sábado, 24 de diciembre de 2016

SHAKESPEARE

Paul Edmondson
«Vivimos en el siglo XXI. Unas calzas y un jubón no nos acercan más a Shakespeare que unos tejanos y una camiseta». Esto lo dice Paul Edmondson, a quien varias décadas de lecturas y pensamiento crítico le permiten mantener el tono aforístico y revoltoso de un gran profesor a lo largo de libros enteros, por ejemplo este.
Edmondson es uno de los mayores expertos en la vida y obra de Shakespeare que puedan encontrarse, y también uno de sus herederos en el sentido de «decir lo cierto, no lo que es debido» (El rey Lear).
Quizá porque sabe que Shakespeare siempre nos devolverá a nuestra propia subjetividad, a lo que queramos pensar con él. Y tal vez por eso no tiene reparos en afirmar que «el Imperio británico exportó a Shakespeare y lo impuso por doquier junto con la lengua inglesa», al tiempo que deja claro cómo, y por qué, el genio incontestable del célebre poeta y dramaturgo no ha perdido vigencia e internacionalidad desde entonces; cómo se ha vuelto «culturalmente promiscuo».
Edmondson da cuenta de la manera en que Shakespeare nos habla a todos, y de por qué su sensibilidad política es atemporal. Así nos relata que Hitler prohibió un montaje de Julio César en Alemania, y cómo el carácter más humano que local de la obra convirtió una puesta en escena de Trabajos de amor en vano en el Kabul de 2005 -que por primera vez en treinta años ponía a hombres y mujeres juntos en un escenario- en un acto tan atrevido como lo fue una representación de Otelo en el Johannesburgo del apartheid.

¿Por qué Shakespeare? He aquí la pregunta que articula todas estas páginas y que Edmondson lleva toda una vida haciéndose. Y he aquí un libro lleno de respuestas que, al mismo tiempo, plantean otra cantidad de interrogantes que solo nosotros podemos contestar. Prerrogativas del arte y de su recepción.

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