mundo que nunca imaginé que nadie de su calibre podría
abordar. Su reciente matrimonio lo ha llevado a aparecer en revistas como HOLA,
propia de una clase social -toreros, jugadores de fútbol, actores y actrices y
marqueses y descendientes de personajes que la historia reciente ha promovido
con afán publicitario. Entre las vulgaridades que peor daño le han hecho figura
una en la que se presentó con su mujer en un concurso -y hasta subió al
escenario- cuyo presentador, al día siguiente de celebrado manifestó
textualmente que jamás volvería a hacerlo, tal la poca calidad que animó a sus
participantes. En uno de los últimos números de HOLA manifestó que este
último año había sido el más feliz de su vida.
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