lunes, 18 de abril de 2016

LA POESÍA EN LA JUVENTUD




         Lucía Martínez Ramírez , 17 años (2007)
              Sus poesías datan de los 15 años de edad. 
              Creativa, profunda.


Poemas tristes

Lucía Martínez Ramírez , 17 años

Vacío

¿Qué es una palabra cuando está vacía?
¿Qué es una rima que no dice ná?
Pues es lo que le pasa a mis poesías
Que están en blanco y no pueden hablar.

Es por ese dolor que me inunda el alma
Es por esa espina que está clavá,
Es por las heridas que no se curan
Es porque no lo puedo explicar.

No sé si me duele que no me hables,
O que me hables pa´ despreciar.
A mí que te quiero tanto,
A quien  jamás te olvidará.

Me duele tu desprecio,
Me duelen tus mirás,
Me duele que estés tan cerca
Y no te pueda besar.

No poder gritarte un te quiero
Y olvidarnos de los demás.
Me duele que exista otra
Que te importe más.  


Egoísmo

Una lágrima cristalina que nada ha de significar,
Ya que al llegar a tus pies desaparecerá.

Un grito de agonía que la distancia silenciará,
Ya que al llegar a tus oídos se desvanecerá sin más.

Una familia con hambre en la que jamás pensarás
Mientras tu plato esté lleno y los restos puedas a la basura tirar.

Una muerte que a nadie le importa, o mil que jamás oirás
Siempre que no te manche ni pueda tu economía afectar

El hambre y el frío te impiden descansar,
Pero eso nunca lo sabrás ¿Verdad?

La misma tierra el mismo extenso mar,
Pero más comida en tu plato de la que él jamás verá.

Pero lo que más pena me da es que ahora te levantarás
Y gritarás de frente al mundo “mi vida va mal”.


Contradicción

Que no pido tus caricias,
Sino tan sólo un sonreír.
Que no es tu amor lo que exijo,
Sino tan sólo amistad.
Que no es capricho, ni deseo,
Sino un amor de verdad.

¿Por qué?
 No lo preguntes
Pues el porqué no lo sé.
¿Cómo?
No puedo saberlo.
Él late, sin atender  razón
¿Hay un cuándo, sin embargo?
Cuando llegaste a mi corazón

Sin ti sólo sé que estoy sola
Sin tus miradas, que ciega estoy.
Cuando te tengo me faltas
Y que contigo me iré si te vas.


GUERRA

Cien lágrimas derramadas
Por un amor que se fue,
Que no se llevó el viento
Sino la guerra cruel.

Un campo cubierto de rosas,
lágrimas que sobre él caerán;
Un fusil cargado
Que a la paz disparará.

Mil hombres partieron,
Dos mil almas sufrieron,
Tres mil personas lucharon,
¿Sabes tú cuantos cayeron?


El mar

Tú que todo lo puedes,
Tú que te abriste una vez.
Vete aún que puedes,
Limpia todo tu ser.

Ten presente que el fin esta cerca
Y huye del destino cruel.

No permitas que la mierda oculte
Lo que tienes para mostrar

No dejes que maten tu vida,
Oh, grandioso mar!

No dejes que desaparezca
Tu vida, tu belleza, tu fuerza:
Las hemos de preservar.

Tú que has estado ahí siempre,
Tú que iniciaste el mundo,
No lo verás terminar.

No dejes que maten tu vida,
Oh, grandioso mar!


Deuda

¿Quedó algo?
Sólo ceniza
¿Ni un recuerdo?
Eso se fue.
¿No te quedó alguna imagen?
Borrosa, la de su piel
¿Recuerdas sus besos?
¿Los hubo? No lo sé.
¿Revives algún momento?
Tan sólo el del adiós
Al menos ¿El sabor recuerdas?
Amargo como la hiel
¿Algún momento feliz?
Ninguno
¿Y tristes?
Sin fin
¿Sufriste?
Inexplicable
Entonces ¿De que sirvió?
Hay algo que le debo:
Mi cordura y mi razón


AÑORANDO UN SUEÑO

POR: Elena Martínez, 13 años

Dicen que para querer.
hay que ver;
mas, aunque yo no la veía,
ya la sentía,
y con eso valía
para saber que la quería.
Pero no es cierto lo que digo,
en cuanto supe de su existencia,
en mis sueños aparecía;
de mi mano la cogía
y juntas por el parque,
paseábamos con alegría.
Pero que inciertos los sueños son
pues de ellos sólo nace ilusión,
que en un segundo mal contado,
todo desaparece sin haberte preguntado.
Lágrimas y llantos estallan en tu interior,
mas de qué te sirve;
de nada creo yo.
Dicen que llorar desahoga,
pero me frustraba,
pues nada podía hacer;
de brazos cruzados me quedé
esperando quizá otra oportunidad,
que sospecho, en mi caso nunca llegará.
"Tanto sufrimiento ¿por qué?", se preguntaban;
porque yo, aunque no la veía,
ya la sentía,
y con eso valía
para saber que la quería.
Me dijeron:
el tiempo cura las heridas;
mas yo pensaba:
otro dicho procaz que para nada valdrá,
aunque este me sirvió;
entonces el miedo me inundó,
pensando que todo iba a olvidar;
y pensaréis, "mejor así;
pues todo el sufrimiento se irá."
Se irá,
pero con él todos los buenos momentos
que a su lado pasé;
pues, aunque sólo en sueños fué,
es lo que he de mantener,
y por guardarlos en mi mente lucharé.


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