LA MANADA(III): 5 ABUSADORES DE MUJERES
Los jueces, el gobierno, los políticos, y todos los estamentos del estado
son partícipes de una sociedad quebrada que ha perdido el norte, que vive en la
intrascendencia de circunstancias que contradicen la naturaleza de todo aquello
a lo que un ser humano puede y debería aspirar.
La ley resulta de la necesidad de
garantizar la convivencia en un mallado sustentado por la moral. Tanto la ley
como la moral se nutren de un tiempo y un espacio que varían a tal velocidad
que precipitan los cambios. Las nuevas circunstancias nos obligan a actualizar
la primera y luchar por abordar la segunda reviviendo la ética, ese recóndito mandato que radica en
nuestras conciencias y nos hace estar en los demás más allá de ideologías,
cualesquiera sean éstas.
Ni los jueces ni los políticos, especialmente estos últimos, satisfacen
esta necesidad. Los jueces porque están atados a leyes trasnochadas
y los políticos porque no tienen capacidad ni voluntad para encarar su
actualización –como la Constitución – siendo fieles obedientes a las órdenes de un sistema que trastroca las
necesidades de las naciones-estado obligándolos
a una sumisión que coarta iniciativas
nacionales en beneficio de los poderes económico-financieros que manejan
la globalización. El caso español es patético: Rajoy ha aplastado la educación,
la sanidad, la investigación, las pensiones,
y todo aquello que la gente reclama saliendo a la calle enardecida
propuesta porque lo que anuncia como crecimiento no llega a la ciuadanía como creación de empleo ni bajo forma de
atualización de pensiones, entre otras varias calamidades: 4 millones de
desocupados, 2 millones y medio de niños subalimentados, 900 imputados por
ladrones –solo en el Partido del gobierno- socialistas que cantan a la
izquierda y son apenas meros derechones, la presidenta de la Comunidad de
Madrid que roba dos potes de crema en un supermercado y es filmada por las
cámaras ocultas, y cualquier cantidad de capitostes del partido Popular que pese a estar imputados andan sultos por la
calle, navegando o en otros países europeos (como el yerno del viejo rey.)
En
“La escasez causal de disolución social” de mi autoría se plantean estos
problemas y sus consecuencias cuando comenzaba la “tutoría” de la Trilateral.
El
mismo camino ha tomado España. Es solo cuestión de tiempo para que suceda lo
mismo: empobrecimiento de las clases medias y descontrol social.
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