sábado, 23 de septiembre de 2017

CATALUNYA Y ESPAÑA (I), (II), (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX) (X) (XI) (XII)

CATALUNYA Y ESPAÑA  

(I), (II), (III) (IV) (V) (VI) (VII) (VIII) (IX) (X) (XI) (XII) (XIII) (XIV)

  (Se actualiza  según se producen novedades)

CATALUNYA Y ESPAÑA (I)
Carlos A. Trevisi

No estoy en condiciones de opinar o de tomar partido en el conflicto. Ante todo porque entiendo que  no estoy consustanciado con el problema más allá de lo que  leo y escucho en los medios. Al desconocer las razones históricas que llevan  a los catalanes  a reclamar su independencia de España y los antecedentes del conflicto – me refiero a la historia de Catalunya-  puedo, eso sí, ubicar los reclamos en un marco más amplio que el que  se remite a España.
En mis idas y venidas por Barcelona, Gerona y otros pueblos menores he apreciado muchas diferencias con el resto de España. Será acaso por su posición geográfica tan cercana a Francia, por sus calidades intelectuales, por el puerto que los ha vinculado al resto de  Europa y avispó sus quehaceres económicos, o por un despliegue cultual que se plasma en muchas actividades que se hacen extensivas al resto del país.  He percibido también actitudes soberbias que en varias oportunidades pretendieron  llevarme por delante cuando en un restaurante, por ejemplo,  el que servía la mesa insistía en hablar catalán pese a haberle manifestado que no entendía lo que me decía. Su respuesta fue categórica: “aquí en este país hablamos catalán”, entendí que decía. Le contesté que era lastimoso que no supiera castellano pero acaso sabría inglés. Le hablé en inglés y el resultado fue el esperado. Otras cosas menores –sin que lo expuesto haya sido trascendente- me han sucedido como para que sintiera un cierto desencanto ante personalidades tan poco empáticas.
Si bien poco sé de Catalunya como para ir más allá de lo expuesto, mis conocimientos del resto de España me autorizan a opinar de su realidad y de sus gentes. 
Los  últimos acontecimientos del conflicto que sostiene España con los catalanes han demostrado que estos últimos son capaces de ponerse en común: sean o no independentistas una gran mayoría quiere votar. El ego, me, mei de los españoles  choca en sus actitudes y resolución de conflictos con el nos, nostrum, nobis de aquellos. La sociedad española no sabe dirimir sus diferencias ni los problemas  que la aquejan aunque es de decirse que individualmente no escatiman esfuerzo para prestar apoyo a aquellos que lo necesi tan.
El gobierno español  es un fiel representante de esa forma de ser cuando apela permanentemente a las leyes y a la Constitución en la resolución de sus conflictos.
Cuando una sociedad apela a la ley –y el gobierno de Rajoy y todos los suyos lo hacen- se cumple inexorablemente con aquello de que la ley, que es de circunstancias como lo son los cambios sociales  que imponen su vigencia,  en España no se actualiza al ritmo de las necesidades que exige la ciudadanía. Así, los tribunales meten preso a un ladrón de bicicletas que roba para dar de comer a sus hijos,  o condena a una madre a juicio criminal por haberlos “secuestrado” (¿salvado?) trayéndolos  a España para librarlos   de la custodia de un padre con  antecedentes judiciales por maltratador. Sin embargo la impunidad de la que gozan los ladrones corruptos que anidan en la política gozan de todas las garantías, aún estando en la cárcel, de donde salen a ventilarse gracias a los  subterfugios de una legislación que desde hace 40 años han impuesto las derechas.  La Constitución a la que se apela a diario para justificar  más de una actitud deleznable es un caso concreto: el gobierno apela a los derechos que asisten a la ciudadanía cuando se dan casos como el actual en el conflicto de Catalunya pero callan cuando atañen a los derechos a una vivienda digna , a la educación, a la salud y no sé cuántas cosas más.  El gobierno de Rajoy ha comprometido el dinero del estado, que es el dinero de todos, para salvar a la banca prometiendo que el peso del gasto no repercutiría en la ciudadanía. Acaban de comunicar que  la ciudadanía española  tendrá que hacerse cargo de 40 mil millones de euros que nunca recuperará.
Si en verdad en lugar de apelar a la ley que es producto de una moral cambiante que la impulsa apeláramos a la justicia que anida en la conciencia de cada uno de nosotros –incluso en la de los jueces- otro sería el cantar: la música la pondría la ética y los jueces, apelando a su conciencia, cumplirían con el apotegma de que la ley, interpretada por los magistrados sería lo que ellos entienden que debe ser según las circunstancias de vida de los imputados.*  

Ésta es la metodología que impone el gobierno de RAJOY con Catalunya;  todo lo que hacen los independentistas es ilegal y siendo ilegal el ASUNTO  NO SE PUEDE RESOLVER EN EL ÁMBITO DE LA POLÍTICA: SE DERIVA AL ÁMBITO DE LA LEY ABANDONANDO  EL CONFLICTO EN MANOS  DE LOS JUECES, dejándose  de lado el derecho que le asiste a la ciudadanía  para votar por SI  o por un NO en el referéndum. El resultado es una irascibilidad en los catalanes que puede acarrear mayores problemas que los que padecen ahora mismo.  En este momento, a escasos 10 días del referéndum,  el conflicto va tomando matices que, entre otras novedades, incluye una deriva de la Unión Europea que no hace ningún favor al gobierno de Rajoy.

Los independentistas no ceden y Moncloa, habiendo tomado una senda equivocada, según manifiestan algunos medios,  comienza a preocuparse. 

*NB.

La Ley

Por favor, dejen de usar como rehén de su inmovilismo a la legalidad. Y dejen de hablar de ella como si en este país fuera sagrada. Como si ustedes la respetaran
GERARDO TECÉ
http://ctxt.es/es/20170920/Politica/15143/gerardo-tec-ctxt-la-ley-tribuna.

CATALUNYA Y ESPAÑA (II)
Carlos A. Trevisi
El domingo 24, a escasos días de la fecha fijada para el referéndum, el Periodista Evole entrevisto a Puigdemon, el presidente de Catalunya. En lo personal me llamó la atención que se sometiera a una entrevista  con el destacado periodista que, bien informado, no le dio tregua. Analizando los motivos que llevaron a Puigdemon a aceptar la invitación llegué a la conclusión de que, pese a que insistió en que el referéndum se llevaría  a cabo, su estrategia apuntaba a otro objetivo: marcar un hito en la larga carrera en la que Catalunya aspira a lograr la independencia. La posibilidad de llevar a cabo el referéndum, bien lo sabe Puigdemon, no existe. Lo que busca es dinamitar a Rajoy. En este sentido logrará un éxito rotundo. El error de Rajoy ha sido llevar a la justicia lo que tendría que haber dirimido en el campo de la política y dejar que aquella proceda aplicando  medidas que le son propias, como meter presos a 14 miembros relevantes de su gobierno y poner bajo el mando del Ministerio del Interior a la policía Catalana, lo que ha disfrazado de “coordinación” de todas las fuerzas de de seguridad.


Lo dicho fue ratificado por una ministra el gobierno de Rajoy que , en entrevista celebrada a continuación,  ratificó la estrategia del gobierno central. Solo le faltó decir “viva España”  aunque con argumentos propios de la democracia que ya está a punto de no ser tal sometida como está a intereses económico-financieros que obligan a salvar bancos en lugar de salvar gente.


***

Comentarios  acerca del conflicto catalán

..... España y su sacrosanta constitución están en el eje del problema con Cataluña. Y a pesar de su sacralidad, son muy pocos los que saben que fue redactada por seis hombres de carne y hueso y que cuatro de ellos han denunciado públicamente las injerencias de los militares mientras se estaba elaborando. A todo esto hay que añadir que varios de sus articul0s fueron literalmente impuestos por ellos.
Por lo tanto no estaría de más dejar tanta santificación y bajar al mundo de los vivos 
Por un lado tenemos que los más progres se machacan los sesos para encontrar la palabra que mejor defina la represión del estado en Cataluña. 
En el otro lado nos encontramos con los más ligeros, entre los que me encuentro; los que simplemente nos quedamos con el principal; los que entendemos que todo este conflicto se resume en que unos quieren decidir su futuro y los otros quieren impedírselo, los que pensamos que unos quieren votar y otros que no voten. No hay más.



CATALUNYA Y ESPAÑA (III)
Carlos A. Trevisi
LLEGÓ Y YA PASÓ EL “1-O” DÍA DEL REFERÉNDUM EN CATALUNYA.
Y ha quedado todo al descubierto.

Por algún mandato que desconozco –aunque sospecho de dónde viene- Rajoy y su gente lanzaron el “ejército” a la calle. Les extrañará que hable de “ejército” pero la Guardia Civil actúa como  tal. ¿Y por qué lo digo? Pues porque  yo pertenecí como agente miliciano a la fuerza de choque de la Policía Federal (Guardia de Infantería) en Argentina y vi los atropellos más inimaginables en enfrentamientos  con la gente que se manifestaba en contra de disposiciones del gobierno fueran éstas políticas o de orden judicial. Jamás disparé gases lacrimógenos ni ejercí violencia alguna contra los manifestantes aunque vi con pavor que sí lo hacían muchos agentes que pertenecían a mi unidad. Acabo de ver por televisión a Griso, una periodista de escaso nivel, que justificaba la actitud de los agentes de la Guardia Civil que habían dejado el tendal de 900 heridas en los acontecimientos del 1 de octubre en Catalunya dado que no hacían sino cumplir con las órdenes recibidas por su comandancia.

Entiendo que los enfrenamientos políticos pertenecen al ámbito de la política y no se puede eludir el compromiso de solucionarlos derivándolos a los jueces o a instancias superiores del poder judicial.

Lo sucedido es muy grave, y no me refiero solo al atropello que se ejerció contra la ciudadanía que salió a reclamar por su derecho a elegir libremente su futuro, sino porque los hechos acaecidos  arrojan una gran incertidumbre: en los catalanes, que saliendo a la calle masivamente han dejado en claro cuales son los logros a los que aspiran; en el gobierno catalán, que sigue planteando la declaración de la independencia, y en el gobierno central que en manos de Rajoy de la gente que lo acompaña se han burlado de la estrategia general que rige las convenciones políticas que aspiran a un encuentro basado en el diálogo y en la no-violencia.

CATALUNYA Y ESPAÑA (IV)


Unanimidad, por Luciano Egido

Es sospechosa la unanimidad con que han reaccionado los periódicos nacionales ante los últimos bochornosos acontecimientos políticos de Cataluña, consecuencia de la unanimidad ideológica de sus respectivos patronos. En todos ellos se repiten palabras, conceptos, actitudes y denuncias, como si se hubieran puesto de acuerdo. Tanto las detenciones, como los registros y tanto las acusaciones, como la sorprendente decisión de las autoridades jurídicas de poner en marcha un proceso, en sintonía con las autoridades políticas, han encontrado un eco semejante en editoriales, artículos de opinión y entrevistas complementarias. El detonante catalán, manipulado por el Gobierno central, a última hora, con precisión cronométrica y torpe astucia, ha servido de test para saber el lugar que cada uno ocupa en la debilitada democracia española, que no acaba de desprenderse de los restos de la herencia franquista, salvados por la Constitución del 78. No se trata de la unidad de la patria, de la vieja retórica tradicional, adorno de discursos y metafóricas intervenciones parlamentarias; no se trata de fidelidad a la Constitución posfranquista, que hace agua a ojos vista y a la que la derecha nostálgica se aferra, como a una tabla de salvación, para que nada cambie, después de cuarenta años; no se trata de la desobediencia al Estado de Derecho, con óptica legalista y argumentos de cajón; no se trata de la amenaza de acabar con el sistema socioeconómico actual, revisable y mejorable, con muchos puntos de fricción, como cualquier producto de la historia y de la condición humana. No es la unidad nacional lo que se pretende salvar, sino la unidad de mercado, con sus beneficiosos dividendos. Déjense de macanas, fieles servidores de la pobre España. 

Comentario de Carlos A.Trevisi
Yo haría extensiva la unanimidad  a unos cuantos periodistas  que alardean de ardientes críticas al gobierno de Rajoy pero, como por arte de magia, de buenas a primeras han asumido roles con los que cuesta identificarlos. El caso más patético es el del que presenta "La  Sexta Noche" un profesional que bien podría aprender de su mujer, excelente periodista que hace decir a los entrevistados lo que ella sabe que no le corresponde decir. ¿Qué habrá pasado? Acaso los propietarios de TRES MEDIA le han "pedido" moderación"... 
Me llamó la atención que apareciera en el canal 3 un periodista prácticamente desconocido , de verbo fácil, que hace la apología del diálogo sin aportar nada nuevo, como no sea más de lo mismo. No sé su nombre ni me importa saberlo. Estando como estamos a pocas horas de que el gobierno de Catalunya declare la independencia y proclame la república Catalana, por favor, la gente reclama soluciones, no un palabrerío vacío de contenidos.











No hay comentarios:

Publicar un comentario