CRISIS
Por Carlos A. Trevisi
Hablar de la crisis que azota España – en realidad al
mundo entero- es no tener cabal conocimiento de que lo que está pasando. No se
trata de una crisis y si así fuera, con apenas adentrarnos en la realidad veríamos que es un cambio de paradigma, algo semejante a lo sucedido en el Renacimiento o en los
siglos XVIII y XIX. El Renacimiento
impuso la individualidad en el hombre, alentó su intimidad, una toma de
conciencia propia, alejada, distinta de
la que había impuesto la Iglesia en la
edad media. En el siglo XVIII la máquina de vapor comenzó a comerse la producción
manufacturera; en el siglo XIX el capital industrializó la producción y en el
XX, abandonando al hombre a su suerte, el conjunto de capitales considerado como entidad económica (el
capitalismo) se transformó, globalización mediante, en un neocapitalismo cruel que, a la luz de lo que estamos
viviendo, se ha hecho con el poder en el mundo al haber terminado con la
capacidad de decisión de los estados-nación: ahora mandan los mercados.
Primero fue América Latina: Argentina y chile cayeron
bajo la dominación del poder de la Trilateral (1), Kissinger a la cabeza; ahora
cae Europa y, como no puede ser de otra manera los países pobres de Europa: los
PIGS que asumieron el euro con el mismo encanto que lo hicieron Francia y
Alemania sin darse cuenta de que caían en una trampa de la que no han podido salir.
Se acabó el estado de bienestar, que no ha logrado sostenerse anter el cambio que se está operando. Sometidos a las fuerzas de la voracidad del neocapitalismo España se dejó engañar una vez más cuando, gobernando Aznar, cayó en la ilusión de que era rica. (Ver video “De aquellos barros estos lodos”, Españistán, de la Burbuja Inmobiliaria a la Crisis, por Aleix Saló, (http://www.youtube.com/watch?v=N7P2E xRF3GQ)
La gente en la calle es el síntoma del malestar. No
debemos confundirlo con la solución. La solución pasa por asumir que no hay solución porque somos mediocres (2).
Seguimos pidiendo lo que no se nos puede dar a menos que hagamos nuestros los
derechos que nos asisten y las competencias que nos obligan. Para eso no basta con la queja. Hay que actuar
participando en la reconstrucción de un mundo en el que la gente participe
activamente sin dejarse engañar por el mercado ni por los bancos, ejes de aquél
(3): ahí está la solución. ¿Cómo se puede lograr una escalada de tal envergadura en la apreciación de
la realidad cuando hace años que vivimos de espaldas a Europa, cuando hemos
hecho de la diversión, la especulación y la estafa el leitmotiv de nuestra
existencia? ¿O usted no conoce gente que altera los medidores de agua; de
electricidad; que falsea las declaraciones de IRPF; que vende sus productos o
trabajo previa pregunta ¿con IVA o sin IVA?;
que roba impunemente desde su cargo en oficinas públicas pagando por
mil, recibiendo 500 y quedándose con la diferencia; o…? ¿Se ha dado cuenta que
la educación que reciben sus hijos es una estafa; qué un maestro no tiene
ningún incentivo para actualizarse, que usted sigue creyendo que es importante
que su hijo sepa donde desemboca el Tajo o resolver un binomio suma al cuadrado;
que su médico tampoco puede ser un funcionario que se pasa la vida profesional
sin actualizarse; que no se puede elegir a los jueces sin que usted intervenga”,
que van a aniquilar el poder de decisión que tenían las AMPAs y usted solo se
le ocurre decir “para lo que servían…,
si no iba nadie”; que el policía no le puede decir cuando usted le pide
explicaciones que él solo aplica la ley, que no la interpreta; que el mecánico
lo estafa porque no sabe arreglar las fallas
de su coche; el carnicero le cobra de más; el verdulero le vende fruta
en mal estado pero “como es barata”…; que su vecino es un tipo que cuando va a
una reunión del bloque no hace más que quejarse sin ofrecer ninguna solución;
que…? Pero, ¿se ha dado cuenta o no?
Nos desencontramos como sociedad. El problema radica no
solo en que estamos desocupados o que nos arrebatan nuestros sueldos o nos
dejan cesantes. El problema pone de relieve que somos una sociedad
insolidaria. Y lo somos porque no sabemos
del compromiso de participar.
Participar es tener una parte del todo (4).
Para eso hay que luchar. Tener la parte que nos pertenece es algo más que
poseerla: es disputarla paso a paso con los que nos la quieren arrebatar. Esa
parte a la que debemos aspirar es la que nos autoriza a ser uno en
nosotros mismos, a tener conciencia propia, a no dejarnos engañar por el afán
totalizador de quienes pretenden que todos pensemos igual, actuemos igual
y seamos iguales cuando no lo somos: no pensamos igual, no actuamos igual y no
somos iguales.
Se requiere de
un Estado que opere decididamente como regulador y garante
pleno del interés general de la sociedad, y en particular de los sectores más
vulnerables, por sobre el interés privado de los sectores del capital. En suma,
un Estado que, aún sin trastocar de raíz la lógica central del liberalismo,
pueda sentar las bases para ir construyendo una democracia sólida con derechos
sociales extendidos, lo cual configurará estratégicamente otro tipo de
sociedad, otro tipo de sistema social, que no tenga que apelar al
asistencialismo.
En fin, que hay
que participar si no es por usted por sus hijos, para que no reciban una
herencia pobre y deslucida.
NOTAS
(1)
En “El poder en el mundo” (Fundación E.M.
Trevisi: http://www.fundacionemiliamariatrevisi.com/bilderger.htm encontramos: TREINTA
AÑOS de la COMISIÓN TRILATERAL
Por Olivier Boiral Fuente: Le Monde diplomatique Nº 18, noviembre 2003, edición Colombia Democracia para 300 privilegiados.
Para solaz de visiones
conspirativas del acontecer histórico, este “think tank” creado por David
Rockefeller en 1973 conjugó temores y necesidades de las industrias.
El más poderoso grupo de
análisis e intervención política mundial. La Comisión Trilateral –una de las
piezas de ese tablero multiforme– consolida la alianza entre el poder de las
multinacionales, el de las finanzas y el de la política, gracias a una red de
influencias cuyas ramificaciones se extienden a los principales sectores de la
sociedad. De esa forma retomaba las palabras del fundador, David Rockefeller:
“A veces, las ideas presentadas por los informes de la Comisión Trilateral se convirtieron
en políticas oficiales. Esas recomendaciones siempre fueron seriamente
debatidas fuera de nuestro círculo y estuvieron presentes en las reflexiones de
los gobiernos y en la formulación de sus decisiones”...
Su ideólogo más destacado es Zbigniew Brzezinski (cofundador
de la Comisión con David Rockefeller) que
la definió como "el conjunto de potencias financieras e intelectuales
mayor que el mundo haya conocido nunca".
Hoy día, los países de la Trilateral, que representan el 10%
de la población mundial, acaparan el 80% de los recursos del planeta.
Por
Estados Unidos, se encuentran unos auténticos pesos pesados de la política y
las finanzas: los citados David Rockefeller, fundador y presidente honorífico
de la Trilateral, y Zbigniew Brzezinski; Madeleine K. Albright, ex secretaria
de Estado; Richard Perle, ex asistente de la Secretaría de Defensa con el
gobierno de Bush hijo y uno de los halcones de Washington; George Tenet, ex
director de la CIA; el vicepresidente Dick Cheney, etc.
(2)
"Quizá ha llegado la hora de aceptar que nuestra crisis
es más que económica, va más allá de estos o aquellos políticos, de la codicia
de los banqueros o la prima de riesgo. Asumir que nuestros problemas no se
terminarán cambiando a un partido por otro, con otra batería de medidas
urgentes o una huelga general. Reconocer que el principal problema de España
[es] que nos hemos convertido en un país mediocre. (Forges)
¿Sabéis quienes son Lucas Papademos (actual dirigente Griego tras la
dimisión de Papandreu) y Mariano
Monti (ahora al frente del gobierno italiano)?
¿Sabéis quien es Mario Draghi (actual presidente del Banco Central Europeo)?
¿Sabéis lo que es Goldman Sachs?
Si no lo sabéis es porque
NO PARTICIPÁIS.
(3)
Como dijera Adam
Smith, aquel economista y filósofo escocés del siglo XVIII, “el mercado es
incompatible con la ética, porque cualquier acción moral voluntaria contradice
las propias reglas del mercado y simplemente termina por desplazar al
empresario moralizante”.
Cabría
igualmente un par de reconocimientos: a) el capital ha contribuido al
desarrollo de la sociedad, aunque simultáneamente condujo a reproducir
desigualdades estructurales al derivar en capitalismo; y b) nuestros países han venido padeciendo un
doble sufrimiento, por la presencia del capitalismo y también por la falta de
desarrollo capitalista. (Norberto Alayón)
(4)
Ver “Participar, cambiar, crecer, refundar” en El
Cultural de la Sierra: http://elculturaldelasierra.blogspot.com.es/2012_07_01_archive.html
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