BUSSINESS IS BUSSINESS
Por Carlos A. Trevisi
Por Carlos A. Trevisi
Están imputados el director comercial de la cadena, el del establecimiento y una trabajadora que sería la "autora
directa de los hechos". Pegado de <http://www.publico.es/>
Nuestro comentario
Ésta es apenas una muestra de lo que el afán especulativo puede
lograr. El hotelero no admite al DOWN porque sus clientes no estarían cómodos viéndolo ir y venir por el hotel. Más
allá de que la justicia los impute, está claro que vivimos un mundo donde el dinero prima sobre todo lo demás,
inclusive sobre los diferentes a los que se tendría que distinguir en el trato.
Nos apabullan, no sabemos cómo proceder cuando nos enfrentamos con ellos.
En
mi novela SOY DOWN el bebé DOWN dice:
Querían que fuera
normal, como todos los que andan por ahí; que supiera aceptar las cosas como
son, aunque, de ser posible, con
algún acto de arrojo - no demasiado comprometedor, eso sí- que me distinguiera
de los obsecuentes; que no
juzgara a los demás duramente para no ser juzgado con la misma vara; que siempre recordara los límites
de la libertad (aquello de "mi libertad termina donde comienza la tuya" que es
una forma de decir "eres libre
hasta que te topes conmigo"); que apartara (condenara, en realidad) a los
diferentes por aquello de la
manzana podrida o simplemente por egoísmo; que fuera un hombre de principios,
formal, prudente, obediente y
respetuoso; prolijo y limpio; que comiera la fruta con cuchillo y tenedor y no
eructara después de comer; que
fuera educadito, es decir, que ante los demás reconociera mis micciones
nocturnas como sudores.
Un día vino una amiga
de mamá; estábamos por mudarnos a la otra casa. Era muy cordial; no la había
visto antes.
Llevaba un vestido
azul, largo hasta los tobillos, y su cara, muy hermosa, enmarcada en un plástico
blanco oval; su cabeza, cubierta
por una mantilla del mismo color que su vestido, era pequeña y perfectamente
redonda.
Mauro, se llamaba. Traía un libro. Se
puso a leer.
"Se los educa
satisfaciendo la necesidad de plenitud de sus propias potencias. Su naturaleza,
al igual que en los demás niños, conlleva
la grandeza de su futuridad. Cuentan, desde su gestación, con toda una
potencialidad que se deberá activar para
que cumpla con su destino de amor y entrega; querrá hacer en la medida en que
se aliente su voluntad;
será libre amando y sus logros intelectuales, limitados, serán fruto de una
tarea conjunta con eje en la familia.
¿Aprenderemos a amar algún día?
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