El Tema
Ese tema es el que hace que
parezcamos gilipollas; así que mejor déjalo estar, porque pierdo los papeles.
Parecemos gilipollas y claro, nos tratan como a gilipollas.
Ya ves: me hierve la sangre y se me nubla la vista. Mejor no me hagas hablar,
porque nadie va a salir bien parado. Ni tú, ni yo, ni nadie. Porque ese tema,
en realidad, es el único tema.[…]
No sé ni por dónde
empezar. Se me agolpan las ideas en la cabeza y me indigno. Lo curioso es que
da igual por dónde lo pilles, al final acabas en el mismo sitio: en el tema, el
dichoso tema. Porque todo está relacionado. Y lo peor es
que es evidente. No importa a quien preguntes: prácticamente todo el mundo está
de acuerdo.
Y no es algo nuevo.
Pudimos haber empezado a resolver el tema (o al menos a no dejar que se agravase)
hace muchos años, pero no hicimos nada. Y fíjate que hablo de nosotros, de todos nosotros. Podría echarles la culpa a
ellos, pero a ellos los elegimos nosotros ¿no?
No dejo de preguntarme
por qué no nos dimos cuenta antes de la equivocación. Es comprensible confiar
la primera vez y, quizá, a la segunda; ¿pero tantas veces? Por eso digo que
quizá seamos gilipollas, y perdón por repetir el taco; pero es que hemos tardado muchísimos años en darnos cuenta de cuál es el tema
(aunque todavía haya muchos que ni por esas).
Es comprensible que
durante un tiempo el tema pasase desapercibido: cuando todo parecía ir viento
en popa. No nos paramos a pensar en que nadie estaba pendiente del medio y
largo plazo, nadie estaba pendiente del futuro (ese que ahora es presente).
Quizá no supimos ver las señales de alerta, quizá no quisimos verlas,
pero ¿las hubo?
Los medios tienen su
parte de responsabilidad en el tema, claro que sí, pero no cabe de duda de que,
quien hubiese querido enterarse, lo hubiera hecho. Quien quiere saber, acaba
sabiendo, aunque sea demasiado tarde.
Si echas la mirada
atrás, si lees noticias antiguas, promesas antiguas, proyectos antiguos; y
luego miras el presente, te das cuenta de cuál es el
tema y, también, de que nos han tomado el pelo (y de que nos hemos
dejado tomar).
Es algo parecido al
síndrome de Estocolmo. Estamos en sus manos y, de nuevo, varios millones de nosotros van a elegir a los mismos:
a los responsables del tema.
Porque si comparas con
los datos de nuestro entorno, el tema está clarísimo.
Basta con mirar hacia nuestros vecinos de
Europa:
Mira sus horarios.
Mira su red de escuelas infantiles públicas, su sistema de ayudas y sus
medidas de conciliación. Ellos tienen hijos porque pueden. Porque para criar a
sus hijos no tienen que hipotecar su vida.
Mira su sistema educativo. La preparación de sus profesores y de sus
alumnos.
Mira a sus empresarios: su formación, su nivel cultural, su concepto del
beneficio.
Compara la diferencia de salario entre jefes y empleados.
Mira el salario medio.
Mira sus condiciones laborales.
A ellos no les toman el pelo (o no han
dejado que se lo tomen). A ellos no los tratan como a
gilipollas.
Algunos de ellos lo pasan mal, claro que sí, pero en general, ellos pueden
mirar al futuro con tranquilidad. Pueden dar por hecho que habrá relevo
generacional, que habrá quien pague sus pensiones.
Ellos saben que alguien les tiene en cuenta.
Mira a sus trabajadores autónomos. La flexibilidad de sus cuotas, la
cantidad de derechos que tienen pagando mucho menos que nosotros. La
racionalidad del sistema: el sentido común.
Mira su sector bancario, las condiciones de sus hipotecas. Si les cuentas
que en España la dación en pago es algo novedoso y difícil de lograr, que nadie
nos habló de ello… Díselo y verás cómo se llevan las manos a la cabeza. Diles
que aquí te quedas con la deuda de por vida, aunque pierdas la casa. Cuéntales
que lo hemos tolerado y que, todavía, hay gente que sigue firmando hipotecas
con esas condiciones.
Mira a sus líderes, políticos, sociales y sindicales.
Mira cómo dimiten, cómo se avergüenzan. Mira cómo respetan a sus
ciudadanos.
Mira a su tejido asociativo, su capacidad de organización vecinal. Mira la
transparencia, la democracia de la vida cotidiana, de los gestos pequeños.
Compara las estadísticas, la productividad, el sistema fiscal, los salarios
medios.
Admírate por cómo funcionan la meritocracia y la igualdad de oportunidades.
Mira cómo tratan a sus becarios, a sus científicos y a sus artistas.
Piensa ahora en los últimos 40 años.
Reflexiona.
Ahora mira tu futuro.
Ése es el tema.
Y en los comentarios al artículo, nos dan algunas pistas sobre cuál es en
realidad "el Tema":
El tema es que nos vendieron un milagro económico español que
simplemente consistió en pedir un crédito para vivir a todo trapo unos años.
El tema es que la misma legión de cuñaos subnormales a los que se les llena la boca hablando de lo mal que lo ha hecho todo Grecia, de lo podrido que está todo allí y de cómo van a tener que apretarse el cinturón para pagar todo eso es incapaz de verse reflejada en sus exabruptos. La cosa no va con ellos, creen.
El tema es que, como bien apunta #5, la evangelización ha sido brutal durante años. Todo el mundo es un experto en política y en economía, y nadie piensa que le hayan podido estar timando.
El tema es que si te das una vuelta por ciertos pueblos de la costa española verás en la misma playa a lo mas chav de la clase obrera británica disfrutando despreocupadamente de sus vacaciones mientras trabajadores cualificados españoles hablan por el móvil con sus compañeros.
El tema es que nos tratan como a lo que somos. La foto de España es un obrero en paro gritándole a la tele cada vez que sale Pablo Iglesias.
El tema es la falta
de cultura en general y de cultura democrática en particular. El tema es que
callamos por interés algunos, por desinterés o por vergüenza otros. El tema es
la herencia de unos y de otros, de todos. El tema es la propia idiosincrasia
nuestra. El tema es España, lo que nos une y desune, lo que nos gusta y
disgusta, lo importante y lo anecdótico. El tema es que España es el toro y los
políticos son los cuernos. O solucionamos el tema o nos cornea.
Comentario
de Carlos A Trevisi
Querido amigo lector
Hay varias razones para que suceda lo que denuncia
Toño.
1. Que no hemos podido superar los 40 años de
franquismo: somos autoritarios, inflexibles.
2. Que no sabemos ponernos en común; no tenemos
espíritu comunitario.
3. Que somos ignorantes por haber abandonado nuestras
raíces.
4. Que no nos interesa participar.
5. Que no somos intrépidos y en consecuencia tememos los
cambios.
6. Que la "peor Iglesia" se apoderó de
nuestras conciencias.
7. Que no supimos realimentar nuestra cultura: nos
olvidamos del Quijote
8. Que no supimos incorporarnos a la civilización.
9. Que confundimos tradición con costumbre
10. Que la clase dirigente es improvisada.
11. Que el sistema educativo es antidiluviano.
12. Que los maestros / profesores son incompetentes
por falta de preparación.
13. Que la universidad no cubre las necesidades de los
jóvenes para su inserción en la nueva realidad que vivimos.
14. Que los universitarios capaces se van de España
15. Que a un universitario que abandona España le
cuesta más volver que irse.
16. Que los empleados públicos, que no son
responsables de lo que sucede en la administración del estado, se mueren de
risa de los políticos.
17. Que los políticos, ejemplos de todo lo que no se
debe ser, no los consultan: les ordenan qué hacer y hasta cómo hacerlo sin
tener idea de lo que se trata
18. Que los socialistas del PSOE -Felipe González,
Corcuera y muchos más- son tan socialistas como Rajoy estadista o Cebrián periodista.
19. Que no nos hemos dado cuenta de que el estado de
bienestar, abolido por el neoliberalismo, ya es historia.
20. Que hay que recrear un nuevo bienestar que contemple
lo educativo, lo sanitario y lo cultural
21. Que no hay un español de a pie que sepa lo que ha
significado en su momento la Comisión Trilateral ni, hoy día los
"encuentros" de Bilderberg.
22. Que vivimos un nacionalismo que nos hace vivir al
inmigrante ya sea sudaca, moro o sirio como invasor.
23. Que los migrantes, por muy refugiados que sean,
hablan inglés y son mayoritariamente gente capacitada –muchísimos de ellos profesionales- que nos pueden prestar
una gran ayuda.
24. Siga usted. Lo voy a orientar: hace unos días el
presidente Rajoy dijo que en diez años lo españoles tienen que hablar inglés;
que ya contamos con docentes capacitados para abordar el aprendizaje. No lo
quiero desencantar, amigo lector, pero ¿sabía usted que los profesores de
inglés españoles, salvo “rara avis”, NO HABLAN INGLÉS?
Hace un tiempo ya que publiqué PENSEMOS JUNTOS*. Dos volúmenes en los que alerto acerca de lo que está
pasando en el mundo y las razones que nos van impulsando a un destino incierto..
Se vendieron 500 ejemplares. Todavía estoy esperando que alguien me diga que
soy un idiota. Lo piensan, pero no tienen atributos ni para decirlo ni para
ponerse en común y pensar porqué anda todo como la m...
Uno de los que los leyó, según me dijo, le interesaba
poco saber qué pasa en el mundo. Su idea es agotar España y recién entonces
salir a recorrer otros países para poder comparar.
En fin.
Bien por Toño.
· He
reunido algunas páginas en
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