sábado, 12 de agosto de 2017

VIVAN LOS BANCOS AUNQUE LA GENTE PEREZCA.

A mis amigos y lectores que me acompañan en este ímprobo quehacer  de aspirar a esclarecer todas aquellas maniobras que nos van hundiendo cada vez más.

Veamos de qué se trata ahora

España ha resuelto (¿España?) que no pueden hacerse operaciones comerciales en efectivo que excedan los 1000 euros. De ser mayor la cantidad habrá que pagar la diferencia con tarjetas que nos darán los mismos bancos donde tendremos que depositar nuestro dinero.

En pocas palabras, todos nuestros ingresos pasarán por los bancos, que se harán con nuestro dinero; y nosotros tan contentos 

Hoy ,12 de agosto, acabo de ver una propaganda que ratifica lo que acabáis de leer; ni siquiera va a hacer falta una tarjeta: bastará con un teléfono móvil. Aparece una joven encantadora frente a una máquina dispensadora bebiendo una gaseosa que ha pagado con su móvil. Seguramente a continuación se comprará un falda y un par de zapatos que también pagará con su movil. Y todo eso ¡SIN DINERO!

Me pregunto cuánto tiempo habrá de pasar  hasta que desaparezca el dinerillo que llevamos en los bolsillos: el billete de cinco euros, el de 10, el de 20, el de cincuenta (y otros que pocas veces hemos visto), y las monedas. ¿Acaso dos años? 

Creo que ni el “gordito amenazador” de Corea del Norte cometería un atropello de esta magnitud.

Me acuerdo de los grandes estafadores que han robado millones , como en el caso de Urdangarín, que  en este mismo momento está veraneando en una playa de Francia o de otro que apareció tocando una campanita para anunciar la entrada en bolsa del banco que presidía  y terminó haciéndolo "bolsa"; ni hablemos de los capitostes del partido popular, Bársenas, el más nombrado, ni del que terminó suicidándose en un gesto que obliga a repensar sus calidades de ser humano.

Recuedo que Menem decía: ESTAMOS MAL PERO VAMOS BIEN. En España nos dicen que es el país europeo que más está creciendo en Europa pero hay dos millones de niños subalimentados, el empleo es precario, sigue habiendo tres millones y medio de desempleados, los presupuestos para educación se han caido, lo mismo que los de la sanidad... Ni qué hablar cuando se acabe el verano y resurja el paro.


En fin, allá vamos. Ya veremos la que nos espera.


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