El drama educativo
El informe PISA supone un nuevo varapalo a España, esta vez en habilidades prácticas
DEBE SER ÉSTA LA VIGÉSIMA VEZ QUE ABORDAMOS EL TEMA Y CON LOS MISMOS ARGUMENTOS. MIENTRAS SE SIGA PRESTANDO TAN POCA ATENCIÓN A LA EDUCACIÓN SEGUIREMOS EN LO MISMO.
EntiEndo sobradamente que el gobierno no pueda abordar el problema educativo. Ante todo porque no entiende de qué se trata: en segundo lugar porque tiene enormes problemas con los ladrones que peueblan el partido gobeernante y , en tercer lugar porque su actitud es dejar pasar los problemas sin despojarse de los que los crean. Daría la impresión que Rajoy ha optado por dejar que los responsables de tanto escándalo se "suiciden" ante de "ejecutarlos" con la firmeza que exige todo lo que está sucediendo. Se le han subido a las barbas los educadores, los profesionales de la Sanidad, los catalanes, los miembros de su partido -delincuentes ellos- y quién no. mE RECUERDA AQUELLO DE "EL QUE NO LLORA no mama y el que no afana es un gil" que anticipó discépolo en un famoso tango allá por los años treimnta del siglo pasado.
El drama educativo es un modelo de descalabro. Veamos.
Una y otra vez, el informe PISA insiste en advertir de que el
nivel de los alumnos españoles está lejos del que debería ser. Si en pruebas
anteriores habían obtenido mediocres resultados en matemáticas, ciencias y
comprensión lectora, la última evaluación realizada ha demostrado que en
habilidades prácticas los resultados son peores. En unas pruebas que miden la
capacidad para desenvolverse en la vida, como programar el aire acondicionado o
sacar un billete de transporte combinado, los alumnos españoles de 15 años están
23 puntos por debajo de la media de los países de la OCDE y 30 puntos por debajo
de Francia, Italia y Alemania.
Con un profesorado diezmado, desanimado y sin posibilidades de
reciclaje, difícilmente se podrán vencer las inercias didácticas que han
conducido a estos resultados. La educación requería y sigue requiriendo un pacto
de Estado que permita alcanzar un diagnóstico fiable de las carencias que
tenemos y aplicar los cambios necesarios. Es urgente, en primer lugar, un
planteamiento pedagógico mucho más orientado a desarrollar capacidades y
habilidades creativas. Y en segundo lugar, medidas de refuerzo de la actividad
docente, con programas destinados a mejorar la capacidad didáctica del
profesorado y de apoyo a los alumnos más rezagados. Sin medidas extraordinarias,
difícilmente lograremos superar el diferencial que nos separa de los mejores.Se trata de un auténtico drama del que no parecen ser del todo
conscientes los responsables en todos los ámbitos. Se ha perdido —desde hace
tantos años— demasiado tiempo en luchas ideológicas estériles sobre el papel que
debe tener la religión en la escuela o sobre qué valores se han de transmitir en
lugar de buscar el consenso necesario para dar el vuelco que la educación
necesita en nuestro país. No ha habido reforma capaz de enderezar la situación,
y está por ver que la última pueda aportar cambios sustanciales. “Hace falta un
cambio radical en la metodología de la enseñanza”, afirmó la secretaria de
Estado de Educación, para superar modelos “anticuados” basados solo en
memorización de contenidos. Lo que el informe PISA sugiere es que hay que dotar
a los alumnos de las habilidades necesarias para aplicar los conocimientos que
adquieren; lo importante no es cuánto se sabe, sino qué se puede hacer con lo
que se sabe, y ser además capaz de aprender lo que se ignora. (El País, 3 de abril de 2014)
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