domingo, 31 de enero de 2016

EL MUNDO DESDE LA DÉCADA DEL 50 EN MÁS

Carlos A. Trevisi

En lo personal, desperté a este mundo "nuevo" hace exactamente cincuenta años, un 16 de junio de 1955, según corría junto a mi padre escapando del bombardeo que caía sobre la Plaza de Mayo para derrocar a Perón.
Poco tiempo después los militares se pusieron en marcha de nuevo para derrocar a otro presidente que se atrevió con el petróleo: Arturo Frondizi.

La respuesta al desarrollo del país eran los intereses económicos que por entonces no autorizaban, entre otras cosas, que la Argentina se autoabasteciera de petróleo. La Argentina era y sigue siendo un país que se reservan los grandes intereses para cuando le sean necesarios  su petróleo, su capacidad de producir alimentos para 400.000.000 de seres humanos, su krill, su inteligencia -que gobiernos populacheros ni se enteraron  que había que alentar, ...sea explotar, sus vientos, sus ríos...
Desde entonces, aunque paulatinamente y sin que nadie se diera cuenta, todo "hizo juego" con esa experiencia. Comenzaba a ser un hecho la caída de las instituciones políticas y sociales que habían sostenido la convivencia. Los intereses económicos y financieros se habían hecho con ellas en detrimento de la gente.

Hasta mediados del siglo XX los capitales respondían a los intereses nacionales de los países donde estaban radicados. Las naciones-estado los alentaban, protegían y favorecían. Unos pocos años después de la Segunda Guerra Mundial, al promediar la década del cincuenta, los capitales de las grandes empresas comenzaron su expansión por el mundo. Satisfecha la demanda de los mercados “nacionales” donde estaban localizados, se abrieron a países con alto potencial, como la Argentina y Brasil, que ofrecían garantías a su inversión. De esta manera pasaron a ser empresas “multinacionales”. El tránsito a estos países, en busca de nuevos mercados, se acordaba entre ambos gobiernos: el de origen y el de asentamiento. Así, en el caso concreto de la Argentina, por ejemplo, hacia los  años 1958 / 60, el gobierno de entonces acordó con el gobierno estadounidense la localización de Ford e Industrias Kaiser del ramo automotriz, amén de otras industrias subsidiarias del ramo, que autorizaron no sólo la expansión de las casas matrices, sino un significativo desarrollo de los países donde se instalaban.

No pasó mucho tiempo, sin embargo, antes de que se convirtieran en “transnacionales”, digamos hacia mediados de la década del 70.  Las excedencias de los beneficios, que exigían mayor producción y, en consecuencia, más consumidores para seguir adelante, impulsaban la expansión. Así, aunque ahora por cuenta propia, tal su poderío,  comenzaron a instalarse no ya según  las necesidades geopolíticas o geoestratégicas de los gobiernos que las arroparan, sino según sus propias necesidades, despegándose de las naciones-estado donde habían nacido. Ford ya no fabricaba para que los obreros americanos tuvieran coche, como en la época de su fundador, ni siquiera para crecer alegremente. Ahora no tenía más remedio que abrirse a nuevos mercados para no  sucumbir como empresa,  El conflicto no tardó en hacerse presente. Con el tiempo,  los excedentes no pudieron reinvertirse y esa masa de dinero se destinó a negocios “non sanctos” altamente redituables: el rutilante “negocio” de los estupefacientes y la fabricación de armas (que alcanzó niveles alarmantes durante la Guerra Fría y en los últimos 15 años, en guerras que se dieron en llamar “preventivas”).
La capacidad económica resultante –una masa de dinero girando libremente y lista para “bajar” en cualquier lugar del mundo donde pudiera multiplicarse- pasó a decidir en el orden internacional, rompiendo las estrategias políticas de acuerdos entre países con total prescindencia de sus intereses. Esa ruptura dio lugar a la primacía  de EEUU en el concierto mundial; a la caída de la URSS, a la pérdida de vigencia de las tradicionales instituciones internacionales que regulaban esas relaciones en el orden político y “molestaban” a los intereses económicos (caso típico la UN en la última Guerra de Irak); a la desactualización de infinidad de otras varias instituciones que atendían  intereses multilaterales y a  las mismas instituciones que habían regido regularmente los destinos de cada país, especialmente las políticas, sembrando golpes de estado por doquier, como en Suramérica.

Se cumplían inexorablemente las consignas que había impuesto el neocapitalismo incipiente; se precipitaba la caída de los estados-nación, y se formalizaba la  globalización.


Los primeros años de la década del 60, plenos de enjundiosos augurios,  empujaban al mundo a la solidaridad, a la justicia, al amor, a las rebeliones por la individualidad y a la espontaneidad.

Comenzaba a hablarse de "coexistencia pacífica" ; nos aterraba que su fundamento fuera el armamentismo. (http://www.historiasiglo20.org/GLOS/coexistenciapacifica.htm)

Aparecían en escena John F. Kennedy en Estados Unidos, un demócrata convencido; "el primer presidente católico que tuvo la nación del norte" se decía; 

el Papa Juan XXIII, Angelo Giuseppe Roncalli,  "el bueno" 
(http://www.biografiasyvidas.com/biografia/j/juan_xxiii.htm) ;

y  Kruschev en la Unión Soviética.

Aunque más modestamente, Fidel Castro, el comandante cubano, también decía lo suyo; http://www.cidob.org/bios/castellano/lideres/c-013.htm

 y los húngaros, que masacrados impíamente por los tanques soviéticos, nos movilizaban en apoyo de sus gestas. (http://www.artehistoria.com/frames.htm?http://www.artehistoria.com/historia/contextos/3201.htm  Invasión de Hungría por la URSS)

Se usaba un teléfono rojo a través del cual los "coexistentes" decidían por el resto de la humanidad; se popularizaba la televisión; se aceleraron las comunicaciones.

Mientras los jóvenes divagábamos heroicamente por las calles de cientos de ciudades, los capitales de las grandes empresas comenzaban su expansión por el mundo. Ford, General Motors, General Electric... Ya no “cabían” en sus lugares de origen y se instalaban en países que ofrecieran garantías a su inversión (dejaban de ser empresas nacionales para ser “multinacionales), casi siempre militares mediante. Comenzaba la concentración de capitales y se aceleraba la marcha de la caída de las instituciones que “molestaban” a los intereses económicos. .

De pronto el asesinato de Kennedy, que conmovió al mundo. ¿Quién lo mandó a matar ?

Concilio Vaticano II,

Mayo Francés,

Beauvoir,

Sartre,

Década del 70.
Comenzaba a procesarse la información mediante ordenadores que utilizaban tarjetas perforadas. El hombre hacía pie en la luna.

Poco a poco Hispanoamérica iba cayendo en manos de los militares.
La guerrilla. Comenzaba la masacre y la desaparición de personas.
Llegamos a 1974. El armamentismo, (Apéndice II) sostén de la coexistencia pacifica y de la Guerra fría creaba riquezas incalculables que giraban sobre sí mismas, lejos del  alcance y control  de las naciones.

Nace  la “Trilateral Commission” que se hace con el control de la energía: su producción, suministro y comercialización.
(Is the Trilateral Commission the secret organization that runs the world? Ver http://www.straightdope.com/classics/a2_295.html )

Los jóvenes, ya no tan jóvenes, fuimos perdiendo entusiasmo.

Países pobres, sin recursos de ningún tipo, comenzaban a crecer a pasos agigantados. El sudeste asiático se transformaba; crecía su industria a un ritmo que despertaba los más grandes elogios: el sudeste asiático, Taiwán…y  Japón que ratificaba sus "virtudes de país ordenadito que multiplicaba sus riquezas a más y mejor".
El modelo se imponía y la globalización asomaba por el horizonte.
En Argentina, el “Proceso” de Videla y compañía continuaba la estrategia de la vieja oligarquía: desindustrializar el país.

Llegamos a los 80.
La Guerra de Malvinas (http://militar.org/malvinas.htm) ponía bien en claro que en el mundo mandaban los mercados financieros Así como la década del setenta había traído dictaduras militares a Hispanoamérica, la del 80 trajo la democracia. Ya no hacían  falta los militares.
“Alea jacta est”: el poder económico se había articulado debidamente con sus aliados y se lanzaba  la globalización.

La primera Guerra del Golfo  empujó a la desesperanza. (Muy completo: http://www.el-mundo.es/especiales/2001/01/internacional/guerradelgolfo/)

La URSS  desaparecio; las hipótesis de conflicto tomaron otra dirección.

Las redes informáticas recorrían el mundo globalizando el poder económico-financiero y  la información.
La Argentina cerraba el ciclo que había comenzado en el 55 sumida en la pobreza.

Se cumplían inexorablemente las consignas que había impuesto el neocapitalismo incipiente; se precipitaba la caída de los estados-nación, y se formalizaba la  globalización.
Ver
Thatcher,
Reagan
Bush George  (padre)

Kissinger y  Brzezinski

“El sistema financiero mundial y sus núcleos de poder” en http://members.tripod.com/~AlbaLonga/nom/nom3211.htm


La Guerra del Golfo puso en caja al mundo -demostró quién mandaba.

Estados Unidos comenzaba su recuperación.
El poder económico lo puso contra las cuerdas con el caso Lewinsky.
Hacia fines del 98 se desató una crisis que se anunciaba como la más feroz desde la gran depresión.

En plena crisis económica total, se puso en marcha un operativo de guerra contra Milosevich, el monstruo de los Balcanes, el asesino, dictador y ladrón. Durante tres o cuatro meses, noche tras noche, miles de toneladas de bombas cayeron sobre Yugoslavia; muertos por doquier. 
Apenas terminada la guerra la crisis económica mundial, que iba a durar diez años, se conjuró de inmediato.
De Yugoslavia no se habló más.

El "nuevo" mundo, hoy día, apenas comenzado el siglo, habla de un Estados Unidos hegemónico en todo sentido: en lo económico, en lo político, tomando el lugar de las Naciones Unidas (ha sido una verdadera vergüenza para toda la humanidad la invasión “contra legem” de Irak del 2003, con su secuela de muertes e ingentes beneficios para sus protagonistas); en las comunicaciones:  Internet "controla todas las conversaciones telefónicas que se producen en el mundo, las internacionales, las nacionales, las locales (...) el correo electrónico, fax,  (...) con una serie de ordenadores de altísima capacidad de tratamiento de la información" (Ignacio Ramonet, director de "Le Monde Diplomatique", en EL PAÍS, Madrid, 1 de agosto de 1999.( http://www.monde-diplomatique.es/)

Resultado: Europa entra al siglo XXI transformada en el jardín del frente de Estados Unidos e Hispanoamérica como el patio del fondo, donde se guardan los trastos.
África todavía no cuenta, salvo para las estadísticas: los pobres africanos se mueren por millares pero el mundo mira para otro lado.

No parece muy alentador el panorama. ¿Es que hemos intervenido en alguna de estas gestas? ¿Se nos ha consultado? ¿Hemos podido opinar libremente? 
Mientras el mundo se ha globalizado, nosotros, los hombres que lo andamos, hemos quedado reducidos al ámbito local. La democracia, para el hombre común, se reduce a la elección de su alcalde. Ya sabe que todo lo otro que vote, no importa por quien lo haga, será más o menos lo mismo.

"Para acabar con el concepto superado de Estado-Nación debemos llevar a cabo una acción en forma diversificada, inventando organismos con objetivos limitados, con responsables elegidos caso por caso. Así, llegaremos, comién-dolas, pedazo tras pedazo, a terminar con las soberanías nacionales."
Richard Gardner, miembro norteamericano de la Comisión Trilateral. (Ver "La Comisión Trilateral y la coordinación de las políticas del mundo capitalista", CIDE, México, mayo de 1978, pág. 448 y cientos de nombres vinculados     (http://www.namebase.org/main4/Richard-N-Gardner.html)

"Por otra parte, el surgimiento de las  compañías multinacionales ofrece una base práctica para el futuro desarrollo mundial, ya que están más interesadas en las realidades del  servicio comercial e industrial que en los símbolos de la soberanía (...) Si hemos de tener  un orden internacional, éste debe descansar sobre una base que no sea  la de estado-nación, sino  sobre una base de naturaleza preferentemente  extranacional y que esté por encima  del problema de la seguridad nacional (...)
Frank Tannenbaum,  "Más allá de la Estado-nación", 1970. (Hay un resumen del pensamiento  de Tannenbaum en "Facetas", revista del Servicio de Información de los Estados Unidos, Vol.3, p.36 ss y en  http://www.aunar-informa.com.ar/boletines/octubre_01.htm , disertación de Arturo Frondizi) Ver Frondizi ver


"¿ Los estados?  Ya no son el antiguo estado/nación y navegan como pueden en el océano global de capitales, tecnología, comercio, inversión, información. Son una mezcla de instituciones de varios niveles: el poder político, que no es necesariamente el más importante, se negocia y se distribuye entre todas estas instituciones funcionando en red. Este estado/red depende de las alianzas interinstitucionales moduladas por estrategias que persiguen el control de los códigos de información". (Manuel Castells en El País, EP(S), 27 de febrero de 2000)


Todo esto, que acaso debería haber servido de introducción a estas líneas apura un  cambio educativo  al que deberíamos aspirar. 

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