domingo, 24 de septiembre de 2017

DESPEDIRSE

 Ivo Makaroff

Enviado por Noemí Nélida Correa desde Buenos Aires

Lo más triste no es despedirse, sino no saber hacia donde ir....
Y lo más triste no es despedir al que parte sino no saber dónde y para qué te quedas.
Si toda la vida es un camino, y si toda la vida es un búsqueda, acéptalo aunque te duela, toda la vida es una despedida. Y solo aprendiste a vivir cuando aprendiste a despedirte.
Y no habrás aprendido a caminar en libertad, buscando lo no alcanzado, mientras no te hayas despedido de lo andado y lo logrado.
Despedirse es condición de todo lo que se mueve en el tiempo.
¿Cómo estarías viviendo hoy sin haberte despedido del ayer?
¿Como quisieras vivir tu mañana, sin despedirte de tu hoy?
Pero presta atención, que no es lo mismo dejar que despedirse.
Todos vamos dejando, pero no todos nos despedimos.
Los animales se dejan, se separan. Las personas podemos hacer algo más... despedirnos.
Lo dejado sin despedida, puede estar ausente o alejado en el espacio, pero sigue adherido al corazón, quitándote la libertad que necesitas para vivir tu presente.
Tu primer alejamiento sucedió cuando naciste; es lo primero que perdiste o dejaste, el seno de tu madre, cuando todavía no estabas capacitado para despedirte.
Por eso dicen por ahí que mientras no te hayas despedido, guardas en lo profundo una secreta nostalgia y un oculto deseo por regresar.
Y el camino de la vida así comenzado, con una perdida y una despedida se hace un largo peregrinar con llegadas y partidas.
Si, eso es crecer. Hermoso desafío el de acercarte a la madurez y la plenitud de ser tu mismo.
Pero crecer es doloroso, como lo fue tu nacimiento. Por eso cuantas personas se detienen y no quieren crecer, porque les cuesta despedirse.
Dejar de ser el niño protegido, para entrar en las aguas turbulentas de la adolescencia conflictiva.
Duele dejar la adolescencia descomprometida, para asumir la juventud con exigencias y responsabilidades.
Duele aceptar la madurez adulta, renunciando a la juventud eterna.
Duele envejecer sintiendo que se acerca el momento de lo último, para celebrar festivamente el encuentro final.
La despedida que no cerraste con una buena despedida, es como una herida abierta, que sangra cada vez que la golpeas con una nueva pérdida. Deja un hueco de ausencia, que buscarás llenar sin darte cuenta, y que te hará llorar con desmesura toda nueva despedida.
Los consultorios psicológicos, son salas de auxilio y talleres de reparación, puestos a la vera del camino para que sean socorridos los que no pueden continuar su marcha, por el peso de las despedidas inconclusas.
La libertad y la valentía que no tienes para despedirte de todo lo dejado y lo perdido, son la libertad y la fuerza que te faltan para seguir andando.
Despídete de tus Padres, y Cuída de ti Mismo, haciéndote Responsable de tu Vida.
Despídete de los hijos que ya no te necesitan, y déjalos ser libres
Despídete de lo bueno que viviste, sin apegarte al tiempo que pasó, por temor del presente y el futuro.
Despídete del mal que cometiste, sin atarte por culpas y reproches perdonándote a ti mismo.
Despídete de los que muriéndose partieron, para que dejes de esperar su regreso, y camines tu camino en la esperanza de encontrarte Tú con ellos....
Despídete... deja correr el río de la vida, Llevándose las aguas que estás viendo para que tengan lugar ante tus ojos las aguas que no viste todavía, y que ya están viniendo...
( René J. Trossero )
POR ELLO
CONFÍA EN TU CAMINO.ERES GIGANTE Y EL MUNDO ES PEQUEÑO
No te mires a través de los ojos de nadie más que los tuyos. Haz lo que sientas, enráizate en tu propio ser y vive tu vida.
No tengas miedo, cree en ti.
El mundo está allí para ti, para que hagas lo que quieras. Alíneate con la voluntad de la vida viviendo desde lo profundo de tu corazón.
No estás solo, cuentas con un tremendo apoyo.
Levanta la cabeza, abre tu corazón y vive tu vida sin dudar ni un segundo de tu propio valor.
Siente tu enorme poder, llénate de confianza, cree en ti y sé el que eres.
Ya fue suficiente de jugar a menos.
Levanta tu cabeza y ríe, viviendo tu vida con coraje.
Supera el miedo a la mirada de los demás, entra bien hondo en tu corazón y date cuenta que eres gigante y que el mundo es pequeño.
( Ivo Makaroff )

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