domingo, 19 de agosto de 2012

CUENTO: LOS POBRES


                                                    
GUADARRAMA EN MARCHA
Asociación cultural
CUENTO: Los pobres
Por Carlos A. Trevisi

Las personas que asumimos compromisos con la realidad que nos circunda vivimos  acuciados por el tiempo, por  las circunstancias que nosotros mismos creamos y por un sistema que no autoriza que trasciendan miserias que deben permanecer ocultas a la gran masa de la población que no quiere que perturben el mundo feliz en el que viven; aquellos que insisten en la consabida frase de "por algo será".
Con motivo de un programa de radio que tenía vasta difusión entre las clases más desposeídas de mi pueblo natal pude ir descubriendo actitudes que no eran ni más ni menos que producto de una vida estratificada en la que nada cambiaba porque estaban sometidos a una dejación que no les permitía abordar nuevas oportunidades. Sus vidas se remitían a una lucha por  el sustento diario que no ofrecía alternativas. Producto de esta pobreza…
Pero vayamos a lo nuestro
En una de las emisiones del programa  periodístico “Llámenos a la radio” una señora expuso escuetamente que quería salir al aire. Era una joven mujer, madre de familia, que vivía en una villa miseria en la que brillaban por sus ausencia la electricidad, el agua corriente, las cloacas, las aceras y en la que el cuadriculado “urbanístico” de la zona era un entrecruzamiento de calles de barro que no justificaba que se les pusiera nombre.
La entrevista que le hicimos antes de salir al aire justificaba que la invitáramos a nuestro programa. No pasó mucho tiempo hasta que decidimos instalar una emisora -ahora clandestina- en el barrio de esta muchacha.

P. ¿Cómo está compuesta tu familia, cuántos hermanos tenés, de dónde provienen tus padres…?
R. Está mi mamá que tiene 65 años; después está mi papá que falleció el 18 de enero y tenía 67...
P. ¿Cuántos hermanos son?
R. Somo die
P. ¿Y dónde viven?
R. En la Cuninton (Cunnington)… en Santamaría (Santamarina). Santamaría no existe más, ya. Está en El Jagüel, ya directamente.
P. ¿Y la forma de llegar a tu casa es simple? ¿Tenés colectivo (autobús) que te lleve hasta allí?
R. Por El Jagüel… Despué tengo que caminar 7 cuadra más o menos… Tengo que tomar “El Jagüel” (línea de autobús) porque en Santamaría habían hecho el afalto, pero lo cortaron ahí nomá, no siguieron… ésa tenían que seguirla hasta La Colorada  (avenida que bordea Monte Grande)  y la dejaron… el afalto, ahí nomá, por la mitá…
P. ¿Estás casada?
R. No…eh…yo estaba juntada, me junté…
P. ¿Qué pasó? ¿Por qué “estaba”? ¿Tenés chicos?
R. Tres tengo. Dos nena y un varón.
P. ¿Y tu marido, qué?
R. Bueno yo me junté con él porque me quería casar; me quedé embarazada: tenía 20 año, más o meno… En marzo… Creo que fue del 85.  Yo lo quería… lo que pasa es que todo así de golpe y no… Yo nunca había vivido la vida así… Así que fue el primero… Fue como una…No se cómo decirlo, no… Él tiene 25, cumplió…
P. ¿Era del barrio?
R. Sí. Fuimo compañero de escuela. Yo repetí dos o tres año desde el primer grado. Él tenía 12 en séptimo y yo tenía 15… Tenía 13. Sí, yo cumplo en marzo y él cumple en noviembre. Así que casi dos año de diferencia…
P. ¿Viven juntos en este momento?
R. No. Nos separamo en el 89. A él le gustaba mucho la joda… tomaba mucho… Jugaba siempre al fulbo: sábado, domingo, vierne a la tarde…. Si lo miércoles jugaban él también iba a jugar… No anduvo la cosa…
P. ¿Trabajaba, no?
R. Yo no. Él sí. Hacía changas aquí en el matadero; despué entró en una fábrica. Así, de albañil, pero, no… ahí lo echaron…
P. ¿Y tu papá había fallecido ya  en ese momento?
R. No. Mi papá falleció despué de que me separé.
P. ¿Te ayudaron tus padres después de la separación?
R. Yo despué que me separé me fui a vivir con ello, sí.  Pero nuestra relación cuando comenzó… Nosotro nos queríamo casar cuando yo me quedé embarazada de la chica, pero él era menor, necesitaba la firma del padre. El padre de él estaba en Santa Cruz (provincia patagónica). La madre de él se había casado con otro hombre. Porque ella tuvo el hijo soltera, que vendría a ser mi marido, y mi papá cuando yo le dije que estaba embarazada, le dije a él y a mi mamá en la pieza. Mi papá reaccionó así fuerte y me echó de mi casa; así con lo puesto nomá, me echó. Me fui entonces a la casa de la madre de él, de mi marido. Ello estaban separado también, los padre de él… La señora vivía en otro lado y el hombre estaba de viaje, estaba trabajando en provincias y ahí estaban tres hermana de él y una de… La mayor de las hermana estaba casada. Y nosotro estuvimo una  semana ahí, porque no nos llevábamo con la hermana que estaba juntada… estaba embarazada ella también... Así que… Despué mi hermana, la Lala, una de las mayore, me dio lugar en la casa de ella. Tiene 37 o 38 año. Es amiga mía. En todo estuvo conmigo; ella me apoyó, me dio fuerza… todo.  Me ayudó un montón ella. Es mi consejera de siempre, desde que yo empecé a salir con mi hermana. En mi vida siempre fue así, triste…, porque yo me iba a los baile con mi hermana de 27 año, 28 tiene, Rosa, se llama. Si yo no iba con ella no salía. Ella me daba… Vendría a ser como mi mamá… porque si ella iba a bailar iba yo… Y cuando un muchacho en el baile me hablaba, así, ella se enojaba y me sacaba. Una vuelta me lo hizo. El muchacho me había hablado y todo; estábamo bailando en el medio de la pista y ella me dice que me anduvo buscando por todas parte y no me pudo encontrar. Yo estaba en la pista y me sacó de los brazo  y me trajo a mi casa. Ahora está juntada con otro muchacho. Tiene un bebé, recién. Ella se juntó mucho antes que yo. Pero ella tiene una vida distinta a la mía. Ella andaba, así, con muchacho. Yo no. Yo era de mi casa. Ella no. Cuando salía conmigo se portaba bien, pero cuando salía sola, ahí tenía la joda.
P. ¿Vivían todos juntos con tu papá y tu mamá?
R. Con mi mamá, mi papá, la Rosa, el Monchi, Claudio, Marcelo y yo… y mi sobrinito, el Lalo. Todos vivíamo todo junto.
P. ¿De dónde son tu mamá y tu papá?
R. Papá es de Misione y mamá de Santiago (del Estero)
P. ¿Ustedes nacieron todos acá en Buenos Aires?
R. Juana, Tota, Tita y Lala en Santiago; y Esther, Monchi, Rosa y yo y Claudio, que es mellizo conmigo, acá en Lanú (Lanús, ciudad del Gran Bs. As). Mi mamá se vino para acá desde Santiago con el primer marido; no había trabajo. Despué el marido falleció y mi mamá tuvo que buscarse ella para sobrevivir ella y los hijos, que eran. Tres año tenía la más chica cuando falleció el padre de… O sea el marido de ella y no tenía sobrevivencia así que mi papá estaba por ahí y le ofreció trabajo… que le lavaba la ropa, que le limpiaba la casa… y así, cono-ciéndolo en el trabajo éste, o sea mi papá se juntó con mi mamá. Pero no se casaron porque mi papá estaba casado con otra mujer y ahora estaban separado.
P. ¿Tenía hijos con la otra mujer?
R. Tenía un hijo pero nunca lo conocí.
P. ¿Qué edad tienen ahora sus hijos? (no interpretó la pregunta)
R. Norma tiene 5 años, el 17 de diciembre nació; despué viene Daniela, el 8 de setiembre y el Danielito del 17 de abril del 90. Norma va al jardín de infantes; ahora el año que viene va al preescolar. Ahí, en El Jagüel, hay un jardín.
P. Tu nene más chico nación en abril del 90. ¿Tu marido se fue después del nacimiento?
R. No. Yo estaba embarazada de sei mese. No, yo me fui porque él me pegó a mí. Él me pegó y no quise estar ahí porque estaban las nena y empezaron a llorar cuando el me pegó una piña por la cara; me echó a sangrar la nariz, entonces yo… me agarró en la cama… estábamos durmiendo; era la madrugada. A la una de la mañana habrá sido… Así que yo, este… me forcé  de él como pude y me levanté y parada ya no me quiso tocar. Entonces yo… me… agarré la más chiquita y la otra. Le agarré unos remedio de la nena que tiene que tomar y mi cartera… siempre tengo todo ahí. Me fui a la casa de mi mamá que queda dos cuadra y media de ahí, con la Normita de tres años y la beba de un año y pico, a upa las do.
P. Esa es la que tuvo meningitis…
R. Y tenía un año y cuatro mese, tres mese…
P. ¿A qué edad tuvo meningitis?
R. A los nueve. Desde ese momento vivo con mi mamá de nuevo.
P. ¿Y a tu marido lo seguís viendo?
R. Si, si… porque nosotros nos separamos y él no vino… Despué de do semanas o tre volvió a ver a los chicos y él veía a los chicos y nada más. Y él después me habló para volver. Se fue a trabajar a Mendoza y me dijo que si allá conseguía trabajo me iba a llevar. Consiguió trabajo allá, me llevó a mí, me mandó a buscar. Estuve en Mendoza más o meno un me. Estuvimos allí viviendo un tiempo;  después me mandó para acá  diciéndome que las fiestas, y mejor yo que viniera ante y no junto con él, porque iba a ser peor.  Venía yo primero y preparaba todo para las fiesta. El vino el 15 de diciembre del año pasado… Yo había empezado a trabajar cuando vine de Mendoza y estaba por hacerle el cumple año a Normita y el vino el 15. Me dio unos australes (moneda argentina) para ayudarme con el cumpleaño, pero no me dijo nada. Este… Yo despué me enteré por mi hermana que él conmigo no iba a arreglar; que él le decía que lo nuestro no iba, que no marchaba; que nos pasábamos peleando; que allá en Mendoza yo le hice la vida imposible… y todo así… En enero se fue de nuevo a Mendoza y ante de irse me volvió de nuevo a hablar. Me dijo que se iba a arreglar, que no íbamos a pelear, que iba a tratar de ser mejor; bueno… yo le dije que sí. Volvió en febrero; trajo ropa para mi, para lo chico, un cajón de uva, manzana, peras en almíbar, frascos, vino… de todo de Mendoza trajo, y estábamo bien. Estaba cambiando y él quería que me vaya a la casilla con él, pero yo le dije que no. Antes de irme yo me iba a casar o que me haga por lo meno una pieza o el baño, porque ni el baño tenía. Íbamo a la casa de mi suegra que queda al lado. Entonces yo le dije eso: “o nos casamo o por lo menos haceme el baño ante de que yo me vaya de nuevo a la casilla, porque así como está yo no aguanto”.  Y menos  inocente porque él andaba con otra mujer, por eso me golpeó a mí, por eso me pegó.
P. Pero en el momento que vino a hablar con vos no andaba con otra…
R. No, no andaba con otra. Él la echó o la dejó porque se dio cuenta de lo que era. No sé. Empezó de nuevo conmigo; él venía a casa, me iba a buscar al trabajo y así…
P. ¿Tenés ayuda económica de alguien? ¿Cómo te arreglás con los tres chicos?
R. No, no. Me ayuda mi hermano Monchi. Me ayuda un montón y él a veces me pasa algo de plata (dinero)… ahora no.
P. ¿Quién, tu marido?
R. Mi marido. Antes me pasaba plata, ahora no porque no tiene trabajo, dice… Y no… trabajo que todavía no le pagan
P. ¿Y sigue viendo a los nenes?
R. Él ahora viene, pero antes no venía porque me había dicho que se iba a casar en diciembre… y al poco tiempo de entrar ahí, al… [?] , que no sé si fue en octubre o en setiembre empezó a trabajar que yo me entero que andaba con otra mujer, por eso no venía tanto a casa.
P. Claudia, ¿vos crees que si te casás con él la relación va a cambiar?
R. No, no. Ahora ya no. Él me dijo que se iba a casar conmigo; lo seguí y le dije que sí, pero yo con él iba a volver, pero por los chicos, no por él… porque yo, este… dije que no. Basta, conmigo basta.
P. ¿Los chicos se acuerdan del papá?
R. Si, los  tres, hasta el más chiquitito. Normita, cuando yo la reto o le pego me grita que yo no la quiero y que lo llame al padre. “Papito, vení, papito te quiero mucho, vení”.
P. ¿Él es afectuoso con los chicos, es cariñoso?
R. No, ahí no. Él no tiene paciencia con los chicos; él les grita, les pega; las peleas de nosotros mientras vivíamos juntos siempre fueron por eso, porque él la retaba a la Normita o le pegaba y yo me oponía porque él no estaba nunca en casa: si no estaba jugando a la pelota, se iba a jugar al truco; si no estaba trabajando, cuando venía, me venía a retar o a pegar. Yo por lo meno, todas las vece que él se opuso me puse en el medio y le gritaba que él no era quién, que “vos sos el padre pero no sos quién”, le digo…
Yo soy la que está con ello, porque no estás nunca en casa, ¿por qué iba a venir a levantarle… la media hora o la noche que está durmiendo, nomá… Una hora estaba con ella nomás, así en el tiempo de convivir, ¿no? Porque después se iba a dormir.’
P. ¿En el lugar donde vos vivís hay alguna forma de asistencia médica, hay un dispensario?
R. Si está la salita Nº 14, pertenecía al Sofía (hospital Sofia Santamarina),  no a Ezeiza pertenecía. Ahora perte-nece al Sofía, a la municipalida…
P. ¿Queda cerca de tu casa ese lugar?
R. Y… a 8 cuadra, más o meno… Yo a los chicos los atendí ahí, siempre.
P. Cuando tuviste el problema con la segunda beba ¿la llevaste ahí…?
R. Yo la controlaba ahí
P. Yo te pregunto porque me interesa que me digas si tuviste auxilio de alguien. Si te prestaron apoyo o si te viste a la deriva sin saber dónde ir… ¿la llevaste ahí?
R. No. Yo la controlaba lo primero mese en la salita, pero despué la salita, este cambió de doctora. Yo estaba acostumbrada con la Dra. P… Ella me atendió a la mayor; aparte me había atendido a un sobrino, el mayor y yo le tenía confianza a ella. Despué cambió la salita de médi-co; pusieron otra. La atendí dos vece.
P. Aparentemente la doctora P… te brindaba gran apoyo ¿Qué pasó cuando se fue?
R. Vino otra doctora pero me los atendía así nomá, a los chicos, no les ponía el cariño como la otra doctora. No le hablaba a los chico. Los atendía así nomá. Así que decidí  no llevarlo más a la salita y cada vez que los controlaba los llevaba Monte Grande o a Ezeiza.
P. Al hospital  de Monte grande o al de Ezeiza…
R. Sí.
P. Ahora contame que pasó con la bebita que andaba mal, mal y mal y no sabían qué era.
R. Ella se descompuso un domingo a la madrugada; bah, fue un lunes, porque era el domingo a la noche. Más bien estaba con un poco de temperatura. Yo le di Novalgina en pastilla porque jarabe no tenía; yo le di la mita de una pastilla disuelta en una cucharita disuelta con un poco de azúcar; le di eso; con eso se calmó. Ella tomaba el pecho.
P. ¿Tenía nueve meses?
R. Nueve mese y medio, o sea que andaba de panza; no podía caminar, era muy despierta, muy viva, ella y como a las tres o cuatro de la mañana se despertó; ella tomaba el pecho toda la noche… Era así… Se despertó y empezó a llorar y llorar. Yo le quise dar el pecho bien; me senté incluso para darle y no quiso el pecho; lanzó un poquito. Me rechazó el pecho; no lo quiso tomar. Le di… Me levanté, le di otra vez Novalgina, así; tomó y  se volvió a dormir pero así toda como adormecida ella se durmió. Así que la dejé en la cama... siguió durmiendo. Despué mi marido a la mañana se fue a trabajar a las cinco de la mañana. Yo me quedé con ella; ella dormía. La más grande también… Seguíamos durmiendo. La más grande también  Despué yo me levanté con la mas grande, ella seguía durmiendo, a chiquita; despué vino mi suegra como a las once de la mañana y ella seguía durmiendo. A mi me extrañaba porque ella a las nueve de la mañana o antes siempre estaba despierta.
P. ¿Entonces qué hiciste?
R. Ella siguió durmiendo, así que, como estuvo muy molesta a la noche, a lo mejor no descansó bien y estaba cansada… La dejé durmiendo. Despué a eso de las 12 y media se despertó. Yo estaba tomando mate con mi suegra ahí, en la pieza, sentada en la cama vigilándola y me doy vuelta así y la miro y ella estaba despierta mirándome, pero, así, tenía algo, como que no me veía. Ella miraba así, pero no sé; miraba al vacío porque no veía nada. La boca tenía… los labio blancos, muy blanco. Yo pensé que era mucha fiebre y le comenté a mi suegra que la iba a llevar al médico pero… “no se si esperarlo a Luís porque no tengo plata”, le  dije. Entonces despué mi suegra se fue. Yo me quedé con mi nena, las do, la bañé a la chiquita diciendo que tiene mucha fiebre y que por eso estaba así. Le llené la bañera con agua tibia, la metí ahí… despué la saqué porque hacía frío, era el invierno, entonces la saqué rápido porque temblaba de frío… yo estaba como loca…la saque de allí y la lleve al hospital, como las tres eran…
P. ¿A qué hospital la llevaste?
R. Al Sofía, acá.
P. A Monte Grande
R. A Monte Grande
P. ¿Y?
R. Y de ahí me fui a la guardia. En la guardia me atendieron y el doctor de ahí me dijo que era un resfrío común, muy fuerte; que le de un baño de vapor; que le haga así para el resfrío y  que si seguía teniendo fiebre que le de aspirineta cada ocho hora.
P. ¿Entonces qué hiciste?
R. Yo me fui a mi casa. Me había ido a lo de mi mama yo. La deje a la mas grande y me fui sola con ella. Despué volví a mi casa, pero la nena venia mal y yo la notaba que estaba mal. Cuando a mi me dijo eso el medico, yo no vine conforme esa noche. “no puede ser” yo dije “ella debe tener algo por eso está así”, porque ella venía en los brazo y ella no me había tomado el pecho desde la madrugada, desde las tres de la mañana; para nada me tomó el pecho… Casi ni lloraba cuando nos pusimo a hablar, nada… No se levantó de la cama tam-poco, estuvo todo el día acostada y ni se movía. Y… yo la quería llevar a la Casa Cuna pero no tenía para el boleto... tenia justo para ir hasta acá nomá, al Santa-maría… con el mínimo… como no tenía, así, me volví a mi casa.
P. ¿No fuiste a otro lugar?
R. No fui a otro lugar porque no podía y me fui a mi casa de mi mamá; me quedé un rato ahí, despué me volví a ir a mi casa donde ahí tuve que esperar a que venga mi marido.
P. ¿Y entonces?
R. Y… el vino del trabajo como a las nueve y treinta, diez de la noche. Y la nena estaba cada vez peor, ya ni se movía… le había agarrado una convulsión en la cuna que yo ni cuenta me di… yo no sabía en ese momento qué era tampoco.
P. ¿Cómo se manifestaba la convulsión?,  ¿qué le pasó a la nena?
R. Ella se empezó a inclinar, así, se movía en la cama, y en eso se movió así, inclinó la cabeza y no la volvió a mover… inclinó la cabeza para un costado y no la movió mas. Ahí quedo la cabecita y cerró los ojito… no los abrió más tampoco… Así que cuando vino mi marido yo le comenté eso, que estaba mal… qué se yo… y me dice: “bue… le voy  a decir a mi papá si me puede llevar en el coche”, porque el padre de él tiene coche, el padrastro, no el padre…. entonces se fue a decir si lo podía llevar y según mi marido dice que le dijo: “¡uh! Pero es muy tarde, le tengo que poner agua, no anda”, “qué se yo…”, le dijo también la madre. Entonces el vino y yo le dije:  “y bueno, vamos caminando…” “¿y no hay otro para pedirle que nos lleve? algún conocido tuyo, tanto amigos que tenés ahí con coche… y no nos va a poder alcanzar, aunque sea hasta la Cunnintong, ahí podemos tomar un Cañuelas” (línea de autobuses) y bueno… estuvimo ahí dando vueltas y después viene mi suegra y… “cómo esta la nena ?” en todo el día no había venido… ella sabía que estaba enferma la nena, pero no había venido mientras que estaba sola yo… cuando vino mi marido recién vino ella al rato. Y la vio muy mal, así, entonces fue y le dijo al marido que la nena estaba mal; y en eso viene también mi cuñada, Natalia, que es la madrina de la Norma. Y ella estaba embarazada… estaba de cinco o seis mese cuando la vio así a la nena, que estaba inmóvil, blanca, toda así, empezó a llorar diciéndome: “ay… pero ¿por qué la dejaste estar tanto?, ¿por qué no la llevaste al médico?” bueno, yo no dije nada. Yo estaba allí con ella a upa… bueno, después vino mi suegra… parece que lo convenció al… marido y nos llevó.
P. ¿Fue ella? ¿Al hospital de Ezeiza fueron?
R. Allí me atendió un médico, no me acuerdo cómo se llama. Un vuelta (vez) me dijeron, pero era un hombre muy extraño… parecía judío, pero no me acuerdo del nombre. Tenía unos cuarenta, era alto, así, medio canoso. Estaba de guardia y me atendió él. Pasamo todos… y yo a mi nena la había llevado así nomá, des-nudita envuelta en frazada. La lleve así, la desenvolví y me dice, dice: “qué pasa?”, me dice el doctor. Le empecé que estaba así ayer a la madrugada, que yo la llevé a la guardia, que en la guardia me dijeron esto y esto, “tengo el papel”, y le mostré lo certificados que me dio el doctor allá. Los vio así nomá y no dijo nada. A la nena me la miró así, le tocó la cabeza, la pancita, así acá y nada más. Y e doctor dijo: “bueno, la nena va a quedar inter-nada…”
P. ¿La vio mal?
R. Claro. Yo me puse contenta cuando dijo “internada” porque yo la veía tan mal que seguro que me iba a decir andate porque seguro que no tiene nada, otra vez. Pero esta vez el doctor me dijo que se va a quedar internada. Yo ahí un poco me tranquilicé; ya estando internada iba a estar mejor que en casa. Yo no podía hacerle nada… yo no sabía nada… y entonces mi suegro le preguntó: “y ¿qué tiene la nena doctor?” y el doctor le contestó:         “aparentemente meningiti”, pero ya nos ibamo para la sala, así que en el camino le dijo eso. Así que nos caminamo el hospital de punta a punta para llegar a la sala de niño, porque está en la otra punta… Fuimos arriba, subimo la escalera, todos, y estaba el otro doctor allá arriba, los que hacen los analis (análisis) a los chicos. El doctor que nos atendió en la guardia le dijo que haga los analis, que parece que es un ataque de meningiti. Así que se desocupó el doctor, el de los analis, que tenía otro chiquito también ahí, en analis. Terminó con ése , la agarró  a Daniela, y al rato, como media hora, una hora, no se, algo así, viene el doctor y nos habló a mi y a mi marido y a mis suegro que estaban también… y nos dijo que si, que era meningiti… y bueno… nos habló ahí un rato… un tiempo largo… que no era culpa de nosotro… que eso venía así, de la vida, son bicho que agarran de la cabeza a los chico… que andan en el aire… que no es culpa de uno… pero nosotro… ahí… yo por lo meno estaba y le decía:” pero como puede ser que si yo la había llevado a la guardia, a Monte Grande, y me dijeron que era un resfrío normal, como puede ser que este así de un momento a otro…?” y dice: “acá nadie tiene la culpa… ni el médico, ni ustedes, ni nadie…” me dijo el doctor ése. Se fue el doctor y mi suegra dice… me echó la culpa directamente: de que yo la había dejado estar así, que por mi culpa estaba así, que la nena se iba a morir,  qué se yo… Mi marido… yo no le dije nada. Mi marido le dijo que no diga eso, “ella no va a morir; si ella es fuerte; va a ver que va a vivir…” mi suegra se fue y nosotros nos quedamo. Despué que el doctor nos llamo fuimos nosotro adentro y estaba la Daniela ahí… la trasladaron de la camilla a una cama; me dejaron a  mi también cuidándola. Tenia el oxigeno puesto y no se lo podía sacar, y eso era…
P. ¿Y la nena quedo internada ahí en Ezeiza?
R. No. Eran las once de la mañana. Nos trasladamo al Hospital Gutiérrez. Hicieron una reunión de médicos, y como veinte médico se juntaron ahí, pediatra, el jefe del hospital, todos, y decidieron que la tenían que trasladar porque la nena se había puesto mal. Había entrado en coma, coma tres, y ellos no tenían los aparato suficiente para… por si le agarraban otras convulsione, otro ataque como ese que le había agarrado… que ellos no tenían los aparato suficiente. Y entonce me trasladaron con la nena al Gutiérrez… El mismo hospital se ocupó de buscar el traslado y todo… en la ambulancia… de ahí, de Ezeiza, nos llevaron un médico, a todos nos llevó, una doctora…
P. En ese momento, así como trabajás ahora en casa, trabajabas en casa de un médico
R. Estaba trabajando, sí. Trabajaba en casa de M.S.
P. ¿No se te ocurrió preguntarle a él qué le pasaba?
R. No.
P. ¿Por qué no?
R. No, en ese momento no se me dio por pensar en él sino en la nena, que quedaba sola con mi papá, con mi hermana, con mi suegra; anduve de aquí para allá… no, la verdad es que no pensé en él. Me olvidé por completo que existían otras personas más que yo y mi hija. Se me pasó, sí… Nunca se me puso a pensar. Despué de estar en el hospital pero no me podía acordar si él era en el Gutiérrez o en la Casa Cuna que trabajaba.
P. ¿Entonces fuiste al Gutiérrez con la nena en la ambu-lancia?
R. Si, si, la dejaron internada ahí. Yo, el veintisiete a la noche, el lunes, 27 de junio, me fui a Ezeiza y el 28 a las ocho de la mañana me llevaron al Gutiérrez y ahí estuve hasta el 29 de julio, más de un me.
P. ¿El resultado final cuál fue?
R. Ella, bueno, ella salió de terapia intensiva, también que estuvo, casi siete días estuvo… sei, siete día en terapia… no se movía, no hablaba…
P. ¿Vos durante todo ese tiempo estuviste en el hospital con ella?
R. Estuve con ella y mi marido también. Estábamo en sala de espera, donde estaban los padre de los chico que estaban en terapia. La veíamo sólo un ratito a las once de la mañana y otro ratito a las siete de la tarde.
P.  ¿Tu marido te acompañó todo el tiempo?
R. Todo el tiempo. Estuvo conmigo. Nos hacíamo compa-ñía mutuamente. No teníamo para comer. Algunos nos daban de ahí… o en la cocina nos daban la comida, y así estábamos, nada más. Y lo que nos llevaba mi suegra, mi hermano, lo que nos mandaban de casa. Y comíamos ahí… a veces no comíamos nada. Estabámo a mate nomá, que nos daban ahí los otros padres que estaban ahí.
P. ¿Después de todo ese mes te trajiste de vuelta a tu casa a la nena?
R. La traje a mi casa.
P. ¿Vos te acordás de algún médico en especial en quien confiaste?, ¿tuviste contacto con los médicos?
R. Sí, pero así de nombre no me acuerdo.
P. ¿Te trataron bien? ¿Fueron solícitos con la nena, te dieron apoyo?
R. Sí, sí. Hay una enfermera que tampoco no me acuerdo que me ayudó un montón; porque cuando yo llegué al Gutiérre estaba remal, no podía reaccionar; estaba mal, mal. Y la enfermera esa me empezó a hablar ahí; me dijo que no me ponga así, que me tranquilice, que la nena iba a salir adelante, que incluso la semana pasada salió una nena de alta que estuvo más mal que la mía… que también tuvo un ataque de meningitis y salió adelante.
P. ¿Cómo salió tu nena? ¿Salió adelante?
R. Salió adelante, sí… me habían dicho que podía quedar sorda, muda, ciega, paralítica o deficiente mental…
P. ¿Y…?
R. Hasta ahora ella está bien, no está ciega, sorda ni nada de eso; lo que sí, en la enfermedad que tuvo se atrasó casi un año porque cuando ella se recuperó es como si volvió a la vida.
P. ¿Y ahora cómo está la nena, bien?
R. Está bien. Juega con los hermano, corre, habla, no muy bien pero ya empieza a hablar más claro.
P. ¿Vos la ves como a la hija mayor o las ves un poco atrasada?
R. La veo un poco atrasada.
P. ¿Te reconoce?
R. Sí, sí… igual a los tíos, a los… a la abuela…
P. ¿Qué tiempo tiene la nena ahora?
R. Ahora tiene tres año.
P. ¿Y después de esa nena tuviste un varoncito?
R. Un varón, sí.
P. ¿Cómo esta el varoncito, bien?
R. Bien. Él está bien. Incluso es casi igual que la nena de tres. Tiene casi la misma altura; habla casi prácticamente como la de tres, y come, y él la pelea, él le pega…
P. ¿Y vos como estás, bien, estás contenta?
R. Ahora si estoy contenta, me siento bien, no tengo problemas, tengo trabajo, no me hace falta nada, gracias Dios; a mis hijo les doy todo, lo que puedo darle le doy, si no puedo darle les explico y ellos entienden. Yo trabajo casi todo el tiempo y mi mamá me los cuida a los tre.
 
Cabría que usted se preguntara qué fue de nuestro programa de radio.
La empresa propietaria lo levantó manifestando que se había perdido audiencia porque nuestro programa no cabía en una emisora cuyo objetivo era que la gente lo pasara bien; que el nuestro era un programa que  transmitía dolor y gran pesadumbre.
Es de destacar que las llamadas telefónicas que nos hacía la audiencia demostraba todo lo contrario: los últimos seis meses habían aumentado un 30% y no precisamente para quejarse sino todo lo contrario: nos agradecían que pusiéramos en conocimiento de la gente del pueblo lo que nunca nadie se había atrevido a denunciar. 

La "otra" tuvimos de levantarla por presiones políticas.


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