martes, 28 de abril de 2015

DE LA INFORMACIÓN AL CONOCIMIENTO ( II )

II. Las raíces de la lectura 

José Antonio Millán

Escuchar con los ojos

 
Texto completo del soneto de Quevedo
 Con un sentido muy barroco de la existencia, el gran Quevedo explicaba de esta forma su relación con la lectura:
                             vivo en conversación con los difuntos
y escucho con mis ojos a los muertos

Sobre el aumento en el número de emails
 Lo que recalcaba Quevedo era el papel de la cultura escrita como preservadora del conocimiento, como posibilitadora del diálogo con el pasado. A este rasgo que todavía hoy se mantiene se une ahora que la escritura es un factor clave de comunicación con nuestros contemporáneos. Ya hemos mencionado las asombrosas dimensiones de la Web, ese depósito de datos e informaciones variadas. Pero es muy probable que las comunicaciones que las personas se intercambian en los "grupos de noticias" (newsgroups) igualen en tamaño a la propia Web. Y los correos electrónicos están adquiriendo un auge extraordinario: cada minuto se envían en el mundo cinco millones de correos electrónicos. Ya hay más mensajes de correo electrónico que de voz... Y además, tenemos las nuevas formas de "oralidad por escrito", como los chats, esos intercambios de mensajes escritos en tiempo real.

;-)
Los emoticonos
Sobre el número de SMS.
La taquigrafía de los mensajes cortos:
dnd
¿dónde?
dsk
disco / discoteca
De nuevo, parece que la comunicación interpersonal, ya sea privada o semipública, descansa sobre las habilidades lectoras. Está resurgiendo el género epistolar (que desde la llegada del teléfono experimentaba un claro retroceso), con nuevas formas, con nuevos elementos acrónimos, palabras nuevas, emoticonos (esas caritas esquemáticas que expresan emociones), pero más pujante que nunca. Y se ha recuperado a varios niveles: el intercambio de notas entre adolescentes que usan los mensajes cortos de su teléfono móvil, el email recordatorio o conminatorio (sin encabezamiento, de una sola línea); pero también el mensaje de correo electrónico largo y demorado, tan extenso como la mejor carta del pasado... Seguiremos hablando por teléfono, y cada vez hablaremos más a través de la red, pero el correo electrónico (o sus descendientes) permanecerán, porque presentan muchas ventajas para las personas, para las empresas, para las instituciones: la posibilidad de meditar lo que se dice, el almacenamiento y posterior recuperabilidad de los mensajes propios y ajenos...Sí: al mundo de las relaciones personales ha vuelto la letra, y con ella la lectura.

Desde el principio

¿Cómo aprendemos a leer? ¿De dónde sacamos esas habilidades complejas que, como hemos visto, se han ido construyendo históricamente?
Hay que recordar en primer lugar el papel de la escuela, de la educación primaria. En ella se ponen las bases para la adquisición de la lectura. Ha habido un gran desarrollo de las metodologías de iniciación a la lectura y, sobre todo, la escuela actual acumula las experiencias de numerosísimas generaciones que aprendieron a leer en ella.
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Del sitio de Joan Irving:
 cómo hacer un pop-up book
No se trata sólo de la adquisición de unas técnicas. Si ellas no vienen acompañadas del despertar de una motivación, de poco servirían. Los enseñantes actuales tienen a su disposición lecturas atractivas y adecuadas a muy distintos niveles (porque el mundo de la edición ha contribuido a ello creándolas). Tenemos hoy "libros blanditos", de tela, que los infantes prealfabéticos pueden estrujar y chupar, como en una prefiguración de lo que será su futura actividad intelectual. Hay libros bellísimamente ilustrados, sin letras; o con palabras gigantescas, a una por página; con colores, texturas, materias, olores; con solapas que estirar, puertas que explorar, pirámides que se erigen al abrir una página; libros que describen el mundo real o construyen uno imaginario: la diversidad de obras para quienes empiezan a leer es inmensa, y la escuela puede aprovecharlas. Hay que añadir que no podrá hacerlo sin recursos, sin bibliotecas en los centros, sin profesionales para su animación...
Además la enseñanza, desde sus primeros niveles, tiene la misión de poner al alumno en contacto con las complejas tipologías de materiales de lectura contemporáneas: no solo el libro, sino también la revista, el periódico o el catálogo; no solo el artículo, sino también el gráfico o la publicidad. Los alumnos deben crecer educados en la multiplicidad de los soportes y modalidades de la información, y eso les va a servir de mucho en un medio (como el digital) extremadamente variado y flexible.

Leer imágenes

Una observación, al hilo de todo esto... Parte de la educación escolar de hoy con el apoyo de los libros de texto y materiales complementarios intenta también dar herramientas para la interpretación de los gráficos, esquemas y yuxtaposición de imágenes. En origen, esta es la respuesta de la enseñanza a la eclosión de lo que se dio en llamar "la sociedad de la imagen", pero encontraremos también que resulta de especial utilidad para manejarse en un medio mixto como el que supone la Web.
 Sobre la interpretación de una fotografía: Arcadi Espada, Vista general sobre la playa, parte 1 parte 2parte 3
Del sitio de Edward Tufte: un esquema histórico: laretirada de Rusia de Napoleón
En torno a la creación de una infografía periodística: Alberto Cairo, Sobre la verdad
 En concreto, es necesario saber interpretar la contigüidad de imágenes y textos (que a veces crea relaciones más insidiosas por lo ocultas que los puros encadenamientos textuales). Hace falta comprender los límites de los testimonios "reales": el video no es la acción; la foto no es la cosa; la parte no es el todo... Hay que entrenar en la interpretacion de los gráficos, cuadros, esquemas y ayudas infográficas, tan presentes en la información contemporánea, porque pueden transmitir interpretaciones sesgadas, o directamente erróneas de los datos.
En suma: el lenguaje de las imágenes, y de las relaciones de éstas con el texto, exige una formación independiente, que las escuelas y los textos que en ellas se usan están procurando también dar.
 

El fenómeno Harry Potter

, parece que la lectura se minusvalora frente a lo audiovisual, ¡incluso hablando de bibliotecas!
 

Crecer en la lectura

Pero la enseñanza escolar es sólo el principio. Las complejas habilidades que, como hemos visto, moviliza la lectura exigen no sólo que la persona que aprende se encuentre en un determinado nivel de maduración neurológica; no sólo que se inicie en los rudimentos del descifrado de textos, sino que estas disposiciones se activen y ejerciten durante largo tiempo. Un lector avanzado, una persona que puede enfrentarse con un texto en condiciones óptimas de aprovechamiento y velocidad, sólo se forja a lo largo de años de práctica.
De ahí la importancia (en esta materia, como en otras muchas) de compartir la formación escolar con la delhogar. El niño que no crece en un ambiente de lectura en su casa, difícilmente podrá alcanzar plenamente las capacidades para tratar con textos. El que no disponga de una variedad suficiente de tipos de obras no aprenderá a vérselas con los distintos niveles de acceso a la información escrita: la lectura profunda, la búsqueda de un dato específico, la lectura somera rastreando una idea...
Sí: la riqueza en libros y en publicaciones, la abundancia en lectura de un medio familiar (o en una biblioteca pública: luego abundaremos en ello), es la mejor garantía de un desarrollo pleno de las capacidades lectoras. La falta de hábitos y de ocasiones de lectura hará muy difícil el pleno desarrollo de esas potencias. Y la persona que no las tenga está muy mal preparado para la sociedad de la información: así de simple.
Pero a su vez, ¿cómo conseguir el clima social que dirija hacia esta importante práctica? ¿No están nuestros medios de comunicación exacerbando la orientación hacia los elementos multimedia (imagen y sonido) de la sociedad de la información, con absoluto olvido de la lectura? Si nuestras tasas de lectores son tan bajas en comparación con los países a los que deberíamos equipararnos, ¿no es en parte por la falta de un auténtico clima mediático en su favor? Que una modernidad mal entendida no nos prive del necesario apoyo en un tema clave...
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Practicando el tachiyomi en

http://www.zakkaweb.com/books/
y una explicación de la palabra.
Un artículo apasionado de André Schiffrin sobre las librerías de Japón.
 

Una sociedad lectora

Quien visita Nueva York o Seattle, tenga o no la oportunidad de encontrarse con los artífices de las compañías que están cambiando el mundo, puede tener sin embargo una experiencia crucial. Aborde un transporte público; móntese en el metro o en un ferrocarril de cercanías y mire en torno. Una mayoría de las personas a su alrededor están leyendo, y muchas de ellas leen libros: las baratas ediciones paperback (o rústica) que ha sido la gran aportación de la cultura anglosajona al mundo del libro; los libros aún con el tejuelo de la biblioteca pública, tomados en préstamo por una o dos semanas... Otros están enfrascados en periódicos, revistas...
Así son las cosas. La cultura que dicta los rumbos del mundo contemporáneo desde sus empresas y universidades, la cultura que acumula una proporción de premios Nobel por habitante superior a cualquier otra, es una de las culturas más lectoras de la Tierra.
No es un caso único: los visitantes de Japón observan también sorprendidos la proliferación de lectores públicos, hasta tal extremo que hay una figura que ha necesitado la acuñación de una palabra nueva en su lengua: "el-que-lee-de-pie-en-la-librería". Sí: estos lectores ávidos y de poco dinero, a los que se consiente su actividad silenciosa junto a la mesa con las novedades, son otro exponente de cómo lectura y avance van juntos...
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Porque (llegamos a un nuevo flanco vital), allí donde el sistema educativo no pueda acompañarnos más; allí donde los  hogares, por motivos históricos o económicos, no puedan proporcionar los medios para crecer en la lectura, una potente red de bibliotecas modernas y bien dotadas es el lugar donde adquirir los medios para seguir. ¿Hay que recordar cómo las sociedades más lectoras y avanzadas del mundo abundan también en bibliotecas abiertas a todos? Las pequeñas bibliotecas suecas, donde los niños aprenden a ir a jugar con libros; las bibliotecas públicas americanas, donde cualquier ciudadano busca y encuentra el dato que le falta, el libro que necesita para su hobby. Y en todo el mundo avanzado los bibliotecarios han devenido, además, particulares Ariadnas de las telarañas electrónicas (guiando a su público también en la Web), en una demostración de cómo lo antiguo y lo nuevo muchas veces se pueden complementar...

El papel del libro, y el libro de papel

Volvamos un momento sobre la consolidación de los hábitos lectores. Para aprender a leer hay que leer mucho (como para montar en bicicleta, o para nadar, hay que hacerlo mucho).
Y por fortuna, hay mucho que leer. El mundo editorial español es especialmente rico, no sólo en número de nuevos libros al año, sino en la calidad de sus contenidos, e incluso en aspectos materiales de composición o de fabricación. Un paseo por nuestras librerías es en sí mismo toda una invitación a la lectura. Sin esta oferta, constantemente presente en las librerías, y remansada en las bibliotecas públicas y de las instituciones, no habrá tantas ocasiones y acicates para lanzarse a la lectura. Y por tanto, no habrá un número considerable de buenos lectores. Y por tanto, nuestros jóvenes, nuestros profesionales, nuestros investigadores, no estarán preparados para convertir la información en conocimiento.

Sin embargo, véase el creciente 
hábito de lectura en pantalla, en el
 informe de Link + Partner para el XVIII Encuentro sobre la edición (Santander, 2002).
... Y estas reflexiones sobre qué ocurre cuando la única posibilidad es la lectura electrónica

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el e-book italiano Myfriend
 Podría pensarse que la actual proliferación de equipos informáticos con acceso a la red (crecientemente en las escuelas, también en muchos hogares) puede bastar para suministrar motivos de práctica lectora, y materiales para ejercerla. No es así: la lectura a través de la red está por lo general al servicio de la búsqueda de datos, de asimilación de informaciones breves. Nadie lee una novela extensa, un ensayo largo en pantalla (entre otras cosas, porque es muchísimo más incómodo). Y la lectura detenida y extensa es la que más forma los hábitos lectores, los automatismos y las capacidades de una extracción eficiente de información. Por no hablar de la articulación interior y de la capacidad del diálogo con los otros, sobre la que pronto tendremos que decir algo. Para educar en la lectura siguen siendo necesarios los libros, porque los libros son las mejores máquinas de leer.
Cuentan de don Jacinto Benavente, dramaturgo y uno de nuestros premios Nobel, que al presenciar los avances de la cinematografía (el sonido, la aparición del color, las promesas de cine en tres dimensiones,...) comentó: "Con tanto mejorar el cine, ¡van a acabar por inventar el teatro!". Ya existen dispositivos dotados con pantallas para leer, aunque aún son imperfectos. Se anuncian (aunque habrá que esperar a verlos) el "papel electrónico", y la "tinta electrónica", que al final serán láminas flexibles, con letra bien legible sobre ellas.
Pues bien: cuando hayan reinventado el papel sera tan bueno leer sobre estos dispositivos electrónicos como sobre un libro tradicional, pero antes no...

Y es hora de recapitular

¿Es realmente así? ¿Podemos afirmar sin dudas que la riqueza y diversidad de la oferta editorial, unida a la acción de la escuela en iniciación y promoción de la lectura, y al hogar y las bibliotecas públicas como medio para su consolidación, son nuestras bases más sólidas para preparar a nuestros ciudadanos para la sociedad de la información?
Radicalmente, sí.
Puede que esta afirmación no suene muy a la moda: parece más oportuno demandar equipos informáticos en las escuelas y hogares (que por supuesto, está muy bien que tengan), y tarifas económicas y calidad para las conexiones a Internet (que son claramente necesarias). Cualquier persona sensata se uniría a estas peticiones, que además, se pueden cumplir rápidamente, mientras que mejorar nuestras escuelas y bibliotecas, mover nuestra sociedad hacia la lectura no nos engañemos llevará necesariamente años...
Pero si no lo hacemos, nuestros ciudadanos acabarán accediendo a las redes sólo para comprar y bajarsecanciones, para charlar y pescar un dato (lo que está muy bien), pero carecerán de la habilidad de navegar con eficiencia y aprovechamiento los océanos de información. No sabrán utilizar sus contenidos y construir con ellos un conocimiento que además luego puedan comunicar...
"Todo se compenetra. La lectura de los clásicos, que no hablan de ocasos, me ha hecho inteligibles muchos ocasos con todos sus colores. Hay una relación entre la competencia sintáctica, por la cual se distingue el valor de los seres, de los sonidos y de las formas, y la capacidad de comprender cuándo el azul del cielo es realmente verde y qué porción de amarillo existe en el verde azul del cielo.
"En el fondo se trata de una misma cosa— la capacidad de distinguir y de sutilizar. Sin sintaxis no existe emoción verdadera. La inmortalidad es una función de los gramáticos".
(Fernando Pessoa, Libro del desasosiego, compuesto por Bernardo Soares, ayudante de tenedor de libros en la ciudad de Lisboa, traducción de Perfecto E. Cuadrado, Barcelona, El Acantilado,http://www.acantilado.es/, 2002)
 Porque tras la práctica de la lectura hay algo más, difícilmente mensurable, pero tan básico que no he podido sino dejarlo para el final. La lectura (al lado de la influencia de los padres, de los buenos profesores) forma en la construcción de una articulación intelectual. Hacia el interior: en la forma en que se organizan nuestros mundos conceptuales y sensibles, en el modo en que integramos en conjuntos coherentes las miríadas de retazos del universo que nos rodea. Hacia el exterior: en la forma en que aprendemos a jerarquizar, sopesar y modular lo que hemos atesorado dentro, para transmitírselo a otros.
La práctica de la lectura entrena en la comunicación con el otro, tanto como forma interiormente: leer (ficción o ensayo, un libro de cocina o una guía) es hacerse momentáneamente otro, es percibir en propia carne los esfuerzos con los que un autor ha tratado de trasmitirnos las desdichas de dos amantes o la elaboración de un plato delicado. Y el autor se ha dirigido, salvando a veces abismos de tiempo y espacio, a la idea que tenía de sus lectores. En el choque entre el lector soñado por el autor y nuestras reales expectativas lectoras es donde surge la tensión de la apropiación intelectual.
Leer es pactar, más que recibir.
 José Cervera, 62 millones de autores Y eso es básico hoy en día: cada vez más. A diferencia de los medios tradicionales, la Internet es un canal que va de muchos hacia muchos: el ciudadano de la red es tanto un receptor, un usuario de informaciones, como un emisor, un creador de mensajes destinados o a una persona (correo electrónico), a un grupo (listas de distribución), o al público (webs, páginas personales). Hoy se rehacen empresas enteras sobre la base de la gestión del conocimiento, que no es otra cosa que el reconocimiento de que lo básico es la circulación del saber entre sus miembros. Y la práctica de la lectura no es sólo un entrenamiento para la comprensión, para la decodificación, sino la base más firme para lacomunicación con otros.

A modo de preludio

Ahora sabemos que quienes, desde el sistema educativo y las editoriales, desde los hogares y bibliotecas luchaban por la lectura, estaban también trabajando por la sociedad de la información y del conocimiento: antes de que existiera.
La sociedad en su conjunto tiene que defender la práctica extensa y gozosa de algo en lo que ya no nos jugamos sólo la pervivencia cultural, sino la entrada en la sociedad del mañana.
Esto no es una conclusión. Esto es debería ser el comienzo de algo muy grande. Como el soñador de Lovecraft, hemos descubierto que la ciudad mítica y dorada que perseguimos se encuentra ya ante nuestros ojos, la poseemos. Ya tenemos la llave de plata.
Usémosla.

 Versión web creada el 15 de marzo del 2004
Última versión 21 de abril del 2004
 © 2000 José Antonio Millán http://jamillan.com y Federación de Gremios de Editores de Españahttp://www.federacioneditores.org. Se permite la reproducción íntegra de la presente obra, siempre que lleve incorporada esta nota de copyright

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