Por Carlos A. Trevisi
Educar es satisfacer una necesidad personal
de apertura al cambio que conforme, de una vez y para siempre, una nación comprometida con el saber y en
ejecución de su propia identidad.
En una nación libre es la sociedad la que decide acerca de su destino y
los gobiernos los depositarios administrativos circunstanciales de sus
intereses. La elección de valores, la fijación de metas y la implementación de
procedimientos, si bien se expresan a través de su acción disparadora , son de exclusiva
incumbencia de la sociedad.
La puesta en marcha de un país camino de ser nación depende
de la activación de los recursos con que cuenta , siendo entre ellos, el más
importante, su gente. Corresponde a los gobiernos garantizar una educación generadora de personas nuevas,
armónicas, capaces de recrear circunstancias transitables.
Las sociedades bastardeadas por la ignorancia y el egoísmo detienen la
marcha porque transfieren sus compromisos al poder de turno
según un pacto que no es tan infrecuente: enajenan su conciencia a cambio de seguridades.
Madrid, 2004
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