La
Guardia Civil
por Carlos A. Trevisi
CONSEJO DE EUROPA
COMITÉ DE MINISTROS
Recomendación Rec. (2001) 10 del Comité de Ministros a
los Estados miembros sobre el Código Europeo de Ética de la Policía.
(adoptada por el Comité de Ministros el 19 de
septiembre de 2001, en la
765ª reunión de los Delegados de los Ministros)
765ª reunión de los Delegados de los Ministros)
[…]23. El
personal de policía debe ser capaz de demostrar discernimiento, apertura de
mente, madurez, un sentido de la justicia, capacidad para comunicar y, llegado
el caso, aptitudes para dirigir y organizar. Debe además tener una buena
comprensión de los problemas sociales, culturales y comunitarios.
***
La Guardia Civil y la ley (I)
La Guardia Civil detuvo un coche porque su conductor no llevaba el
cinturón de seguridad abrochado. El conductor demostró que pertenecía a la Policía Nacional y dijo estar
persiguiendo a un malhechor. El agente
de la Guardia Civil no le permitió seguir y, aplicando la ley le hizo una
boleta de infracción. El delincuente se escapó.
Un policía inglés lo habría autorizado a seguir, pero en cumplimiento de su deber le habría aplicado
una multa.
La Guardia Civil y la ley (II)
Un agente de la
Guardia Civil (Jaén) me extendió una boleta por infracción de tráfico. Sucedió
en un camino secundario que salía de una gasolinera. No había nadie en la carretera.
Sólo dos policías y yo. Me acerqué a ellos pidiendo información porque no sabía
cómo retomar la autopista. Me multó por circular
por un carril que iba en sentido contrario. De nada valió que intentara
explicarle lo obvio: sólo recorrí unos tres metros en sentido contrario y a
menos de 20 kms por hora en un lugar desierto. Tampoco sirvió que el otro
policía en una aparte me dijera que yo
tenía razón.
“Yo cumplo la ley.
No la interpreto”.
Ese hombre no puede
velar por el mantenimiento del orden
público y la seguridad de los ciudadanos si no tiene capacidad crítica para
interpretar las circunstancias en que se deja de cumplir con la ley; carece de
método, una de las operaciones mentales discernibles como percepción, juicio,
abstracción e imaginación, siendo esta última la facultad por la cual “cierto
número de ideas abstractas se combinan, mezclan, unen en una sola imagen. (Bentham*)
Coleridge**
dice que hay dos extremos que rompen el
equilibrio del método. La pasión indiscriminada, consecuencia de la pasividad y
el otro la reflexión y generalización excesivas. El primero engendra
la confusión y el segundo la exuberancia. El primero es más grave por su tendencia
a oponerse a toda corrección. Si la intención del método es siempre llegar a la
verdad por esta vía se obstruye el camino; se opone enteramente al método. (El
concepto del método, Justus Buchler, Nova, Buenos Aires, 1961)
File Format: PDF by DN PAVÓN. El método de Coleridge es, sin duda, histórico en el sentido de Hintze.
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