Técnicas de
estudio
Carlos Ulloa.
San Lorenzo de El escorial
Madrid.
En las últimas décadas de este siglo que termina hemos
podido comprobar cómo el progreso de Ia ciencia y Ia tecnología, y del saber
humano en general, han sido tan espectaculares, que el número de conocimientos
de las distintas espe-cialidades se ha ampliado considerablemente. Esta nueva
situación ha dado lugar a nuevas formas de acceso al saber, en las que los
distintos modelos educativos no pueden estar al margen de estas
transformaciones.
Nuestra inteligencia se vuelca sobre esta realidad
cambiante, que intentará analizar,comprender, modificar y domesticar, para dar
sentido e iluminar, paso a paso, Ia propia existencia humana.
Abrir un libro y ponerse a estudiar equivale, para unos, a
abrir una ventana con Ia que contemplar el mundo. Para otros, en camblo, supone enfrentarse con el hecho de taladrar
una dura roca. En esta época que nos ha
tocado vivir, el estudio es el proceso imprescindible de acceso y de adaptación
a nuestro medio cultural.
Disparar flechas con un arco, tener una gran movflidad en
terrenos abruptos y escarpados, ser capaz de detectar las huellas de un enemigo
o de un animal de caza, llevar de forma adecuada el ritmo de una danza, etc.,
son habilidades que los individuos de una
tribu atribuyen a Ia inteligencia, y que deben ser dominadas por los
miembros de su propia cultura. Comprender un texto, memorizarlo, resumirlo,
relacionarlo con otros conocimientos,
aplicarlo... son habilidades que la sociedad actual valora y reclama. Al
menos, necesita y exige que sus miembros más jóvenes lleguen a dominar Ia
lectura y el estudio de los textos, para poder alcanzar el conocimiento amplio
y a Ia vez especializado que nuestro complejo y tecnológico mundo necesita.
Los buenos aprendices
son más eficientes porque
tienen mayor autonomía
sobre las tareas que realizan.
En nuestra cultura consideramos inteligentes a los niños y
jóvenes quo obtienen buenas notas académicas. Podemos decir de ellos que tienen
inteligencia para estudiar o que utilizan estrategias eficaces para el estudio.
Las causas del éxito o fracaso escolar de un alumno las atribuimos a razones
tales coma Ia de ser o no trabajador, gustarle o no el estudlo, ser a no
inteligente y saber o no estudiar. Y este diagnóstico apunta a los aspectos
psicológicos importantes: exigencia y autoesfuerzo, motivación, capacidad y,
sobre todo, hábitos y estrategias de estudio.
Saber estudiar es uno de los objetivos que con más
insistencia se repiten hoy en dia.
Saber estudiar es
el tipo de inteligencia que
más se requiere en
nuestro mundo.
Aunque es verdad que el éxito escolar no presupone siempre
el éxito profesional, ni mucho menos el triunfo en Ia vida, es uno de los
logros más significativos y de mejor pronóstico para un alumno.
Aprender a estudiar no es distinto de aprender a pensar, ni
tampoco es diferente de aprender a aprender. Supone apropiarse do una serie de
hábitos y estratégias que nos permitirán tener un mayor autocontrol sobre el
propio aprendizaje.
¿Qué ha ocurrido
con las técnicas de estudio?
Tradicionalmente, se han considerado las técnicas de estudio
como habilidados que respondian a un enfoque superficial y memorístico del
aprendizaje. En esta lfnea se impartían cursos con contenidos extracurriculares
encaminados al entrenamiento de Ia memoria con vistas a situaciones de
exámenes. En este sentido, se han publicado un buen número de libros que, salvo
excepciones, se expresan en parecidos téminos y tienen pocas variaciones de
unos a otros. Esta bibliografía -estos manuales de auto ayuda, en algunos
casos-, dedicada a mejorar nuestra manera de estudiar y, por lo tanto, las calificaciones académicas, fue
considerada Ia panacea que, una vez suministrada, casi siempre de forma externa
al contexto de aprendizaje del aula, acabaria con gran parte de los problemas
y difícultades académicas.
Saber
estudiar
es el tipo de inteligencia que más se requiere en nuestro mundo Pero con el
paso del tiempo hemos tenido que reconocer cierta inoperancia de las técnicas
propuestas o quizas, mejor dicho, de Ia
forma y del procedimiento utilizado para enseñar dichas técnicas y
habilidades a los alumnos. La difícil asunción por parte de estos y Ia escasa
utilización que se hacía de las mismas cuando tenían que ser aplicadas en
clase, o en el estudio en casa, llevó a cierta
decepción acerca de la viabilidad de este enfoque, que consideraba las técnicas
de estudio como una materia más que podia enseñarse aparte y de forma
dife-renciada. Frente a este punto de vista surge Ia alternativa de que las
técnicas de estudio, al igual que las estrategias de aprendizaje en general,
están integradas en las dislintas áreas del curriculo y que sean los profesores
de cada una de ellas quienes se
encarguen de enseñar aquellas técnicas
específicas de la misma.
Los legisladores
en matena educativa siempre han tenido
en cuenta estos aspectos, aunque de diferente forma. En 1970, Ia Ley General
de Educacion fijaba tres objetivos prioritarios para los estudios de Curso de
Orientacion Universitaria (COU) que en aquel momento se iba a poner en marcha:
Ia profundización en las materias del Bachillerato, la orientacion escolar y
profesional y el desarrollo de las técnicas de
estudio adecuadas para el ingreso en la universidad.
Al referirse a Ia extinguida Educación General Básica, la LGE prescribe que "Ia formación se orientará a la adquisición, desarrollo y utilización
funcional de los hábitos y de las técnicas instrumentales de aprendizaje".
Mas recientemente, La Ley
de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE, 1990), en su articulo primero, destaca como uno de los
fines previstos en dicha ley “la adquisición de hábitos intelectuales y
técnicas de trabajo...", y en su artículo vigésimo afirma que “Ia
metodología didáctica en Ia Educacidn Secundaria Obligataria se adaptará a las
características de cada alumno, favarecerá Ia
capacidad para aprender por sí mismo
y para trabajar en equipo..”.
Por Ia tanto, desde un punta de vista legal, aprender a
aprender implica dotar al alumno de ”herramientas”, con el fin de que pueda
desarrollar su potenctial de aprendizaje. Es decir,
las técnicas de estudio deben ser una ayuda efectiva para el aprendizaje de
cada dia, para Ia que el profesor no necesita encontrar un tiempo especial
aparte ni un lugar diferente para desarrollarlas.
Por ello, las técnicas de estudio se enseñan en situaciones
de trabajo habitual del alumno: Ia clase ordinaria; las estudios dirigidos; los
espacios de tutoria colectiva e individual, en las que pueden existir puestas
en común fruto de Ia reflexión de las prapios estudiantes; las clases de
recuperación y de apoyo, que se prestan de forma muy adecuada para que puedan
ser reforzadas aquellas técnicas y estrategias que no han alcanzado un
desarroIlo suficiente en un alumno, etc.
Una mirada sobre
la realidad
Los profesores suelen manifestar lagunas en Io relacionado
con las técnicas de estudio que, según ellos, tienen sus alumnos. Entre ellas
destacan las siguientes:
- Dificultad para
establecer nexos y vínculos entre Io estudiado.
- Excesiva
memorización.
- Ausencia de
implicaciones y aplicaciones de Io estudiado a la vida cotidiana
- Carencia del
dominio de las técnicas instrumentales: lectura , escritura y cálculo.
- Frecuente
improvisación y falta de planificación.
En cuanto a Ia apinión de las alumnos sobre su propio
desempeño frente al estudio, puede servir coma muestra el resultado de un
sondeo realizado entre alumnos de COU, en el que se destaca:
- Que el 53 % dice
tener problemas de distracción o que no se concentra adecuadamente.
- Un 44% opina que
les falta constancia para estudiar.
- El 3ó % manifiesta
mala planificación del tiempo.
- El 25 % echa en
talta un método de estudio eficaz.
- El 24 % tiene
dificultades para hacer esquemas o resúmenes.
A Ia relevancia de estos datos pueden añadirse las
conclusiones a las que han Ilegado otros autores, al relacionar rendimiento
académico y técnicas de trabajo intelectual. Para éstos, las correlaciones entre método de estudio y rendimiento,
en general, son mayores que las que se dan entre inteligencia y rendimiento.
Es decir, que los alumnos mejor calificados obtienen más
altas puntuaciones en aspectos como actitud hacia el estudio, motivación y
planificación del trabajo.
Lo esencial del
trabajo intelectual
La fórmula
tradicional de enseñar a estudiar recurría a métodos que se representaban
mediante iniciales. Cada método de estudio es un conjunto de reco- mendaciones
que se especifican en estrategias concretas. Ejemplos de ello son:
-
S.O.3R.o
(ROBINSON, 1961), cuyos cinco pasos son:
1 . hojear, vistazo general inicial
2. hacerse preguntas
sobro lo leido;
3. leer y buscar las
respuostas en el texto;
4. decir con las propias palabras las
ideas que expresa el texto;
5. repasar
el tema en su totalidad
“L.2S.E.R.” (ILLUEGA, 1966): propone estos pasos:
1. Lectura superficial.
2. Lectura profunda.
3. Subrayado
4. Esquema
5. Repaso.
En cualquiera de las áreas y materias, los alumnos
necesitarán utilizar un repertorlo de técnicas y estrategias generales y
específicas que, como se ha comentado, deben enseñarse en clase porgue son
procedimientos imprescindibles de su trabajo. Y su aprendizaje necesita de Ia práctica frecuente, que puede
y debe ser evaluada, al igual que otros contenidos conceptuales y actitudinales.
Cada etapa educativa (Primario, Secundario, Bachillerato, FP
o Universidad) plantea unas exigencias de trabajo intelectual diferentes, que
tienen relación con el desarrollo intelectual de los alumnos y con los
contenidos abordados. No obstante, podemos señalar una serie de herramientas
imprescindibles, cuyo conocimiento y utilización adecuados son necesarios
cuando se estudia. De forma resumida serian las siguientes:
Las técnicas de estudio
se enseñan en situaciones
de trabajo habitual del alumno
- Conseguir crear un
ambiente de estudio propio adecuado.
- Ser capaces de
planificar y organizar el tiempo
individual dedicado al estudio,
con actividades de
repaso diarias de lo realizado en clase.
- Desarrollar un
nivel óptimo de lectura mecánica y
comprensiva.
- Desarrollor un
nivel adecuado de expresión oral y escrita.
- Desarrollar el
cálculo y Ia capacidad para resolver
problemas.
- Manejar técnicas de
análisis (subrayados).
- Manejar técnicas de
síntesis (esquemas, resúmenes, mapas conceptuales).
- Tomar adecuadamente
apuntes en clase.
- Preparar y elaborar
trabajos monográficos.
- Preparación de
exámenes, etc.
La eficacia del aprendizaje aumenta cuando parte de este
conjunto de procedimientos se Ilegan a automatizar. La tarea de los profesores
consiste en enseñar estas técnicas y estrategias hasta conseguir que los
alumnos Ileven a Ia práctica automáticamente los aspectos más rutinarios en
cada tarea (por ejemplo, Ia lectura mecánica), para que pueden dedicar mayor
atención a entender el sentido y las metas de cada actividad.
Los buenos aprendices son más eficientes, entre otras cosas,
porque supervisan o reguIan mejor su manera de estudiar, porque tienen una
mayor autonomía o control estratégico sobre las tareas que realizan. Y que
nuestros alumnos tengan autoeficacia o sensación de control en su trabajo es un
requisito fundamental para ejercer un esfuerzo constante en el aprendizaje.
Es necesarlo que chicos y chicas se enfrenten poco a poco a
tareas más abiertas, que requieran une reflexión y toma de decisiones, por su
parte, para que vayan asumiendo este control en Ia utilización de las técnicas
y estrategias más adecuadas.
...es decisiva la responsabilidad de los
profesores
como “mediadores” o
“transmisores”
de
estos modelos implícitos
Se trata pués, no tanto de enseñar mecánicamente técnicas de
estudio cuanto de conseguir un objetivo más amplio: cambiar Ia cultura del
aprendizaje, que debe ir más dirigida a construir reflexivamente el
conocimiento que a asociar o reproducir conocimientos ya elaborados.
Estamos hablando de la necesidad de asumir un “enfoque
profundo” de la idea de enseñanza y aprendizaje. Y para el logro de este objetivo
es decisiva la responsabilidad de los profesores como “mediadores” o
“transmisores”de estos modelos implícitos , que constituyen una interiorización
de esa cultura del aprendizaje
Véanse las características relevantes de ambos enfoques:
-
Características
del "enfoque profundo”:
* lntención de
comprender.
* Fuerte
interacción con los contenidos.
* Relación de
nuevas ideas con el conocimiento anterior.
* Relación de
conceptos con Ia experiencia cotidiana.
* Relación de
datos con conclusiones.
* Examen de la
lógica del argumento
- Características
del “enfoque superficial”:
* Intención de
cumplir los requisitos de Ia tarea.
* Memorizar la
información necesaria para pruebas o
exámenes.
* Encarar Ia tarea
como una imposición externa.
* Ausencia de
reflexión acerca de propósitos o estrategias.
* Focalizar Ia
atención en elementos sueltos, sin integración.
* No distingue
principios a partir de ejemplos.
Esta búsqueda progresiva de
que el alumno tome conciencia de
sus aprendizajes se facilita cuando las actividades tienen, entre otras, las
siguientes condiciones:
1. Concebir
las tareas de aprendizaje como problemas en los que se parte de tareas más
cerradas (con más control del profesor) hacia tareas más abiertas (con más
control del alumno), que requieran de éstos cada vez más reflexión sobre Ia
forma más adecuada de abordarlas.
2. Fomentar
y entrenar de forma progresiva la planificación, regulación y evaluación de los
propios aprendizajes por parte de los aprendices, bajo Ia supervisión cada vez más distante del profesor. Incluída Ia
utilización de las técnicas de estudlo.
3.
Diversificar y variar las tareas de aprendizaje, de forma que fomenten en los
alumnos un enfoque más estratégico en vez de una aplicación rutinaria y
auto-mática de las técnicas habituales,
etc.
Un apunte final
No era nuestra pretensión, en este artículo, elaborar un
listado de técnicas de estudlo para su aplicación urgente. Existe una amplia bibliografia
al respecto. Tan sólo pretendíamos aportar algunas ideas que pudieran servir de
acicate, entre padres y profesores de
nuestros colegios, con el fin de lograr entre todos Ia educación que queremos para
nuestros hijos.
Apuntes
bibliográficos
BLANOUET, J.,
Técnicas de Estudlo: técnicas y recursos básicos para estudiar. Castellnou
(Colección El Minimanual. Barcelona 1995)
Pequeño y conciso manual que describe didácticamente las
técnicas de estudio básicas y otros
aspectos relacionados: ambiente de estudio, organización del tiempo, Ia autoestima, Ia lectura, Ia
comprensión lectora, esquema, subrayado, resumen, etc. Aconsejado para alumnos
de Secundaria y para aquellos padres que puedan y deseen ayudar a sus hijos en
el estudio en casa.
FERNANDEZ, G., y
GARCIA, M. A., Las técnicas de estudio
en Ia Educación Secundaria. Materiales
teórico-practicos, EscueIa Española, Madrid 1995.
Aborda las técnicas de estudio de una manera mas pormenorizada. De especial
utilidad cuando se desea implementar un
programa especifico en el colegio.
CUENCA ESTERAN, F,
Las Técnicas de Estudio en Ia Educación Primaria, Escuela Española, Madrid
1994.
De las mismas características del anterior, en E. Primaria.
HERNANDEZ, F, y
GARCIA, L. A., Psicología y enseñanza del Estudlo. Teorias y técnicas para potenciar las habilidades
intelectuales, Pirámide, Madrid 1991.
Todo un clásico en esta área, analiza desde una perspectiva
técnica e inves-tigadora Ia actividad intelectual del estudio. Un referente
para profundizar en el te-ma desde una óptica científica.
TORRE PUENTE, J.
C., Aprender a pensar y pensar para aprender, MEC/ Narcea, Madrid 1994.
El autor de este libro, que esta dividido en una primera parte teórica y otra
prác-tica, parte de Ia crítica a Ia forma tradicional de entender la conducta
del estudio para proponer Ia idea del aprendizaje autorregulado. Muy
interesante para aplicar en el aula.
POZO MUNICIO, J. I., AprendIces y
Maestros, Alianza Editorial, Madrid 1996.
Es una exposición clara, amena y erudita sobre el encuadre teórico, los procesos,
los resultados y las
condiciones del aprendizaje. Hace una reflexión acerca de
las condiciones, resultados y los procesos de una
asimilación de conocimientos
eficaz desde Ia perspectiva de Ia psicología cognitiva.
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