viernes, 27 de febrero de 2015

ESPAÑA EXPORTA ARMAS (3.907 MILLONES DE EUROS EN EL 2013)

Siria combates REUTERS

Dos combatientes del Ejército Libre Sirio, que combate a las fuerzas leales a Bashar al-Assad. Durante 2013 España vendió armas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, que apoyan abiertamente a una de las partes del conflicto sirio.  REUTERS
MADRID.- El eurodiputado Javier Couso, del grupo de la Izquierda Unitaria Europea en el Parlamento Europeo, ha cuestionado este jueves ante el Consejo de la UE la legalidad de las exportaciones de armas españolas a países como Arabia Saudí o Egipto, violadores sistemáticos de los derechos humanos según ha denunciado la propia Eurocámara, así como diversas ONG como Amnistía Internacional.

Couso se hace eco del artículo de Público [ver: España explota el mercado de las armas para salir de la crisis]que detalla las ventas de armas que la industria ha realizado a países de Oriente Próximo, a pesar de que tanto la legislación española (Ley 53/2007) como la normativa comunitaria (Posición Común PESC/944/2008prohíben de forma tajante las exportaciones de este material a estados en conflicto o donde se viole el derecho internacional o los derechos 
"¿Ponen en riesgo estas exportaciones la paz y la seguridad del Medio Oriente?", pregunta Couso
En la pregunta escrita, el eurodiputado de IU interpela al organismo europeo acerca de la legalidad de estas ventas de armas: "¿Considera el Consejo que estas exportaciones se ubican fuera de la Posición Común PESC/944/2008? 
¿Ponen en riesgo estas exportaciones la paz y la seguridad del Medio Oriente?".

En el texto, Couso especifica que España ha "multiplicado por diez" sus exportaciones de material de doble uso, "hasta el punto de que el país se ha convertido el séptimo exportador mundial de armas". A este respecto, cuestiona al Consejo sobre los "mecanismos de los que dispone para obligar a los Estados a ceñirse a las posiciones comunes", como la PESC/944/2008.

Durante el año 2013, España exportó 3.907 millones de euros en armas. Hasta 1.378 millones fueron a parar a países de Oriente Medio, tal y como recoge el Centre Delàs d'Estudis per la Pau. Entre ellos, destacan Arabia Saudí (406 millones) y Egipto (126), así como los 717 millones de euros de "Emiratos Árabes Unidos, que, junto a Arabia Saudí, apoya a una de las partes en conflicto en Siria", denuncia Couso.

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CARTA A MI PADRE


Por Carlos A. Trevisi
HOMENAJE A MI PADRE

Han pasado 25 años desde que escribiera esta carta a mi padre. En ella, y a los 73 años, no hago más que ratificar y agradecer todo lo mi padre hizo por mi. 

Querido papá

Muchos hijos viven al padre sin descubrirlo nunca.
Algunos los descubren con melancolía cuando ellos mismos son viejos ya.
Otros cuando, a su vez, son padres.
Pero pocos conquistan a su padre.
Conquistar a un padre es lo más grandioso que puede suceder a un hijo.
Conquistarlo significa hacerlo de uno y atraparlo para siempre; llevarlo con uno, verlo en la tridimención de su amor, su inteligencia y su voluntad, en un todo.
No hace mucho te conquisté para mí y para mis hijos. Te vi por primera vez.
Entonces también descubrí a mamá; y la vi, y los vi y yo mismo me vi.
Habiéndome visto, corresponde, entonces, que me presente a tí como aquel día "cero" de mi nacimiento, aunque cincuenta años después y sin interpósitas personas.

Como bien sabes, (cuánto te dolió!) abandoné la carrera de derecho para dedicarme a la docencia. Recordarás también lo que me dijiste cuando te comuniqué mi decisión:
"Haga lo que le parezca pero yo no lo voy a mantener"
Suavecito, nomás, como para que me diera cuenta que perdía el crédito.

No me fue mal.
Me echaron, aunque no  por  bruto -vaya  esto  para tranquilizarte- de todos los colegios, -bah, de casi todos.
La resistencia que se ofrecía a mis iniciativas me fue alertando acerca de la necesidad de emprenderla por cuenta propia. Paulatinamente fui desarrollando novedosos métodos de aprendizaje que incluían películas, computadoras y mil otros recursos que fueron diferenciando mi alumnado, habiendo llegado al extremo (contra todo lo que aconseja la más pura tradición económica) de seleccionarlos a partir de su capacidad de comprensión de nuestra propuesta. De a poco, y según el emprendimiento  iba rindiendo sus frutos, me fui envalentonando respecto de mis posibilidades de  éxito en la lucha que sostenía contra el sistema. Me lancé tan frontalmente que pronto terminó con mi trabajo "oficial". Me quedé sin cátedras. Fui cesanteado, sumariado y no sé cuántas cosas más, en casi todos y cada uno de los colegiosm donde trabajaba. (En algunos casos, en honor a la verdad, yo mismo los mandaba a la m... )
Como nunca me resultó difícil vivir sin dinero -jamás fue un extremo, eh!- ni vivir sin la parafernalia del juego social (estar en la vitrina) me fui quitando de encima a todos los boludos que se visten de jogging los domingos para llevar a sus chicos al club de rugby, del empeño que ponen para poseer un auto "lindo", del veraneo en Pinamar y de la corbata como símbolo de señorío.
Un proyecto que tenía que ver con mi trabajo me llevó a Europa en tres ocasiones. Esos viajes me dieron la pauta de que la Argentina es, en efecto, una miseria. Lo que es peor, me ha permitido ratificar lo que alguna vez publiqué -gracias a mis locos amigos antes que a mis méritos- en el sentido de que nuestro país no tiene salida o, como decías vos: "acá no pasa ni va a pasar nada".
En fin, como ves, aunque sé que no apruebas nada de lo que he hecho -lo cual se te puede imputar: hiciste lo posible para que fuera yo mismo- soy todo lo libre que mis rezagos de conciencia me permiten, lo que no esté del todo mal: no arrastro chatarra.
Casi olvidaba decirte  que tienes una nueva nieta, Mapu, que junto a Cricket,  constituyen la línea femenina de la segunda generación de trevisitos.
Saben de vos y de la abuela Margarita, de la tía Emilia (¡Cómo no!) y, por supuesto, del tío Alberto, que nos visita regularmente trayendo ternura y caramelos que hacen a su delicia.
Tampoco quisiera omitir que muy pronto nos vamos a radicar en Europa, en España, precisamente, desde donde continuará esta historia.
Me pregunto, a veces, cómo se me ha ocurrido escribirte estas líneas, tan personales, que poco pueden importar a nadie como no sea a nosotros dos. No será por darme corte, como sucede con la mayoría de los que escriben estas cosas, ni porque tuvieras una vida intrépida, ni por tus escritos, ni porque hubieras sido campeón de algo...
No.
Simplemente porque te he querido mucho y sé cuánto me has querido.
Gracias papá , porque me hiciste fuerte; porque me educaste para ser libre, honesto y trabajador; porque me inculcaste el amor; porque nunca me pediste nada, porque  en cada encuentro que hemos sostenido en los años de tu vejez, fuiste  capaz de una sonrisa que, aunque cansada y melancólica, no fue de súplica.
Gracias de nuevo.

EN DEFENSA DE LA SÁTIRA

  • Homero, Mahoma, Sócrates, Quevedo o Swift defendieron la risa ante la incongruencia. La sátira es parte de la literatura. Aunque a menudo cueste la censura, la prisión o la muerte ALBERTO MANGUEL 17 ENE 2015 - 00:02 CET

Si el primer sonido pronunciado en el mundo fue (según san Juan) el verbo, el segundo debió haber sido una carcajada. Tan ridículo, tan arrogante, tan absurdo es el comportamiento humano, que el inteligente Dios de Juan debió haber estallado en risotadas al ver las estupideces de las que sus criaturas eran capaces. Homero dijo que el monte Olimpo resonaba con las carcajadas de los dioses, y el segundo salmo nos avisa que Dios se reirá en lo alto, burlándose de los necios. Platón, sin embargo, no juzgaba que la risa fuese cosa seria y rechazaba la noción de un dios (o un tirano) risueño. Aristóteles, por su parte, definió el sentido del humor como una reacción natural del ser humano ante el reconocimiento de una incongruencia. Siglos después, Mahoma alabó la risa y condenó la falta de humor: "Mantén siempre el corazón ligero, porque cuando el corazón se ensombrece el alma se ciega".
Desde siempre, o al menos desde los orígenes de la conciencia humana, nos hemos comportado de manera absurda y, al mismo tiempo, hemos reconocido ese absurdo, si no en nosotros mismos, al menos en nuestros congéneres. Sócrates arguyó que nos burlamos de quienes se sienten superiores a nosotros sin serlo y que el peligro está en deleitarnos en lo que es, al fin y al cabo, un vicio. Pero lo ridículo, como tantas otras calidades humanas, suele estar en el ojo ajeno. La conducta de Sócrates, que él mismo debió juzgar como seria e intachable, fue vista por ciertos de sus contemporáneos como risible. Aristófanes, por ejemplo, en Las nubes, se burló de la famosa técnica socrática con agudeza satírica y genio mordaz. Hablando de la escuela de Sócrates un personaje dice así: "Ahí habitan hombres que hacen creer con sus discursos que el cielo es un horno que nos rodea y que nosotros somos los carbones. Ellos enseñan, si se les paga, de qué manera pueden ganarse las buenas y las malas causas". "Si se les paga", "las buenas y las malas causas": toda la fuerza está en esas pocas palabras fatales, hábil y precisamente colocadas.

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Aristófanes no fue el primero que supo burlarse de nuestras necias acciones y presuntuosas filosofías. Para señalar lo absurdo de confiar el poder a quienes lo explotan para su propio beneficio (como los directores del Fondo Monetario Internacionalregulando las finanzas de los países a los cuales presta dinero), un mural egipcio de fines del segundo milenio antes de Cristo muestra a un gato encargado de cuidar a una bandada de gansos, explícita crítica de los gobiernos venales que el medievo cristiano retomaría en fábulas y poemas satíricos. Tan feroz pueden ser estas burlas que, según cuenta Plinio el Viejo, quienes eran objeto de las sátiras del poeta Hipognato de Éfeso en el siglo VI antes de Cristo, acababan colgándose de un árbol, demasiado avergonzados para seguir viviendo.
Sátira, esa forma crítica de la burla, fue nombrada por primera vez por Quintiliano para referirse a una forma particular de la métrica latina, pero el concepto se extendió rápidamente a cualquier tipo de texto que utilizase la ironía para criticar una situación o a un personaje, y hasta a una sociedad entera, como en Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. Después de que Gulliver le cuenta al rey de Brobdingnag la historia del mundo europeo, el rey pronuncia este juicio inapelable: "La única conclusión a la que puedo llegar es que la mayoría de vuestros conciudadanos forman parte de la más perniciosa raza de infame alimaña que la naturaleza jamás permitió arrastrarse por la superficie de la tierra". La sátira puede ser intemporal: las palabras del rey se aplican también a nuestro miserable siglo. La sátira no se limita a la sátira: Doña Perfecta, de Galdós; Casa desolada, de Dickens; Guignol's Band, de Céline, pueden ser leídos como sátiras.
Obviamente, la sátira jalona todas las literaturas, orientales y occidentales, y son raros los autores que no la hayan practicado en algún momento de su obra. De Luciano a Rabelais y Erasmo, de Diderot a Voltaire y Grimmelshausen, de Pushkin a Mark Twain y Clarín, de Günter Grass a Doris Lessing y Joseph Heller, la sátira ha sido siempre la carcajada de la razón frente a la solemnidad de la locura. En castellano, baste recordar el tono irónico de Borges en sus ficciones swiftianas El informe de Brodie y Utopía de un hombre que está cansado. Durante la absurda guerra de las Malvinas, Borges publicó una carta abierta en la que denunciaba la suerte de jóvenes conscriptos enviados al frente por generales "que nunca oyeron silbar siquiera una bala". Cierto general ofendido le objetó que él era un general argentino y que él sí había oído silbar una bala en la batalla. Borges le respondió pidiendo disculpas por el error que había cometido. "Me he equivocado", dijo. "Hay un general argentino que alguna vez oyó silbar una bala".
No solo la literatura: todas las formas de creación artística han utilizado la sátira para sus propios fines. Los grabados de Goya, de Daumier, de Grosz son feroces denuncias de la insensata crueldad de sus contemporáneos. Las canciones populares, desde los goliardos de la Edad Media a Janis Joplin y Georges Brassens, se burlan sagazmente de la sociedad en la que vivimos. Y el cine, por supuesto, nos ofrece obras maestras del género satírico: El gran dictador, de Chaplin; Play Time, de Jacques Tati; Dr. Strangelove [¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú]de Kubrick¡Bienvenido, Mr Marshall!, de Berlanga, y tantos otros son ejemplos perfectos del arte de ofender con destreza artística.
Porque suele ser justa, porque suele señalar faltas morales y pretensiones falaces, porque hiere, porque denuncia, la sátira suele provocar la furia de aquellos a quienes acusa. Y porque el objeto de la sátira es muchas veces un personaje autoritario y poderoso, la reacción es con frecuencia la censura, la prisión, la muerte del poeta. "No he de callar por más que con el dedo, / ya tocando la boca o ya la frente, / silencio avises o amenaces miedo", advierte el más célebre de los satíricos españoles, Francisco de Quevedo, a sus censores. Quevedo tuvo más fortuna que muchos de sus colegas, desde Ka'b bin al Ashraf, poeta contemporáneo de Mahoma, quien se burló en sus versos de la nueva religión y fue asesinado por seguidores del profeta, hasta los humoristas de Charlie Hebdo.
Pero sátira no es vituperio. El texto satírico que, si es eficaz, ofende, debe hacerlo no solo con justicia sino sutilmente. Para ser sátira, el impulso de burlarse de lo ridículo debe ser un impulso artístico. No he leído el nuevo libro de Michel Houllebecq, Soumission, que imagina el triunfo de un Gobierno islámico en Francia, pero si resulta ser un texto satírico que ofrece al lector un punto de vista valioso para entender el mundo en que vivimos, será, ante todo, memorable como novela. Las pintadas antiislámicas garabateadas sobre las paredes de las mezquitas no son literatura.
Para ser sátira, el impulso de burlarse debe ser artístico. Las pintadas antiislámicas en una mezquita no son literatura
Sin embargo, más interesante, más curioso que este impulso de burlarse de la necedad ajena es lasensitividad desmesurada, la furia incontenible, el ultraje sentido ante una sátira por los detentores de una fe que se define como incólume. Tal indignación in loco parentis tiene algo de blasfemia. Suponer que la divinidad en la que creen estos fieles es tan sensiblera e insegura que le ofende una broma o una caricatura, que tiene un complejo de inferioridad tan fuerte que necesita la alabanza constante, que es incapaz de defenderse a sí misma y que, si insultada, debe ser vengada por guerreros armados, como si fuese una doncella deshonorada, es prueba de una colosal arrogancia. Mejor sería seguirel consejo de Winnie en Los días felices, de Beckett: "¿Qué mejor manera de ensalzar al Todopoderoso, que acompañando de risitas sus chistes, sobre todo los peores?".
Sin duda, el Señor del Universo podría, si quisiera, adoptar el estilo de los supuestos ofensores para contrarrestar la ofensa de una manera contundente y elegante. Cuando, en la pieza de Rostand, el vizconde de Valvert trata de insultar a Cyrano de Bergerac acusándolo de tener una nariz enorme, este le enseña, con la espada y la palabra, cómo se debe componer una sátira hábil, original y exquisita, pasando revista, en un largo catálogo en verso, a una multitud de estilos en los cuales el vizconde, si fuese más diestro, hubiese podido insultarlo mejor: dramático, amable, truculento, tierno, curioso, pedante, y así sucesivamente hasta darle a su ofensor la estocada final. Esta técnica, de desarmar al agresor mejorando su técnica (es decir, humillándolo al demostrar su poca habilidad satírica), es pocas veces utilizada por los grandes y poderosos, quienes prefieren responder al insulto percibido con la cárcel, el exilio o la guillotina. Esa reacción siempre resulta en lo contrario de lo que el ofendido quiere: la supuesta ofensa es ratificada y el ofensor es ensalzado.

Hay excepciones. Entre las muchas historias acerca del califa Harun al Rashid, narradas en las Mil y una noches y en los libros de Stevenson, hay una que justifica los apodos de El Justo y El Sabio que sus súbditos le concedieron. El califa tenía la costumbre de vestirse de mercader y pasearse por las callejuelas de Bagdad para ver con sus propios ojos cómo vivía su gente y qué decían de su gobierno. Una tarde, en medio de una plaza, vio a una multitud reunida en torno a un hombre que contaba cuentos según la antiquísima tradición oriental. El califa se puso a escuchar y, asombrado, oyó que el narrador contaba la historia de Harun al Rashid, en la cual el califa era pintado como un personaje libidinoso y borracho que después de una noche de orgía se extraviaba en los jardines de su propio palacio y acababa tumbado de bruces en un estanque. Después de acabados la risa y el aplauso, el califa felicitó al cuentista. "Tu historia es muy buena pero desgraciadamente incorrecta. No fueron 20 doncellas que Harun al Rashid conquistó, sino 100, y no fueron 100 jarras de vino que bebió aquella noche, sino 200. Sé lo que te digo, porque estuve presente en la fiesta. Yo soy Harun al Rashid". Ante la mirada aterrada del hombre, el califa estalló en carcajadas, le dio un bolso de monedas de oro y le pidió que la próxima vez que contase la historia se asegurase de que los detalles fuesen exactos.

Una historia de sátiras
Las nubes. Aristófanes. Traducción de Francisco R. Adrados. Cátedra.
Los viajes de Gulliver. Jonathan Swift. Traducción de Antonio Rivero Taravillo. Pre-Textos.
Doña Perfecta. Benito Pérez Galdós. Alianza / Cátedra / Castalia.
Casa desolada. Charles Dickens. Traducción de José Rafael Hernández Arias. Valdemar.
Guignol's Band. Louis Ferdinand Céline. Traducción de Carlos Manzano. Debolsillo.
El informe de Brodie. Jorge Luis Borges. Debolsillo.
Los días felices. Samuel Beckett. Traducción de Antonia Rodríguez Gago. Cátedra.


jueves, 26 de febrero de 2015

CARICATURAS POLÌTICAS

Gustavo E. Etkin (Desde Bahía de San Salvador, Brasil)


Andrés siempre gustó de dibujar. Para eso cuando chiquito siempre trataba de reproducir, lo más semejante posible, el objeto o el lugar que iba dibujando. Como si fuera una fotografía, pero dibujada.

Y poco a poco se fue interesando en acentuar, al dibujar, los rasgos más propios, específicos, característicos de aquello que dibujaba. Los que le daban identidad propia y lo que lo diferenciaba de otros. Por lo que supo que eso se llamaba “caricatura”. La intensificación de los rasgos propios, específicos, de lo que dibujaba.

Con el tiempo Andrés se empezó a dar cuenta que eso no era solamente propio de los dibujos, las caricaturas. También había hechos, actos que representaban toda una política, la forma de ser, lo específico de un país. Caricaturas políticas.

Como el bombardeo israelita a Gaza. Que para él representaba, confirmaba, lo que siempre fue el sionismo. Que por eso empezó a llamar de “nazionismo”. El nazismo judío.

Bombardeo que, para él, pasó a ser la intensificación cuantitativa, la caricatura de lo que siempre fue el estado nazionista de Israel.

MATISSE: LA ODALISCA CON PANTALÓN ROJO.

Daniela Saidman (Desde Venezuela. Colaboración para ARGENPRESS CULTURAL)


El lunes 07 de julio de 2014 fue repatriada la Odalisca con pantalón rojo, obra del artista francés que pertenece a la colección del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas.

A lo mejor está esperando o tal vez solo mira a alguien que se va. Lo cierto es que ella está ahí, sentada, sola. A su lado un ramo de flores y apenas un poco más allá un baúl guarda quizá viejas cartas de amor. Apenas la cubre un pantalón rojo. Ella es una de las odaliscas del artista francés Henri Matisse.

La Odalisca con pantalón rojo data de 1925. Y en 1981 el cuadro fue incorporado a las piezas del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. El pasado lunes 07 de julio, después de doce años de ausencia, el cuadro que había sido sustraído del museo, retornó a Venezuela gracias al esfuerzo conjunto entre la Cancillería, el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y la Fiscalía General de la República, ratificando así la importancia que tienen los bienes patrimoniales para el Gobierno Bolivariano. Según declaraciones del titular de Cultura, Fidel Barbarito, la obra será expuesta nuevamente para el disfrute del pueblo venezolano, a quien a fin de cuentas le pertenece esta obra.

De la forma al color

Henri Matisse quien junto a Pablo Picasso está considerado como de los más grandes artistas representantes del siglo XX, nació en un pueblo al norte de Francia el 31 de diciembre de 1869 y falleció el 3 de noviembre de 1954.

Todo en su obra es color, fluir de pinceles que alumbran estrellas, barcos, rostros, música y movimiento.

El arte le vino del azar, cuando convaleciente de una enfermedad su madre le llevó colores y pinceles. Su camino se abrió ante la magia que nace de los lienzos y que siguen allí en la memoria de quien los disfruta para recordar el instante en que el color le dio sentido a una mirada.

Entonces, lo dejó todo y partió a París a aprender la técnica. En 1892 ingresó en la Escuela de Bellas Artes. En sus primeros años practicó el dibujo del natural, poco después la luz se instaló en su trabajo cuando pintó paisajes de Córcega y de la Costa Azul. Con el comienzo del siglo su obra adquirió paletas y trazos que rompieron con los patrones estéticos de ese tiempo, nació así el fauvismo. Nombre que le pusieron a un grupo de artistas que presentaron sus obras en el Salón de Otoño de París de 1905, entre los que se encontraban Matisse y Derain, otro artista francés. Aunque al principio el término resultó peyorativo (salvaje en español), los integrantes de esta vanguardia se animaron a buscar a través del color una nueva forma de expresarse.

No hay duda de que Matisse lo consiguió. Él sostenía que el color debía aportar la sensación de armonía y belleza a quien mirara la obra, el color más que la forma era el instrumento para interpretar la vida.

África y las musas

Durante la primera década del siglo XX, Matisse visitó Argelia y Marruecos y, como tantos otros pintores, el color y la luz del norte África se instalaron en su mirada y en el tacto con el que tomó los pinceles. Arabescos y odaliscas aparecieron en su obra como constatación de sus viajes.

A partir de los años veinte, Matisse recuperó la sensación de volumen y de espacio que había dejado a un lado en el período anterior, pero desde una perspectiva nueva, en una reinterpretación personal del mundo. Las odaliscas y sus interiores con ventana abierta son las obras más características de esta época, en la que precisamente se inscribe la Odalisca con pantalón rojo.

El color empieza a diluirse al entrar la tercera década del siglo XX, y la forma se sintetiza en leves curvas y contracurvas.

Lamentablemente sus últimos años estuvieron signados por una salud frágil. El estallido de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación alemana, llevó a la cárcel durante unos meses a su mujer y a su hija, más dolor en su vida de esos tiempos.

Tal vez por estar en cama incorporó a su obra una nueva técnica, los papeles pintados con la técnica gouache, una especie de acuarela opaca que posteriormente recortaba y pegaba sobre el soporte fuera lienzo, papel o tapiz, alcanzando así una pintura plana y sintética. En los años siguientes los detalles fueron diluyéndose para volverse cada vez más abstractos.

Matisse supo jugar con el color y la forma, supo regalarnos también las musas, algunas como la Odalisca con pantalón rojo, esperan el amor en los ojos de quienes ahora podrán disfrutarla nuevamente cuando visiten al Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, uno de los tantos museos del país que ahora tienen abiertas las puertas al Pueblo.

Vuelta a la Patria

“Esto es un logro más de la Revolución Bolivariana, de un gobierno sensible a las artes, la cultura que ha abierto las puertas de los museos para el pueblo. Hace 15 años estas obras estaban dedicadas solamente para una élite de nuestra sociedad”, expresó el ministro Fidel Barbarito al recibir la Odalisca con pantalón rojo.

Recordó también que la recuperación de la obra es parte de una larga y continua labor del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, durante su gestión como canciller del país. “Fue durante su gestión como canciller cuando se realizaron todas las diligencias para iniciar los trámites de repatriación de la obra”.

El titular de Cultura informó que la “Odalisca con Pantalón Rojo” es la única de la serie Odalisca del pintor francés Matisse que tiene un museo latinoamericano. Por lo tanto, anunció que la obra volverá a ser parte de una colección exclusiva del Museo de Arte Contemporáneo, la cual será permanentemente expuesta para el disfrute de todos los venezolanos.

¿HASTA CUÁNDO SOSTENDRÁ CHINA A VENEZUELA?

Por LUIS ESTEBAN G. MANRIQUE
(Especial Infolatam).- Desde 2005, China ha dirigido unos 100.000 millones de dólares hacia América Latina y el Caribe (AL-C), fundamentalmente en préstamos e inversiones en proyectos de infraestructuras

En la reciente cumbre China-Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) en Pekín, el presidente chino, Xi Jinping, anunció que en 2020 el comercio bilateral alcanzará los 500.000 millones de dólares anuales con inversiones que superarán los 250.000 millones de dólares.
En los últimos años, esa relación se ha inclinado hacia Argentina y al ‘bloque bolivariano’: Venezuela, Ecuador y Nicaragua, sobre todo. El canal interoceánico que acaba de comenzar a construir la empresa china HKND en el país centroamericano, absorberá inversiones por valor de 50.000 millones de dólares de aquí a 2019.
Según Fred Hochberg, presidente del Export-Import Bank (EIB) de EEUU, las instituciones estatales chinas han repartido alrededor del mundo unos 670.000 millones de dólares en los dos últimos años, más que el EIB en sus 80 años de existencia. Para países como Argentina y Venezuela, con un escaso –o nulo– acceso a los mercados de capitales internacionales, se trata de un regalo del cielo: una “alternativa Sur-Sur” a la estricta condicionalidad impuesta por el FMI y el Banco Mundial a sus créditos.
China es ya el segundo mayor socio comercial de Argentina después de Brasil, con un intercambio bilateral de 17.500 millones de dólares en 2012. Desde 2007, China ha prestado a Argentina 14.000 millones de dólares. En su reciente visita a Pekín, la presidenta Cristina Fernández cerró acuerdos por valor de 6.800 millones de dólares para financiar la construcción de dos represas hidroeléctricas y una vía férrea.
Según Cui Shoujun, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Renmin de Pekín, todo ello forma parte de una estrategia a largo plazo para establecer alianzas multilaterales globales y “reconstruir un orden mundial”. “Los beneficios o pérdidas a corto plazo son secundarias”, asegura.
Pero ese plan no está exento de riesgos para China, que pronto tendrá que decidir hasta qué punto está dispuesta a mantener a flote algunas de las economías más ineficientes y peor gestionadas del continente en medio de la caída de los precios de sus principales exportaciones.
Los créditos chinos a cambio de futuras entregas de materias primas –sobre todo petróleo– suponen casi la mitad del dinero que Pekín ha canalizado hacia la región. Según cifras oficiales venezolanas, los préstamos chinos suman más de 46.000 millones de dólares e incluyen un crédito de 10.000 millones garantizado por suministros futuros de crudo. Venezuela, por ello, va a ser la prueba de fuego de China en la región.
Cuenta atrás en Caracas
Con el precio del crudo venezolano en torno a los 40 dólares el barril, Standard & Poor’s ha degradado la calificación de crédito del país a CCC con perspectiva negativa, dado que estima que existe un 50% de riesgo de “default selectivo” en una economía cuyos ingresos dependen en un 95% de la renta petrolera.
Durante la década del boom petrolero, Hugo Chávez cuadruplicó el volumen de la deuda externa para financiar el consumo interno. En 2012, cuando el barril rondó los 103 dólares, el déficit fiscal se disparó al 17,5% del PIB. Con una inflación que podría llegar al 100% este año, una contracción prevista del PIB del 7% y una moneda que va seguir sobrevaluada pese a los cambios introducidos en el sistema de cambios, los acreedores chinos del gobierno de Caracas solo pueden esperar malas noticias en 2015.

Otra víctima potencial del agravamiento de la crisis es el programa Petrocaribe, que subsidia las importaciones de unos 200.000 barriles diarios de crudo venezolano a 13 países caribeños y centroamericanos –la mitad de ellos a Cuba– por valor de unos 7.000 millones de dólares anuales.Si Nicolás Maduro, cuya popularidad no supera el 20%, se ve en la necesidad de elegir entre pagar la deuda y mantener el abastecimiento de alimentos a la población, pocos analistas dudan que por instinto de supervivencia política, su gobierno declarará una moratoria selectiva (credit event) e incluso la interrupción de los envíos de petróleo a China para vender el crudo en el mercado spot.

La consultora venezolana Ecoanalítica calcula que una vez que se descuentan los 500.000 barriles diarios del consumo interno, virtualmente gratuito en Venezuela, los envíos a Petrocaribe y los que se dirigen a China –otros 540.000 barriles diarios para pagar préstamos ya otorgados–, Venezuela solo cuenta con 1,3 millones de barriles diarios para vender en el mercado abierto y por los que obtendrá este año unos 20.000 millones de dólares.
El servicio de la deuda externa absorberá 11.000 millones. Las importaciones de 2012 sumaron unos 77.000 millones y las de 2014 36.000 millones.

Los límites de la generosidad china
China ya está dando señales de que su generosidad tiene límites. De hecho, los créditos concedidos por el China Development Bank (CDB) han dejado de crecer al 50% anual como ocurrió entre 2009-11. Desde 2013 solo lo han hecho al 10% y están cada vez más ligados a financiar proyectos específicos.
En su último viaje a Pekín, Maduro se tuvo que contentar con una vaga promesa de financiamiento de proyectos a largo plazo por valor de 20.000 millones de dólares en lugar del préstamo de emergencia de 16.000 millones de dólares que solicitó para atenuar el desequilibrio en la balanza de pagos.
A cambio de ese dinero, Maduro ofreció mayores suministros de petróleo y la futura producción de oro, aluminio y hierro de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). Pero el gobierno chino no se mostró interesado… a menos que CVG quedara bajo su control, una mínima prevención ante los numerosos casos de corrupción que han afectado algunas de sus operaciones anteriores.
Orlando Ochoa, profesor de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, cree que los chinos “le dieron algo, para que no quedara en ridículo”, pero muchos de los proyectos que mencionó Maduro están en el limbo. En Venezuela hay firmados proyectos de inversión por más de 150.000 millones de dólares que no se han ejecutado, especialmente en la faja del Orinoco. Según Antonio De La Cruz, director de la consultora InterAmerican Trends, para Maduro fue un “mensaje devastador” el hecho de que China no le brindara la ayuda que le pidió.
Lo que hace inusual la política crediticia de China en la región no solo son las cantidades de dinero que está dispuesta a prestar sino el modo en que lo hace. Pekín ha elegido un método bilateral especialmente opaco: casi nunca se sabe con certeza los términos de los préstamos ni el uso que se le dará al dinero.
El Parlamento venezolano no ha autorizado las deudas contraídas debido a que el gobierno las considera una “financiación” que debe ser pagada en petróleo y no en dólares. Gracias a ese dudoso argumento, ese dinero no ingresa a las partidas oficiales del presupuesto, con lo que escapa a todo tipo de control público. En 2013 ocho venezolanos fueron detenidos por apropiarse de 84 millones de dólares de un fondo conjunto sino-venezolano.
Para cubrir el déficit, la petrolera estatal PDVSA ha tenido que recurrir a préstamos del banco central por el equivalente a decenas de miles de millones de dólares, lo que ha agravado la inflación. Según el economista venezolano Ricardo Hausmann, director del Center for International Development de la Universidad de Harvard,Pekín está pagando el precio de su inexperiencia como financista en los países emergentes: “China ha ignorado la razón principal por la que los países prestamistas delegan en el FMI la evaluación macroeconómica de sus prestatarios: prestar dinero para mantener políticas insostenibles solo retrasa el día del ajuste de cuentas”.

GRECIA DESDE ARGENTINA

Claudio Katz (especial para ARGENPRESS.info)

En los últimos años han sido muy frecuentes las comparaciones de la crisis griega con el colapso argentino del 2001. Numerosos analistas destacaron las semejanzas en el nivel del endeudamiento, el deterioro económico o el desplome político. (1)

Este contrapunto se ha diluido en la nueva coyuntura creada por el triunfo de la coalición de izquierda Syriza. Las diferencias actuales con el antecedente argentino son muy significativas.

En la esfera productiva el derrumbe de la economía helena supera ampliamente lo ocurrido en el Cono Sur. Desde el 2009 Grecia soporta una continuada depresión que desmoronó su PBI en un 26%. El desempleo promedio trepó al 27 % y supera el 50% en las franjas juveniles. Las jubilaciones y pensiones fueron brutalmente reducidas y la pobreza afecta al 40% de la población infantil. (2)

El desmoronamiento que Argentina padeció en la acotada coyuntura del 2001-02 se ha extendido en Grecia a lo largo de seis años. También la deuda helena ha trepado por encima de su equivalente latinoamericano. Saltó del 100% (2008) al 174% (2014) del PBI.

Pero la principal diferencia entre ambos casos radica en la transferencia del pasivo griego a los estados de la Unión Europea. Los bancos acreedores -especialmente alemanes y franceses- utilizaron las dos reestructuraciones de la deuda para desprenderse de esa carga.

En la actualidad el 60% de la deuda griega está en manos de una agencia estatal-financiera del Viejo Continente (FEFF), otro 10% es manejado por el FMI y el 6% restante es administrado por el Banco Central Europeo. La estatización se consumó a través de una operación fraudulenta. Los títulos fueron cotizados a precios elevados e intercambiados con grandes auxilios crediticios.

Mientras que Argentina negoció sus canjes con múltiples acreedores privados (2005), Grecia tramita su deuda con la jefatura de la Unión Europea. Este manejo asume un carácter político muy distinto a la operación económica que concretó el país sudamericano.

En la esfera institucional las diferencias son también muy marcadas. En ambos casos la estructura tradicional de partidos, legisladores y funcionarios fue deglutida por la crisis. El bipartidismo heleno de socialdemócratas y conservadores (PASOK-Nueva Democracia) quedó tan incinerado, como el justicialismo menemista y la UCR de Argentina.

Este último desplome arrastró a todo el régimen vigente. El presidente De la Rúa fue eyectado de la Casa Gobierno y cinco mandatarios gobernaron durante pocas semanas. Una ruptura de esa envergadura no se consumó hasta ahora en Grecia.

El desenlace posterior también ha sido diferente. El viejo esquema político fue reconstruido en Argentina durante la última década por los gobiernos kirchneristas. Otorgaron importantes concesiones sociales y democráticas para distender la ira popular y recomponer los intereses de los grupos dominantes.

Como en Grecia nadie pudo implementar esa restauración, la continuidad de la crisis condujo al ascenso de Tsipras a la presidencia. Syriza no proviene de estructuras tradicionales como el kirchnerismo justicialista. Es una fuerza alineada en la izquierda radical que asume ideales anticapitalistas.

En este marco de antecedentes y contextos tan distintos: ¿Puede Grecia lograr el mismo desahogo económico que consiguió Argentina durante la última década?

Escenarios trastocados

Si la capacidad de negociación de un país dependiera exclusivamente de su peso económico, a Grecia le resultaría muy difícil repetir la trayectoria de su contraparte. Argentina es el quinto productor mundial de alimentos, ejerce una influencia gravitante en el mercado de soja y maneja recursos naturales apetecidos por todas las potencias. En cambio Grecia se desenvuelve como una pequeña economía, en los márgenes de la Unión Europea. Se caracteriza por una alta especialización en el turismo y el transporte marítimo.

La pérdida de soberanía monetaria que genera su pertenencia a la eurozona acentúa esas diferencias. Argentina siempre mantuvo la administración autónoma de su deteriorada moneda. Quedó favorecida, además, por un default de la deuda que blindó su economía ante a las turbulencias de las finanzas internacionales. Por eso negoció el canje de su deuda con menor presión de los banqueros y el FMI.

Por el contrario Grecia está ubicada en un área estratégica de la tormenta global. A pesar de su reducida participación en el PBI europeo se encuentra muy integrada a todos los circuitos del Viejo Continente. No bordea a la economía mundial, sino que conforma una periferia directa del centro.

Esta localización explica la enorme expectativa internacional que acompaña a la renegociación de su deuda. Esa centralidad contrasta con la relativa indiferencia que rodeó al desenlace del canje argentino durante el 2003-06.

El protagonismo de Grecia ha quedado reforzado por la estatización de sus pasivos. Mientras que el intercambio de los bonos argentinos fue tramitado en forma convencional por funcionarios y banqueros, las tratativas de la deuda helena son monitoreadas por Merkel y Hollande.

Resulta difícil determinar si esa gravitación aumenta o reduce el margen de negociación del país. Pero es indudable que el establishment europeo ha quedado desconcertado por el triunfo de Syriza. A diferencia del 2012 no logró ningún resultado con las campañas para atemorizar a los electores.

Incluso la unanimidad penalizadora del gran capital hacia Grecia se ha quebrantado. Mientras que la Troika mantiene su dureza tradicional, varios exponentes de las altas finanzas propician negociaciones más contemplativas. La intransigencia de los conservadores germanos contrasta con la contemporización que exhiben los políticos franceses.

Existe un creciente temor burgués a la aparición de muchos Syrizas en Europa. La preocupación inmediata se localiza en la oleada de protestas que comienza a proyectarse en España al plano político. “Podemos” sintoniza con la juventud indignada y las 300.000 personas que celebraron en Madrid el triunfo de la izquierda griega, anticipan una tendencia que podría extenderse a Irlanda, Portugal o Francia.

Los temores que genera este posible aluvión superan el susto precedente al contagio económico. La preocupación por el impacto de un default griego sobre los bancos se ha reducido y la propia victoria electoral de Syriza no alteró el comportamiento habitual de las Bolsas.

Esta distensión refleja cierto alivio general de las finanzas continentales. El dogma deflacionario de Merkel enfrenta un techo y con el Plan Draghi ha comenzado el aflojamiento monetario. En el Viejo Continente se perfila una repetición de los mecanismos de alta emisión (Quantitative Easing) que utilizó Estados Unidos para lidiar con la crisis.

Por otra parte, Grecia ha quedado situada en el medio de las nuevas tensiones geopolíticas que provoca el conflicto ucraniano. En el nuevo mapa Syriza cuenta con la inédita posibilidad de recostarse sobre Rusia, para contrarrestar las presiones de la Troika.

El triunfo de la izquierda griega aporta, además, un contrapeso a la oleada de islamofobia reaccionaria, que sucedió al atentado contra Charly Hebdo. Syriza encara una esperanza progresista que puede inaugurar un giro mayúsculo en el continente. Por eso resulta útil extender las comparaciones a lo ocurrido en Sudamérica.

Contrapuntos regionales

Tsipras inició su gestión con medidas de reparación a los desposeídos que desconocen las imposiciones de la Troika (Memorándum). Restableció la electricidad a 300.000 hogares carenciados, fijó un nuevo salario mínimo y decretó la readmisión de 3.500 trabajadores despedidos. Disolvió, además, el órgano creado para las privatizaciones y suspendió la venta de los puertos de Tesalónica y El Pireo.

Con este debut Syriza confirmó su disposición a implementar una política económica de ruptura, muy distante de la continuidad inicial que mantuvo Kirchner. En Argentina, esa preservación de programas y ministros de la gestión previa (Duhalde- Lavagna) permitió coronar la depuración de capitales, iniciada con la mega-devaluación del 2002.

La atadura a las pautas deflacionarias del euro impidió a los gobiernos del PASOK y la ND realizar este tipo de limpiezas, que los capitalistas utilizan para recomponer la rentabilidad de sus negocios a costa del salario.

Syriza siempre contrapuso alternativas progresistas a cualquiera de estos ajustes regresivos. Pero la implementación actual de su programa exige alterar las relaciones de fuerzas. La coalición llegó al gobierno al cabo de una intensa lucha social, pero concretó su ascenso en una coyuntura de reflujo. Necesita proyectar su victoria electoral a las calles y a la balanza de poder.

También en este terreno la situación difiere de lo ocurrido en Argentina. En ese país la rebelión del 2001 introdujo un drástico cambio a favor del campo popular. El kirchnerismo asumió el gobierno aceptando ese giro político-social impuesto por la lucha de los piqueteros y la clase media.

Las semejanzas de Grecia con lo vivido en Argentina son más significativas en el terreno regional. Es evidente que la recuperación de conquistas exige un contexto europeo más permeable a los intereses populares. Recurriendo a la imaginación se podría concebir al triunfo de Syriza como un acontecimiento equivalente a la victoria lograda por Chávez en 1999. Ese triunfo fue sucedido por sublevaciones populares exitosas (Argentina, Ecuador, Bolivia) y victorias contra la derecha en varios comicios sudamericanos.

Estos procesos determinaron la singularidad de una región, que durante la última década registró dinámicas contrapuestas a la ofensiva neoliberal. En el marco creado por la valorización de las exportaciones primarias, ese escenario político permitió frenar los atropellos de los capitalistas.

¿Se repetirá esa secuencia en la periferia europea? ¿Lograrán revertir el apriete deflacionario que impone el euro? ¿Construirán resistencias semejantes al movimiento que en Sudamérica contuvo al ALCA?

La prioridad de la derecha es abortar estas posibilidades contraponiendo a Grecia con el resto de Europa. Los conservadores difaman al pueblo heleno, presentando los vicios de la burocracia y los capitalistas (corrupción, estafas, irresponsabilidad financiera), como un ADN de toda la sociedad. Insultos muy parecidos suelen difundir los periódicos estadounidenses contra varias naciones latinoamericanas.

Un conocido experto en estas manipulaciones repite el libreto imperial, hostigando a los griegos que “han optado por el harakiri” y la copia del “populismo venezolano”. Con esa inversión de la realidad atribuye connotaciones suicidas al primer intento de remontar el crimen social perpetrado por la Troika. (3)

Afortunadamente estas infamias pierden peso frente a la creciente solidaridad con Grecia que se verifica a ambos lados del Atlántico. La defensa de Syriza y del proceso bolivariano confluye en una misma resistencia contra las agresiones imperiales. (4)

Los dilemas de la negociación

La apuesta de máxima en la negociación griega con los acreedores es lograr una quita del pasivo, semejante a la obtenida por Alemania Federal en 1953. Tsipras remarca este antecedente, para recordar la deuda económica y moral que mantiene la potencia germana por los crímenes cometidos durante la ocupación nazi. El tono explícitamente político de esta exigencia corrobora las diferencias con la negociación argentina de la década pasada.

Partiendo de una eliminación sustancial del pasivo, la dirección de Syriza pone sobre el tablero un variado paquete de quitas, refinanciaciones y pagos condicionados al crecimiento. Estas alternativas incluyen mayores erogaciones solventadas con impuestos a los capitalistas locales o cancelaciones más reducidas del pasivo, si no se instrumenta una reforma fiscal progresiva.

Tspiras confía en ganar esta pulseada. Estima que la amenaza de radicalización que encarna Syriza doblará el codo de los acreedores. Resalta la paradójica fortaleza que tienen los débiles, en las coyunturas que gran división de los poderosos. Espera reforzar la influencia continental de David frente a Goliath, en las prolongadas negociaciones que se avecinan.

Pero la gestación de este escenario requiere sortear el ahogo que imponen los vencimientos inmediatos de la deuda. Por eso el nuevo gobierno reclama la concesión de un crédito puente de seis meses. En ese lapso se reforzaría la campaña de desafío a la Troika que ya inició el ministro Varoufakis.

Algunos analistas estiman que Grecia no podrá conseguir la quita otorgada a Alemania en 1953. Señalan que el país es un deudor enfrentado y no asociado con los acreedores. Recuerdan que los gobiernos occidentales perdonaron la deuda germana durante la posguerra, para reconstruir una economía clave en su batalla contra el comunismo. Posteriormente el gobierno estadounidense incentivó alivios semejantes a favor de gobiernos subordinados (Egipto) o títeres (Irak). Es indudable que Grecia se ubica actualmente en las antípodas de esas situaciones.

Sin embargo, todos estos antecedentes comparten la preeminencia de prioridades políticas sobre consideraciones económicas, en el manejo de una deuda. Por esa razón resulta imprevisible el sendero que transitará el pasivo heleno.

En los últimos años las renegociaciones fueron sinónimo de ajuste. La agenda que tenía prevista la Troika para el país implicaba la refinanciación de los vencimientos (21.000 millones de euros), a cambio de mayores despidos y privatizaciones. En la nueva coyuntura, el mismo término de renegociación alude a una disputa real por quién pagará los agujeros de la deuda.

Pero es evidente que una estrategia para doblegar a la Troika debe contemplar respuestas a una posible intransigencia de los acreedores. ¿Qué hacer si exigen la continuidad del apriete?

Un anticipo de esta eventual virulencia es el anunciado corte del financiamiento a los bancos griegos por parte del BCE. Si se cierra esa canilla de liquidez, las entidades helenas deberán sobrevivir recurriendo a costosos fondos previstos para situaciones de emergencia.

Esta traumática dependencia financiera impediría los seis meses de tregua que propone Tsipras. Las tensiones bancarias podrían agravarse adicionalmente, si se dispara la fuga de capital que sobrevoló al triunfo electoral de la izquierda. En pocas semanas desaparecieron montos equivalentes a todo lo ingresado durante el 2014.

En este terreno la experiencia argentina es aleccionadora, puesto que el traumático corralito del 2001-02 sucedió a una furibunda salida de fondos. Este tipo de hemorragias debe ser contenido antes que se destruyan las reservas y los recursos en divisas. Sólo un detallado proyecto de nacionalización de los bancos y control de los movimientos de capitales permitiría lidiar con esa crisis.

Se pueden formular incontables especulaciones sobre la actitud final que asumirá la Troika, pero resulta indispensable contar con un Plan B, para continuar las negociaciones con reservas protegidas y un sistema bancario en operaciones. Como se demostró en Chipre en el 2013 los acreedores son chantajistas que juegan a varias puntas.

Las alternativas de la pulseada

Siryza enfrentará dilemas semejantes si decide asumir las propuestas de la consultora Lazard. Ese plan promueve eliminar un tercio del pasivo y subdividir la carga restante en dos porciones. Una parte sería canjeada por títulos ajustados al crecimiento que determinarían pagos a partir de cierto porcentaje de expansión del PBI. Otro segmento quedaría consolidado como una deuda de larguísimo plazo, sujeta a una tasa de interés a concertar. Se supone que esta reestructuración dejaría el pasivo en un techo del 120 % del PIB. (5)

Pero ese porcentual implicaría un nivel que obstruiría el desenvolvimiento de la economía griega. El promedio predominante al concluir el canje argentino rondaba en la mitad de ese porcentual. La experiencia del Cono Sur también indica que los bonos atados al crecimiento son un arma de doble filo. Pueden entrañar onerosos pagos financiados con mayor endeudamiento interno. Las tasas de interés de todas las operaciones en juego constituyen otro riesgo significativo.

Como cualquier negociación incluirá adversidades de ese tipo resultaría importante implementar una auditoría para clarificar el origen y la legitimidad del pasivo. Esta revisión refutaría todos los argumentos neoliberales, al demostrar que la deuda se desbordó por las estafas perpetradas por los banqueros.

Resulta posible implementar la auditoría con cierta facilidad, puesto el 80 % del pasivo está en manos de la troika y se remonta a lo sumo al año 2010. Una rápida inspección ilustraría cómo la escandalosa subvención a los bancos se consumó violando las normas del BCE. La auditoría demostraría, además, la gravitación de los gastos militares en el pasivo previo y las fortunas amasadas por los contratistas extranjeros en esas operaciones. (6)

En Argentina nunca se realizó esa auditoría y las investigaciones parciales durmieron en los Tribunales y el Congreso. Por esta razón los canjes se consumaron aceptando la validez de títulos sin respaldo. Este fraude salió nuevamente a flote durante la reciente crisis con los Fondos Buitres. Los especuladores exigen millones por los papeles carentes de legitimidad que adquirieron a cambio de moneditas.

Pero la auditoria constituye tan sólo una pieza de un complejo paquete de medidas en múltiples frentes. Demostrar la inconsistencia de la deuda contribuye a elevar la conciencia de la población, pero no resuelve los dilemas que enfrenta la resistencia al Memorándum. (7)

Esta batalla exige la misma inteligencia que las respuestas elaboradas frente a las amenazas de expulsar al país del euro. Syriza ha enfrentado acertadamente esta presión, proclamando su intención de permanecer en el circuito monetario, sin aceptar “ningún sacrificio por el euro”. Con esa definición ha evitado la falsa contraposición entre salir o permanecer en la eurozona, como si fuera una opción voluntaria de los griegos. La responsabilidad del problema recae sobre los acreedores. Son ellos quienes deben arriesgarse a echar al país de la moneda común.

Mantenerse dentro del euro aceptando el ajuste es tan nocivo como reintroducir el viejo dracma al cabo de una gran devaluación. Ambos caminos obstruirían los alivios económico-sociales que promueve Syriza. La solución al dilema monetario no puede anticiparse y surgirá de la propia batalla en curso.

Quiénes suponen que Grecia podría repetir la mega-devaluación argentina del 2001-02 para incentivar un ciclo de crecimiento sostenido, olvidan los traumáticos efectos sociales de esa medida. La recuperación de la economía sudamericana sólo fue lateralmente incentivada por el fin de la convertibilidad. Ese repunte obedeció principalmente a la peculiar inserción del país en los valorizados mercados de materias primas.

Lecciones para la izquierda

Finalmente cabe considerar una analogía inversa: ¿Qué enseña Syriza a la izquierda argentina?

Constituye ante todo el modelo de construcción política que se frustró en el 2001-03. Esa posibilidad quedó neutralizada por el surgimiento de un liderazgo kirchnerista, que canalizó y desactivó la protesta popular. Pero lo que no emergió hace una década vuelve a cobrar forma en la actualidad. La necesidad de crear una gran fuerza de izquierda ya no deriva de la catástrofe económica o el desplome del bipartidismo. Es el corolario de una década de experiencias con los gobiernos de Néstor y Cristina.

El descontento con las limitaciones de ese ciclo ha potenciado el afianzamiento de varias alternativas derechistas (Macri, Massa, Scioli, Binner, Cobos). Pero el mismo proceso induce al surgimiento de opciones de izquierda. Lo ocurrido en Grecia aporta un nuevo aliento para esta segunda alternativa.

Syriza empalma con experiencias populares en Venezuela y Bolivia que son más cercanas a la realidad argentina. Pero en los tres casos se verifica el mismo arribo al gobierno de coaliciones de izquierda, que chocan con las clases dominantes y el imperialismo.

Alcanzar la presidencia y obtener mayorías parlamentarias constituye el primer paso de una batalla anticapitalista, que avanzará construyendo el poder popular requerido para conquistar el estado y la hegemonía de la sociedad. (8)

Syriza demostró cómo progresar exhibiendo la ambición de gobernar. No se limitó a denunciar el orden imperante o a resistir los atropellos del capital. Su vocación de llegar a la presidencia fue percibida por la población, luego del gran salto electoral logrado hace dos años. La coalición se afianzó, gestionó municipios, incorporó pensadores y elaboró un programa más definido.

Pero el debut gubernamental de Syriza también ilustra las disyuntivas que genera el comienzo electoral de una batalla por el poder. Este sendero exige definir prioridades y aceptar compromisos. Un ejemplo de esta conducta es la postura asumida frente a la OTAN. Cortar vínculos con ese organismo persiste como un objetivo que no resulta aplicable en lo inmediato. Los primeros esfuerzos están concentrados en la pulseada económica y no en el desmantelamiento de las bases norteamericanas.

Otro ejemplo de la misma actitud es el convenio concertado con la formación nacionalista ANEL, ante el rechazo del Partido Comunista (KKE) a participar en el gobierno. Esta decisión fue compensada con medidas de resguardo (viceministros propios en áreas compartidas) e iniciativas democráticas en terrenos conflictivos (concesión de la nacionalidad a los hijos de inmigrantes). Pero lo acordado con ANEL limita las puniciones a los privilegios de la iglesia y el ejército. Es importante tomar nota de este tipo de concesiones, si se considera con alguna seriedad proyectos de acceso electoral al gobierno.

Syriza ilustra cómo construir un alineamiento en la izquierda superando la división y el sectarismo. En Grecia confluyeron corrientes provenientes del socialismo, el eurocomunismo y el trotskismo. Esta convergencia se radicalizó asumiendo un nítido perfil anticapitalista, que dejó atrás la experiencia previa del Sinaspismos. La vertiente interna más radical dentro de Syriza (Plataforma de Izquierda) cuenta con figuras muy reconocidas y reúne al 30% de los afilados. (9)

La coalición griega retrata cursos posibles para la izquierda argentina. El frente maduró en la lucha contra las corrientes que promovían el empalme con personajes de la socialdemocracia (PASOK), semejantes a los apadrinados por la centroizquierda anti-k (Binner).

Syriza batalló también contra una corriente sectaria muy arraigada (KKE), que exhibe los mismos vicios que numerosas vertientes de la izquierda argentina. Contrapone su propia construcción a cualquier alianza con agrupamientos afines y se niega a participar en la administración de Tsipras. Sus críticas al nuevo gobierno se parecen a los cuestionamientos esgrimidos en nuestro país contra Chávez-Maduro o Evo Morales.

Syriza aporta también un buen ejemplo de convivencia entre diferentes culturas de la izquierda. Ha integrado a la vieja generación que combatió a la dictadura de los coroneles con las nuevas camadas que encarna Tsipras.

En la coyuntura argentina actual el agrupamiento mejor posicionado para intentar una construcción semejante a Syriza es el FIT. Se ha convertido en la principal fuerza de la izquierda, canaliza el descontento radicalizado y se encuentra bien ubicado para la próxima confrontación electoral.

Pero la gran paradoja de esta situación es la hostilidad de muchos componentes del FIT hacia Syriza. Este rechazo presenta distintos grados de explicitación y se expresa en la mixtura de cuestionamientos y felicitaciones que transmitieron al nuevo gobierno. Esta reacción no es la primera, ni la única contradicción que afronta el FIT. Lo importante es registrar si encontrará algún camino para zanjar esa ambivalencia.

Claudio Katz es economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro de Economistas de Izquierda.

Notas:
1) Una revisión de estas opiniones en nuestros artículos sobre el tema: Katz, Claudio, “Grecia 2010, Argentina 2001”, www.cadtm.org, 25-10- 2010. “Lecciones de Argentina para Grecia”, katz.lahaine.org, 24-7-2011.
2) Lapavitsas, C., y Munevar, D. “Greece Needs a Deep Debt Write Off.” cadtm.org. octubre 2014. Navarro, Vicenç. “El escándalo y latrocinio de la deuda griega”, www.universitatprogressista.org, 3-2-2015.
3) Vargas Llosa, Mario, “Grecia, el harakiri de un país”, elpais.com, 8-2-2015.
4) Dos ejemplos de esta acción son el manifiesto de 300 economistas con Grecia y la semana mundial de solidaridad con la revolución bolivariana. Ver: “Nous sommes avec la Grèce”, Syriza-fr.org/2015 y Pasalavoz@movimientos.org,11-2-2015.
5) Husson, Michel “Grèce: le bras de fer est engagé”, alencontre.org, 8-2-2015.
6) Toussaint, Éric. “Syriza: un grano de arena en el engranaje”, cadtm.org/ 4-2-2015.
7) Un debate sobre este problema en: Louçã, Francisco; Toussaint, Eric, Álvarez, Ignacio; Katrougalos, Georgios. “La deuda: ¿Qué estrategias podemos desarrollar en Europa?”. cadtm.org/, 27-1-2015.
8) Una relectura de Poulantzas resulta más oportuna que la consulta de Laclau para redefinir esta estrategia socialista. Ver: Kouvelakis, Stathis. “Entrevista”, revista Jacobin, www.jacobinmag.com/2015/01.
9) Ntavanellos, Antonis, “Entrevista” A l´encontre, www.vientosur.info, 7-1-2015.