sábado, 30 de abril de 2016

ESPAÑA, JULIO DE... CUALQUIER AÑO

Carlos A. Trevisi

Carta a un amigo.

Hace 40 años un cura amigo, que me conocía de arriba abajo (como yo lo conocía a él, algún día te contaré; vale la pena) me dijo más o menos textualmente: “la acción te va a agotar y te vas a quebrar. A esta altura de tu vida hay otro camino: dar testimonio de la mierda que te rodea, pero lejos de ella para no contaminarte.
La percepción (mirar) te acercará a la realidad; piensa de modo de abordar la información (ver) para transformarla en reflexión. Tu trabajo es elaborar una estrategia para poder alcanzar un conocimiento que te autorice a “ver” con claridad y actuar en consecuencia. Cuando “veas” te darás cuenta que el mundo de los principios no existe sino en tus adentros y que lo que te rodea son meras circunstancias que se cagan en la verdad”.

Por supuesto no le hice caso y me lancé a la lucha. No me arrepiento porque conocí mucho metiéndome en la mierda, mucho más que dando testimonio. Disculpa las groserías, pero estoy entrando en ebullición

Ahora que merodeo los 75 años, necesitaría otros 30 años de vida para poder poner mi estrategia en acto. Pero no es posible; yo ya no puedo gerenciarla: estoy cansado, soy escéptico –que no pesimista- y me cabe sólo seguir investigando, escribiendo y escuchando a los que más saben.
Lo que sigue es largo, pero con paciencia llegarás al final.

Los porqués de un mundo caótico

 "Si hallara la manera de liberarme de Sadam Hussein, aunque fuera contratando a alguien para que lo matara, por ejemplo si la CIA se encargara de tales cosas, en caso de que las haya hecho alguna vez, yo abogaría por ello" (Nixon -republicano-, La Nación de Buenos Aires, lunes 15 de abril de 1991). Una declaración de "principios" que no traicionó con Allende en Chile: Kissinger y la CIA se ocuparon de todo.
 "Para acabar con el concepto superado de Estado-Nación, debemos [...] inventar organismos con objetivos limitados, con responsables elegidos caso por caso. Así llegaremos,  comiéndolas pedazo tras pedazo, a terminar con las soberanías nacionales”.  Así opinaba (y actuaba en consecuencia) Richard Gardner, redactor de los documentos básicos de la Comisión Trilateral en abril de 1973, mientras Kissinger -canciller de Nixon, republicano- intervenía en Chile como promotor y ejecutor material -envío de armas inclusive- de  la caída de Allende -1973) y  Brzezinski enterraba los estado-nación -New York Times, 1º de agosto de 1976- ("...en nuestros días el estado-Nación ha dejado de cumplir su papel) y Tannenbaum echaba las bases del nuevo mundo: "...las compañias multinacionales  ofrecen una base práctica para el futuro desarrollo mundial, ya que están más interesadas en las realidades del servicio comercial e industrial que en los símbolos de la soberanía",  amén de  Rockefeller  y varios más,  todos ellos mentores de la globalización y agentes del poder económico que apuntaba a la globalización
 ¿Qué es lo que pretendían? Pues, reorientar los capitales que habían quedado "girando en seco" cuando la bipolaridad (el eje Washington-Moscú) terminó con el armamentismo. Los capitales que se le destinaban, ahora improductivos, se deslizarían  hacia bienes para el crecimiento, pésimo negocio para quienes habían vivido de la venta de armas que, como todos sabemos, se cotizan según las urgencias del que las compra, mientras que aquellos cotizan a precio de mercado. 
 David Rockefeller en abril de 2002 decía: "Mi objetivo es sustituir la soberanía de los pueblos por una elite de técnicos y financieros que gobierne en el sombra". (David Rockefeller. Banquero estadounidense, actual patriarca del clan Rockefeller).
Hacia 1973 apuntaron estos caballeros al petróleo como objetivo y al control de la producción y distribución de toda la energía mundial como meta. Fue así como se constituyó  la "Trilateral Comission", que integraron los árabes, poseedores del petróleo;  la Exxonla Dutch Oil, empresas que lo extraerían y la banca internacional que financiaría la gestión tripartita; aunque, por supuesto, según la versión oficial, la Trilateral la constituían Japón, Estados Unidos y Europa. (Es asombroso el desconocimiento que se tiene  de esta Comisión. Nadie habla de ella ni del año 73 cuando se constituye).
Corría 1974 cuando la mentada comisión dio sus primeros pasos en la comercialización y distribución del petróleo y la red energética  mundial: desató la crisis del petróleo que conmovió al mundo y de la que no quedó exenta Estados  Unidos.  
Su estrategia era transformar a las naciones ricas –Argentina, Brasil- en meras productoras de insumos críticos que se comercializarían en otras latitudes, por ejemplo en el Sudeste Asiático, donde el bajo costo de la mano de obra  alentaría la producción de bienes a precios irrisorios.
No es de extrañar que fuera así. El "orden" económico-financiero  ha aspirado desde siempre y  por todos los medios a racionalizar  la inversión global con el objeto de garantizar grandes márgenes de rentabilidad. En pos de tal objetivo ha prescindido de los intereses de las naciones, de sus gentes, aniquilando sus andamiajes político-institucional y socio-económico, de modo tal que el primero pasara a ser una mera formalidad y el segundo sumiera a los pueblos en una indigencia que no debería sernos ajena: más de la mitad de la población mundial se debate entre el hambre y las pestes.  Contrariamente a lo que se estima de habitual, esta escalada contra las naciones-estado afectó también a Estados Unidos.
Reagan
Fue durante los gobiernos Bush padre, el de la Guerra del Golfo, y de Reagan, el intrépido cowboy de más 50 películas esperpénticas, que comenzó el vaciamiento de USA. El poder económico transformó los  ejércitos yankees en  custodios de su accionar,  empujándolos a la Guerra del Golfo donde quedó bien claro que reinaba indiscutido.  
Sadam Hussein le dio la excusa invadiendo Kuwait y el poder económico supo aprovecharla. La supeditación  de Estados Unidos dejó el camino expedito para la implantación del más salvaje capitalismo que jamás se haya visto. Sometió, sobre todo a  los países iberoamericanos: una sucesión de golpes militares,  hacia mediados de la década del setenta, empujaron a sus pueblos al padecimiento  de las dictaduras más oprobiosas que ha conocido la historia del mundo occidental.
 El resultado de estas políticas ha culminado en su postración  definitiva; la falaz abundancia de los países del sudeste asiático, que junto con el incremento de sus PIBs vieron crecer la prostitución y el sida, o la tragedia sin remedio de un continente africano cuyas miserias ni se discuten, como no sea para impedirles el paso en su fuga hacia la comida y el trabajo.
"Si usted es dirigente de una corporación transnacional no le preocupará excesivamente que USA se esté desintegrando. Lo importante para usted es que Estados Unidos mantenga una poderosa máquina militar capaz de proteger sus intereses -los de la corporación que usted dirige en el extranjero, siempre y cuando,  al mismo tiempo, no se ponga en peligro en el interior de Estados Unidos el nivel de vida de la clase a la cual usted pertenece" ( Noam Chomsky  , entrevista de Página 12 de Buenos Aires, el 7 de abril de 1991).
Si algo tenía claro Clinton -cuyo gobierno recuperó económicamente a Estados Unidos, dándole placet para dialogar mano a mano con el poder económico- cuando la emprendió contra Yugoslavia, era que había llegado el momento en que el mundo asumiera que había cambiado de amo: el nuevo amo ya no era el poder económico transnacionalizado, era Estados Unidos. Una obediente OTAN, una no muy perpleja ONU y una Europa que entendió que aceptando el juego sacaría ventajas como vecino privilegiado del país en ruinas -¿quién, si no, reconstruiría Yugoslavia?- le dieron la razón. Pasando por encima de la ONU y poniendo a la OTAN a su disposición encaró la guerra ofreciendo  no pocas garantías y altos beneficios a quienes asumirían roles secundarios.
¿Cuáles fueron sus concesiones al poder económico? Armar una guerra en la que noche tras  noche se dispararon toneladas y toneladas de bombas y misiles para alentar las inversiones en armamentismo de los países que participaron en la contienda: vencedores y vencido. Sí, también el vencido,  al que, a su debido tiempo,  se le suministrarían créditos para que pudiera comprar puertas y ventanas pero también  más bombas. ¿Se imagina usted quién iba a conceder los créditos?  
Llegamos así a la nueva guerra de Irak en manos de Bush (jr), un disipado sin destino a quien puso bajo control operativo su mujer. Miles de toneladas de bombas se han arrojado sobre Irak. Muertes por doquier: niños, mujeres y ancianos en una guerra “preventiva” que contradice todos los principios, todas las lealtades, toda una forma de vida.
Cuando escribo estas líneas no puedo menos que pensar en Argentina, en Chile, en Latinoamérica. Nuestros países, en cuya defensa no acudió nadie,  fueron el campo de batalla en el que se pusieron a prueba las atrocidades que hoy vive la humanidad. ¿Qué fueron sino Videla y  Pinochet? ¿Se diferencian mucho de Bush?
Habrá quienes leyendo esto se pregunten porqué no hablo de Castro. Porque Castro es la excusa para que todos justifiquen las atrocidades del sistema. No es necesario comparar para saber quién es quién, como no sea para justificar actitudes injustificables. En lo personal, nada distingue a Fidel Castro como no sea la ferocidad con que asumió su eterna permanencia en el poder y lo que esto ha conllevado en materia de derechos humanos.  
¿Quiénes serán los próximos en caer?   
Acerca del neoliberalismo
 No hay que confundir el sistema demoliberal, del que participo,  con el sistema democapitalista en el que ha devenido aquél. 
La corrupción, la generalización del rechazo por la política, la mediocridad de los líderes , el sectarismo partidocrático,  la regresión de los derechos humanos a partir del 11 de septiembre con el ataque a las Torres gemelas, una democracia reducida a simple  mecanismo institucional (la mayoría tiene razón y me llevo todo el mundo por delante -Aznar, Menem, Berlusconi, Bush...), todo esto  ha sido campo propicio para que en su nombre se justifiquen todo tipo de agresiones bélicas (dentro y fuera de cada país), la concentración de capitales que oligopoliza el mercado y ha terminado en descomunales chanchullos: Enron, Andersen, Dynegy, Adelphia, Worldcom, Xerox, Merril Lynch, Tyco, Qwest,  Merck, Global Crossing, Bristol Myers, amén de un tercio de empresas americanas que cotizan en bolsa y de las que se sabe han manipulado sus resultados financieros. El sistema se ha transformado en un "capitalismo de amiguetes", como dice  Stiglitz

 ¿Cómo resolver el problema? Seguramente no será con la desaparición del estado como regulador y equilibrador de las relaciones de los hombres para con el poder, que ha autorizado todo tipo de excesos; ni como aspira a hacer Bush, según denuncia el New York Times, que acaba de publicar que el “converso” quiere desembarazarse del fiscal general de Nueva York, Eliot Spizen,  decidido adversario del fraude empresarial, y nombrar en su lugar al que intentó cubrir el caso Enron. “Le Monde”, ante tamaño dislate,  hace una llamada desesperada: “Despierta Adam Smith, se han vuelto todos locos”.
¿Qué hacer entonces?  

Habrá que liberar a la democracia de su unión con el capitalismo (que no con el capital). Es menester que ambos –lademocracia y el capital- cumplan su cometido, pero autónomamente. Si no es así no podremos quitarnos de encima la brutalidad de un mercado que ha quedado dueño y señor de vidas y haciendas. Debo decir, sin embargo, que no lo creo posible.

***
(Ver en FEMT:
 http://www.fundacionemiliamariatrevisi.com/economia.htm, -143 artícu-los - referidos a la crisis que asoló al mundo a fines de la primera década del siglo XXI).

 Acerca del democapitalismo
 La globalización ha exasperado y precipitado, me atrevería a decir que definitivamente, los regímenes políticos que se sustentaban en las democracias liberales. El demoliberalismo,  que a lo largo del siglo XX autorizó, si no una  vida en paz, por lo menos un ordenamiento legal fundamentado en los principios que nuestro mundo occidental compartía desde hacía casi dos siglos, ha ido perdiendo terreno ante el capitalismo. De resultas, esa democracia confiable, en la que  cabía la certeza de una condena para quien no respetara derechos tan elementales como la vida,  la igualdad  de oportunidades, la libertad y una justa distribución de la riqueza, se ha ido desnaturalizando transformándose en un brutal y  grosero democapitalismo, que ha arrasado con la dignidad que conlleva toda vida, especialmente la vida humana.
Quienes aceptan esta nueva “modalidad” de las relaciones entre los hombres y entre las naciones como algo indefectible, asumen, conformistas, la agresión permanente a la que se somete a los más débiles, ya se trate de personas o de países, habida cuenta de que es la única forma de no poner en riesgo su bienestar.
Este primer mundo que vivimos tendría que empezar a dolernos. La respuesta de Aznar respecto de la guerra (mal que nos pese, la respuesta de España) –que Inglaterra no es de puestas en común que la comprometan más allá de los intereses  que la unen a EE.UU.-, pone en blanco y negro que se han depuesto los valores sustanciales que regían las relaciones entre naciones y la estructura legal que las sostenían. A cara descubierta, un mesiánico como Bush y un “no-sé-como-clasificar” Aznar han precipitado un derrumbe que es respuesta imprescindible a las exigencias que se venían planteando desde el poder económico. (Y más habrá por venir.)
Habiéndose desatado una guerra no deseada por la inmensa mayoría de la humanidad, sólo queda  reconstruir lo que se ha derrumbado sin perder de vista las dificultades que habremos de enfrentar para tal logro: el mundo tiene dueño y no nos es afín.  Se trata de bárbaros altamente civilizados pero escuetamente configurados en los principios que han caracterizado nuestra cultura. Basta lo dicho por Bush a uno de sus consejeros: "Llevaré esta lucha hasta el final. Podríamos ser los únicos que quedáramos en pie. Eso está OK para mí. Nosotros somos América".
NB. El 21 de diciembre de 2009- en Irak se licitaron pozos petrolíferos: TODOS ELLOS fueron adjudicados a los que participaron como agentes y socios en la guerra que desató un idiota como BUSH –desde Cheney hasta el último general. Desde un primer momento y gracias a la experiencia que traigo de América, me di cuenta que lo de las armas de destrucción masiva era una mentira grande como una casa; que lo que en realidad se quería era el petróleo. Me opuse terminantemente desde el día del cruel bombardeo que mató mujeres y niños bajo cientos de miles de  toneladas de bombas que iban a lograr derrocar al asesino –que lo era- en nombre de la libertad y de la libertad de los iraquíes. No creo que sea necesario aclarar mucho más, salvo una cosa. Aznar participó activamente y hasta pretendió explicar a los españoles su entrada en la coalición. Más tarde vienen los beneficios: participa en Murdoch, visita el Congreso de los EEUU, se encarga una medalla para que se la otorgue el mismo congreso dicta esperpénticas charlas en inglés en una universidad del Opus Dei en la que le llenan el salón hasta con personal de limpieza de la misma universidad; se le muere todo el ámbito académicos de risa y mil mamarrachadas más que demuestran el error de su estrategia y su valía personal.
Cuando se reparten los pozos de petróleo a Aznar ni los buenos días; cuando en plena guerra hay que tomar decisiones la dupla Bush-Blair no cuenta con él para nada.
Claro que los socialistas –la derecha benigna, como la llamo yo- está embarcada en el mismo navío. Son todos iguales. Acaso el único distinto sea Zapatero. Si no fíjate en la lista de españoles que integran  la Trilateral.
Los más conspicuos representantes de la Trilateral Comisión fueron, entre otros, KISSINGER HENRY A, BRZEZINSKI ZBIGNIEW; ROCKEFELLER DAVID SR, GARDNER y varios americanos más, entre los que, hoy día, por ejemplo, se entremezclan españoles de renombre:

Pedro Ballvé, Chairman, Campofrio Alimentacion, Madrid
Ana Patricia Botin, Chairman, Banesto, Madrid; Member of the Board & of the Executive Committee, Banco Santander Central Hispano
Jaime Carvajal Urquijo, Chairman, Dresdner Kleinwort Capital (Spain), Madrid
Alfonso Cortina, Chairman and Chief Executive Officer, Repsol YPF, Madrid
Pedro Miguel Etxenike, Professor of Physics, University of the Basque Country; former Basque Minister of Education, San Sebastian
Oscar Fanjul, Chairman, Hidroeléctrica del Cantabrico; Honorary Chairman, Repsol, Madrid
Nemesio Fernandez-Cuesta*, Chairman, Prensa Española, Madrid
Antonio Garrigues Walker*, Chairman, Garrigues & Andersen, Madrid
Miguel Herrero de Miñon, Lawyer, International Consultant, Madrid; Member of the Royal Spanish
Trinidad Jiménez, International Policy Secretary of the Federal Executive Commission, Socialist Party (PSOE), Madrid
Abel Matutes, Chairman, Empresas Matutes, Ibiza; former Member of the European Commission, Brussels; former Minister of Foreign Affairs, Madrid
Antxón Sarasqueta, Executive President, Multimedia Capital; Patronage Member of the Foreign Policy Foundation (INCIPE); Member of the Board of Directors, Editorial Group Negocios, Madrid
Pedro Schwartz, Executive Chairman, IDELCO, Madrid; Professor of Economics, Autonomous University of Madrid
Emilio Ybarra*, Executive Chairman of the Board of Directors, Banco Bilbao-Vizcaya, Madrid
Y algunos más de la nueva camada
Yo no conozco a ninguno de todos estos salvo por sus actividad pública. Me importan POCO O NADA. Lo mismo que Aznar o Zapatero. Debo decirte, sin embargo, que me gusta más Zapatero que Aznar o el Cardenal Bergoglio que Rouco Varela.  Ten en cuenta que digo “gustar”. No hay en esta apreciación  ninguna ideología. Hay apenas una apreciación  de las  actitudes que veo en unos y otros.
Y ahora salen a relucir las “PANAMA PAPERS” (CON NOMBRES COMO EL DE VARGAS LLOSA, Y VARIOS CAPITOSTES DEL PP CON MOTIVO DE UN PREMIO QUE SE LE OTORGÓ AL ESCRITOR. ENTRE LOS INVITADOS  SE ENCONTRABA AZNAR A QUIEN SE RECORDARÁ POR SU ACTITUD CHAPLINESCA DE  PONER SU PIES SOBRE UNA MESA, FUMANDO UN PURO, ECHADO PARA ATRÁS EN EL SILLÓN, MIENTRAS DEPARTÍA CON OTROS DIRIGENTES MUNDIALES, VAYA UNO A SABER DE QUÉ.

La continuación de esta historia la estamos viviendo ahora, en el 2016 y sus consecuencias a largo plazo. 

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