lunes, 30 de julio de 2012

RENDIMIENTO EDUCATIVO EN ESPAÑA


GUADARRAMA EN MARCHA
Asociación cultural

Manifiesto para mejorar el rendimiento del sector educativo en España

FEDEA


(17 de mayo de 2012)


Acabamos de presentar un nuevo manifiesto de economistas, esta vez para mejorar el sector educativo en España. El impacto en prensa ha sido razonablemente bueno (se han hecho eco El PaísABCExpansiónEl  ConfidencialMagisnet o Invertia entre otros) pero como es lógico los titulares han tendido a enfatizar lo que convenía más en cada medio.[…]
Como ya hemos explicado bastantes veces, España tiene dos problemas educativos muy importantes. Por un lado, la escasez de alumnos con muy buenos resultados (ver http://www.fedeablogs.net/economia/?p=1532 o http://www.fedeablogs.net/economia/?p=8159 ), algo que no puede achacarse por desgracia al diferente estatus socioeconómico de nuestra población, porque España está por debajo de la media significativamente para alumnos con padres de mayor nivel educativo […]
España no lo hace mal del todo en la educación de los chicos en estratos más desfavorecidos (algo claramente positivo) pero en cambio tenemos un déficit brutal entre los estratos superiores. En las mesuradas palabras de Antonio y Walter: “Spanish education system appears better at raising the performance of teenagers with low parental education levels than teenagers from more educated families.” Esto es muy importante cara al futuro. No podemos esperar que España “cambie el modelo productivo” si no solucionamos este problema. Necesitamos poner el mismo énfasis que se pone ahora en proteger a los alumnos con mayores desventajas en espolear a los que tienen mayores capacidades  […]

Hasta hace bien poco lo único que salía del ministerio de Educación eran medidas de control de gasto. Ahora parece que por fin se comienzan a dar pasos para una reforma educativa con diagnóstico y propuestas concretas. Puesto que el propio ministerio nos invita a los ciudadanos a enviar aportaciones, quizá sea un buen momento para comentarlo entre todos aquí. El resumen ejecutivo de mi opinión es que me gusta la música de lo que leo en las reformas, pero me gustaría más ver los detalles de algunas cosas. Sobre los recortes yo creo que se puede gastar mejor, pero no creo que se deba gastar menos. [seguir leyendo…]
Pegado de <http://www.fedeablogs.net/economia/?p=22134by ANTONIO CABRALES on 21/05/2012

Manifiesto para mejorar el rendimiento del sector educativo en España
En las actuales circunstancias de crisis económica se están planteando y debatiendo distintas medidas de reforma del modelo educativo español. por un lado, la crisis obliga a tomar medidas coyunturales de recorte fiscal; por otro, han emergido con
claridad diversas deficiencias del modelo que requieren reformas integrales de nuestro sistema educativo con el fin de convertirlo en un motor del crecimiento económico y en una vía de desarrollo personal y social.
Uno de los retos más importantes de nuestro sistema educativo es el tratamiento eficaz de alumnos con necesidades educativas diferentes. Destaca, por un lado, la existencia de una tasa excepcionalmente alta de repetidores en la etapa de secundaria. La repetición es costosa tanto para los estudiantes como para la sociedad en su conjunto.
Las escuelas tienen que desarrollar formas alternativas de aprendizaje que aseguren un nivel aceptable de habilidades cognitivas después de la graduación. Por otro, los mejores alumnos españoles de enseñanza secundaria obtienen peores resultados que sus homólogos de los otros países. Las escuelas parecen ser incapaces de proporcionar a estos alumnos la ayuda necesaria para la realización de su potencial. De hecho, los resultados relativamente pobres de este tipo de alumnos son los que explican gran parte de la baja calidad de la educación secundaria española, medida por las pruebas internacionales estandarizadas de habilidades cognitivas. Esta baja calidad es motivo de preocupación ya que la investigación económica indica que la calidad de la educación y la consiguiente mejora del capital humano disponible es uno de los principales motores del crecimiento.
Tener una población más productiva y mejor formada, manteniendo las fortalezas del sistema y corrigiendo sus debilidades, constituye un objetivo imprescindible para encarar una reforma seria y profunda del sistema educativo, teniendo en cuenta
que todas las partes implicadas deben mejorar sus desempeños: alumnos, padres, profesores, administración de los centros y del sistema en su conjunto.
Detallamos a continuación algunos campos de actuación para conseguir mejorar nuestro sistema educativo.
1.
Educación preescolar
Importancia de las habilidades no cognitivas la investigación reciente ha puesto de manifiesto la importancia capital de la motivación temprana -- entre 1 y 3 años -- y el desarrollo de las habilidades no cognitivas en la formación futura y en la interacción del alumno con el sistema educativo. También ha identificado sectores de la sociedad que son especialmente vulnerables al desarrollo deficiente de estas capacidades. Las autoridades tienen una herramienta particularmente coste-efectiva con el desarrollo de programas enriquecidos de intervención temprana en estos entornos vulnerables. Es decir, además de una atención especial en las aulas, son necesarias intervenciones de apoyo a la familia para mejorar las habilidades no cognitivas.
2.
Atención a las necesidades específicas
Nuestro sistema educativo destaca por tener la mayor tasa de repetidores entre los países europeos, especialmente en la enseñanza secundaria (36,6% frente a un 17,4% en la OCDE). Las repeticiones están concentradas al final de los ciclos, cuando el margen de mejora ya es muy escaso. Esta anomalía da lugar a unos costes individuales y sociales muy elevados. Además, se asocia con unos niveles de motivación y expectativas excepcionalmente bajos, traducidos en unas altísimas tasas de abandono escolar. Corregir estas deficiencias, sin que ello se traduzca en dejar pasar de curso a los alumnos para “mejorar” una estadística, se ha convertido en uno de los mayores retos de nuestro sistema educativo, requiriendo una reforma seria.
El sistema educativo español presenta una notable rigidez que dificulta el desarrollo del aprendizaje de cada alumno a la velocidad que requiera. Por ejemplo, es probable que no todos los niños tengan que comenzar la educación primaria a la misma edad. También sería deseable que pudieran avanzar a diferentes velocidades dentro de la misma aula o del mismo curso. Esto requiere mantener los refuerzos actualmente existentes para alumnos con necesidades especiales (España tiene resultados
relativamente buenos en las pruebas internacionales como Pisa con estos estudiantes) y desarrollar programas similares de refuerzo para los alumnos más brillantes. Además, creemos que siempre deben existir, con independencia del nivel actual del
estudiante, vías para que puedan permanecer escolarizados. Posibilitar el acceso a los 14 años a una versión reforzada de los actuales programas de cualificación profesional inicial (pcpi) podría ser una solución eficaz al elevado fracaso escolar que nos
caracteriza. Para ser efectiva, esta vía de escolarización debería ser complementada con pasarelas de acceso a la educación secundaria post-obligatoria.
3.
Esfuerzo y comportamiento adecuado
los estudiantes y sus familias deben ser conscientes de que no hay excusas para no esforzarse. Muchos condicionantes personales y sociales son relevantes pero las posibilidades de mejora son escasas sin el esfuerzo del alumno. El sistema está para ayudar a los estudiantes y sus familias, pero sólo ellos pueden darle el uso adecuado.
Para incentivar el esfuerzo, los resultados y rendimientos deben tener consecuencias. Por ejemplo, al final de la educación primaria y secundaria deberían existir pruebas estandarizadas cuyos resultados tengan consecuencias académicas, incluyendo
mayores posibilidades de elección de centros y programas especiales para los alumnos con mejores resultados.
En España se observa un nivel preocupante, superior al de otros países europeos, de mal funcionamiento en las aulas debido a problemas de comportamiento. Una buena estrategia para mejorar en este ámbito es generar los comportamientos y las
actitudes adecuadas desde edades tempranas (habilidades no cognitivas). No se deben tolerar actitudes en las aulas que perjudiquen a la mayoría por los malos hábitos de una minoría. Debe proporcionarse a los profesores herramientas de autoridad que sean rápidas, eficaces y con escaso coste administrativo para gestionar los conflictos.
Para evitar la generación de efectos externos negativos, esto debería incluir, para los alumnos reincidentes, labores de trabajo social en el colegio.
4.
Autonomía, flexibilidad interna y rendición de cuentas
Para conseguir que las escuelas se adapten mejor a las necesidades específicas de su alumnado, también es necesario dotarlas de un mayor grado de autonomía. Junto con Grecia, España es el país europeo con menor grado de autonomía por parte de
las escuelas públicas en la gestión de sus recursos humanos. Los sistemas educativos más exitosos confían en las capacidades de los propios equipos docentes a la hora de adaptarse al contexto social de la escuela. La administración debería fijar los
objetivos y evaluar su cumplimiento, dejando mayor flexibilidad a las escuelas, tanto en la gestión de sus recursos materiales y humanos como en la oferta de itinerarios específicos y la elección del método docente.Esta autonomía puede resultar ineficaz si los alumnos, sus familias, los educadores y la administración no disponen de la máxima información sobre los méritos de cada centro al formar a sus estudiantes. Dicha información procedería de pruebas estandarizadas sobre un amplio conjunto de competencias cognitivas que permitan comparar el desempeño de los centros educativos (públicos, concertados y privados)
de todo el país. pero también debería permitir a los padres evaluar los logros en competencias no cognitivas y el funcionamiento de los itinerarios específicos de los centros. La información sobre el desempeño de las escuelas en estas tareas debe
contener además suficientes datos sobre el contexto social y económico en el que operan.
Esta información ha de ser pública para que tanto las familias como la administración puedan identificar las mejores prácticas educativas, debiendo ir acompañada de una reforma del sistema de elección para disminuir el peso a la primera opción que ahora es determinante y así las familas puedan manifestar sus verdaderas preferencias.
De esta forma todas las familias tendrían la posibilidad de hacer una mejor elección de escuela para sus hijos, reforzando la complicidad educativa entre escuelas y familias. Por último, con el fin de garantizar que las mejoras lleguen a todos, y no
solo a aquellos con mayor capacidad de elección, dicha información debe servir para establecer planes de mejora, con plazos bien definidos, para aquellos centros con más dificultades.
5.
Una carrera profesional de los enseñantes basada en los resultados
En la actualidad, la carrera profesional de los profesores y de los directores de centro en España depende exclusivamente del mero paso del tiempo y de su participación en actividades formativas regladas. Este esquema no sólo es anómalo en el contexto europeo sino que nos parece regresivo e ineficaz. los profesionales deben ver recompensados los resultados conseguidos por sus alumnos tanto para lograr su acreditación profesional como para su progresión profesional posterior. Los directores de centro deben tener mayor independencia para configurar sus plantillas y sus estrategias docentes, de nuevo, siempre sujetos a la verificación externa de los resultados conseguidos. Cuando hablamos de resultados es importante no premiar a los profesionales simplemente por tener la suerte de gestionar buenos estudiantes: la medición de los resultados obtenidos debe centrarse en el valor añadido del profesor o la escuela a las capacitaciones con que acceden los alumnos a la misma.
6.
Formación profesional
La formación profesional en España acoge a un porcentaje de estudiantes muy inferior al de otros países europeos, mientras que nuestro porcentaje de universitarios está en la banda alta de Europa. esta situación debe reequilibrarse. Parte del problema
reside en que la financiación de la formación profesional en la enseñanza secundaria en España está por debajo de la existente en otros países europeos con renta per capita similar. Es importante encontrar un equilibrio entre este tipo de financiación y la dedicada a la formación universitaria. también es importante mejorar la conexión de la formación profesional con el mundo empresarial, probablemente mediante el fomento de la formación dual, a imagen de la progresiva mejora en este sentido que ya
está ocurriendo en el mundo universitario.
7.
Universidad: autonomía y rendición de cuentas
El análisis detallado de los resultados en la etapa universitaria revela que es posible una mejora sustancial de los mismos si las universidades fueran independientes tanto en sus políticas de gestión del capital humano como en su configuración investigadora y docente, siempre y cuando los resultados obtenidos tengan consecuencias financieras. Es decir, la combinación de autonomía de gestión con una financiación competitiva basada en una evaluación seria y uniforme de los resultados en docencia e investigación es la clave para conseguir un sistema universitario de mayor calidad.
Ello evitaría a las autoridades educativas tener que micro-gestionar infinidad de titulaciones y planes de estudio.
Esta estrategia debe venir asociada a una reforma del gobierno de las universidades para que rindan cuentas de manera más directa a la sociedad que las financia.
8.
Evaluación rigurosa
En España se han introducido numerosas reformas globales del sistema educativo e innumerables programas concretos sin una evaluación rigurosa de su oportunidad o de su efectividad. Esta situación debe cambiar radicalmente: la sociedad necesita
identificar cuáles son las prácticas más efectivas. La complejidad de las reformas necesarias en el momento presente sugiere su introducción gradual, lo cual, además de ser razonable en sí mismo, proporciona una oportunidad a la administración para llevar a cabo una evaluación cuidadosa de su impacto y, en caso de necesidad, hacer correcciones en algunos puntos.
Un requisito adicional para asegurar la credibilidad de las reformas es que éstas sean evaluadas de manera independiente. Para ello, sería deseable que la administración definiera una política clara sobre la forma en la que los datos necesarios para la evaluación estarán disponibles para la comunidad investigadora, como lo están por ejemplo los datos de la prueba de pisa y otras similares. Esta disponibilidad de información pública es fundamental para fomentar el debate y garantizar el consenso
científico sobre las mejores prácticas educativas.
9.
A modo de conclusión
Una reforma del sistema educativo español que se centre en mejorar sus resultados es necesaria desde hace tiempo. Este objetivo no puede conseguirse exclusivamente mediante aumentos del gasto, como muestra la historia reciente, en la que aumentos del gasto no llevaron a mejoras de la calidad medida, por ejemplo, mediante resultados en exámenes internacionales estandarizados. Al mismo tiempo parece claro que algunas de las reformas que proponemos requieren aumentos o reasignación de gastos. En cualquier caso, creemos que reformas del sistema educativo que estén orientadas a mejorarlo son la mejor y más necesaria inversión para nuestra sociedad. la experiencia histórica muestra que sociedades con niveles de educación de calidad
y diversificados se adaptan mejor a los cambios, siendo más capaces de reinventarse económica y socialmente. abordar cuanto antes las reformas educativas, tanto tiempo pendientes, es una buena forma de mejorar las expectativas de futuro en nuestra
sociedad.

Firmantes
Begoña Álvarez (universidad de vigo), Javier Andrés (universidad de Valencia), Brindusa Anghel (FEDEA), Manuel Arellano (cemfi), Salvador Barberà (universitat autònoma de Barcelona), Pau Balart (C), Samuel Bentolila (cemfi), Michele Boldrin (Washington University in Saint Louis y fedea)Antonio Cabrales (Universidad Carlos III y FEDEA), Caterina Calsamiglia (universitat autònoma de Barcelona), Guillermo Caruana (cemfi), Marco Celentani (Universidad Carlos III de Madrid y FEDEA), Antonio Ciccone (Universitat Pompeu Fabra y fedea) José Ignacio Conde-Ruiz (Universidad Complutense de Madrid y fedea), Ángel de la Fuente (Instituto de análisis económico), Sara de la Rica (Universidad del País Vasco y FEDEA), Juan José Dolado (Universidad Carlos III de Madrid), Florentino Felgueroso (Universidad de Oviedo y FEDEA), Juan José Ganuza (Universitat Pompeu Fabra), José García Montalvo (Universitat Pompeu Fabra) José Ignacio García Pérez (Universidad Pablo de Olavide de Sevilla), Luis Garicano (London School of Economics y FEDEA), Maia Güell (University of Edinburgh y FEDEA), Carmen Herrero (Universidad de Ulicante), Marcel Jansen (Universidad Autónoma de Madrid), Sergi Jjiménez (Universitat Pompeu Fabra y FEDEA), Ramón Marimon (European University Institute), Rafael Repullo (cemfi), Gonzalo Rubio Irigoyen (CEU - Universidad Cardenal Herrera) Juan Rubio-Ramírez (Universidad de Duke y FEDEA), Manuel Bagüés (Universidad Carlos III de Madrid), Antonio Villar (Universidad Pablo de Olavide de Sevilla), Marc Vorsatz (UNED y FEDEA).




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Asociación cultural

NUESTRO PROYECTO



Buena parte de lo que hacemos en esta sociedad está íntimamente ligado al placer y a la estupidez, difícilmente a la reflexión que imponen las exigencias cuando arrecian las dificultades. Es razonable: nos han hecho vivir en un mundo encantado, un mundo en el que reina la diversión.*
Disculpe usted, amigo lector, una introducción tan abrupta, pero creo que  ha llegado la hora de que reflexionemos. Todo indica que el temor y la angustia se han apoderado de nosotros. Y no sin razón: desde la casa que habitábamos, que hemos tenido que devolver al banco porque no había forma de pagar la hipoteca,  pasando por los 5 millones de desocupados  a los que podemos sumarnos  en cualquier momento, la cosa va a peor.
Entonces empezamos a buscar culpables: el sistema financiero, los bancos, los políticos, los empresarios, toda una banda de filibusteros cuyos nombres conocemos.  Ya los hemos encontrado. Pero ¿qué hacer ahora?

Nuestro propósito principal es lograr que despertemos como comunidad a este despropósito que nos empuja a la dependencia de modo tal que el sistema se ponga a nuestro servicio para poder  vivir autónomamente: aprender a elegir para adoptar actitudes que nos autoricen a cambiar en búsqueda  de nuestra propia verdad sin más condicionamientos que los de  una conciencia clara que nos permita ir por el mundo con la frente alta y seguros de nosotros mismos.

Las sociedades organizan el mundo de acuerdo  con sus propios requerimientos. Si estos  superaran su capacidad para poner en marcha las metas que persiguen, sus logros  no podrían cumplirse, las comunidades se atomizarían y las instituciones caerían presa  de la ambición de la partidocracia.
Así, en GUADARRAMA EN MARCHA  aspiramos a impulsar nuevas generaciones  que discurran acerca de la realidad con algo más que con su percepción. Es necesario que aprendan a PENSAR para seleccionar criteriosamente las variables; a reflexionar para crear una estrategia a partir de la selección realizada y así transformar en conocimiento todo lo que sirva a su futuro desempeño. En eso estamos y por eso quedamos todos  invitados a participar.

GUADARRAMA  ya se ha puesto en marcha:

Organiza eventos, debates, conferencias, charlas, congresos cursos, talleres, seminarios y sesiones de cine debate.
Publica Libros: cuentos cortos, novelas, poesías, ensayos y  y El cultural de la Sierra
Amplía su radio de acción con la FUNDACIÓN EMILIA Mª TREVISI

¿A qué aspiramos?

En lo EDUCATIVO, lograr que los datos se dinamicen y entronquen en un proyecto más vasto, donde cambien de perspectiva y favorezcan la recreación del aprendizaje en lo que tiene de vital: transformar un individuo en persona. Es en este ámbito   GUADARRAMA EN MARCHA   mantiene contactos con asociaciones juveniles, escuelas, institutos, asociaciones que estén orientadas a la tercera edad; educadores, escritores... Nuestra misión aspira a alertar a la familia y a la docencia  de que existe la posibilidad de un cambio que induzca a personalizar la educación y que, a los efectos de lograr tales circunstancias es menester asumir que la decrepitud metodológica que  anima a nuestra educación sistemática no hace más que ratificar la ineficacia de un proceso que no fomenta lo actitudinal.

En lo POLÍTICO, ante el desgarro que ha sobrevenido en el ámbito de las instituciones, que han sido avasalladas por el mercado  sin ningún accionar efectivo por parte los partidos políticos, favorecer la participación ciudadana impulsando una gestión APAR-TIDARIA y una  puesta en común con todos los hombres y mujeres cualquiera sea su nacionalidad o procedencia.

En lo SOCIAL, promover actitudes solidarias  que contrarresten los conflictos que ha planteado la  globalización para la gran mayoría de la gente: pobreza, abandono, posterga-ción….  Estrechar contactos  y prestar apoyo desde nuestro blog a todas aquellas instituciones o  personas que hayan encarado un proyecto similar al nuestro para  ponernos en común.

En lo ECONÓMICO, entender que vivimos un mundo en el que el capital es el eje de nuestra convivencia, aunque al mismo tiempo esclarecernos de que no es lo mismo el CAPITAL  que el CAPITALISMO, que es una distorsión de aquél  y principal responsable de la crisis que asola al mundo desde la década del setenta del siglo pasado cuando comenzó la destrucción sistemática de las naciones estado.

En  lo CULTURAL, impulsar relaciones con el objeto de lograr la mayor cantidad posible de encuentros  que coadyuven a la paz, a la integración y a la tolerancia.
Así, ESPACIO GUADARRAMA se constituye en un foro de debate de ideas, teorías, innovaciones y aplicaciones sobre los más variados temas. Vamos camino de lograr la colaboración de todos aquellos especialistas que autoricen la difusión de sus trabajos de modo que podamos constituirnos en un vehículo más de sus ideas y proyectos.
Las debilidades que amenazan nuestro proyecto son las propias del mundo globalizado: despersonalización, inseguridad, abulia, conformismo y mil vicios más que reconocemos en la multiplicidad de imágenes que nos llegan a diario a través de los medios. Vivimos un mundo de reconocimiento, lejano al del conocimiento que es el que nos autorizaría a  elegir para poder cambiar y así, crecer.
Nuestra fortaleza radica en que hay miles de personas que saben de esas miserias pero que no tienen forma de canalizar sus desencuentro con la realidad. Viven atomizados, sin posibilidades de ponerse en común con todos aquellos que piensan y sienten como ellos.

Estamos jugando a que vivimos en democracia

La democracia tal cual fue concebida está agotada. Se agotó hacia la década del setenta cuando el poder económico tomó las riendas y arrebató a las estados–nación su capacidad de decidir. El proceso fue rápido. Primero fueron las multinacionales; continuaron los capitales transnacionalizados con eje en la Comisión Trilateral; se implantaron dictaduras en Sudamérica; apareció Reagan a las órdenes de Thatcher, cabeza visible del neoliberalismo; se iniciaron guerras para apoderarse del petróleo que guardaban países como Irak con argumentos non santos: terminar con las armas de destrucción masiva que albergaban sus arsenales (cuya real existencia el mismísimo Bush confesó desconocer)…

Se llegó a un punto, el actual, en el que las circunstancias llaman a preguntarse si la situación tiene salida en los términos en los que se nos propone. Todo indica que los recortes acentúan la crisis. De resultas las decisiones pasan por otras manos. La democracia  es una entelequia.

a. no es la gente la que decide; son los partidos políticos  los que deciden por la ciudadanía.  
b. los políticos son los comisarios del poder económico; el poder económico decide por usted gratificando “alegremente” a los partidócratas que ocupan las bancas en las diputaciones, comunidades y municipios haciendo lo que mandan los bancos y los grandes intereses que guardan sus beneficios en los paraísos fiscales.
c. por más que a usted le dijeran que puede tachar en las listas a los que no le gustaría que asumieran las bancas,  nadie podría conocer  las historias  personales de los cientos de politicastros que aspiran a ellas.
d. el sistema no autoriza a la gente a que lo investigue más allá de lo que el MISMO SISTEMA AUTORIZA.
e. los representantes del pueblo son IGNORANTES SIN NINGUNA PREPARACIÓN. ¿A quién se le puede ocurrir lo contrario si en un congreso con 400 o 500 diputados solo aparecen siempre los mismos 10 personajes y algunos de ellos deplorables? Los otros están ahí para levantar la mano acordando  o para decir “que se jodan” como acaba de suceder con una diputada de apellido Fabra.
d. en su pueblo usted no vota lo que necesita su pueblo sino lo que manda la partidocracia que da las órdenes desde las “tutorías centrales” (Madrid, por ejemplo, desde Ferrán o Génova) 
eLA CIUDADANÍA NO PARTICIPA porque está harta. Al no encontrar el camino para cambiar las cosas; entonces vota al que cree menos malo y con el alma enfurecida.

Ha llegado el momento de la introspección.

MIREMOS EL MUNDO Y  VEÁMONOS EN ÉL

Una de las primeras conclusiones a la que debemos llegar, para entendernos, es que Europa no es el ombligo del mundo; que la Europa que “inventamos” -la UE- se ha agotado y que el sistema financiero internacional se ha apoderado de ella; que los países del norte están aplastando, uno por uno, a los países “pigs”: empezaron por Portugal, siguieron con Grecia, luego Irlanda… ahora nos ha tocado a nosotros, España, y a corto plazo le tocará a Italia;  que geoestratégicamente estamos en un lugar por el que a mediano plazo nadie va a apostar; que la riqueza -abundancia, estabilidad,  o como se quiera llamar- ya no cruza el Atlántico: cruza el Pacífico camino de América, u otros mares y tierras hacia África; que dado  el empuje de las nuevas  naciones que solían decir poco en el concierto internacional y la fuerza de Rusia a la que le importa poco Europa pasaremos a ser un “continente museo” aislado, en el centro de un mundo que no brillará más; que hemos desaprovechado la relación que nos vincula a Hispanoamérica, despreciando sus calidades y a sus gentes a las que hemos llamado despectivamente “sudacas” descartando un puesta en común que tiene varias vertientes pero sobre todo una: la frescura de sus pueblos que, equivocados a o no, no se han sentado a “ver qué pasa” sino que han asumido la participación como parte esencial de su crecimiento; que el futuro de los recursos más preciados para la humanidad tales como los proteicos y los energéticos  están en la Antártida y que los únicos países desde los que se puede acceder a sus riquezas aún no explotadas en cualquier época del año son Argentina y Chile; que EE.UU tampoco está en condiciones de afrontar el nuevo mundo porque se han acabado las abundancias de las que solían disfrutar sus gentes y las riquezas comienzan a florar en otra parte; que lo que se avecina son culturas que nos son ajenas; que China tiene 100 millones de superdotados a los que ha comenzado a “desparramar” por el mundo; que la democracia no significa nada para ellos; que se han hecho con el capitalismo y lo manejan según los dictados de un gobierno totalitario; que los jeques árabes formarán parte de ese nuevo sistema… En fin, que vamos quedando fuera del paquete.

Mientras el mundo en el que vivimos todos –el que nos obliga con el trabajo y los quehaceres cotidianos-  marcha a la velocidad de nuestras posibilidades motoras de vida, algo que no podemos alterar, el mundo de las finanzas se mueve a velocidad digital. El valor del dinero, el intercambio, la especulación, la bolsa  marchan a una velocidad que acaso solo el vértigo de la información supere. Los primeros días de julio nos dieron la pauta de ello: la prima de riesgo, el Ibex y no sé cuántas variables más cambiaban sus tendencias varias veces en apenas el tiempo que nuestra rutina nos llevaba al trabajo.

MIREMOS ESPAÑA y VEÁMONOS EN ELLA

El 27 de abril de 2009 decíamos en la Fundación Emilia Mª Trevisi

La crisis en España vista por un mero observador
Durante los últimos 30 años España vivió un crecimiento fastuoso que enriqueció a sus gentes sin advertirles que de no moderarse en sus afanes por hacer dinero y vivir con fausto caerían en el abismo en el que ahora están instaladas. Nadie se dio cuenta  de que "mi caja" haciendo click! no era necesariamente  significativo de que la "caja" de "mi país" se fuera llenando a la par.
La desidia  que normalmente acompaña a la abundancia se ha hecho ver; la incapacidad de los políticos y la rapacidad del capital también.
La clase política  no quiso, no pudo, no supo poner  freno a  al desborde. La derecha de Aznar,  porque el mundo vivía un período extraordinario de crecimiento económico; porque España disfrutaba por entonces de ingentes fondos europeos conseguidos por el gobierno de Felipe González; porque la especulación inmobiliaria estaba en su apogeo y porque privatizó las grandes empresas públicas obteniendo liquidez inmediata. Y la socialdemocracia de Zapatero porque supo vivir de esas ventajas hasta que se vino abajo el "milagro neoliberal", cogiéndolo como cogió a todo el mundo con un mercado laboral inconsistente que ha dejado en la miseria cinco millones de trabajadores. Los acuerdos -nunca explicitados- entre la banca, las constructoras y la escandalosa recalificación de tierras que se hacía desde los ayuntamientos para edificar miles y miles de pisos que no satisfacían ninguna necesidad social precipitaron el desastre. Todos se habían convertido en inversores. Cualquier desgraciado tenía dinero "invertido en  bolsa" y hasta en paraísos fiscales; se compraban pisos  en  construcción que rápidamente  lucían  carteles de "se vende" en la certeza de que lo que se había pagado 10  se revendería a 100 en pocos meses; se compraban coches a 60 euros por mes, se refaccionaban las casas,  se compraban televisores de plasma de 1 metro cuadrado para ver fútbol -me dejaba perplejo leer en los diarios que aumentaba la venta de televisores ante acontecimientos deportivos como un Real Madrid-Barza; motos,  cenas con amigos a 50 euros por cabeza, equipos de audio "cine en casa"; una sociedad que salía en cruceros por el Mediterráneo a pasear 10 ciudades en seis días a cuatro horas por ciudad y varios miles de euros por cabeza; que llevaba a sus hijos a jugar golf, que los anotaba en clubes de fútbol para que fueran futuros casillas raúles o e´toos, que los empujaban a ser nadales o federers; que los enviaban a colegios privados ingleses a 1000 euros por hijo...
Este observador se preguntaba  qué pasaría cuando todos aquellos que hipotecaban sus vidas sufrieran los efectos nefastos de la especulación que ellos mismos habían fomentado. ¿Es que no se daban cuenta que cuando los bancos les otorgaban una financiación del ciento por ciento del valor de la propiedad y "unas pesetillas más para que cambiaran el coche" el negocio -su negocio, el del pobre infeliz- no llegaría muy lejos? ¿O que se saturaba su tarjeta de crédito, que las acciones estaban sobrevaloradas y los bancos y las Cajas desfondados? La respuesta no tardó en acudir: una sociedad que había perdido el rumbo sucumbió ante ilusiones equívocas, deudas inasumibles y falsos prestigios sociales devorados por la realidad.
También se preguntaba este observador qué pasaría con la desocupación cuando todo este disparate se precipitara. La vida "dulce", abundante en necesidades materiales impone sus circunstancias: tener dinero. Hacía tiempo ya que se había creado trabajo basura; ese trabajo insustancial que desaparece el primero porque viene atado a contratos temporales. España era el país que más contratos temporales registraba en toda Europa, sobre todo de autónomos; el país con menor presupuesto para investigación, uno de los peores niveles educativos de la UE... Y se contestaba: ¿Qué otra cosa podía pasar que no fuera el coma del mercado de trabajo "barato"?
Durante todos estos años, los gobiernos, satisfechos con esta nueva clase social de  "ricos-ahora-muertos-de-hambre", dejaban de lado las políticas que efectivamente alientan la riqueza de un país y de sus gentes, ¿olvidando? que la gente es el  recurso más importante con que cuenta una nación  y que si bien se pone en marcha  con la mira puesta en su propio beneficio, cuando hay   un proyecto común el beneficio es para todos; que los motores de esa marcha son la educación y el acceso a la información seria y calificada; que una ciudadanía educada y bien informada elige valores, metas y procedimientos y  crea y regenera cultura; que es menester favorecer  la investigación y desarrollo  para que devenga en plantas de alta productividad ¿Sabía usted que la productividad en España es de las más bajas del primer mundo y sin embargo no se ha hecho gran cosa para mejorarla?.
Siendo la información, la investigación y el  desarrollo y la capacidad productiva  los verdaderos aceleradores de la sociedad uno no puede dejar de acordarse de Aznar  y de las armas de destrucción masiva, las manifestaciones de los científicos españoles reclamando mayor presupuesto, la fuga de mileuristas universitarios que buscan otros horizontes, los escasísimos presupuestos para investigación...
 ¿Qué hemos hecho mal en España?  Más vale que demos con la respuesta.

LA INFORMACIÓN


Si bien el aluvión de información que cae sobre nosotros es significativo cuantitativamente, no lo es, sin embargo, desde el punto de vista del interés  que puede despertarnos en satisfacción de estrategias que nos permitan encausar nuestras vidas por aquellas sendas por donde han ido "los pocos sabios" a los que alude el ilustre pensador español. Esa información hay que buscarla; no nos cae del cielo. Es la información que ajusta  las circunstan-cias del mundo a un proyecto, a nuestro proyecto, sin desvirtuarlo; la que nos lleva a discernir más allá de la percepción (primer estadio a partir del cual reconocemos la realidad),   es decir, a pensar, a procesar lo que nos llega de modo que "nos" sirva.
El borbollón que nos cerca alienta pocas expectativas. Por lo general, es tal la planicie en la que vivimos que ni siquiera llegamos a pensar; nos quedamos en la mera percepción. Es así como cobran vigencia hechos  irrelevantes que se prodigan escandalosamente en los medios: periodistas de dudosa reputación profesional hurgando en la vida de seres irrelevantes  o la prensa amarilla que nos pasa información no contrastada.

     Es así como nos hemos embrutecido

Siendo que la naturaleza de la percepción es escueta y todo aquello que no "vemos" lo damos por no existente, descartamos todo lo que no encaja en nuestra realidad. Sucede  a veces, sin embargo, que no hay más remedio que "reconocer"  lo "desconocido",  porque está ahí, porque la realidad lo muestra. Entonces, cuando es así, ante la imposibilidad de negarlo,  lo condenamos por "diferente".  ¿Quién no ha escuchado decir barbaridades  de los inmigrantes, de los homosexuales, de los judíos o...?  La naturaleza de la ignorancia es tal que no sólo autoriza una vida bestial plena, en el único sentido posible del aserto, sino que alienta la necedad más rampante:  están ahí , pero qué más da: no son como yo, como los míos.

     Así, segregamos.

Cuando hablo con los jóvenes de la importancia de descubrir las semejanzas que existen entre las cosas, aquellas que las hacen partícipes de un todo enriquecedor, los invito a que indaguen reflexivamente, a que las penetren  más allá de las diferencias que las identifican,  a que  se abrasen en la búsqueda de lo que verdaderamente las pone en común.

     Así,  agregaríamos, incorporaríamos.

Pero, ¿dónde se consigue esa información? ¿Cómo se motiva su búsqueda? Es menester impulsar un proyecto de vida en todos aquellos que viven sumergidos en la intrascendencia de lo cotidiano y sometidos a la baratura de una información que no conduce a nada. Pero para eso es imprescindible despertar en el hombre un afán de conocimiento.
Nuestro proyecto se sustentará  sobre la base de que el camino hacia la sabiduría es información devenida en conocimiento.

     Así, creceríamos

LA LIBERTAD

Pero no hemos crecido.
El ordenamiento legal establece que la libertad de cada uno termina donde comienza la de los demás. En ese sentido, la  ley es el marco regulador de las relaciones entre los ciudadanos; marca los límites; es seguridad, razón, taxonomía, cantidad. Es el recurso del que se valen los poderosos.
La libertad, sin embargo, fuera del ordenamiento legal, trasciende lo meramente relacional para dispensar el encuentro, el acto desalienante por excelencia, "el instante de suprema lucidez que somos capaces de alcanzar los hombres" (José Isaacson). La auténtica libertad consiste, así, en la creatividad espontánea con que una persona o comunidad realiza su verdad, es fruto  de una fidelidad sincera del hombre a su propia verdad. Es el recurso del que nos valemos los hombres y las mujeres valientes; los que andamos a la intemperie.
La libertad es conciencia, es el adentro-verdad; es diálogo, comprensión; comunión; solidaridad, exigencia, amplitud, reflexión, apertura, pasión, justicia... La libertad devela, esclarece, amplía, invita; es incierta, incómoda; está más allá de la ley. En este contexto la libertad no sólo no se acota sino que se amplía en el encuentro con otras libertades; la insignificancia de uno en libertad deviene en la grandeza de una comunidad en libertad.

La ley vela, oscurece, limita, obliga; es sólida, confiable; certera, confortable: nos dice  lo que no debemos hacer y hasta lo que debemos. Es la gran herramienta de las instituciones.
Siendo que las comunidades apelan a su conciencia y las instituciones a la ley, corresponde a los gobiernos, depositarios de aquélla  y garantes de ésta,  disipar los temores de una subyacencia de recelo con respecto a las iniciativas de la comunidad. En tal cumplimiento, exhibirán actitudes políticas francas, alejadas de toda sospecha de indiferencia para con  situaciones humanas concretas, o de malas intenciones en la creación de un mundo abstracto con valores desconectados de la realidad. Aunque la sospecha incumbe por igual a  la ley y a la conciencia, en el marco de la ley obliga a la denuncia; la sospecha abre un camino a seguir para  garantizar el accionar  certero  de las instituciones.
En cambio, en el ámbito de la conciencia,  la sospecha  es el punto de inflexión a partir del cual asumimos que se resquebraja el andamiaje ético de los valores que hemos elegido, que se posponen las metas que nos hemos impuesto.

NECESITAMOS UNA DEMOCRACIA EN LA QUE PARTICIPEMOS EN LIBERTADNosotros, los que aún leemos el Quijote, aspiramos a ser justos con el respaldo de la ley y nos equivocamos: la ley no tiene nada que ver con la justicia, solo garantiza el bienestar del sistema, que por lo que vemos a diario no nos incluye . ¡No me diga que no somos unos inocentones! ¡Imaginarnos que la ley que hacen los poderosos va a servir a los intereses de la gente! **


HAY SALIDA: LA PARTICIPACIÓN

La violencia nos desencuentra como sociedad. El problema radica no solo en que estamos desocupados o que nos arrebatan nuestros sueldos o nos dejan cesantes. El problema pone de relieve que somos una sociedad insolidaria. Y lo somos porque no sabemos del compromiso de participar.
Participar es tener una parte del todo. Para eso hay que luchar. Tener la parte que nos pertenece es  algo más que poseerla: es disputarla paso a paso con los que nos la quieren arrebatar. Esa parte a la que debemos aspirar es la que nos autoriza  a ser uno en nosotros mismos, a tener conciencia propia, a no dejarnos engañar por el afán totalizador de quienes  pretenden que todos pensemos igual, actuemos igual y seamos iguales; EN RESUMEN, QUE ACEPTEMOS LAS COSAS COMO SON PORQUE "NO HAY REMEDIO".
Mi edad avanzada y una vida intensa me autorizan a invitaros a que participéis. Nunca he renegado en vano. A veces con la satisfacción de encontrar compañeros de lucha, otras, las más, con la desdicha de encuentros que no conducían a nada pero me dejaban una gran enseñanza.
He participado en cuanto he podido. Pasados los años, ya no estoy en condiciones de gerenciar luchas. Pese a todo he seguido adelante con mi afán de empujar a la gente a que se haga cargo de su propia dignidad desde este reducto que es la Fundación Emilia Mª Trevisi y "El cultural de la Sierra”.
Por eso, como lo hiciera Unamuno, os invito a luchar contra los "doctores" que vegetan en sus puestos de trabajo; contra los que quieren que siga todo tal cual, sin cambios; contra los que traicionan su fe; contra los que delinquen aprovechando los espacios que el sistema no sabe (no quiere/no le importa) cubrir; contra los que mienten a sabiendas; contra la corrupción de los políticos, contra los que roban a la comunicad que les da de comer...
El principio del éxito está en conseguir compañeros de lucha y eso no puede ser tan difícil si asumimos con claridad que hay espacios que todavía no han sido cubiertos y nos están esperando.
No olvides que la "patriada" despertará en tus hijos gran admiración por ti y que todo lo que hagas los ayudará a allanar los problemas que tendrán que afrontar en unos pocos años.

Para afrontar el desasosiego de un cambio que se nos escapa de las manos, debemos reconocer la realidad desde la realidad misma. Ya no basta con la percepción como hemos dicho; hay que pensar las variables, reflexionar para que entronquen entre sí de modo que nos empujen al conocimiento.

Ese cambio solo puede ser educativo y bien vale la pena que reconozcamos que nosotros mismos, mayores ya, necesitamos educarnos. Estamos viviendo una etapa  en la que “EDUCARSE” significa algo muy distinto de lo que se entiende por “EDUCAR”. “Educarse” significa  PONERSE EN COMÚN PARA APREHENDER DE LOS DEMÁS TODO AQUELLO QUE NOS PUEDEN APORTAR LOS PARTÍCIPES DEL PROYECTO CON SU ENTREGA, FIDELIDAD, DECENCIA, VOLUNTAD, AFECTO POR LO QUE HACEN, E INTELIGENCIA para sacar nuestras propias conclusiones, para  objetivar nuestras metas; para tener elementos que nos hagan con la realidad sin que nadie nos la explique, simplemente armando estrategias que nacen de la reflexión.

¿Tenemos un idea de los  acontecimientos sucesivos que se concatenan entre sí antes de llegar a nosotros? ¿Sabemos analizar una película como “Doce hombres sin piedad” o “Educando a Rita”  o “Thrive”  para descubrir lo que nos pasa? ¿No se le ha ocurrido pensar que programas de televisión como “Sálvame” son un misil del sistema para que ocupemos nuestro ocio con intrascendencias? ¿O que la última película de Santiago Segura – un absoluto despropósito, vano,  del que él mismo se ríe- tuviera un record de taquilla? ¿No le llama la atención que el presidente de la Corte Suprema de Justicia ocupe un cargo  que merece una categoría que sus actitudes no acompañaron a lo largo de su gestión? ¿Sabe usted lo que es  Trilateral? ¿Y Bilderberg, la reunión celebrada en Sitges hace aproximadamente un año? ¿Quiénes son Gardner, Brtzinsky, y Kissinger?  ¿Sabía usted que Bilderberg  incluye personajes de todas las tendencias como Paul Wolfowitz, George Soros o los presidentes de Coca-Cola, Fiat y France Telecom? ¿o que la representación española corre a cargo de Matías Rodríguez Inciarte, Juan Luis Cebrián, Joaquín Almunia, Esperanza Aguirre y Pedro Solbes? ¿Se imaginaba usted a Solbes y a Esperanza Aguirre coincidiendo en un mismo foro cuyos objetivos sean resolver cómo  poner fin a la procreación humana natural?, ¿O Volver borrosa la frontera entre lo viviente y lo no-viviente? ¿O Introducir las maquinas en los cuerpos? ¿O cómo idiotizar a la población? ¿O Debilitar las energías individuales? ¿O eliminar el poder de los estados? ¿O favorece las tecnologías de control de las mentes? ¿O el fin programado de la democracia? Las preguntas no son baladí porque éste es el proyecto de la trilateral.


El problema radica en que las circunstancias que nos toca vivir mientras por una lado globaliza algunas variables por otro nos atomiza y nos hace ver las cosas según las necesidades del sistema que impera: nos ata a la ley que ellos mismos promulgan, nos empujan a la ignorancia, profundiza en nuestro egoísmo, nos desencuentra con los demás, nos empuja a participar en grupos que se apoderan de nuestras conciencias y nos restringe la libertad remitiéndonos a la ley como supremo código.
Una de las razones por la que nos postergan es que nuestra clase dirigente NO SABE  dónde va. Y cuando sí lo sabe, como tienen muy claro que la gente no va a llegar a esos niveles de conocimiento, actúan “per se” al margen de nosotros.

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Sabe usted que los foros internacionales (Bilderberg, por ejemplo,  celebrado en España hace dos años incluye personajes de todas las tendencias como Paul Wolfowitz, George Soros o los presidentes de Coca-Cola, Fiat y France Telecom? ¿o que la representación española corre a cargo de la Reina Sofía, Matías Rodríguez Inciarte, Juan Luis Cebrián, Joaquín Almunia, Esperanza Aguirre y Pedro  Solbes?.

Vea 

http://www.fundacionemiliamariatrevisi.com/BILDERBERGcat.htm / http://www.fundacionemiliamariatrevisi.com/bilderger.htm 
Estrategias para un control global de la sociedad


     ¿Quién gobierna en verdad el mundo? Los poderes ejecutivos nacionales han perdido su capacidad de decisión política y se han convertido en meros gestores administrativos. 

TREINTA AÑOS de la COMISIÓN TRILATERAL
Por Olivier Boiral Fuente: Le Monde diplomatique Nº 18, noviembre 2003, edición Colombia Democracia para 300 privilegiados. Para solaz de visiones conspirativas del acontecer histórico, este think tank creado por David Rockefeller en 1973 conjugó temores y necesidades de las industrias.
El más poderoso grupo de análisis e intervención política mundial. La Comisión Trilateral –una de las piezas de ese tablero multiforme– consolida la alianza entre el poder de las multinacionales, el de las finanzas y el de la política, gracias a una red de influencias cuyas ramificaciones se extienden a los principales sectores de la sociedad. De esa forma retomaba las palabras del fundador, David Rockefeller: “A veces, las ideas presentadas por los informes de la Comisión Trilateral se convirtieron en políticas oficiales. Esas recomendaciones siempre fueron seriamente debatidas fuera de nuestro círculo y estuvieron presentes en las reflexiones de los gobiernos y en la formulación de sus decisiones”...


En sus primeros diez días, Barack Obama designó en la Comisión Trilateral a once altos miembros clave de su administración. Así introdujo una potente fuerza exterior en el liderazgo de su gobierno, pero con una agenda básica que más bien perjudica a los ciudadanos de EEUU.

Además de estos nombramientos, Obama llevó a la Casa Blanca a miembros relevantes de la Trilateral, como su principal consejero en política exterior Zbigniew Brzezinski, cofundador de la Comisión junto con David Rockefeller en 1973
Su ideólogo más destacado es Zbigniew Brzezinski (cofundador de la Comisión con David Rockefeller) que la definió como "el conjunto de potencias financieras e intelectuales mayor que el mundo haya conocido nunca".
Hoy día, los países de la Trilateral, que representan el 10% de la población mundial, acaparan el 80% de los recursos del planeta.
Por Estados Unidos, se encuentran unos auténticos pesos pesados de la política y las finanzas: los citados David Rockefeller, fundador y presidente honorífico de la Trilateral, y Zbigniew Brzezinski; Madeleine K. Albright, ex secretaria de Estado; Richard Perle, ex asistente de la Secretaría de Defensa con el gobierno de Bush hijo y uno de los halcones de Washington; George Tenet, ex director de la CIA; el vicepresidente Dick Cheney, etc.



Pedro Solbes y Joaquín Almunia son candidatos a ocupar cargos en la dirección económica de España y la Unión Europea. Lo que no sabe la gente es que estos personajes tienen algo en común. Además del posible relevo entre ellos y el ser candidatos del PSOE( Partido Socilista Obrero Español) apa...



Hispanidad.com hace este interesante comentario de la popular Esperanza Aguirre, presidenta de la comunidad de Madrid del que tomamos las siguientes notas. De todas las políticos españoles, Aguirre ha sido la que con mayor prontitud ha aceptado su cargo para participar en las reuniones del Club.




Redaccíón: Solidaridad.net Con su designación como director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato se ha convertido en el español que ostenta un cargo más alto en una organización económica internacional a lo largo de la historia. Rato pasa a formar parte del limitado...


domingo, 29 de julio de 2012

ABORTION


                                                             
GUADARRAMA EN MARCHA
Asociación cultural

A Question of Catholic Honesty
by Daniel C. Maguire

Dr. Maguire is professor of moral theology at Marquette University in Milwaukee, Wisconsin, and past president of the Society of Christian Ethics. He wasthe visiting professor of moral theology at the University of Notre Dame in South Bend, Indiana, during the 1983-84 school year. This article appeared in the Christian Century, September 14-21, 1983-84 p. 803-807. Copyright by The Christian Century Foundation; used by permission. Current articles and subscription information can be found at www.christiancentury.org. This material was prepared for Religion Online by Ted and Winnie Brock.


"In the ‘already but not yet’ of Christian existence, members of the church choose different paths to move toward the realization of the kingdom in history. Distinct moral options coexist as legitimate expressions of Christian choice." This "prochoice" statement recently made by the Catholic bishops of the United States has nothing to do with abortion. Rather, it addresses the possibility of ending life on earth through nuclear war. On that cataclysmic issue, the bishops’ pastoral letter on peace warns against giving "a simple answer to complex questions." It calls for "dialogue." Hand-wringingly sensitive to divergent views, the bishops give all sides a hearing, even the winnable nuclear war hypothesis -- a position they themselves find abhorrent. At times they merely raise questions when, given their own views, they might well have roundly condemned.
Change the topic to abortion, and nothing is the same. On this issue, the bishops move from the theological mainstream to the radical religious right. Here they have only a single word to offer us: No! No abortion ever -- yesterday, today or tomorrow. No conceivable tragic complexity could ever make abortion moral. Here the eschaton is reached: there is no "already but not yet"; there is only "already." "Distinct moral options" do not exist; only unqualified opposition to all abortions moves toward "the realization of the kingdom in history." There is no need for dialogue with those who hold other views or with women who have faced abortion decisions. Indeed, as Marquette University theologian Dennis Doherty wrote some years ago, there seems to be no need even for prayer, since no further illumination, divine or otherwise, is anticipated.
Here we have no first, second, third and fourth drafts, no quibbles over "curbing" or "halting." Here we have only "a simple answer to complex questions." The fact that most Catholics, Protestants and Jews disagree with this unnuanced absolutism is irrelevant. The moral position of those who hold that not every abortion is murder is treated as worthless. Moreover, the bishops would outlaw all disagreement with their view if they could, whether by way of the Buckley-Hatfield amendment, the Helms-Hyde bill, or the Hatch amendment.
As a Catholic theologian, I find this situation abhorrent and unworthy of the richness of the Roman Catholic traditions that have nourished me. I indict not only the bishops, but also the "petulant silence" (Beverly Harrison’s phrase) or indifference of many Catholic theologians who recognize the morality of certain abortions, but will not address the subject publicly. I indict also the male-dominated liberal Catholic press which does too little to dissipate the myth of a Catholic monolith on abortion. It is a theological fact of life that there is no one normative Catholic position on abortion. The truth is insufficiently known in the American polity because it is insufficiently acknowledged by American Catholic voices.
This misconception leads not only to injustice but to civil threat, since non-Catholic as well as Catholic citizens are affected by it. The erroneous belief that the Catholic quarter of the American citizenry unanimously opposes all abortions influences legislative and judicial decisions, including specific choices such as denying abortion funding for poor women. The general public is also affected in those communities where Catholic hospitals are the only health care facilities. The reproductive rights of people living in such communities are curtailed if (as is common) their hospital is administratively locked into the ultraconservative view on abortion, and even on such reproductive issues as tubal ligation and contraception. Physicians practicing at such hospitals are compromised. Academic freedom is frequently inhibited at Catholic universities and colleges -- public agencies that often are federal contractors -- with consequent injustice to the students and to the taxpayers. (In the face of all of this, non-Catholic citizens have been surprisingly and -- I dare aver -- uncourageously polite.)
Ten years ago, Catholic theologian Charles Curran stated in the Jurist (32:183 [1973]) that "there is a sizable and growing number of Catholic theologians who do disagree with some aspects of the officially proposed Catholic teaching that direct abortion from the time of conception is always wrong." That "sizable number" has been growing since then despite the inhibiting atmosphere. It is safe to say that only a minority of Catholic theologians would argue that all abortions are immoral, though many will not touch the subject for fear of losing their academic positions. (As one woman professor at a large eastern Catholic university said, "I could announce that I had become a communist without causing a stir, but if I defended Roe v. Wade [the 1973 Supreme Court decision legalizing abortion in the United States], I would not get tenure.")
To many, the expression "Catholic pluralism" sounds like a contradiction in terms. The Catholic system, however, does have a method for ensuring a liberal pluralism in moral matters: a system called "probabilism." While it is virtually unknown to most Catholics, probabilism became standard equipment in Catholic moral theology during the 17th century. It applies to situations where a rigorous consensus breaks down and people begin to ask when they may in good conscience act on the liberal dissenting view -- precisely the situation with regard to abortion today.
Probabilism was based on the insight that a doubtful moral obligation may not be imposed as though it were certain. "Where there is doubt, there is freedom" (Ubi dubium, ibi libertas) was its cardinal principle. It gave Catholics the right to dissent from hierarchical church teaching on a moral matter, if they could achieve "solid probability," a technical term. Solid probability could come about in two ways: intrinsically, in a do-it-yourself fashion, when a person prayerfully discovered in his or her conscience "cogent," nonfrivolous reasons for dissenting from the hierarchically supported view; or extrinsically, when "five or six theologians of stature held the liberal dissenting view, even though all other Catholic theologians, including the pope, disagreed. Church discipline required priest confessors who knew that a probable opinion existed to so advise persons in confession even if they themselves disagreed with it.
In a very traditional book, Moral and Pastoral Theology, written 50 years ago for the training of seminarians, Henry Davis, S.J., touched on the wisdom of probabilism by admitting that since "we cannot always get metaphysical certainty" in moral matters, we must settle for consenting "freely and reasonably, to sufficiently cogent reasons."
Three things are noteworthy about probabilism: (1) a probable, opinion which allows dissent from the hierarchically maintained rigorous view is entirely based on insight -- one’s own or that of at least five or six experts. It is not based on permission, and it cannot be forbidden. (2) No moral debate -- -and that includes the abortion debate -- is beyond the scope of a probabilistic solution. To quote Father Davis again: "It is the merit of Probabilism that there are no exceptions whatever to its application; once given a really probable reason for the lawfulness of an action in a particular case, though contrary reasons may be stronger, there are no occasions on which I may not act in accordance with the good probable reason that I have found." (3) Probabilism is theologically deep, going back to John and Paul’s scriptural teaching that Spirit-filled persons are "taught of God," and to Thomas Aquinas’s doctrine that the primary law for the believer is the grace of the Holy Spirit poured into the heart, while all written law -- including even Scripture, as well as the teachings of the popes and councils -- is secondary. Probabilism allows one to dissent from the secondary through appeal to the primary teaching of the Spirit of God. It is dangerous, of course, but it is also biblical and thoroughly Catholic.
There are far more than five or six Catholic theologians today who approve abortions under a range of circumstances, and there are many spiritual and good people who find "cogent," nonfrivolous reasons to disagree with the hierarchy’s absolutism on this issue. This makes their disagreement a "solidly probable" and thoroughly respectable Catholic viewpoint. Abortion is always tragic, but the tragedy of abortion is not always immoral.
The Bible does not forbid abortion. Rather, the prohibition came from theological and biological views that were seriously deficient in a number of ways and that have been largely abandoned. There are at least nine reasons why the old taboo has lost its footing in today’s Catholic moral theology. In a 1970 article "A Protestant Ethical Approach," in The Morality of Abortion (with which few Catholic theologians would quarrel), Protestant theologian James Gustafson pointed out five of the foundational defects in the traditional Catholic arguments against all abortions: (1) These arguments relied on "an external judge" who would paternalistically "claim the right to judge the past actions of others as morally right or wrong," with insufficient concern for the experience of and impact on mothers, physicians, families and society. (2) The old arguments were heavily "juridical," and, as such, marked by "a low tolerance for moral ambiguity." (3) The traditional arguments were excessively "physical" in focus, with insufficient attention to "other aspects of human life." (I would add that the tradition did not have the advantage of modern efforts to define personhood more relationally. The definition of person is obviously central to the abortion question.) (4) The arguments were "rationalistic," with necessary nuances "squeezed out" by "timeless abstractions" which took the traditional Catholic reasoning "far from life." (5)The arguments were naturalistic and did not put "the great themes of the Christian faith at a more central place in the discussion." It would be possible to parallel Gustafson’s fair and careful criticisms with exhortations from the Second Vatican Council, which urged correctives in precisely these areas.
Other criticisms can be added to Gustafson’s list: (6) The theology that produced the traditional ban on all abortions was not ecumenically sensitive. The witness of Protestant Christians was, to say the least, underesteemed. Vatican II condemned such an approach and insisted that Protestants are "joined with us in the Holy Spirit, for to them also He gives His gifts and graces, and is thereby operative among them with His sanctifying power." The bishops and others who condemn all abortion tout court should show some honest readiness to listen in the halls of conscience to Protestant views on abortion before they try to outlaw them in the halls of Congress.
(7) Furthermore, the old theology of abortion proceeded from a primitive knowledge of biology. The ovum was not discovered until the 19th century. Because modern embryology was unknown to the tradition, the traditional arguments were spawned in ignorance of such things as twinning and recombination in primitive fetal tissue and of the development of the cortex.
On the other hand, the teachings about abortion contained some remarkable scientific premonitions, including the insight that the early fetus could not have personal status. Said St. Augustine: "The law does not provide that the act [abortion] pertains to homicide. For there cannot yet be said to be a live soul in a body that lacks sensation when it is not formed in flesh and so is not endowed with sense." As Joseph Donceel, S.J., notes, up until the end of the 18th century "the law of the Roman Catholic Church forbade one to baptize an aborted fetus that showed no human shape or outline." If it were a personal human being, it would deserve baptism. On the question of a rational soul entering the fetus, Donceel notes that Thomas Aquinas "spoke of six weeks for the male embryo and three months for the female embryo." In Aquinas’s hylomorphic theory, thematter had to be ready to receive the appropriate form. According to such principles, as Rosemary Ruether points out, "Thomas Aquinas might well have had to place the point of human ensoulment in the last trimester if he had been acquainted with modern embryology."
If the bishops and other negative absolutists would speak of tradition, let them speak of it in its full ambiguity and subtlety, instead of acting as though the tradition were a simplistic, Platonic negative floating through time untouched by contradiction, nuance or complexity.
(8) Vatican II urged priests and church officers to have "continuous dialogue with the laity." The arguments prohibiting all abortion did not grow out of such dialogue, nor are the bishops in dialogue today. If they were, they would find that few are dancing to the episcopal piping. A November 1982 Yankelovich poll of Catholic women shows that fewer than one-fifth would call abortion morally wrong if a woman has been raped, if her health is at risk, or if she is carrying a genetically damaged fetus. Only 27 per cent judge abortion as wrong when a physically handicapped woman becomes pregnant. A majority of Catholic women would allow a teen-ager, a welfare mother who can’t work, or a married woman who already has a large family to have an abortion.
Since the tradition has been shaped by the inseminators of the species (all Catholic theologians, priests and bishops have been men), is the implication that there is no value in the witness of the bearers? Why has all authority on this issue been assumed by men who have not been assigned by biology to bear children or by history to rear them? Are the Catholic women who disagree with the bishops all weak-minded or evil? Is it possible that not a single Catholic bishop can see any ambiguity in any abortion decision? The bishops are not unsubtle or unintelligent, and their pastoral letter on peace shows a surefooted approach to complexity. Their apparent 100 per cent unanimity against all abortion is neither admirable nor even plausible. It seems, rather, imposed.
(9) This leads to the question of sin and sexism. Beverly Harrison (professor of Christian ethics at Union Theological Seminary in New York) charges that "much discussion of abortion betrays the heavy hand of the hatred of women." Are the negative absolutists sinlessly immune to that criticism? Since the so-called "prolife" movement is not dominated by vegetarian pacifists who find even nonpersonal life sacred, is the "prolife" fetal fixation innocent? Does it not make the fertilized egg the legal and moral peer of a woman? Indeed, in the moral calculus of those who oppose all abortion, does not the potential person outweigh the actual person of the woman? Why is the intense concern over the 1.5 million abortions not matched by an equal concern over the male-related causes of these 1.5 million unwanted pregnancies? Has the abortion ban been miraculously immune to the sexism rife in Christian history?
Feminist scholars have documented the long record of men’s efforts to control the sexuality and reproductivity of women. Laws showcase our biases. Is there no sexist bias in the new Catholic Code of Canon Law? Is that code for life or against women’s control of their reproductivity? After all, canon law excommunicates a person for aborting a fertilized egg, but not for killing a baby after birth. One senses here an agenda other than the simple concern for life. What obsessions are operating? A person could push the nuclear button and blow the ozone lid off the earth or assassinate the president (but not the pope) without being excommunicated. But aborting a five-week-old precerebrate, prepersonal fetus would excommunicate him or her. May we uncritically allow such an embarrassing position to posture as "prolife"? Does it not assume that women cannot be trusted to make honorable decisions, and that only male-made laws and male-controlled funding can make women responsible and moral about their reproductivity?
The moral dilemma of choosing whether to have an abortion faces only some women between their teens and their 40s. The self-styled "prolife" movement is made up mainly of men and postfertile women. Is there nothing suspicious about passionately locating one’s orthodoxy in an area where one will never be personally challenged or inconvenienced?
A moral opinion merits respectable debate if it is supported by serious reasons which commend themselves to many people and if it has been endorsed by a number of reputable religious or other humanitarian bodies. Note the two requirements: good reasons and reliable authorities.The principle of respectable debate is based on some confidence in the capacity of free minds to come to the truth, and on a distrust of authoritarian shortcuts to consensus and uniformity. This principle is integral to American political thought and to the Catholic doctrine of probabilism. On the other hand, prohibition represents a despairing effort to compel those whom one cannot convince; it can only raise new and unnecessary doubts about Catholic compatibility with democratic political life.
But what of legislators who personally believe that all abortion is wrong? Those legislators must recognize that it is not their function to impose their own private moral beliefs on a pluralistic society. St. Augustine and St. Thomas Aquinas both found prostitution morally repugnant, but felt that it should be legalized for the greater good of the society. St. Thomas wryly but wisely suggested that a good legislator should imitate God, who could eliminate certain evils but does not do so for the sake of the greater good. The greater good supported by the principle of respectable debate is the good of a free society where conscience is not unduly constrained on complex matters where good persons disagree. Thus a Catholic legislator who judges all abortions to be immoral may in good conscience support the decisions of Roe v. Wade, since that ruling is permissive rather than coercive. It forces no one to have an abortion, while it respects the moral freedom of those who judge some abortions to be moral.
Good government insists that essential freedoms be denied to no one. Essential freedoms concern basic goods such as the right to marry, the right to a trial by jury, the right to vote, the right to some education and the right to bear or not to bear children. The right not to bear children includes abortion as a means of last resort. Concerning such goods, government should not act to limit freedom along income lines, and should ensure that poverty takes no essential freedoms from any citizen. Furthermore, the denial of abortion funding to poor women is not a neutral stance, but a natalist one. The government takes sides on .the abortion debate by continuing to pay for births while denying poor women funds for the abortion alternative that is available to the rich. Funding cutbacks are also forcing many to have later abortions, since they have to spend some months scraping up the funds denied them by the government. The denial of funding is an elitist denial of moral freedom to the poor and a stimulus for later or unsafe abortions.
Abortion has become the Catholic orthodoxy’s stakeout. In January 1983, California Bishop Joseph Madera threatened excommunication for "lawmakers who support the effective ejection from the womb of an unviable fetus." (His warning also extended to "owners and managers of drugstores" where abortion-related materials are sold.) In a bypass of due process, Sister Agnes Mary Mansour was pressured out of her identity as a Sister of Mercy because her work for the poor of Michigan involved some funding for abortions. Despite his distinguished record in working for justice and peace, Robert Drinan, S.J., was ordered out of politics by the most politically involved pope of recent memory. I am not alone in seeing a link between this and the, antecedent right-wing furor over Father Drinan’s position on abortion funding. The 4,000 Sisters of Mercy (who operate the second-largest hospital system in the U.S., after the Veterans Administration) were ordered, under threat of ecclesiastical penalties, to abandon their plan to permit tubal ligations in their hospitals. A Washington, D.C., group called Catholics for Free Choice had its paid advertisements turned down by Commonweal, the National Catholic Reporter and America. This group is not promoting abortions, but simply honestly acknowledging Catholic pluralism on the issue. (Interestingly, the only "secular" magazine to refuse their advertisement was the National Review.) In June 1983, Lynn Hilliard, a part-time nurse in a Winnipeg, Manitoba, clinic where abortions are performed, had her planned marriage in a Catholic parish peremptorily canceled by Archbishop Adam Exner two weeks before the event, even though the archbishop admitted he did not know whether Ms. Hilliard was formally responsible for any abortions. In the face of all this injustice, Catholic theologians remain remarkably silent; they exhibit no signs of anger. Seven hundred years ago, Thomas Aquinas lamented that we had no name for the virtue of anger in our religious lexicon. He quoted the words of St. John Chrysostom, words that are still pertinent today: "Whoever is without anger, when there is cause for anger, sins."
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