viernes, 29 de septiembre de 2017

TÉCNICAS DE ESTUDIO

La organización de la práctica en el estudio

(Idem, en “¿Educar o Educarse?” Coordinador Carlos A. Trevisi; autor Carlos Ulloa, libro electrónico, Ed. “Misión Futuro”, San Lorenzo de El Escorial)

[…] Comprender un texto, memorizarlo, resumirlo, relacionarlo con otros conocimientos, aplicarlo... son habilidades que la sociedad actual valora y reclama. Al menos, necesita y exige que sus miembros más jóvenes lleguen a dominar la lectura y el estudio de los textos, para poder alcanzar el conocimiento amplio y a la vez especializado que nuestro complejo y tecnológico mundo necesita.
[…]
Saber estudiar es uno de los objetivos que con más insistencia se repiten hoy en día.
[…]
Aprender a estudiar no es distinto de aprender a pensar, ni tampoco es diferente de aprender a aprender. Supone apropiarse de una serie de hábitos y estrategias que nos permitirán tener un mayor autocontrol sobre el propio aprendizaje.

¿Qué ha ocurrido con las técnicas de estudio?

Tradicionalmente, se han considerado las técnicas de estudio como habilidades que respondían a un enfoque superficial y memorístico del aprendizaje
[…]
Frente a este punto de vista surge la alternativa de que las técnicas de estudio, al igual que las estrategias de aprendizaje en general, están integradas en las distintas áreas del currículo y que sean los profesores de cada una de ellas quienes se encarguen de enseñar aquellas técnicas específicas de la misma.
[…]
la LGE prescribe que "la formación se orientará a la adquisición, desarrollo y utilización funcional de los hábitos y de las técnicas instrumentales de aprendizaje". Mas recientemente, La Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE, 1990), en su articulo primero, destaca como uno de los fines previstos en dicha ley “la adquisición de hábitos intelectuales y técnicas de trabajo...", y en su artículo vigésimo afirma que “la metodología didáctica en la Educación Secundaria Obligatoria se adaptará a las características de cada  alumno, favorecerá la capacidad para aprender por sí mismo y para trabajar en equipo…”.
Por la tanto, desde un punta de vista legal, aprender a aprender implica dotar al alumno de “herramientas”, con el fin de que pueda desarrollar su potencial de aprendizaje.
[…]
Por ello, las técnicas de estudio se enseñan en situaciones de trabajo habitual del alumno: la clase ordinaria; las estudios dirigidos; los espacios de tutoría colectiva e individual, en las que pueden existir puestas en común fruto de la reflexión de las propios estudiantes; las clases de recuperación y de apoyo, que se prestan de forma muy adecuada para que puedan ser reforzadas aquellas técnicas y estrategias que no han alcanzado un desarrollo suficiente en un alumno, etc.
[…]
En cuanto a la opinión de las alumnos sobre su propio desempeño frente al estudio, puede servir coma muestra el resultado de un sondeo realizado entre alumnos de COU, en el que se destaca:

-  Que el 53 % dice tener problemas de distracción o que no se concentra adecuadamente.
-  Un 44% opina que les falta constancia para estudiar
                                            
-  El 30% manifiesta mala planificación del tiempo.
-  El 25 % echa en falta un método de estudio eficaz.
-  El 24 % tiene dificultades para hacer esquemas o resúmenes.

A la relevancia de estos datos pueden añadirse las conclusiones a las que han llegado otros autores, al relacionar rendimiento académico y técnicas de trabajo intelectual. Para éstos, las correlaciones entre método de estudio y rendimiento, en general, son mayores que las que se dan entre inteligencia y rendimiento.
[…]
Cada etapa educativa (Primario, Secundario, Bachillerato, FP o Universidad) plantea unas exigencias de trabajo intelectual diferentes, que tienen relación con el desarrollo intelectual de los alumnos y con los contenidos abordados. No obstante, podemos señalar una serie de herramientas imprescindibles, cuyo conocimiento y utilización adecuados son necesarios cuando se estudia. De forma resumida serian las siguientes:

- Conseguir crear un ambiente de estudio propio adecuado.
- Ser capaces de planificar y organizar el tiempo individual dedicado al estudio con actividades de repaso diarias de lo realizado en clase.
- Desarrollar un nivel óptimo de lectura mecánica y comprensiva.
- Desarrollar un nivel adecuado de expresión oral y escrita.
- Desarrollar el cálculo y la capacidad para resolver problemas.
- Manejar técnicas de análisis (subrayados).
- Manejar técnicas de síntesis (esquemas, resúmenes, mapas conceptuales).
- Tomar adecuadamente apuntes en clase.
- Preparar y elaborar trabajos monográficos.
- Preparación de exámenes, etc.

La eficacia del aprendizaje aumenta cuando parte de este conjunto de procedimientos se llegan a automatizar. La tarea de los profesores consiste en enseñar estas técnicas y estrategias hasta conseguir que los alumnos lleven a la práctica automáticamente los aspectos más rutinarios en cada tarea (por ejemplo, la lectura mecánica), para que pueden dedicar mayor atención a entender el sentido y las metas de cada actividad.
[…]
Se trata pues, no tanto de enseñar mecánicamente técnicas de estudio cuanto de conseguir un objetivo más amplio: cambiar la cultura del aprendizaje, que debe ir más dirigida a construir reflexivamente el conocimiento que a asociar o reproducir conocimientos ya elaborados.
Estamos hablando de la necesidad de asumir un “enfoque profundo” de la idea de enseñanza y aprendizaje. Y para el logro de este objetivo es decisiva la responsabilidad de los profesores como “mediadores” o “transmisores” de estos modelos implícitos, que constituyen una interiorización de esa cultura del aprendizaje

Véanse las características relevantes de ambos enfoques:

-        Características del "enfoque profundo”:

  * Intención de comprender.
  * Fuerte interacción con los contenidos.
  * Relación de nuevas ideas con el conocimiento anterior.
  * Relación de conceptos con la experiencia cotidiana.
  * Relación de datos con conclusiones.
  * Examen de la lógica del argumento

-        Características del “enfoque superficial”:

  * Intención de cumplir los requisitos de la tarea.
  * Memorizar la información necesaria para pruebas o exámenes.
  * Encarar la tarea como una imposición externa.
  * Ausencia de reflexión acerca de propósitos o estrategias.
  * Focalizar la atención en elementos sueltos, sin integración.

  * No distingue principios a partir de ejemplos.

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