En "ALLÁ VAMOS, CHICOS". Carlos A. Trevisi 2014 Editorial GNE, España
La
educación pública ha funcionado durante años desde el estado, lo que otrora significaba para la gente que pertenecía a una clase
social a la que no alcanzaba la igualdad de oportunidades. Hoy día, habiéndose tornado erráticos todos
los patrones de medida por la brutal miseria que acosa a la Argentina y con un estado en retirada, la educación pública debe llegar a todos los individuos de la sociedad, uno por uno, para que se asuman como personas únicas en sí
mismas y como ciudadanos de la “polis”, dando a cada uno según sus méritos.
En la
escuela pública se tiene que conseguir
que toda
la gente sea todo a la vez, porque la escuela pública tiene que
brindar una formación tal que autorice a todos
los ciudadanos a optar, influir, decidir, participar en la decisión del todo.
Aunque
la educación privada no debería quedar exenta de tamaña responsabilidad (ni
tendría porqué), no puede estar ajena a
los intereses del mercado: su ámbito es “el mercado”
y se imparte desde el “mercado” y para el “mercado”.
Si aspiramos a conseguir que “toda la gente sea todo a la
vez”, que sea armónica en sus actitudes, que despierte a su individualismo, que
se sienta persona, la educación pública no puede seguir funcionando desde un estado que no reconoce su individualidad, que obliga a la obediencia, que estandariza
la vida tal cual hace 20 o 30 años,
cuando su cometido era hacer
realidad la igualdad de oportunidades.
Ahora, en estos tiempos que corren, habrá
que abordar la escuela pública desde
otra perspectiva, la de una democracia participativa; una democracia que aspire a atenuar la
“dictadura” del estado para transformarlo en garante de sus decisiones; una
democracia que revalorice al individuo;
una democracia de multitudes como la que floreció en Seattle*, o en Buenos
Aires con sus cacerolazos, o en Génova**, o como acaba de
suceder en Francia y en Holanda (y acaso en varios otros países de la UE ) donde un rotundo NO a la Constitución Europea
en sendas consultas al pueblo, habría sido un SI de haber tenido que resolver la Asamblea ; una democracia que involucre orgánicamente a todas las fuerzas vivas de la sociedad:
desde las Asociaciones de comerciantes y empresarios hasta las sociedades de fomento
barriales. porque todas ellas constituyen el tejido social donde se manifiesta la
ciudadanía en la recreación de sus
propias instituciones, porque todas ellas tienen que ver con la educación.
Nos
dice Savater que “la democracia se basa
en que todo el mundo vota y en una sociedad en la que la gran mayoría son
ignorantes, la influencia que tiene el peso de los ignorantes en la toma de
decisiones es determinante de su fracaso. Y no se trata de la ignorancia de los
datos, sino la del conocimiento: la ignorancia de quienes no saben expresar sus
demandas sociales, que no saben entender un texto sencillo, un discurso de una
manera crítica, que no saben participar en una argumentación; esa ignorancia
que los inhibe de desarrollar la capacidad de
buscar, contrastar, discernir, descartar, elegir”; esa ignorancia que
coarta el crecimiento de la sociedad y que ya ha llegado a gran número de
universitarios.
El
estado debe ser garante y depositario de los valores que impulsa una sociedad
que elige valores y acomete
procedimientos para alcanzar sus metas. Una sociedad que demanda de sus
políticos que actúen sobre la gente sin
perder de vista que son apenas meros depositarios de sus afanes
Ha
llegado el momento de actuar. No lo dejemos pasar. Trabajemos por una escuela
pública desde la necesidad que tiene la
comunidad de que sus miembros se asuman como personas y como ciudadanos.
Nuestro
compromiso como padres de familia y como maestros es infundir espíritu crítico
en nuestros niños, intrepidez, gestos que destaquen un espíritu diferente, una
gran franqueza, la semilla de la rebeldía, la disidencia enérgica como para que se inserten en este mundo según
sus propias capacidades, plenamente personalizados, para aceptar con serenidad
las cosas que no puedan cambiar; para cambiar valientemente aquellas cosas que
sí puedan cambiar y para reconocer sabiamente la diferencia***. Y contamos con las herramientas.
*
Seattle: Movimientos
sociales contra la globalización (http://www.globalizacion.org/ciudadania/ValverdeGlbzMovSocialesAntiGlbz.htm)
;
**
Génova: De Seattle a Génova (http://www.uce.es/TEMAS/Internacional/art_movantiglobalizacion.html)-
***
El artíulohasido extraido de ALLÁ VAMOS CHICOS, libro este oriwnado a que el lector verifique que la educación que se imparte en Argentina no se diferencia mayormente de la que nustros chicos reciben en España.
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