Asociación cultural GUADARRAMA
EN MARCHA
Las causas que nos han llevado a
esta situación no son solo responsabilidad de los gobiernos españoles,
aunque la solución que se está dando sí lo es.
No podemos no estar
al tanto de los antecedentes que nos han llevado a la escasez en la que
estamos viviendo, ni de sus causas (que exceden el marco de España), ni tampoco
de lo que debemos hacer para contribuir a mejorar nuestra convivencia. No basta
con difundir denuncias ni opiniones de otros. Tenemos que ejercer nuestro
derecho a ser partícipes de lo que nos atañe y a obligarnos a mejorar lo que
entendemos está a nuestro alcance.
Nada de lo que sucede en Guadarrama es ajeno al
resto de España. Estamos en España y debemos asumir el compromiso. Tenemos que
luchar mano a mano junto a las fuerzas vivas que animan nuestra vida cotidiana,
pero es menester para eso que entendamos que lo que nos pasa como España y como
comunidad guadarrameña no es nuevo en el mundo y otros han pasado por lo mismo
con dispar fortuna, aunque es de decirse que la pobreza en la que vamos cayendo
es semejante a la de una gran mayoría de países que han caído sin haber podido
resolver los conflictos que los han acuciado POR HABER MIRADO LA REALIDAD POR EL AGUJERO DE LA LLAVE DE LA CERRADURA DE SUS CASAS, DONDE SE HABÍAN ENCERRADO ESPERANDO QUE OTROS LO HICIERAN POR ELLOS.
Llevamos un largo recorrido de miserias que
Europa no ha querido ver porque en un principio sólo se remitían a países
de un entorno pobre al que no teníamos en cuenta: en Sur América cayeron
Argentina, Brasil, Venezuela, Colombia... En aquellos lares los
países ricos en recursos fueron víctimas de lo mismo que 40 años más tarde
estamos siendo víctimas los países vulnerables de Europa, categoría ésta que nos
incluye.
Veamos porqué.
La historia reciente nos dice que en la década
del 50 comenzó a despuntar el bienestar en EE.UU. La expansión de la
riqueza rápidamente saturó un mercado interno que gozaba de sus beneficios
absorbiendo la producción que se generaba. Cuando ese mercado se saturó, las
empresas comenzaron a expandirse por el mundo*
para abordar otros mercados. Durante la década del sesenta la expansión fue
notable. Cobraron importancia entonces los mercados del sudeste asiático que
comenzaron a crecer abrumadoramente gracias a políticas internas impulsadas
desde afuera que facilitaron mano de obra barata y una expansión exultante. Las
primeras consecuencias funestas de esas políticas se vieron casi de inmediato:
se prostituyeron millones de mujeres y la sociedad pasó a transformarse en
un batiburrillo de intereses encontrados que satisfacían el funcionamiento de
los mercados pero sometían a la gente como esclavos: salarios miserables,
descomposición social y todas las miserias que aún persisten bajo un manto de
riqueza que cubre a unos pocos.
A principios de la década del setenta, acaso
algo antes, se había pasado de la categoría de "empresas multinacionales"
a la de "empresas transnacionales" que operaban por su cuenta
sin control alguno ni necesidad de intervención de los gobiernos para su
localización. Como la expansión fue notable los mercados del mundo donde se
habían expandido se saturaron y las ganancias que no reinvertían las depositaban
en "paraísos fiscales" donde los dineros "sobrantes" servían (y siguen
sirviendo) para fomentar la compra y comercialización de la droga y la
fabricación de armamentos que, al no tener precio de mercado sino el de
las urgencias que tenga el "adquirente", rinden ganancias inconfesables**;
o en la "legalizada" Suiza donde van a parar los dineros "negros " de ladrones
de marca -caso Bárcenas- a la espera de ser ubicados en cualquier
país del mundo donde mejor y con mayor seguridad rendirían.
Hacia 1973 se creó la Trilateral Commission
impulsada y manejada, entre otros, por
Kissinger,
Gardner y Brezinsky, tres operadores que, siguiendo el rumbo que marcaba
la realidad, vieron que las naciones-estado ya no tenían razón de ser; que el
mundo tenía que ser conducido por el poder económico y las finanzas y no por los
intereses "nacionales". Los documentos que acreditan esta postura son
ilustrativos de las barbaridades que sostenían. (ver
LA COMISIÓN TRILATERAL)
El cambio de rumbo tuvo un período de prueba.
América Latina cayo bajo la presión que ejercían esos intereses sobre las
naciones del subcontinente y, lo que hasta entonces había sido democracias más o
menos estables se convirtieron en dictaduras militares.***.
Es así como aparecen los videlas, y los pinochets que se ponen al servicio
de intereses ajenos a los propios de sus países. Entre oligofrénicos y
sinvergüenzas comienza una nueva etapa en Latinoamérica: la guerrilla, que se
resiste a aceptar las condiciones que se imponen a doquier y a lo ancho y largo
del continente.
Favorecido el nuevo sistema que se va
imponiendo poco a poco por el accionar criminal de la guerrilla, la gente,
por seguridad, temerosa de las muertes que desata la subversión, que
mata a mansalva, adhiere a las dictaduras. El poder transnacional había cumplido
con la primera etapa del proyecto.
El éxito obtenido por el poder económico apuró
un cambio estratégico. Se decidió "devolver"
la democracia a esos países pero favoreciendo gobiernos "obedientes" que
satisficieran las necesidades del cambio ****.
Esta segunda etapa impuso no solo el control
de los gobiernos surgidos por elecciones sino que los obligó a adherir al
proyecto económico de terminar con las naciones-estado debilitándolos "in
extremis" *****.
Con una visión como ésta que acabamos de
exponer no nos puede caber la menor duda de las razones por las que que
los habitantes de América del Sur hayan encumbrado a los Chávez y a los Evos,
garantías del último refugio que les quedaba para superar las atrocidades del
hambre, de la mortalidad infantil y el atraso que se venían
registrando en las últimas décadas debido a una deplorable educación y
desinformación a la que se sometía al pueblo. Es de destacar el mórbido apoyo
que prestó la Iglesia a las dictaduras y a los gobiernos surgidos a
continuación. Sin duda, ante el desconocimiento de estos hechos se entiende,
aunque no puede justificarse, que España, que se la pasa mirando a
Europa, haya despreciado a Hispanoamérica; y el resto de
Europa ni siquiera sepa dónde quedan esos "países del tercer mundo".
No tuvo mejor suerte EE.UU. Se generalizó
la pobreza y el eje de su política se quebró ante las mismas agresiones. Me tocó
ver la decadencia de un país que desde siempre había sido motor de su propio
destino. Cada vez que visito Nuevo York veo el desastre en el que va cayendo un
país que fue modelo en la protección de sus objetivos para mantenimiento
de sus metas.
España no tuvo que padecer nuevos militares
asesinos -ya los había experimentado- aunque sí un descalabro social que
todavía refleja la inseguridad que había vivido: somos egoístas (el temor nos
agobia); somos envidiosos (el éxito de los demás nos mella íntimamente); no
sabemos ponernos en común (nos es imposible sacar proyectos adelante si no
es bajo la tutela de un poder en el que descansan nuestros intereses); en fín
todos los caminos que nos llevan a esta situación que vivimos tienen una gran
semejanza con aquellos primeros pasos que dio lo que ahora se llama
"neoliberalismo".
El resultado final es
5 millones de desocupados, gobiernos obedientes servidores del poder económico,
corrupción, prepotencia, recortes en educación y en investigación científica y
desarrollo, recortes en sanidad, privatisaciones y todo aquello en lo que usted,
amigo, puede abundar porque lo está viviendo. Lo más grave, sin embargo, es la
pasividad de la ciudadanía.
No alcanza con protestar ni mandar mensajes por
Internet; hay que participar.
En Sur América la gente se encerró en sus
casas, dejó de intervenir en todo aquello que le atañe más allá de lo que
deposita en su gobierno; dejó de lado el compromiso social de ponerse en
común hasta que el abuso del poder activó el coraje de la ciudadanía y salió a
la calle con sus mujeres denunciando atrocidades y comprometiendo sus vidas.
No podemos ver las circunstancias que acabo de
describir desde la ideología. Hay que verlo desde la gente, desde los
desocupados, los desahuciados, la educación, los penosos casos de familias
enteras en las que todos están en el paro; desde la miseria.
El acecho del poder económico hasta ha llegado a
tocar a Alemania donde los jubilados sobreviven con "mini jobs" que les
permiten llegar a fin de mes. Gente que ha vivido con holgura -profesionales,
ejecutivos y empleados que han aportado regularmente durante años y años para
asegurar su vejez con una pensión digna-, si no complementaran sus
ingresos con una entrada extra tendrían que terminar comiendo en comedores
populares.
Recién cuando uno ve las cosas desde la
realidad misma y no desde lo que queremos ver -desde la ideología, que todo lo
empaña- se pueden dar los primeros pasos para terminar con este horror. Esos
primeros pasos son la participación en todos los ámbitos que nos competen como
usuarios de un sistema que vemos que se va cayendo en pedazos. Es
imprescindible aportar ideas y ponerlas en práctica. GUADARRAMA EN MARCHA está
abocada a llevar a cabo unas jornadas que aspiran a llegar a todas las
fuerzas vivas -policía, centros educativos, profesionales de todas las
especialidades, comerciantes, empresarios, funcionarios y demás, para
despertar las inquietudes necesarias para recrear y estimular con nuevas ideas y
recursos que la mayoría de nuestra población aún no ha puesto en práctica.
La lucha es el camino
La
lucha es de todos y desde el principio; se lucha contra unas paredes opresoras
que nos echan al mundo; se lucha por un primer respiro, por un primer bocado.
Para la lucha es menester pasión y armonía; pasión para arder y armonía para no
consumirse; equilibrio para insertarse en un mundo al que se ha visto y en el
que nos hemos visto. El que lucha es un penetrador de circunstancias, un
buceador de verdades, dueño del tiempo y del espacio; no reconoce límites; es
crítico, con un decir que permita agregar, disentir; un decir que sea un hablar.
Con ímpetu pero sin violencia
Notas
*
Así fue como a fines de la década
del 50 varias empresas automovilísticas entraron en los países "potencialmente
ricos" de América latina. Argentina se benefició con la llegada de empresas como
Kaiser, por ejemplo, que fabricó durante varios años autos de calidad que
servían a todo propósito. En Argentina se llamó IKA (Industrias Kaiser
Argentina). La entrada de otras empresas provenientes de EE.UU. favorecieron el
bienestar de todas las clases sociales que se vieron nutridas de gente que en
años anteriores había sido, lisa y llanamente, pobre.
Los acuerdos para que las empresas se
instalaran en países como el citado se establecían entre los gobiernos.
Correspondió al presidente Frondizi acordar con el presidente
estadounidense, Kennedy, la localización de varias empresas y el
engrandecimiento de otras ya instaladas -Firestone entre ellas. El asesinato de
Kennedy fue el primer toque de atención a lo que vendría. Pocos asumieron que no
era fruto de la locura de un magnicida. Fue un toque de atención que se
desatendió y no por casualidad. En la Argentina el poder económico ya
había intentado avanzar sobre el cambio que se había puesto en marcha en
el mundo cuando se derrocó a Perón.
Frondizi
fue depuesto de la presidencia por los militares apenas 4 o 5 años más
tarde; otra alerta de lo que se avecinaba. La Argentina había demostrado en
escasos dos o tres años que era una país capaz de constituirse en una poderosa
nación rica en recursos energéticos como el petróleo (cuyo autoabastecimiento ya
se había logrado), el hierro y un no menos pujante inicio de la energía atómica.
La oligarquía no fue ajena a esta involución. Soporte de los militares, sostenía
que había que terminar con esa historia de la industrialización, el petróleo y
demás. Que a la Argentina le cabía un lugar como proveedor de alimentos.(ver
LIBERALISMO O
NEOLIBERALISMO)
** La venta de
armamentos no solo fomenta la guerrilla integrista del Islam (que paga el precio
del insumo que adquiere según su "emergencia", sino la de guerras
"decentes" como la que se libró contra Irak para terminar con las armas de
destrucción masiva, que finalmente declaró Bush que no existían.
***
Es así como aparecen los videlas,
y los pinochets que se ponen al servicio de intereses ajenos a los propios
de sus países. Entre oligofrénicos y sinvergüenzas comienza una nueva etapa en
Latinoamérica marcada por la guerrilla, que se resiste a aceptar las
condiciones que se imponen por doquier y a lo ancho y largo del
continente.
****
Así irrumpe Menem en la Argentina y destruye todos los logros que, aunque
a duras penas, había conseguido el país, por ejemplo en el campo de la energía
atómica, privatizando todo lo que hasta ese momento manejaba el estado, incluso
los servicios de aguas potables para la ciudad de Bs As y alrededores, centro
neurálgico del la Argentina con más de 14 millones de habitantes. La corrupción,
el populismo más flagrante sustentado en principios que solo una oligarquía
repugnante podía sostener, la mentira, el robo, la violencia ejercida por los
asesinos "desocupados" del régimen militar fueron de un oprobio incalificable.
Ese fue el punto de inflexión de una Argentina que perdió el rumbo como nación,
aunque siga existiendo como país.
Es de destacarse también que el paso de las
dictaduras a las democracias se debió entre otras cosas a los excesos de los
militares que abrumaron de tal modo a la ciudadanía que el
poder económico cambió su estrategia ante la explosión ciudadana que salió de su
encierro para manifestarse en las calles. La Guerra de las Malvinas en Argentina
desata la ira de los americanos del norte que no logran doblegar la voluntad de
un general esquizofrénico -Galtieri- y facilitan el ataque de la flota inglesa
enviada por la entonces Primer Ministro Margaret Thatcher a las islas. Un
proyecto neoliberal aplaudido en Inglaterra y apoyado por Reagan en EE.UU. no
admitía la locura de un general de un país que ya había caído en manos del
poder transnacional. Tuve ocasión de estar presente en una conferencia que se
llevó a cabo en las Naciones Unidas en Nueva York en la que se hablaba de la
locura de Galtieri y el disparate del apoyo que la ciudadanía argentina había
prestado a la Guerra.
***** La
corrupción, el populismo más flagrante sustentado en principios que solo una
oligarquía repugnante podía sostener, la mentira, el robo, la violencia ejercida
por los asesinos "desocupados" del régimen militar fueron de un oprobio
incalificable. Ese fue el punto de inflexión de una Argentina que perdió el
rumbo como nación, aunque siga existiendo como país.
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