Podemos vive una encrucijada sin precedentes. En esta semana la militancia del partido decide sobre los cargos de Pablo Iglesias e Irene Montero. Esta consulta se convocó para intentar resolver la crisis política por la compra de la vivienda de 600.000 euros de los dirigentes de Podemos, pero parece que la brecha abierta no se cerrará con los resultados: ninguno de los resultados repara al completo los daños en la formación después del revuelo generado por las informaciones que salieron a la luz la semana pasada.
Esta será la consulta más importante de la formación morada porque pone en manos de medio millón de inscritos el futuro del número uno y dos del partido: o se cierran filas en torno a ellos o se dinamita su futuro. La primera vez que, en el partido y en España, se pregunta a la militancia de una formación si unos dirigentes deben dimitir de sus cargos por falta de "credibilidad".
La valoración de la consulta se ha tornado complicada porque, según explican fuentes de la ejecutiva a Público, la "decisión final" no puede depender sólo del sí o del no, la participación será un factor definitivo. El foco estará en que realmente el apoyo que los dirigentes reciban se pueda considerar amplio, aunque no se han establecido parámetros ni bases numéricas para ello.
Una alta participación a favor de los dirigentes deja abierta una posibilidad de que éste apoyo no sea el sentir de los votantes
La alta o baja participación parecen posicionarse así como las claves. Una alta participación que cierra filas ante los líderes de Podemos que deja, sin embargo, abierta una posibilidad de que este apoyo no sea el sentir general de la mayoría de votantes. Escenario que podría debilitarles de forma considerable de cara a los próximos encuentros en las urnas.
En una baja participación puede subyacer el rechazo interno a la consulta por considerar que deposita en la militancia una "cuestión privada". Aunque desde fuentes de la ejecutiva se incide en que, a pesar de este frente, en "en ningún caso" puede considerarse un error ya que es "un ejemplo de nueva política".
El censo de inscritos que pueden participar en la consulta es de 487.772 militantes, de los que 158.452 son activos (aquellos que han accedido al menos una vez en el último año al portal de participación de Podemos). La comparativa con otras consultas son complicadas porque nunca antes se había realizado un referéndum para conocer si la militancia cree que un dirigente debería dimitir. La última vez que se eligió a Iglesias como líder del partido fue en Vistalegre II, el pasado febrero de 2017. En este congreso se batió el récord de participación con la votación de 155.275 inscritos, el 35% del censo.
Sin embargo, después de esta cita, la participación ha bajado cuantiosamente. En la consulta sobre la moción de censura al presidente del Gobierno votó el 18% del censo, el 31% del censo activo. Y en la última pregunta a las bases, para decidir si la marca Podemos debe aparecer en las papeletas electorales en los comicios de 2019, participaron 76.511 inscritos: un 16,15% de los totales y un 46% en el caso de los activos.
Las críticas desde dentro del partido continúan
Ante la consulta hay dos vertientes: la primera, de la ejecutiva del partido y en la que se han posicionado los dirigentes de los sectores cercanos a Iglesias y Errejón, a favor de ella. La segunda, principalmente del sector de Anticapitalista, que ha sido muy crítica con ella tachando esta decisión de responsabilizar a las bases de una “cuestión privada”. De hecho, Raúl Camargo, portavoz de la tercera pata de Podemos ya anunciado que no participará en la consulta. Aunque el más duro contra la polémica generada ha sido 'Kichi', el alcalde de Cádiz, que fue la primera voz de dentro del partido que reprobó la compra de la vivienda.
Fuentes de Podemos dicen que a la postura de 'Kichi' le puso nombre Rajoy: 'Aprovechategui'
Una forma de actuar que, desde dentro del formación, valoran que se puede definir con un término que puso nombre hace unas semanas Rajoy: el famoso 'aprovechategui'.
En esta dirección, apuntan varios dirigentes de Podemos, así como la dirección, que la consulta no responsabiliza a las bases y que es "coherente" preguntar a su militancia sobre la "credibilidad" de los dirigentes. Igual que lo explicaron Iglesias y Montero este lunes en el Congreso, alegan que fueron los medios de comunicación los que hicieron de este asunto un tema político, ante el que se tenía que dar una respuesta, también política. Tampoco han dudado en ningún momento en denunciar que todo esto es un ataque directo al partido que ha sobrepasado los límites que se respetan con el resto de dirigentes políticos.
Acertada o no la decisión de la consulta o la compra de la casa, es cierto que durante más de una semana la vivienda de ambos ha sido el foco de todas las parrillas televisivas y portadas de periódicos en las secciones de políticas. Además de conllevar la "persecución mediática" de medios de comunicación, que han llegado a fotografiar a los dirigentes saliendo de una ecografía o el acoso por redes sociales y en su propia vivienda, como la pancarta que colgaron las juventudes de VOX en la fachada de la casa con el lema 'Welcome Refugees & Ocupas'.
Un futuro desconcierto ante la consulta
A pesar de la consulta y del resultado, y aún poniéndose en el escenario de que una alta participación de paso a un triunfo de Iglesias y Montero manteniendo sus cargos, varios dirigentes apuntan que el partido seguirá tocado. El debate generado ha llegado a unas dimensiones casi inimaginables y parece complicado saber cómo afectará esto en los próximos comicios, o incluso en la intención de voto que se analice en las próximas encuestas electorales. Medir a los votantes de Podemos, no supone medir el sentir general de votantes. Más teniendo en cuenta que esta polémica se abre en un momento en el que Podemos estaba subiendo en las encuestas electorales, por lo que la bajada puede ser fácil.
Iglesias defiende que si su militancia le
apoya saldrá "más fortalecido que nunca"
A pesar de esto, Iglesias ha defendido esta tarde en el Congreso que si la militancia apoya su cargo, saldrá "más endurecido" de esta consulta para afrontar la batalla en los próximos comicios. "Con nosotros se han atravesado ciertas líneas rojas. Si seguimos contando con el apoyo de los inscritos y las inscritas, me da una enorme fuerza para intentar ganar las elecciones en este país y cambiar un poquito las cosas para que se recupere un poquito de dignidad", afirma el secretario general de Podemos.
Aunque el peor escenario es el riesgo que les lleva a afrontar la consulta si los votantes deciden que los dirigentes deben abandonar sus cargos. No sólo por la figura de Iglesias, esencial hasta el momento en la formación e historia del partido. También porque Montero se alzó como indiscutida número dos en el partido después de la moción de censura que lideró en el Congreso contra el Presidente del Gobierno, Marano Rajoy. Ahora, si los dos caen, se abre un vacío de liderazgo muy difícil de aplacar dentro de la formación.
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