miércoles, 11 de enero de 2017

ACONTECERES DE UN PAÍS QUE VA PERDIENDO EL NORTE (I)


Antonio Martín Ferradal, que así se llama, utilizaba los términos de "maricones" al referirse a matrimonios entre personas del mismo sexo, o "los gilipollas estos" en el caso de los extranjeros.

Antonio Martín Ferradal, que así se llama, utilizaba los términos de "maricones" al referirse a matrimonios entre personas del mismo sexo, o "los gilipollas estos" en el caso de los extranjeros.

PÚBLICO

MADRID. "Le va a caer un carallazo porque lo tiene bien merecido". Es una "loca perdida, torpe e incompetente". Así describe un juez gallego, ante un imputado por blanqueo, a su compañera, la magistrada Pilar de Lara, el mayor azote contra la corrupción en Galicia. 

El aparente pecado que parece haber cometido de Lara es haber actuado con contundencia contra la corrupción en Galicia, llegando a investigar a más de 200 imputados en distintas causas.  Desde 2012, la jueza ha instruido la operación Pokémon, la trama de corrupción más importante de Galicia, en la que están imputados políticos y cargos públicos de PP, PSOE y BNG, entre otros, así como empresarios, funcionarios y trabajadores públicos.


El juez, según las conversaciones a las que ha tenido acceso La Seracusa a de Lara de dictar autos en vísperas electorales motivo por el cual, apunta, "le va a caer un carallazo","un fustigazo que tiene bien merecido".  

Fidel Del Río cuestiona a la magistrada por reactivar cuatro años después una causa que instruía. "Es torpe, incompetente y destila maldad por todos los poros, y además... siempre en vísperas de elecciones", añade Del Río.

En otras conversaciones intervenidas, otro juez gallego, ante el mismo imputado por blanqueo, descalifica esta vez al jefe de Vigilancia Aduanera en relación con los casos de corrupción investigados por De Lara. Vigilancia Aduanera, según La Ser, ha denunciado a los dos jueces por intentar fabricar pruebas falsas en su contra.

La magistrada Pilar de Lara y su familia han sufrido seguimientos, amenazas y presiones desde hace años por su implacable lucha contra la corrupción en Galicia. Además, también ha sufrido un intento de extorsión por parte Cándido Conde-Pumpido Jr., en el que le aconsejaba que fuera "con pies de plomo".


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