Un asesinato más
En “La educación no puede con las
circunstancias que imperan” hemos abordado las causas que postergan nuestras posibilidades de
integrarnos a Europa con la solidez que otros países lo han hecho; las
dificultades que enfrentamos para ponernos en común en nuestro propio país y de
los trastornos sociales que padecemos por la deriva que hacemos de nuestros
problemas hacia los demás –clase política incluida. De resultas ha cundido en
la ciudadanía una sensación de agobio
que dispara contra medio mundo su frustración,* alterando lo relacional a
extremos que nos ha hecho perder noción del respeto que es menester para
sobrellevar situaciones que en circunstancias corrientes no revestirían la
gravedad que muestran hoy día.
Omitir lo dicho sería tan fuera de lugar como no
admitir que los españoles viven el dolor de millones de familias cuyos miembros
están en el paro, jóvenes que abandonan España para cumplir su destino en otros
países, pensionados que con sus escasos ingresos sostienen económicamente a sus
hijos, un desborde de delitos
económicos… En fin, una lucha cotidiana por sobrevivir.
En medio de este panorama es asesinada Isabel
Carrasco, militante del PP y Presidenta de la Diputación de León. El crimen, ya
resuelto respecto de su autoría y motivaciones, ha sido por venganza “personal”
y ajeno a intereses políticos. Uno más entre los que registra nuestra historia
cotidiana.
Nota
Bastaría con agregar la cantidad de tuits que
registran las redes sociales en los que se desatan odios contra medio mundo.
Vaya como muestra:
Puta!!!!!!!!, MUÉRETE!!!!!!
Ya hay una bajo tierra; la próxima igual eres tú.
Las
dos Españas
Los últimos acontecimientos que se van dando en este
áspero mes de mayo nos esclarecen acerca de la escasa amplitud de criterio que anima
nuestra forma de ser.
Atados a ideologías, apelamos a ellas, cualesquiera
sean las circunstancias a la que nos obliga la realidad sin tener en cuenta que
lo escueto del marco de referencia de aquéllas no puede abarcar la multiplicidad
de variables que ofrece ésta.
La violencia no es sino producto de la
inflexibilidad a la que nos somete pretender
ver la realidad desde la ideología. Allí donde no llega la ideología, en
nuestro afán por explicárnosla, introducimos LA RAZÓN REVELADA., la variable que lo
explica todo. Así las cosas se plantean en un "cara o cruz" que terminan en el horripilante "Y TÚ MÁS". Ninguna otra cosa vale.
En lo político hemos heredado autoritarismo; en lo
social individualismo; en nuestra relación con las mujeres, machismo; en las
relaciones internacionales, soberbia. Podríamos agregaar que los que no son de derechas son ROJOS y los que no son de IZQUIERDAS, franquistas.
Como decimos en otro artículo que precede a éste, el ciclo de la democracia como fue concebida y perduró hasta mediados del siglo XX, necesita una renovación que pasa por la participación de la ciudadanía. Se acabó el autoritarismo. La gene está harta.
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