El Papa, su madre, los evangelios y un trompazo
Al Papa argentino le ha salido su correspondiente Valdano, pero a
mí, ¿qué quieren que les diga?, me ha encantado la incorrección política de la milonga del tango pontificio sobre la honra de la
madre de Su Santidad: «Si alguien dice una
palabrota sobre mi madre puede esperarse un puñetazo». Óooole. Ya iba siendo
hora, hombre, de que alguien se dejara de lo políticamente correcto para defender conceptos tan absolutamente
pasados de moda como el amor de hijo
y la honra de la madre. El Papa, aparte de Pontífice, es un caballero que como
tal le parte la cara a quien ose mentarle a su madre. Calderón de la Barca auténtico. A las palabras del Papa les falta
únicamente la música, porque eso es
un pedazo de tango. Eso lo dices con un bandoneón de fondo y es puro Discépolo:
«A mí puedes tú llamarme
lerdo, vago, hasta ladrón,
mas si largas de mi madre
yo te pego un boooooofetón».
Lo
malo es que como el ofensor del Papa sea católico practicante, el gachó encima va a tener que poner la otra mejilla. Y
no vean lo que puede doler un segundo bofetón pontificio, ya con las distancias bien cogidas. Por menos sacan por
Semana Santa el paso de La Bofetá.
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