Revista Criterio, Argentina
Elogio a la violencia
por Roberto Di Stefano
por Roberto Di Stefano
Regreso a Buenos Aires de
un viaje y salgo a hacer compras. Encuentro a dos vecinos discutiendo en la
vereda, con grandes gestos y alzando la voz. Me acerco a saludarlos y me cuentan
una noticia del día anterior: un hombre, cansado de que obstruyeran la entrada
del garaje de su casa, después de haberse hartado de denunciar hechos similares
a las autoridades,le destrozó el auto con un hacha al enésimo infractor, que
además había dejado su auto allí durante más de veinte horas. Al menos eso es lo
que entendí.
Los episodios de violencia
se reiteran: gente que mata a un ladrón que ha entrado a su casa o pretendió
robarle el auto, gente que le dispara al vecino porque hace ruido, gente que
ataca a quien le chocó el auto. Los medios están ansiosos de noticias y las de
este tipo abundan y venden. Hablan de furias descontroladas y de represalias
desproporcionadas: muertes, golpes, destrozos.
Creo que las relaciones
sociales están reguladas por la violencia. Cuando hablo de violencia no me
refiero a la que consiste en matar o golpear a otro, sino auna represión que
debería ejercerse sabia y racionalmente. En toda sociedad los derechos están
resguardados por el potencial ejercicio de una violencia que los garantiza.
Puede llegar en forma de multa o de otro tipo de correctivos, no hace falta
lastimar y mucho menos matar a nadie. Esa violencia, además, ha de ser
proporcionada a la falta: no se puede encerrar en la cárcel a quien ha robado
una manzana o ha estacionado el auto en doble fila.
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