domingo, 11 de diciembre de 2016

LA CALIDAD DEL PERIODISMO ¿O DE LOS PERIODISTAS?

Carlos A.Trevisi

No tengo por qué asumir lo que pienso como si fuera lo único que los demás tienen que necesariamente compartir. Pero hay comentarios, ideas y hasta imposiciones de periodistas que no condicen con el concatenamiento lógico que impone el conocimiento. En pocas palabras: se trata de gente a la que les han puesto un micrófono adelante para que digan lo poco que es de aceptarse como para compatibilizarlo con la jerarquía que exige su profesión.

Sin ir más lejos la “Sexta Noche”, un programa habitualmente visitado por gente que se coincida uno con ellos o no, pone de relieve que saben de lo que hablan, cuenta también con “periodistas” como Maruhenda o un tal Inda –deplorables ambos-  que no dan muestra del prestigio que es menester para encarar temas que abarquen lo social, la política o la cultura. El programa emitido el sábado 10 de diciembre puso de relieve una vez más la insolente ignorancia de Maruhenda o la prepotencia y sorna del segundo.

La solidez argumental de los periodistas  que intentan dialogar con ellos termina cuando Maruhenda  comienza con sus “yo alucino” o moviendo su cabeza a derecha e izquierda en señal de “de éste no sabe lo que dice”, o el otro a denunciar en sus trabajos de “investigación” –la mayoría de los cuales terminan en la nada (o en algún juzgado de turno)- que  fulano de tal no hace más que “traca-traca” con el dinero que le roba a los contribuyentes.

El desencuentro con los principios que Maruhenda predica choca con la ignorancia de los fundamentos que esgrime. Sin ir más lejos llegó a pedir respeto por los adinerados que con sus donaciones ayudan a los necesitados, algo que no pueden hacer los pobres. Un tipo que es profesor universitario no puede no saber que los primeros “dan” y los segundos “se dan y no se los debe omitir en su alabanza de los que tienen. Eso se llama FILANTROPÍA, Maruhenda, y filántropos los que la practican! Los que se dan apelan a la MISERICORDIA y misericordiosos son los que la practican. Entiendo que se pueda pensar así. Seguramente se trata de un pensamiento que brota  de un afecto enfermizo. Pero lo que no entiendo es que el pudor no frene su exteriorización.

Pero, aunque sepa la diferencia, su afecto bloqueado no le permite aceptar –ni lo piensa- que el aporte de ambos contribuye a la ayuda que merecen los desgraciados muertos de hambre. No me extraña que proceda así dada su ideología de derechas. Sin duda Aznar es su mentor: En una presentación que hizo el de los pies sobre la mesa fumando un puro (¿Recordáis la Guerra de Irak contra las armas nucleares)? plasmó la siguiente atrocidad: Todos aquellos que creían y continúan creyendo que la igualdad es más importante que la libertad también fracasaron. Aquellos que no creen en la capacidad del ser humano de encontrar la felicidad con sus propios recursos y habilidades fracasaron. Aquellos que no creen que una sociedad donde cada individuo encuentra su propia prosperidad es aquella donde todos sus miembros son más prósperos incluyendo a los que se rezagan fracasaron. En pocas palabras, todos los que desconfían del libre mercado, del derecho a la propiedad y de la iniciativa individual fracasaron.

No termina con estos dos personajes el comentario que me urge hacer. Aparece en escena una periodista que, hablando de las tarjetas black,  alude a que la moral poco tiene que ver con el juicio que se está celebrado contra los 65 personajes vinculados a la caja de crédito, ¿Se habrá enterado que son dos ámbitos distintos? ¿Sabrá esta mujer que la ley es producto de la moral que impone circunstancialmente la regulación de las relaciones que sostiene la gente entre sí? ¿O que la justicia es mucho más que la ley y la moral no es  el fundamento de la ética?

El tema al que apela esta mujer como bajo el control de la ley y no de lo moral es un error que está  más allá de la opinión. No puede existir una ley –aunque de hecho las haya por no habere sido derogadas- que desdiga los principios de la moral; van a la par. Por eso la ley está supeditada a la cambiante realidad en la que vivimos. Es en este campo minado por la ignorancia o por aconteceres ajenos a la justicia, donde tienen que actuar los jueces interpretando desde la ética lo que la ley ya no está en condiciones de resolver.

PARA TERMINAR: UN PERIODISTA SE PRODIGÓ EN DISCULPAS POR UNA ENTREVISTA QUE SE HIZO A LOS PADRES DE UN NIÑA QUE PADECE UNA ENFERMEDAD RARA. ERA TAN EFUSIVO EN ECHARSE CULPAS POR NO HABER INVESTIGADO LA CALAÑA DEL SUJETO QUE RESULTÓ SER UN SINVERGUENZA -Y A LOS PERIODISTAS QUE HABÍAN INTERVENDIO EN LA BÚSQUEDA Y ENTREVISTA DEL INDIVIDUO EN CUESTIÒN- QUE NO PUDE DEJAR DE PENSAR EL FAVOR QUE LE HARÍAN A LA SOCIEDAD SI FUERAN IGUALMENTE ESTRICTOS CUANDO SE TRATA DE JUZGAR A LOS POLÍTICOS.

POR LO DEMÁS EL CUERPO ESTABLE DEL PROGRAMA ES DE PRIMERA. 






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