¿Cómo se cocina una encuesta? Una explicación sencillaby albertoEl objetivo es que cuando veáis una encuesta, podáis distinguir entre "los ingredientes" de la encuesta y "qué añade el chef". |
Cada
vez que sale una encuesta, escuchamos mucho hablar de "cómo se ha
cocinado".
El
término "cocinar" se utiliza a veces con connotaciones negativas (cocinar =
manipular), pero "cocinar" una encuesta es necesario.
Vamos a intentar explicar el porqué.
El
objetivo es que cuando veáis una encuesta, podáis distinguir entre "los
ingredientes" de la encuesta y "qué añade el chef".
1)
Una encuesta de intención de voto parece fácil, pero...
En
principio, realizar una encuesta sobre intención de voto no parecería una tarea
demasiado complicada. Eliges a un grupo de personas representativas del censo y
les haces esta pregunta:
"Suponiendo
que se celebrasen elecciones, ¿a qué partido votaría usted?"
A
la respuesta a esta pregunta se le llama "INTENCIÓN DIRECTA DE VOTO".
2)
El problema con la intención directa de voto
Vamos
a verlo con un ejemplo.
En
la encuesta que hizo el CIS antes de las Europeas de 2014, a la pregunta:
"¿a qué partido votará usted?", la gente respondió así:
PP
--> 14,1 %
PSOE --> 14,1 %
IU/ICV/ANOVA --> 5,2%
PODEMOS --> 0,8%
[...]
No votaría --> 23,8%
No sabe todavía --> 20,6%
No contesta --> 5,3%
En blanco --> 3,9%
PSOE --> 14,1 %
IU/ICV/ANOVA --> 5,2%
PODEMOS --> 0,8%
[...]
No votaría --> 23,8%
No sabe todavía --> 20,6%
No contesta --> 5,3%
En blanco --> 3,9%
Repito,
esto es la intención directa de voto, un dato "crudo". No hemos
cocinando nada.
Comparad
ahora con lo que ocurrió de verdad el día de las elecciones:
PP
--> 26,1%
PSOE --> 23,0%
IU/ICV/ANOVA --> 10,0%
PODEMOS --> 8,0%
[...]
Abstención --> 54,1%
Votos en blanco --> 2,3%
PSOE --> 23,0%
IU/ICV/ANOVA --> 10,0%
PODEMOS --> 8,0%
[...]
Abstención --> 54,1%
Votos en blanco --> 2,3%
De
la "intención directa de voto" a "lo que se vota el día de las
elecciones" hay mucha diferencia.
3)
¿Qué podemos hacer para mejorar la información de nuestra encuesta?
Cocinarla,
es decir, hacer preguntas adicionales e ir mezclando los resultados de manera
cuidadosa.
Por
supuesto, hay muchas "recetas" diferentes, y según la receta que
utilicemos, el resultado será diferente.
4)
La "simpatía por un partido"
Además
de la intención directa de voto, en nuestra encuesta también podemos preguntar
esto:
"¿Por
qué partido siente usted más simpatía o cuál considera más cercano a sus propias
ideas?"
A
la respuesta a esta pregunta se le llama "SIMPATÍA" y en las encuestas del CIS
la veréis sumada a la "intención directa de voto".
5)
El "recuerdo del voto"
También
podemos preguntar lo siguiente:
"¿Recuerda
usted a qué partido votó en las últimas elecciones?"
Como
los resultados de las elecciones anteriores sí que los conocemos, esta pregunta
nos puede ayudar a detectar sesgos sistemáticos en nuestra encuesta.
6)
Otras preguntas
En
cualquier encuesta se suelen hacer muchas más preguntas:
"¿tiene
dudas para votar entre 2 partidos? ¿qué 2 partidos son?", "¿a qué candidatos
conoce?", "¿sigue usted la actualidad política de manera habitual?
Si
nuestra encuesta quiere además predecir el número de diputados, tenemos que ser
también muy cuidadosos con el tamaño de cada circunscripción.
7)
El plato final
Al
resultado final después de cocinar se le llama "ESTIMACIÓN DE VOTO".
Pero
la próxima vez que veáis una encuesta espero que no sólo miréis lo bonito del
plato sino también un ojo a los ingredientes.
No
vaya a ser que nos quieran envenenar.
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