Comenzar este articulo diciendo que la gente se ha
hartado de los políticos, que no cree en las instituciones, que ni siquiera le
importa ir a votar sería un lugar común.
Más allá de las razones que se exponen para que sea
así, existen algunas otras que nadie se anima a explicar como verdaderas
causales.
Voy a ser crudo, como siempre lo he sido.
Acabo de ver en la propaganda de un partido local a una
mujer que me dijo en una ocasión que no había visto la película Los Borgia
porque era católica. Está en todo su derecho, no faltaba más.
Del mismo modo, un candidato del mismo partido que
manifiesta que ha sido responsable de la cultura en Guadarrama, no lleve una
sola propuesta que indique que lo ha sido y exponga sus esmeros por lo que le
cupo hacer detallando cuáles han sido sus logros y lo que ha dejado para muestra de su gestión mientras lo era. También está en su derecho, ¿Por qué no?
Ante las dudas que me asaltaron leyendo sus propósitos decidí
inmiscuirme en algunas páginas Web –a las que llegué partiendo de su partido.
Me dio la impresión de que su óptica contempla la
realidad a partir de una percepción que no acaba de transformarse en reflexión,
o lo que es peor, que no ven la realidad más allá de lo que su gente estima que
es y no desde la realidad misma. Reitero mi ¿y por qué no?
Me encantaría, con todo el respeto que me merecen, que la señora que no vio el film lo viera, mostrando que su ideología es tan fuerte como para que una película no pueda ponerla en riesgo. Respecto del caballero que no muestra su actuación al frente de la cultura del pueblo me encantaría que expusiera sus logros dado que tendría que estar tan orgulloso de su gestión como para esconderlos por simple modestia, que es, imagino, la única razón por la cual no expone sus logros. Me ha llamado la atención, igualmente, que en su proyecto no se presentara ninguna iniciativa que apelara a la gestión del Papa Francisco respecto de las necesidades de los pobres, o de la reforma que está operando en la Iglesia.
Me encantaría, con todo el respeto que me merecen, que la señora que no vio el film lo viera, mostrando que su ideología es tan fuerte como para que una película no pueda ponerla en riesgo. Respecto del caballero que no muestra su actuación al frente de la cultura del pueblo me encantaría que expusiera sus logros dado que tendría que estar tan orgulloso de su gestión como para esconderlos por simple modestia, que es, imagino, la única razón por la cual no expone sus logros. Me ha llamado la atención, igualmente, que en su proyecto no se presentara ninguna iniciativa que apelara a la gestión del Papa Francisco respecto de las necesidades de los pobres, o de la reforma que está operando en la Iglesia.
Esto me ha llamado a reflexionar acerca de la gente que
en unos días va a votar. Si los partidos políticos se dirigen a la ciudadanía
en estos términos es porque la ciudadanía no tiene en claro cuáles son las prioridades
a las que tiene que volcarse llegado el momento de decidir quién es quién, qué trayectoria
tienen los candidatos en su vida pública, qué han hecho en beneficio de la
comunidad, si tienen algún apego institucional por organizaciones que no tienen
que ver con la política sino más bien con sus vidas personales, si sus proclamas son simples ideas que
lanzan para conseguir votos y, en fin, muchos
otros detalles que sería menester que todos conociéramos.
Como esto no es así,
la gente es carne de cañón: les mienten, no cumplen con sus promesas, caen en
el “negocio” de tener al alcance de su mano mil oportunidades para delinquir, y
los entretienen hablando mal de los demás partidos. Cuando el desinterés de la
ciudadanía llega al límite (“qué me importa! ¡son todos iguales!”) fracasa el
sistema: entre que no se nos brinda la posibilidad de que entendamos los cómos, los porqués, para qué, y con quién
de los proyectos, y nos ha dejado de interesar averiguarlo, el sistema fracasa,
insisto, porque sin participación de los interesados, sin la voluntad ni
inteligencia de romper con el ostracismo en el que caemos, nos atomizan y se
hace imposible una puesta en común de los intereses de la comunidad. Comienzan a reinar las ideologías antes bien que
las necesidades que son imprescindibles de ser resueltas.
Los políticos no hacen más que aprovechar esta dejadez.
Los ciudadanos les echamos la culpa de lo que pasa.
Y ¡Viva la Pepa!
Todo sigue igual.
NB. Afortunadamente ya no es solo que se huele el cambio; ya se ha instalado. Caras nuevas, ignotos candidatos y jóvenes que entienden que hay que hacer las cosas de otra manera. Va a ser difícil, pero vamos camino de intentarlo. GUADARRAMA EN MARCHA está en eso: basta de mentiras, de "y tú más", de echarle mierda encima a los que "compiten" entre sí, a la miseria en la que está cayendo España en lo cultural, lo educativo, en las ciencias...
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