por Carlos A. Trevisi
17
de julio de 2013
Solemos dar por sentado que
la democracia es la mejor alternativa que se nos ofrece para vivir en libertad.
La pregunta que deberíamos
formularnos es si en realidad esto que llamamos democracia es en verdad ´democracia´ o apenas un juego en
el que las instituciones cumplen formalmente con lo suyo –solo formalmente- sin
satisfacer las necesidades de la ciudadanía.
Los cambios vertiginosos
que ha vivido el mundo desde la década del 60 del siglo pasado suceden a tal
velocidad que las instituciones no han
podido con ellos; han escapado a todo control. Es ahí donde nace la crisis de
valores que nos agobia: la velocidad y la falta de respuesta crean atajos en
los que los sinvergüenzas actúan al
margen de la ley.
La economía y la
información se han apoderado del mundo y
la capacidad de la gente para
interpretar la realidad se ha abismado. La gente sabe que no se satisfacen sus necesidades
pero no sabe porqué.
La incursión del capitalismo
–que no del capital- en la política y las nuevas tecnologías aplicadas a la
información ( y a todos los quehaceres de la vida cotidiana) nos han aplastado.
Los bancos quiebran y es nuestro
bolsillo el que los salva. Se ha llegado al extremo de escuchar a los políticos
decir con alegría que “estamos saliendo de la recesión”, pero omiten decir que
hay 5 millones de parados a los que habría que agradecer la salvación de
España. Cuando uno ve a un joven en el metro moviendo la cabeza de arriba abajo
sobre “uno de esos aparatitos” para seleccionar un archivo sin tocar la pantalla, no puede menos
que admirarse. Sin embargo, tanto dominio es improductivo: cuando finalmente aparece
el archivo en cuestión se trata de un juego que le va a servir de entretenimiento, que
lo distraerá; poco más.
Nos han empujado a un mundo
en el que el entretenimiento y la diversión son los ejes que mueven nuestras vidas; un mundo en el que se nos ha arrebatado la posibilidad
de elegir. Elegir es factor de cambio y crecimiento. Si cuando percibimos la realidad no sabemos
elegir lo que nos interesa es porque
carecemos de un proyecto de vida y, consecuentemente, de una estrategia que lo
impulse. Nacen así los distractores que llenan nuestra vida: la televisión, el
fútbol, los juegos del ordenador y qué
no (el alcohol, las drogas) que, por vacuos, son meros entretenimientos sin más contenidos que el de
dejar pasar el tiempo.
Se podrá estupidizar al
ciudadano, mentirle, someterlo pero difícilmente se pueda con el hombre. El momento
que estamos viviendo aplasta al ciudadano que queda a la espera sabedor de que carece de
fuerza para redireccionar la situación más
allá de movilizaciones como las que vemos a diario , pero no al hombre. De ahí
el valor de la educación.
Las
mentiras
Si España hubiera mirado
más allá de la ilusión que representaba la incorporación al euro; si hubiera
puesto interés en ver lo que estaba pasando en Latinoamérica; si atención al proyecto
de la Comisión Trilateral, y a muchas otras variables que no son de enumerar
porque la historia no se escribe en modo condicional, otro habría sido el
cantar; otro simplemente, pero un “otro”
con más variables para elegir. Pero no
lo hicimos porque una de las herencias que nos dejó la dictadura ha sido la de obedecer, y perder de vista la libertad en beneficio de la seguridad. Europa y el euro favorecían nuestros pobres
afanes de seguridad. Hispanoamérica no existía. Era un montón de indios sin
destino.
A la vista está el resultado.
Europa ha sido el ´continente
museo “entre” occidente y oriente´:
entre EE.UU. y Rusia, al principio, y entre EE.UU. y China a corto plazo. Una
especie de paño que evitaba rayaduras. Algo así como el Uruguay que inventó
Inglaterra para evitar fricciones entre Argentina y Brasil en el siglo IXX. Y
ahí estaba España, sin objetivos claros, gobernada por reyezuelos de cuarta, viviendo en la Edad
Media, al margen de los nuevos aires –que acaso no serían mejores, pero en los
que España podría haber participado para decir lo suyo, que es mucho.
Nos sorprende el siglo XXI
a la cola de los países más desvencijados de Europa.
No sabemos quién es
Chomsky, ni quién es Kissinger (ejecutor de las políticas más crueles sobre
Latinoamérica, mentiroso compulsivo, asesino que eliminó miles y miles de
personas en Laos, Camboya, Chile), ni
quién es Gardner, ni Brzinsky, ni Nixon, ni tampoco que es la Comisión
Trilateral, ni lo que en verdad significó con su proyecto de terminar con las
naciones-estado en beneficio de una globalización cuyos primeras tragedias
apenas estamos comenzando a vivir.
La
pregunta que cabría ahora es ¿Cómo es posible que ante este panorama, haya
intelectuales que adhieran firmemente a las mentiras que el sistema impone para
que suceda lo que sucede sin que musiten su desacuerdo? La respuesta que sigue
es de Chomsky: “Una vez que los
intelectuales se integran en el sistema doctrinal y son recompensados por él,
les resulta cada vez más fácil vivir en la mentira e ignorar la verdera realidad,
incluso si se les coloca ante hechos históricos atestiguados” (Unmasking a
pedagogy of lies, a debate with John Silber, edi- editado por Donaldo Macedo).
La realidad que nos envuelve
es precisamente esa: estamos en manos de gente que ha perdido el rumbo -acaso
nunca lo han tenido-, pero está claro que ahora reflotan todas las miserias y nada
menos que en un ámbito que debería ser impoluto: el periodismo.
No
hace mucho, digamos a principios de Julio de 2013, se presentó un debate por
televisión con la participación de Paco Marhuenda, director del diario La Razón,
en el que el tal Paco daba la pauta precisa, con su actitud, de lo que
significa la prepotencia, la mentira y la descalificación del oponente (aunque por
lo visto más parecía un enemigo que un oponente).
No
grabé el enfrentamiento al que Marhuenda sometía a su interlocutor, pero me voy
a permitir transcribir partes del ´diálogo´ que sostuvieron Chomsky y
Silber como modelo de apología dogmática
que de un sistema doctrinal realiza Silber, rector de la Universidad de Boston que es fiel reflejo
de lo que se vio en el programa de referencia.
Téngase
en cuenta que, pese al interés que despertó en mi el encuentro no he podido
conseguir el nombre de joven que se oponía “al” Paco. Acaso se impuso la fama y el prestigio ¿?´ “del” Paco a las verdades que decía
el otro. ´Acaso´ estuviera todo armado para que así fuera y yo, atrapado en las
redes de Marhuenda, no lo registrara.
El tema es el abuso de
poder de EE.UU. en Centro América. La estrategia de “Marhuenda” americano fue
la de no dejar hablar a Chomsky interrumpiéndolo a cada palabra que éste decía
o insultándolo. Cómo habrá sido que al terminar el debate Chomshy dijo “Yo
todavía no he podido decir nada.”
[…]
Silber
¿Acaso piensa seguir con
esa sarta de mentiras? Nunca había visto una sarta de mentiras tan grandes y en
tan poco tiempo.
Chomsky
Empecemos hablando de los
hechos. Quiero insistir en que el mando militar de la contra está formado, casi
por entero por la cúpula de la guardia nacional somocista
Interrumpe
Silber
S. …porque los soldados de
Somoza
Ch. …cuarenta y seis de los
48 componentes del mando militar de la contra.
Interrumpe
Silber
S. Los soldados son…
Ch. Disculpe. Veamos. Yo lo
he dejado hablar.
Interrumpe
Silber
S. Usted está contando una
sarta de invenciones y ya es hora de que alguien…
Cm ¿Me permite, por favor?
Interrumpe
Silber
S. … la oportunidad de corregir sus falsificaciones históricas, ahora
que todavía…
Ch. Parece que el Sr. Silber tiene buenas razones
para no dejarme hablar.
Interrumpe
Silber
S. Y Ferdinand Marcos,
Marcos también…
Ch. …sabe cual es la verdad
de los hechos y no quiere que yo…
Interrumpe
Silber
S. No, no. Nada de eso. Lo
qque sucede es que ya vale de manipular la verdad…
Ch. Me permite decir…
Interrumpe
Silber
S. No. Déjeme terminar
Interviene
el moderador.
Sr Silber, permítale
terminar, es su…
Interrumpe
Silber
S Usted pasa por alto
que hay cantidad de miembros de la
guardia nacional que apoya a los sandinistas
El
moderador
Es el turno del Sr. Chomsky…
Interrumpe
Silber
S. Venga, continúe distorsionando
la verdad.
Ch. Esto sí que es una
embestida. Es un buen ejemplo de totalitarismo para asegurarse que la oposición…
Interrumpe
Silber
S. Soy ekl primero que ha
frenado su monopolio de la información
Ch. La iea de que yo
monopolizo la información me parece un tanto ridícula
S. No. No lo es
Ch. ¿Seguro? ¿Así que yo
controlo la prensa de EE.UU.[…]
El
moderador
Quisiera volver sobre los
postulados de la presente cuestión. Silber dice que Nicaragua sandinista supone una amenaza para
la seguridad nacional de los EE.UU. y la del continente. De dónde proviene la idea
de que suponga una amenaza para nuestro
país.
S. Bueno, no es una amenaza
de momento. Pero tampoco Hitler era una amenaza en 1933, ni una amenaza seria
en 1936, Pero cuando los aliados se dieron cuenta de que era una amenaza,
derrotarlo nos costó millones de vidas
El
moderador
Ch. Su turno, Sr. Chomsky respecto de la amenaza
que Nicaragua significa para la seguridad de EE.UU.
Ch. Bueno, considerar que
Nicaragua es una amenaza es como preguntarse si la Unión Soviética se siente
amenazada por Luxemburgo
[…]
Interrumpe
Silber
S. ¿Podría acaso…?
Ch. ¿Me permite continuar?
Yo no lo he interrumpido
Interrumpe
Silber
S. ¿Podría ponerle fecha a todo lo que va
diciendo?
Ch. Disculpe, sucedió en..
Interrumpe
Silber
S. ¿O lo único que pretende
es aparecer en televisión y mentir compulsivamente?
Ch. Le hablo…le hablo…le
hablo e 198…
Interrumpe
Silber
S. ¡Es usted un mentiroso
compulsivo!
Ch. ¿Lo que le he contado,
sucedió o no?
S. Nada de lo que ha
contado sucedió de verdad en el contexto que usted pretende sugerir…
Ch. ¿De veras?
[…]
S. Es usted un timador . Y
es hora de que se entere todo el mundo.
Ch Está claro que pretende
apartarme del tema…
Interrumpe
Silber
S. Nada de eso. ¡Lo que
pasa es que estamos hartos de su basura!
[…]
Ch. ¿Me permite continuar?
S. No, porque está mintiendo
otra vez
El
Moderador
Tengo que cortarlos a los
dos Se ha acabado el tiempo.
Ch. Yo todavía no he podido
decir nada.
***
No quiero inducir los comentarios.
Cada cual sacará sus conclusiones. Es evidente que cualquier parecido con
nuestra realidad es perfectamente justificable. Entre las muchas cosas que se
han globalizado figuran este tipo de actitudes.
CONCLUSIÓN
Que la justicia no
funcione, que haya jueces venales, que no se sepa qué hacer con la educación,
que, que… que sea todo una porquería, no significa que sigamos metiendo más y
más m… en el paquete. El problema es que
no hemos asumido que las ideologías no alcanzan para abarcar la realidad, una
realidad que recortan a su medida y la
acomodan a su forma de ver las cosas. Nacen ahí los recursos abusivos que
acabamos de leer. Aparecen en escena tipos arteros, implacables como este
hombre que ha logrado lo que buscaba: desviar los contenidos de la charla a
fuerza de interrupciones, mentiras e insultos nada menos que dirigidas al
pensador más grande que ha tenido el siglo XX.
Vivimos una sociedad
domesticada por las mentiras, la opacidad, la abulia, la incapacidad de salir
al encuentro de los demás, el egoísmo, el dinero, la especulación, una
educación desactualizada y por un sistema que funciona según y conforme... sosteniendo
intereses políticos que excluyen a la ciudadanía, y ¿qué no?
¿Se podrá revertir esto?
¿Lograremos la participación de la ciudadanía en lo que atañe a su vida
cotidiana? ¿Se logrará que la familia participe en las AMPAs, en el quehacer
municipal prestando apoyo en el ámbito
de la cultura fomentando actividades –teatro, música- con la participación de
los niños?
¿Conseguiremos alguna vez terminar
con los Silber, con los vendedores de cultura y los alcahuetes que les prestan
apoyo en persecución de intereses personales?
Estas cosas son aquellas a
las que aspira GUADARRAMA EN MARCHA,
asociación cultural, y la Fundación Emilia Mª Trevisi.
Guadarrama en Marcha
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